Mientras que los medios
occidentales higienizan la propaganda trillada sobre el papel desinteresado de
Washington como gendarme global, la verdadera historia es la de un moribundo
matón hegemónico estadounidense tratando de aplazar su defunción -atacando a China
y Rusia, incluso si eso significa encender una guerra mundial catastrófica.
CONDENADO AL FRACASO EE.UU
ATACA A CHINA Y RUSIA
Por Finian Cunningham
El presidente de EE.UU, Barack Obama inicia su gira por el este de Asia
esta semana con una amenaza de agresión militar hacia China, al mismo tiempo
que el vicepresidente Joe Biden intensificaba provocaciones similares contra
Rusia sobre la crisis de Ucrania.
Esto está sucediendo así porque el llamado "pivote asiático"
estadounidense está íntimamente relacionado con la crisis en Ucrania y las
crecientes tensiones entre Washington y Moscú. Ambos casos son el resultado de
la agresión imperialista de los EE.UU cuyo objetivo es posponer el colapso de
la hegemonía global estadounidense. Aunque en la forma risible en que los
medios de prensa corporativa occidental revierten la realidad, la depravación
de Washington se convierte en una virtud.
The Wall Street Journal nos dice: "El pivote (asiático) de los EE.UU en
repetidas ocasiones ha sido puesto fuera de balance como consecuencia de que Washington
ha centrado su atención en Siria, Irán, las conversaciones de paz en Oriente
Medio y ahora Ucrania."
Esta es una versión en la que Estados Unidos actua como el noble
"policía global". Observe la forma en que el Wall Street Journal insinúa
que Washington es una fuerza benevolente en varios conflictos en el mundo,
cuando en realidad es Washington quien en efecto es la fuente de conflictos en
todos los escenarios citados. Este es un ejemplo clásico de los "medios de
prensa" occidental -más precisamente, el "sistema de propaganda de lavado
de cerebro" -en acción.
Los EE.UU está exacerbando la inseguridad en Asia, entre China y sus vecinos,
Washington es el principal patrocinador de la guerra terrorista encubierta en
Siria, Irán sigue siendo objeto de criminales sanciones lideradas por Estados
Unidos sobre la base de afirmaciones inventadas con relación al programa
nuclear iraní, el "proceso de paz" de Oriente Medio en Palestina está
en un punto muerto, a causa de que los EE.UU apoya al genocida régimen de
Israel, y en Ucrania, fue el ilegal golpe de Estado instigado por Washington en
Kiev lo que ha empujado a ese país al borde de la guerra civil, e incluso puede
provocar una guerra mundial con Rusia.
Cuando Obama aterrizó en Japón esta semana en el inicio de su gira por
cuatro países asiáticos, que incluye a Corea del Sur, Filipinas y Malasia, fue significativamente
revelador que a su llegada a Tokio hiciera una observación fundamental, que
Estados Unidos respalda a Japón en su disputa territorial con China. Obama dijo
que el apoyo militar es parte del llamado "pacto de defensa" entre
los EE.UU y Japón.
El hecho de que los estadounidenses digan estar "defendiendo" a un
país al que le lanzaron bombas atómicas, desafía cualquier razonamiento
inteligente. Ese es el poder de lavado de cerebro.
Sin embargo, la descarada intromisión de Obama en la disputa entre China y
Japón fue obviamente una provocación calculada que dará lugar a que aumenten
las tensiones regionales, que a su vez le da a Washington más pretextos para
mantener allí decenas de miles de sus tropas, misiles, aviones de combate y
buques de guerra.
Lo que Washington le está diciendo a China es: tus reivindicaciones
territoriales contra Japón son nulas y si intentas utilizar la fuerza militar
en apoyo de tus reclamos, entonces los EE.UU se reservan el derecho de lanzar
una guerra "defensiva".
No importa que el largo diferendo entre Tokio y Beijing sobre las islas
Senkaku/ Diaoyu este muy posiblemente a favor de las alegaciones de China. Las
islas están próximas a la costa sudeste de China y a cientos de kilómetros de
Japón. Japón continúa con la ocupación de las islas que se deriva de su guerra de
agresión imperialista contra China hace casi siete décadas. También a
principios de este mes tuvo lugar la primera ampliación de las instalaciones
militares japonesas en Okinawa en más de 40 años, que señala el fin de las
promesas pacifistas del Japón de la posguerra.
Teniendo en cuenta la horrible destrucción que Japón causó en
China y otros vecinos asiáticos durante su expansión imperialista, en la
memoria viviente, tales movimientos de Tokio están destinados a causar profunda
alarma. Sin embargo, Washington irrumpe con botas claveteadas para pisotear las
sensibilidades de China. Lo que es más, Washington y la supina prensa
occidental de nuevo invierten la
realidad acusando a China de comportarse provocativamente en la región.
El pivote asiático de Estados Unidos que Obama puso en marcha en el 2011,
tiene que ver con a vivar la agresión militar con China, bajo el pretexto de
ofrecer defender a los países vecinos -de la misma manera que un jefe mafioso
establece un chantaje.
El verdadero propósito es obstaculizar la importancia económica estratégica
de China y de impedir el cambio inexorable en la economía mundial fuera de la
hegemonía de Washington. Ese cambio significa la sentencia para el arruinado
dólar de EE.UU y su ahuecado sistema capitalista.
Mientras que los arrogantes medios de comunicación occidentales hacen como
que Obama está de gira por Asia en "un desafortunado" momento
del "manejo de la crisis"
sobre Ucrania, la realidad es que las dos cuestiones están muy profundamente
conectadas.
Como lo señala el ex economista del Banco Mundial Peter Koenig, Rusia y
China son los principales actores en la conformación del nuevo eje euroasiático
de la economía global. Un importante presagio sobre el futuro fue dado el mes
pasado, cuando en una visita de Estado a Alemania el presidente chino, Xi
Jinping, dio a conocer los planes para volver a abrir la famosa Ruta de la Seda
(Silk Road) -una de las rutas comerciales más antiguas y más estratégicas del mundo.
Dice Koenig: "China reabrirá la antigua Ruta de la Seda como una nueva
ruta comercial uniendo Alemania, Rusia y China, lo que permitirá
conectar y desarrollar nuevos mercados a lo largo de la ruta, especialmente en
Asia Central, donde este nuevo proyecto traerá estabilidad económica y política".
Este desarrollo también será una buena noticia para Irán, un adelanto de lo
cual fue el informe del mayor acuerdo petrolero a principios de este mes entre
Moscú y Teherán –para la enorme ira de Washington.
El movimiento tectónico en la economía mundial hacia un eje euroasiático ha
estado en marcha desde hace varios años y está integrado con la emergencia de
las llamadas naciones BRIC, que incluyen también a la India y Brasil. Este cambio de paradigma
también esta integrado con estas naciones desvinculándose a sí mismas del uso el dólar estadounidense
como moneda de reserva internacional.
Como señala Koenig, Rusia dejo caer "una bomba" este mes, cuando
anunció que iba a llevar a cabo todo su comercio internacional futuro en el rublo
ruso o en otras monedas nacionales. Esa decisión de Moscú -que los medios
occidentales evitaron reportar -fue motivada por las provocadoras sanciones de
Washington hacia Rusia sobre la crisis de Ucrania. El abandono del dólar por
parte de Rusia va a acelerar la dinámica contra la moneda EE.UU
Esta es la razón por la que que China y Rusia ahora están en la mira de
Washington, casi en la desesperación. Su ascenso presagia la caída del imperio
en bancarrota de Estados Unidos.
Mientras que los medios occidentales higienizan la propaganda trillada
sobre el papel desinteresado de Washington como gendarme global, la verdadera
historia es la de un moribundo matón hegemónico estadounidense tratando de aplazar
su defunción -atacando a China y Rusia, incluso si eso significa encender una
guerra mundial catastrófica.
Traducido del inglés por Marvin Najarro
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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