Es una de las dirigentes de la oposición
venezolana que tiene más relevancia fuera que dentro del país. Típico producto
de los nuevos partidos de derecha impulsados por el Departamento de Estado para
América Latina. Machado cultiva una imagen de referente preocupada por la
libertad y la lucha contra todo tipo de autoritarismo. Sin embargo, fue una de
las firmantes del decreto Carmona durante el efímero golpe de Estado del 11 de
abril de 2002.
MARÍA MACHADO, LA NUEVA NIÑA MIMADA
DE LA MANIPULACIÓN INFORMATIVA
Por Fernando Vicente Prieto
Notas
En una nueva etapa de la batalla mediática contra el gobierno de Venezuela,
los medios privados de comunicación han encontrado otra figura a quien instalar
como “luchadora por la libertad y la democracia”, de acuerdo a su particular
mirada. Se trata de María Corina Machado, quien hace pocos días protagonizó un
papelón histórico, cuando fue nombrada como embajadora de Panamá y perdió
automáticamente su cargo como diputada en Venezuela.
Siempre del mismo lado
María Machado es una de las dirigentes de la oposición venezolana que tiene
más relevancia fuera que dentro del país. Típico producto de los nuevos
partidos de derecha impulsados por el Departamento de Estado para América
Latina, que se presentan como la renovación ante las agotadas formaciones
políticas más tradicionales, Machado cultiva una imagen de referente preocupada
por la libertad y la lucha contra todo tipo de autoritarismo. Sin embargo, fue
una de las firmantes del decreto Carmona durante el efímero golpe de Estado del
11 de abril de 2002.
Ese decreto disolvió todos los poderes públicos y proclamó a un gobierno
elegido por nadie, quien se lanzó inmediatamente a reprimir las manifestaciones
que reclamaban el retorno de la democracia. Finalmente, sólo 47 horas después,
el pueblo en la calle y un sector leal de las fuerzas armadas lograron la caída
de la dictadura y restituyeron en el cargo al presidente Hugo Chávez, quien se
encontraba secuestrado.
Paradójicamente, poco después de haber participado del golpe frustrado,
Machado fundó la Asociación Civil “Súmate”, que tenía entre sus principios
teóricos “la construcción de la democracia”. Esta fue la herramienta principal desde
donde se desarrolló la recolección de firmas para la convocatoria al referéndum
revocatorio de Chávez.
Según se supo en un juicio realizado a los directivos de Súmate, en 2003
-durante la campaña previa a estas elecciones-, la asociación recibió más de
100 mil dólares provenientes de la National Enowment for Democracy (NED) y de
la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID), vías por las
que habitualmente Estados Unidos financia a sus aliados en otros países, en
clara actitud injerencista. En 2004, la ayuda fue de otros 107.200 dólares.
Pese a todo, el referéndum realizado en agosto de 2004 no alcanzó los
objetivos de la derecha y el Departamento de Estado -la Cancillería- de EE.UU.:
Chávez arrasó, alcanzando más del 59% de aprobación y se mantuvo como
presidente.
Bendecida de todos modos como una figura propia por los EE.UU., en mayo de
2005 el propio George W. Bush la recibió durante casi una hora en el Salón
Oval. En septiembre de 2010 fue electa diputada por los municipios de clase
media alta del Gran Caracas, con una votación sorprendentemente alta. Pero
pocos meses después, el 12 de febrero de 2012, obtuvo apenas el 3,7% en las
elecciones primarias de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), en las que
Henrique Capriles ganó la candidatura hacia las presidenciales del 7-O, en
representación de la coalición de derecha.
A pesar de ese magro resultado, continuó siendo una de las figuras más
destacadas por la prensa hasta la actualidad.
De #LaSalida de Maduro al error increíble en la
OEA
En julio del año pasado se conoció un audio en el que Machado se mostraba
indignada con los dirigentes más importantes de la MUD, en particular con Ramón
Guillermo Aveledo, del tradicional partido Acción Democrática
(socialdemócrata), porque no hacían llegar con suficiente claridad al
Departamento de Estado la necesidad de actuar contra el gobierno de Maduro.
Según Machado, “Aveledo le ha dicho al Departamento de Estado que la única
forma para salir de esto es provocar y acentuar una crisis. Un golpe de Estado
o autogolpe”, pero no era lo suficientemente efectivo para evitar el
reconocimiento diplomático al gobierno de Maduro. Por esos días John Kerry se
encontraba con el canciller bolivariano Elías Jaua.
En la charla, la entonces diputada a la Asamblea Nacional proponía
directamente una vía “de confrontación radical”, a la que sarcásticamente
define como “no dialogante y no electoral”. Se ve que tras una nueva derrota
derechista por la vía electoral -el 8 de diciembre-, la prédica golpista
alcanzó un consenso mayor en los oídos del Norte.
El 23 de enero de este año, Machado fue una de las dirigentes que
acompañaron a Leopoldo López en el lanzamiento de la campaña #LaSalida, con la
que convocaron a derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, desatando una espiral
de violencia que aún continúa. Encarcelado López tras los primeros actos de
violencia, Machado recurrió a sus amigos en la diplomacia de EE.UU para todo
tipo de maniobras de propaganda internacional. La última fue su participación
en la Organización de Estados Americanos (OEA).
Tras el fracaso en la sesión pedida por Panamá, a instancias de EE.UU.,
para condenar las presuntas violaciones a los derechos humanos en Venezuela
-donde el resultado fue contundente, pero a favor del gobierno bolivariano-, el
24 de marzo el gobierno panameño insistió con su política de injerencia
mediante un hecho notable: nombró como su embajadora alterna ante la OEA a
Machado, desconociendo su propia Constitución, que naturalmente prohíbe el
ejercicio de ese cargo a una autoridad de un país extranjero.
Machado no sólo aceptó el cargo sino que además lo ejerció en una sesión
privada -en la que ni siquiera alcanzó su objetivo de realizar un escándalo
mediático-, por lo que automáticamente también entró en contradicción con la
Constitución de su país, que establece claramente la incompatibilidad entre el
ejercicio del cargo legislativo y la representación de un país extranjero, algo
que no por obvio deja de ser explícito en el ordenamiento jurídico venezolano:
“Los funcionarios públicos y funcionarias públicas no podrán aceptar cargos,
honores o recompensas de gobiernos extranjeros sin la autorización de la
Asamblea Nacional” (art. 149°).
Y por si no quedara suficientemente claro, también establece: “Los
diputados o diputadas a la Asamblea Nacional no podrán aceptar o ejercer cargos
públicos sin perder su investidura, salvo en actividades docentes, académicas,
accidentales o asistenciales, siempre que no supongan dedicación exclusiva” (art.
191°).
El Parlamento venezolano aplicó la Constitución y consideró a Machado como
ex diputada. Sin pueblo que la apoye, la defensa estuvo a cargo de los mismos
de siempre. La secretaria de Estado adjunta para América Latina, Roberta
Jacobson, se mostró “muy preocupada” y consideró que “tiene todo el derecho de
hablar libremente” como representante de Panamá en la OEA. En sintonía, los
medios privados de gran calibre -como CNN o El País, por ejemplo- hablaron
inmediatamente de “destitución” y del “acoso a la diputada María Corina
Machado, despojada de su escaño”.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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