sábado, 26 de septiembre de 2020

La simplicidad del pensamiento político electoral en los Estados Unidos

Ante un panorama casi idéntico social, económica y políticamente, porque demócratas y republicanos son la misma basura, el resultado será favorable para Biden porque Donald Trump no exhibe resultados positivos en nada y no porque Biden sea una figura más atractiva que Trump.

 

LA SIMPLICIDAD DEL PENSAMIENTO
POLÍTICO ELECTORAL EN LOS ESTADOS UNIDOS



Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Contra toda sofisticación intelectual que presuma de profunda revelación, siempre se ha impuesto y se impondrá el sentido común. La complejidad del pensamiento humano lleva implícita también la simplificación, lo que no quiere decir que esté exento este ejercicio del esfuerzo reflexivo. Pero en ocasiones ese esfuerzo reflexivo resulta en exceso arduo porque se corren dos, tres o cuatro caminos paralelos, que desembocan en un punto de fuga que se llama la sencillez. Así es el marxismo. El más profundo análisis de las leyes económicas de la sociedad que por su verdad resulta, al final, sencillo. Digo esto porque hoy que se acercan las elecciones de los Estados Unidos, más o menos en cinco semanas. Abundan los grandes agoreros sobre el resultado de las elecciones, si Biden o Trump.

Los dos candidatos son anodinos. Uno menos descerebrado que el otro. Los dos con equipo de propaganda, de comunicación amplios, con la diferencia de que unos son más efectivos en los mensajes difundidos (aunque sean mensajes estúpidos) y otro no. En Estados Unidos se da que el más bruto de los candidatos, Trump, es el que más se sabe hacer notar, lo cual no quiere decir que ser el más famoso es el que tiene más prestigio. Y como el pueblo de los Estados Unidos, sus sectores populares, están muy desinformados políticamente, pueden creer cualquier cosa en el lapso de una semana.

Pero hay algo que funciona mal para Donald Trump en su propaganda, como lo es su desprecio a las minorías. Eso no lo podrá revertir, es definitivo y decisorio. Necesitaría más tiempo, no las cinco semanas de manipulación que quedan del momento electoral, para que la mentira repetidas mil veces se transforme en verdad. Ya no le queda tiempo para permear las mentes vulnerables. Hay una coyuntura totalmente desfavorable para él como lo es la pandemia y su mala gestión, no por falta de dinero, sino por falta de voluntad y desprecio a las minorías más afectadas como los negros, los latinos y los blancos pobres.

La pandemia también hizo entrar la economía en una fase recesiva y mientras más aumente la locura, la paranoia de la inseguridad internacional que promueven los personeros del actual gobierno, el gasto militar no padece agosto. Se gasta sin empacho en lo improductivo, como todo gasto militar. Y eso, más que estadística, lo sienten los pobres y sectores medios de la sociedad estadounidense en sus bolsillos, en la diminución de su calidad de vida y el consumo, que tanto importa en el gran país del norte. A los pobres no nos importa los grandes resultados macroeconómicos si nos damos cuenta que ahora cuesta más tener la despensa de alimentos con lo necesario. La causa y motivo de la felicidad en esa sociedad es el comprar, el adquirir, el ser; en tanto pueda consumir. De lo contrario cunde el pesimismo y hasta la fatalidad. Esa es la desventaja de Trump, pero tampoco es la ventaja de Biden, porque ambos no están en condiciones de ofrecer una vida mejor a los norteamericanos, pasando por alto a las minorías bien posicionadas socialmente a quien les importa que las favorezcan con la evasión fiscal. Pero estos ricos o capas medias altas no son muchos y no son los que deciden una elección, en los Estados Unidos y en cualquier parte del mundo donde se practiquen las democracias burguesas y su ya desacreditado sistema electoral.

Y ante un panorama casi idéntico social, económica y políticamente, porque demócratas y republicanos son la misma basura, el resultado será favorable para Biden porque Donald Trump no exhibe resultados positivos en nada y no porque Biden sea una figura más atractiva que Trump. Trump perderá por el voto de castigo de un amplio espectro social deprimido y porque, quiérase o no, con Biden, aletea ligeramente la mariposa de la esperanza, de una vida tal vez no mejor, pero al menos no tan cruel, no tan brutal, no tan retardataria; como ocurre con el actual inquilino de la Casa Blanca. No hay conspiradores (los rusos) de por medio. Todo cuanto ocurre y ocurrirá es hecho con la propia mano de los políticos de los Estados Unidos. ¿Qué dicen los rusos para influir en el pensamiento electoral de los estadounidenses? Pues nada. Y aquí ocurre algo de gran sentido común, ligeramente chocante, pero inmenso de verdad para los estadounidenses: “Cuando la partera es mala, al culo le echan la culpa”.  



Publicado por La Cuna del Sol

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