Estos camaradas no eran simples políticos sino toda una generación de intelectuales guatemaltecos, como Bernardo Alvarado Monzón, Secretario General, Mario Silva Jonama, Carlos René Valle, Hugo Barrios Klée, Carlos Alvarado Jerez y Miguel Ángel Hernández, todos no pasaban los cincuenta años de edad.
POR ESO ESTAMOS COMO
ESTAMOS:
LA MÁS DISTINGUIDA
CLASE POLÍTICA DE GUATEMALA
FUE SECUESTRADA Y
ASESINADA EN 1972
Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
Corría el mes de septiembre de 1972,
exactamente el 26, ya casi finalizando el mes. En la casa de Tikal I, en la
zona 7 de la ciudad de Guatemala, fue capturada en pleno la Comisión Política
del Partido Comunista de Guatemala. Era un asunto que nadie esperaba que así
ocurriera, pero que realmente se veía venir. Los camaradas del Partido, dado
los golpes del pasado como la experiencia de Concuá y otros fracasos, estaban
debilitados. Apenas si existía una unidad militar dirigida por Joaquín Noval,
cuya capacidad operativa, era bastante limitada. Este dirigente se encontraba
en ese momento en Costa Rica tratando de fortalecer los lazos de cooperación
política con algunos hombres de la izquierda costarricenses y su partidito de izquierda burguesa, como han sido
siempre los “comunistas” de Costa Rica.
En el país, de los delegados internacionales,
solo se encontraba José Alberto Cardoza, representante del PGT en México, que
estaba un poco mejor que el de Costa Rica, proletarizado
a la derecha, por la fuerte infiltración del PRI, el Partido Revolucionario
Institucional, podrido hasta sus cimientos. Nada se pudo hacer por los
compañeros sorprendidos con la guardia baja esa mañana y su suerte desde un
principio estaba echada. Inteligencia militar sabía por “revolucionarios”
mexicanos que una guerrilla se iba implantar, dentro de poco (1973) en las
selvas de Ixcán, colindante con México y era ya una preocupación de ambos
ejércitos nacionales.
Se trataba de un reducido grupo de guerrilleros
de lo que sería más tarde el Ejército
Guerrillero de los Pobres, que se sabía, dispondrían de una fuerza militar
formidable con cohetes y aeronaves. Nada de eso era cierto. Pero asumieron que
esa nueva fuerza política revolucionaria crearía sus apoyos urbanos y una
posible guerrilla urbana, al estilo de los Tupamaros del Uruguay. Por eso ninguno
se pudo salvar, porque su captura ocurrió en una coyuntura política totalmente
desfavorable, donde apenas se tenían los controles de seguridad que
garantizaran las reuniones en la ciudad de Guatemala y el temor al
resurgimiento de la insurgencia.
Pretendían las fuerzas de seguridad
guatemaltecas capturar no solo a la Comisión Política en pleno sino también al
Comité Central, es decir, se quería una redada masiva para matarlos a todos y
destruir de una buena vez la futura base social, de apoyo, en la ciudad más
importante del país. Los camaradas se habían relajado en extremo porque después
del encuentro político, iban a tener una conmemoración, divertida de plano, por
la conmemoración el 28 de septiembre de 1949 de la fundación del Partido
Comunista de Guatemala o Partido Guatemalteco del Trabajo, PGT. Estos camaradas
no eran simples políticos sino toda una generación de intelectuales
guatemaltecos, como Bernardo Alvarado Monzón, Secretario General, Mario Silva
Jonama, Carlos René Valle, Hugo Barrios Klée, Carlos Alvarado Jerez y Miguel
Ángel Hernández, todos no pasaban los cincuenta años de edad.
Estaban los camaradas en la etapa más
fructífera de su vida, en todos los aspectos. Su importancia política era tal
que tras su captura estuvo en Guatemala el Subsecretario de Defensa de los
Estados Unidos, míster I. Sheldon jr.,
para dirigir personalmente los interrogatorios que tuvieron lugar por 12 horas
y quien veía que (…) el comunismo estaba instalándose en las Américas. Los camaradas fueron asesinados y sus cuerpos
arrojados al mar por una nave piloteada por uno de los halcones del genocida
general Carlos Manuel Arana Osorio, alias El
Chacal de Oriente, que era su hijo Tito Arana, quien piloteó la nave que
arrojó los cuerpos de tan brillantes intelectuales a la oscuridad del océano.
Murió también en esa captura en masa, una
bellísima mujer, artista y revolucionaria, Fantina
Rodríguez Padilla. A estos brillantes guatemaltecos se les honra en
septiembre y se les recuerda, dejando para la historia política de Guatemala,
esta fotografía de la casa donde se fundó el Partido Comunista o Partido
Anarquista de Jutiapa (se le llamaba de las dos maneras) en 1927. Los aquí
mencionados son los auténticos próceres de esta Guatemala irredenta.
Publicado por La Cuna del Sol
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