viernes, 17 de mayo de 2013

LOS CACIQUES DEL CACIF



(…) ¡Un solo golpe al caite, un solo golpe al caite!  El mismo término fue usado en las maniobras de campo de infantería, cuando al ordenarle a la tropa ¡alto! o ¡firmes! el exigente oficial requería un solo golpe al caite.
Pues exactamente lo mismo sucede hoy con los caciques industriales de Guatemala representados en el CACIF, su organización empresarial y herederos a su vez de los criollos coloniales. Manipulando masas de desinformados, contingentes de ignorantes… están dolidos en su arrogancia oligárquica porque a su icono, a su factotun, a su capitoste; lo han condenado a 80 años de prisión o lo que equivale decir a prisión perpetua. Claro, para ellos es poco significativo los miles de muertos de su régimen de terror en todo el territorio nacional, incluidos los ixiles, los más afectados.



LOS CACIQUES INDUSTRIALES DE GUATEMALA:
¡ UN SOLO GOLPE AL CAITE !


Por Luciano Castro Barillas

Los ejércitos de las emergentes “repúblicas” de América Latina durante todo el siglo XIX estaban dirigidos, los pocos, por auténticos patriotas, pero en la gran mayoría eran caciques criollos que no querían otra cosa que hacer prosperar su hacienda personal, habida cuenta que los peninsulares, los españoles nacidos en España, era los verdaderos detentadores del poder político y económico. Esa competencia entre fracciones de clase hizo que el pleito se desencadenara entre ellos y armaran cada cual por su lado ejércitos de desarrapados, de soldados descalzos y oficiales rústicos y analfabetos, enarbolando la bandera de la independencia. De allí que esos ejércitos de campesinos que luchaban sin saber por qué, extraídos a la fuerza de las plantaciones donde eran “colonos” o semiesclavos, eran conducidos por los montes y poblados a un ritmo frenético, trotando sincrónicamente con la voz cantante de un cerril “oficial”, que más bien era mayoral del señor hacendado, quien agregaba con voz estentórea, quizá como único requisito, para dirigir una escuadra de soldados o un escuadrón al grito de: ¡ Un solo golpe al caite[1], un solo golpe al caite!  El mismo término fue usado en las maniobras de campo de infantería, cuando al ordenarle a la tropa ¡alto! o ¡firmes! el exigente oficial requería un solo golpe al caite.

Pues exactamente lo mismo sucede hoy con los caciques industriales de Guatemala representados en el CACIF, su organización empresarial y herederos a su vez de los criollos coloniales. Manipulando masas de desinformados, contingentes de ignorantes (pues Guatemala es el país de Latinoamérica con la más alto porcentaje de analfabetos, con la menor cantidad de estudiantes universitarios, con la más alta tasa de desnutrición infantil , ocupa también el cuarto lugar en el mundo y es proveedor mundialista de niños con cerebro subdesarrollado, con el mayor asesinato de mujeres, con el 82 % de su población en la pobreza y  otros indicadores socio-económicos escalofriantes); están dolidos en su arrogancia oligárquica porque a su icono, a su factotun, a su capitoste; lo han condenado a 80 años de prisión o lo que equivale decir a prisión perpetua. Claro, para ellos es poco significativo los miles de muertos de su régimen de terror en todo el territorio nacional, incluidos los ixiles, los más afectados. No es una prueba suficiente para este tipo de personas, definitivamente incivilizadas, aunque luzcan y tengan todos los artefactos más novedosos de la civilización, porque ellos, como dijera Bergson, “tienen su cultura”. Y su irracionalidad llega al punto de desafiar algo que se ve venir por parte de la izquierda o los liberales norteamericanos encabezados en esta ocasión y ya sugerido al moreno Obama: la movilización de la O.E.A. u otros medios para pedir la renuncia al presidente Otto Pérez Molina. Por una intolerancia hipócrita  -tan propia de los politiqueros gringos-  que ahora, en tiempos de recuperación de espacios perdidos en América Latina y con el afán de maquillajes democráticos y de derechos humanos; nada, absolutamente nada, quieren ver con genocidas, medio genocidas o genocidas enteros, principalmente si usted aparece como jefe militar con los cadáveres de los ejecutados extrajudicialmente a sus pies. Eso es escandaloso para la hipocresía engolada de los norteamericanos, tratándose de América Latina, porque en Siria actúan con otra despiadada moral. Ese es el temor de la ultraderecha guatemalteca, principalmente la militarista. Y la estrategia norteamericana va por ese rumbo. Es una manera de mantener “democracias no avanzadas” o no radicalizadas y revertir a las que medio han avanzado, como las de América del Sur, cuyo vulnerabilidad de reversión de esos procesos históricos está a la vuelta de la esquina, si no se aplican los dirigentes populares a proveer a los ciudadanos de realidades materiales y no solo discursos inflamatorios de izquierda, que están bien, pero no bastan o son insuficientes cuando los satisfactores materiales no llegan de la manera debida a las grandes mayorías depauperadas. Lo sucedido en Venezuela con las últimas elecciones es ejemplarizante. Ya lo dijo el Che, lo que debe ser propio de toda Revolución exitosa: los incentivos materiales van de la mano con los incentivos espirituales o morales. Las Revoluciones se hacen para vivir mejor, para ser mejor, para crear un mundo diferente al margen de las ignominias.

Y si esos procesos de reversión democrática los situamos en Guatemala, con su democracia peculiar, son muy factibles, bastante probables, si solo se contara con la presencia de las fuerzas políticas y sociales nacionales. La comunidad internacional ha sido el baluarte de la democracia guatemalteca, sin ella, haría mucho tiempo que estuviera entronizada otra dictadura militar. Los mitos del eterno retorno nitzcheanos también se cumplen en política. Ese peligro fue ya percibido por los amos del norte, quienes harán, no cabe la menor duda, lo debido; para que sean las cosas como ellos dicen. O como le conviene a la actual coyuntura norteamericana en pérdida ineluctable de su hegemonía.

¡Un solo golpe al caite! dicen sin disimularlo todos los medios de comunicación de Guatemala aliados con el CACIF y el militarismo. Es una pena, realmente, porque visión tan obliterada y obtusa como la de los oligarcas nacionales es única e inimitable.






[1] Caite es un guatemaltequismo, equivale a sandalia o guarache.











Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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