La paz es excelente en tanto
pueda aplacar al pueblo con pan y circo, pero cuando una calamidad financiera
hace que la economía se derrumbe y el pan y circo se vuelven escasos, un plan
“B” práctico es la guerra.
EL COLAPSO FINANCIERO
CONDUCE A LA GUERRA
Por Dimitry Orlov
Escrutando los titulares en la prensa convencional occidental, y luego
mirando detrás del espejo unidireccional para compararlo con los tejemanejes
reales, uno no puede dejar de tener la impresión de que los propagandistas de
los Estados Unidos, y todos los que vienen detrás, están luchando con todas sus
fuerzas para inventar razones para la acción militar de un tipo u otro, ya sea
suministrando armas a al ejercito de Ucrania en gran parte desaparecido, o
poniendo en escena desfiles de equipo militar y tropas estadounidenses en la
ciudad, de mayoría rusa, de Narva, en Estonia, a unos cientos de metros de
distancia de la frontera con Rusia, o poner en peligro "asesores" de
EE.UU en partes de Irak en su mayoría controlados por militantes islámicos.
Los denodados esfuerzos por suscitar una histeria similar a la Guerra Fría frente
a una Rusia por lo demás preocupada y esencialmente pasiva, parecen fuera de
toda proporción a la amenaza militar que realmente Rusia representa. (Sí, voluntarios
y munición se filtran en Ucrania a través de la frontera con Rusia, pero eso es
todo.) Más al sur, los esfuerzos para derrocar al gobierno de Siria ayudando y
armando a los radicales islamistas parecen estar rebotando amenamente. Pero ese
es el patrón, ¿no? ¿Qué participación militar en la historia reciente de los
EE.UU no ha resultado en un fracaso? Tal vez el fracaso no sea sólo una opción,
sino más bien un requisito.
Repasemos. Afganistán, después de la campaña militar más larga en la
historia de Estados Unidos, está siendo devuelto a los talibanes. Irak ya no
existe como nación soberana, pero se ha fracturado en tres partes, una de ellas
controlada por islamistas radicales. Egipto ha sido democráticamente reformado en
una dictadura militar. Libia es un Estado extinto en medio de una guerra civil.
Ucrania estará pronto en un estado similar; ha sido reducido a un status de
indigente en tiempo record -menos de un año. Un reciente derrocamiento del
gobierno ha causado que Yemen deje de ser fácil de usar por los Estados Unidos.
Más cerca de casa, las cosas van tan bien en los países Centroamericanos de
Guatemala, Honduras y El Salvador (dominados por los Estados Unidos) que han
producido una avalancha de refugiados, todos tratando de entrar en los EE.UU,
con la esperanza de encontrar cualquier clase de santuario.
Observando este amplio panorama de fracaso, hay dos maneras de
interpretarlo. Una es que la oficialidad estadounidense es la más incompetente que
uno se pueda imaginar, y no puede nunca hacer nada bien. Pero otra es que no
tienen éxito por una razón muy diferente: no tienen éxito porque los resultados
no importan. Usted ve, si el fracaso fuera un problema, entonces habría algún
tipo de presión viniendo de algún lugar u otro dentro del stablishment, y esa
presión para tener éxito podría esporádicamente dar lugar a un mejor desempeño,
conduciendo por lo menos a algunos cuantos casos de éxito. Pero de hecho el
fracaso no es ningún problema en absoluto, y si por el contrario hubiera algún
tipo de presión para fracasar, entonces veríamos exactamente lo que vemos.
De hecho algo importante se puede decir, que es el limitado alcance del
fracaso lo que es el problema. Esto explicaría el reciente ruido de sables en la
dirección de Rusia, acusándola de ambiciones imperiales (Rusia no está
interesada en ganancias territoriales), demonizando a Vladimir Putin (que es
eficaz y popular) y comportándose provocativamente a lo largo de las varias
fronteras de Rusia (dejando a Rusia ligeramente insultada pero generalmente
indiferente). Se puede argumentar que todas las víctimas anteriores de la política
exterior estadounidense -Afganistán, Irak, Libia, Siria, incluso en Ucrania- son
demasiado pequeñas para producir un fracaso lo suficientemente grande como para
satisfacer el apetito de los estadounidenses por el fracaso. Rusia, por el
contrario, sobre todo cuando incentivada a pensar que le está haciendo frente a una especie de neofascismo,
de estilo estadounidense, tiene la capacidad de ofrecer un fracaso de la política
exterior de EE.UU que empequeñecerá todos los anteriores.
Los analistas han propuesto una variedad de explicaciones sobre el
hiperactivo y sobredimensionado
militarismo de Estados Unidos. Éstas son las tres más importantes:
1. El Gobierno de Estados Unidos ha sido capturado por el complejo
militar-industrial, que exige ser financiado generosamente. Justificaciones son
creadas artificialmente para lograr ese resultado. Pero sí parece haber algún
tipo de presión para en realidad fabricar armas y ejércitos de campaña, ante
esto ¿no sería mucho más rentable lograr el fracaso de espectro completo
simplemente robando todo el dinero y obviar construir los sistemas de armas en
su totalidad? Así que algo debe estar pasando.
2. La postura militar de Estados Unidos está diseñada para asegurar la
dominación de espectro completo de los EE.UU en todo el planeta. Pero la
"dominación de espectro completo" suena un poco como
"éxito", mientras que lo que vemos es el fracaso de espectro
completo. Una vez más, esta historia no se ajusta a los hechos.
3. Los Estados Unidos actúan militarmente para defender el status del dólar
como moneda de reserva mundial. Pero el dólar de Estados Unidos está poco a
poco perdiendo su atractivo como moneda de reserva, según lo observado a través de las actuaciones de China y Rusia
que tan rápido como pueden se están deshaciendo de sus reservas en dólares, y en
su lugar están acumulando oro. Muchos otros países han llegado a acuerdos entre
sí para dejar de usar el dólar en el comercio internacional. La verdad es que
no se necesita un enorme ejército para echar por el fregadero la moneda
nacional de alguien, por lo que, una vez más, algo más debe estar pasando.
Hay muchas otras explicaciones que también se ofrecen, pero ninguna de
ellas explica el hecho de que el objetivo de todo este militarismo parece ser
lograr el fracaso.
Tal vez una explicación más simple sería suficiente. Qué tal está:
Los EE.UU han rendido su soberanía a una camarilla de oligarcas
financieros. No teniendo a nadie a quien responder en absoluto, esta oligarquía
estadounidense (y en cierta medida internacional) ha estado arruinando la
situación financiera del país, aumentando
la deuda hasta niveles asombrosos, destruyendo los ahorros y las
jubilaciones, devaluando la moneda y así sucesivamente. El inevitable final de
todo este juego es que la Reserva Federal (junto con los bancos centrales de
otras "economías desarrolladas") terminará comprando toda la emisión
de deuda soberana con el dinero que impriman para tal fin, y al final esto conduce
inevitablemente a la hiperinflación y la quiebra nacional. Hasta el momento un
conjunto muy especial de condiciones ha impedido que estos dos eventos tengan
lugar, pero eso no significa que no lo harán, porque eso es lo que pasa
siempre, tarde o temprano.
Ahora, supongamos que una oligarquía financiera se ha hecho con el control
del país, y, puesto que no puede controlar sus propios apetitos, lo está
llevando a la ruina. Entonces tendría sentido que tenga algún tipo de plan “B”
para cuando todo el castillo de naipes financiero se desmorone. Lo ideal sería
que este plan efectivamente sofoque cualquier posibilidad de rebelión de las
masas oprimidas, y le permita a la oligarquía mantener la seguridad y aferrarse
a su riqueza. La paz es excelente en tanto pueda aplacar al pueblo con pan y
circo, pero cuando una calamidad financiera hace que la economía se derrumbe y
el pan y circo se vuelven escasos, un plan “B” práctico es la guerra.
Cualquier justificación para la guerra servirá, ya se trate de terroristas
extranjeros y nacionales, el gran malvado Oso Ruso, o extraterrestres
alucinados. El éxito militar no es importante, porque el fracaso es aún mejor
que el éxito para mantener el orden, ya que hace posible forzar diversas
medidas de seguridad de emergencia. Varias operaciones de entrenamiento, como
la ocupación militar de Boston tras los atentados escenificados en el maratón
de Boston, ya han tenido lugar. La infraestructura de vigilancia y el complejo
industrial de prisiones parcialmente privatizado ya están en su lugar para
encerrar a los indeseables. Un fracaso realmente enorme proporcionaría la mejor
justificación para poner la economía en pie de guerra, imponer la ley marcial,
la supresión de la disidencia, prohibir
la actividad política "extremista" y así sucesivamente.
Y eso es lo que tal vez debemos esperar. El colapso financiero ya está
cocinado, y es sólo una cuestión de tiempo antes de que suceda, y se precipite
el colapso comercial cuando las cadenas de suministro globales dejan de
funcionar. El colapso político será resistido, y la forma en que será resistido
será iniciando tantas guerras como sea posible para producir un gran trasfondo
de fracaso que sirva de justificación para todo tipo de "medidas de
emergencia", todo lo cual tendrá un solo objetivo: suprimir la rebelión y mantener
la oligarquía en el poder. Fuera de los EE.UU, se verá como que los
estadounidenses están haciendo volar cosas: los países, las cosas, las personas
inocentes, incluso ellos mismos (porque, usted sabe, al parecer, eso funciona
también). Desde el exterior mirando en el salón de espejos unidireccionales de
Estados Unidos, se verá como un país enloquecido; pero por otro lado ya se ve
de esa manera. Y dentro de la sala de espejos unidireccionales se verá como
valientes defensores de la libertad luchan contra enemigos implacables de todo
el mundo. La mayoría de la gente permanecerá siendo dócil y sólo agitará sus
banderitas.
Pero me atrevería a decir que en algún momento el fracaso se traducirá en meta-fracaso:
Estados Unidos fracasará incluso en fracasar. Espero que haya algo que podamos
hacer para ayudar a que este meta-fracaso de fracaso ocurra más temprano que
tarde.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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