martes, 29 de septiembre de 2020

Por eso estamos como estamos: la más distinguida clase política de Guatemala fue secuestrada y asesinada en 1972

Estos camaradas no eran simples políticos sino toda una generación de intelectuales guatemaltecos, como Bernardo Alvarado Monzón, Secretario General, Mario Silva Jonama, Carlos René Valle, Hugo Barrios Klée, Carlos Alvarado Jerez y Miguel Ángel Hernández, todos no pasaban los cincuenta años de edad.

 

POR ESO ESTAMOS COMO ESTAMOS:
LA MÁS DISTINGUIDA CLASE POLÍTICA DE GUATEMALA
FUE SECUESTRADA Y ASESINADA EN 1972



Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Corría el mes de septiembre de 1972, exactamente el 26, ya casi finalizando el mes. En la casa de Tikal I, en la zona 7 de la ciudad de Guatemala, fue capturada en pleno la Comisión Política del Partido Comunista de Guatemala. Era un asunto que nadie esperaba que así ocurriera, pero que realmente se veía venir. Los camaradas del Partido, dado los golpes del pasado como la experiencia de Concuá y otros fracasos, estaban debilitados. Apenas si existía una unidad militar dirigida por Joaquín Noval, cuya capacidad operativa, era bastante limitada. Este dirigente se encontraba en ese momento en Costa Rica tratando de fortalecer los lazos de cooperación política con algunos hombres de la izquierda costarricenses y su partidito de izquierda burguesa, como han sido siempre los “comunistas” de Costa Rica.

En el país, de los delegados internacionales, solo se encontraba José Alberto Cardoza, representante del PGT en México, que estaba un poco mejor que el de Costa Rica, proletarizado a la derecha, por la fuerte infiltración del PRI, el Partido Revolucionario Institucional, podrido hasta sus cimientos. Nada se pudo hacer por los compañeros sorprendidos con la guardia baja esa mañana y su suerte desde un principio estaba echada. Inteligencia militar sabía por “revolucionarios” mexicanos que una guerrilla se iba implantar, dentro de poco (1973) en las selvas de Ixcán, colindante con México y era ya una preocupación de ambos ejércitos nacionales.

Se trataba de un reducido grupo de guerrilleros de lo que sería más tarde el Ejército Guerrillero de los Pobres, que se sabía, dispondrían de una fuerza militar formidable con cohetes y aeronaves. Nada de eso era cierto. Pero asumieron que esa nueva fuerza política revolucionaria crearía sus apoyos urbanos y una posible guerrilla urbana, al estilo de los Tupamaros del Uruguay. Por eso ninguno se pudo salvar, porque su captura ocurrió en una coyuntura política totalmente desfavorable, donde apenas se tenían los controles de seguridad que garantizaran las reuniones en la ciudad de Guatemala y el temor al resurgimiento de la insurgencia.

Pretendían las fuerzas de seguridad guatemaltecas capturar no solo a la Comisión Política en pleno sino también al Comité Central, es decir, se quería una redada masiva para matarlos a todos y destruir de una buena vez la futura base social, de apoyo, en la ciudad más importante del país. Los camaradas se habían relajado en extremo porque después del encuentro político, iban a tener una conmemoración, divertida de plano, por la conmemoración el 28 de septiembre de 1949 de la fundación del Partido Comunista de Guatemala o Partido Guatemalteco del Trabajo, PGT. Estos camaradas no eran simples políticos sino toda una generación de intelectuales guatemaltecos, como Bernardo Alvarado Monzón, Secretario General, Mario Silva Jonama, Carlos René Valle, Hugo Barrios Klée, Carlos Alvarado Jerez y Miguel Ángel Hernández, todos no pasaban los cincuenta años de edad.

Estaban los camaradas en la etapa más fructífera de su vida, en todos los aspectos. Su importancia política era tal que tras su captura estuvo en Guatemala el Subsecretario de Defensa de los Estados Unidos, míster I. Sheldon jr., para dirigir personalmente los interrogatorios que tuvieron lugar por 12 horas y quien veía que (…) el comunismo estaba instalándose en las Américas.  Los camaradas fueron asesinados y sus cuerpos arrojados al mar por una nave piloteada por uno de los halcones del genocida general Carlos Manuel Arana Osorio, alias El Chacal de Oriente, que era su hijo Tito Arana, quien piloteó la nave que arrojó los cuerpos de tan brillantes intelectuales a la oscuridad del océano.

Murió también en esa captura en masa, una bellísima mujer, artista y revolucionaria, Fantina Rodríguez Padilla. A estos brillantes guatemaltecos se les honra en septiembre y se les recuerda, dejando para la historia política de Guatemala, esta fotografía de la casa donde se fundó el Partido Comunista o Partido Anarquista de Jutiapa (se le llamaba de las dos maneras) en 1927. Los aquí mencionados son los auténticos próceres de esta Guatemala irredenta.





Publicado por La Cuna del Sol

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