Cuando vemos lo que pasa en Guatemala y lo que hace el presidente Alejandro Giammattei me pregunto: ¿Cuántas veces hubiera sido fusilado este señor si fuera ciudadano chino? No cabe la menor duda que muchas.
SI ALEJANDRO GIAMMATTEI
FUERA CIUDADANO CHINO,
NO SÉ CUÁNTAS VECES LO
HUBIERAN FUSILADO
POR CORRUPCIÓN
Por Manuel Díaz Moncada
La Cuna del Sol
La legislación penal china es severísima en
todo lo relacionado con la corrupción de los empleados públicos y el tráfico de
estupefacientes. Si la corrupción es mínima y el tráfico de droga mínimo las
penas no son tan duras, pero extremadamente duras para los estándares penales
occidentales, por eso la razón de que ese tipo de delitos no son tan frecuentes
pues, además de la policía con uniforme que se mueve por las calles, no hay
sitio donde, ciudadanos comprometidos con la consolidación de la nueva primera
potencia mundial; dejen de ser oídos y ojos para hacer del proceso chino una forma correcta de edificación del
capitalismo. Es lo que hace actualmente China. Tomar todos los elementos
progresistas del viejo régimen capitalista, que todavía los tiene en
abundancia; e intenta crear las condiciones a futuro para dar el gran salto
dialéctico, colocar las primeras piedras de la edificación socialista. ¿Y cómo
pasa esto? ¿Os parece un disparate? Pues no.
Los grandes jerarcas de la edificación del
socialismo fueron bastante ingenuos, ilusos. Porque una cosa es la teoría y
otra es la práctica. Un asunto es lo que se dice y otro asunto muy distinto lo
que ocurre en la vida, en la realidad. No se puede edificar un verdadero
proceso socialista en ninguna parte del mundo en tanto no se tomen en cuenta
las herencias históricas del
capitalismo y las condiciones desfavorables en la escena internacional para las
fuerzas del progreso histórico. Todo
el siglo XX las fuerzas del progreso social y económico tuvieron una
correlación de fuerzas desfavorables en el escenario mundial. Se imponían y
ganaban las economías capitalistas o economías de mercado.
China muy inteligentemente ya no luchó contra
las fuerzas negativas de la historia, sino que se puso a hacer lo propio, a darles
a los capitalistas del mundo occidental cucharadas de su misma medicina. Se
puso a competir e intentar con un costo de producción favorable por su alta
densidad demográfica -su más grande activo o tesoro- donde más duele: bajar los
costos de producción. Esto tuvo un enorme costo social hasta la fecha y creó,
transitoriamente, unas clases sociales
antagónicas, porque China tiene todavía muchos pobres y a la vez grandes
millonarios y amplias capas medias. Pero todos, al final, tienen una pequeña
parte del pastel. Esto ocurrió porque los chinos no permitieron el actuar
misterioso de las fuerzas invisibles del
mercado.
En China esas fuerzas no eran invisibles sino
totalmente tangibles porque existía algo donde la extinta Unión Soviética
perdió el rumbo: un Partido Comunista firme de que esa ruta es el único camino
para crear el deseado socialismo. Que no está tan cerca cómo se imaginaría una
persona ingenua. Faltan muchos decenios que situarán a China en su etapa de colocar la primera piedra de un socialismo
real. Para eso el Comité Central del Partido Comunista Chino hizo lo
impensable para los economistas de la burguesía: dar grandes líneas liberales pero
a la vez centralizadas de política económica. Economía en todos los aspectos de
la vida social, pensados y dirigidos por las mentes más lúcidas de ese estado
que ahora es, con el disgusto de muchos, la Primera Potencia de la Tierra. Pero combatieron dura la corrupción.
Cuando vemos lo que pasa en Guatemala y lo que
hace el presidente Alejandro Giammattei me pregunto: ¿Cuántas veces hubiera
sido fusilado este señor si fuera ciudadano chino? No cabe la menor duda que
muchas. Sin embargo, aquí en Guatemala no pasa nada. En China, la familia del
corrupto ejecutado, corre con el pago de la bala que alojaron en la nuca del
mañoso. ¡Malos esos comunistas!
Publicado por La Cuna del Sol
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