La negativa de Erdogan a
intervenir contra el Estado Islámico en ayuda de los kurdos de Kobani, obedece
no al hecho de que este confrontado con los EE.UU sobre la crisis humanitaria
allí o con la derrota de los terroristas del EI, porque como puede ser que sea
así, cuando estos dos gobiernos por los pasados tres años ha estado colaborando
en secreto con esta banda de mercenarios yihadistas que han causado terror e innumerables víctimas en Siria. No,
de lo que esto se trata, o mejor dicho el punto de contención entre ambos
radica en las tácticas para efectuar el cambio de régimen en Siria. Asunto en
el que ambos están de acuerdo como objetivo final, la cuestión es cómo proceder
¿ESTÁN ESTADOS UNIDOS Y
TURQUÍA EN DESACUERDO
SOBRE CÓMO LIDIAR CON EL
ESTADOS ISLÁMICO?
De acuerdo a todo lo que se viene informando sobre lo que actualmente está
sucediendo con relación a la llamada campaña anti Estado Islámico que tiene
como principal objetivo “degradarlo y destruirlo” en Iraq y Siria, parecería
que existe un desacuerdo entre ambos, los EE.UU y Turquía sobre cómo enfrentar
a la agrupación terrorista que se ha movilizado a la región fronteriza kurda de
Siria adyacente a la de Turquía en donde ha sitiado y amenaza con tomar
completamente a la población de Kobani o Kobane.
Todo esto, los feroces ataques contra la población kurda de Kobani, viene
siendo ampliamente divulgado por todos los medios de prensa y sin embargo, a
pesar de la magnitud del desastre humanitario que está teniendo lugar ahí,
tanto EE.UU como Turquía permanecen impasibles como observadores a la
distancia, los turcos con binoculares al otro lado de la frontera y EE.UU
diciendo, en voz de John Kerry, que Kobani no tiene importancia estratégica. ¿En
serio? De acuerdo a Time.com, si los
militantes del Estado Islámico se hacen con el control de Kobani, tendrán a su disposición
un enorme corredor estratégico a lo largo de la frontera con Turquía, que enlazaría
con las posiciones del grupo terrorista en Alepo al oeste y Raqqa al este.
Lo anterior nos indica claramente que para los EE.UU y Turquía los pobres
kurdos no califican como gente amenazada por el terrorismo para el rescate
humanitario, una de las supuestas y altruistas metas de la misión anti EI. Resulta
revelador que Turquía inclusive este impidiendo, con bombas de gas lacrimógeno,
que los kurdos sirios busquen refugio en su territorio y reprimiendo violentamente
a los que intentan cruzar la frontera
para auxiliar a sus hermanos. Es más Los EE.UU han estado presionando al
gobierno de Erogan para que asuma un rol más activo pero este se ha mostrado
reticente aun cuando cuenta con la autorización del parlamento turco.
Para muchos de los observadores, la negativa de Erdogan a intervenir contra
el EI en ayuda de los kurdos de Kobani, obedece no al hecho de que este
confrontado con los EE.UU sobre la crisis humanitaria allí o con la derrota de
los terroristas del EI, porque como puede ser que sea así, cuando estos dos
gobiernos por los pasados tres años ha estado colaborando en secreto con esta
banda de mercenarios yihadistas que han causado terror e innumerables víctimas en Siria. No,
de lo que esto se trata, o mejor dicho el punto de contención entre ambos
radica en las tácticas para efectuar el cambio de régimen en Siria. Asunto en
el que ambos están de acuerdo como objetivo final, la cuestión es cómo
proceder.
Washington busca primero el despliegue de tropas turcas en territorio de Siria
para detener al EI y en este sentido está presionando al gobierno de Erdogan
para que este acceda al envío de sus tropas, pero al mismo tiempo busca ponerle
un freno a Ankara para que esto no parezca un asalto descarado sobre el
gobierno de Siria.
En otras palabras, lo que los EE.UU están tratando es moderar el paso de su
perro de ataque.
Por su parte Erdogan que cuenta con la autorización del parlamento para
enviar tropas a combatir al EI en Siria, se está resistiendo hasta que consiga
garantías de Washington de que cualquier emprendimiento militar en Siria sea
acompañado del respaldo total de los EE.UU. Erdogan está consciente de que
Turquía es el único país en la región que cuenta con la capacidad para enviar
suficientes tropas a Siria y ayudar a combatir al EI, si este fuera en realidad
el caso, pero quiere como precondición que EE.UU se comprometa perentoriamente
a remover a Al Assad del poder en Siria, algo que el gobierno de Obama planea a
largo plazo.
Antes de obtener la autorización del parlamento turco Erdogan había
manifestado que estaban dispuestos y listos para cualquier tipo de cooperación
en la lucha contra el terrorismo, pero que debería ser entendido por todo el
mundo que Turquía no es un país en busca de soluciones temporales ni tampoco
permitirá que otros saquen ventaja de ello. Luego añadió, “Continuaremos
priorizando nuestra meta de remover al régimen de Siria”.
Esas declaraciones pueden ser interpretadas como que Erdogan y su partido
de gobierno, el neo-Otomano AKP, están temerosos de que si ellos se demoran en
enviar tanques y tropas al territorio de Siria, los EE.UU pueden dejarlos
varados en el camino al no refrendar completamente la anticipada guerra sin
cuartel contra Al Assad.
Por su parte los EE.UU están dudosos a cerca de revelar públicamente o muy
rápidamente su meta del cambio de régimen en Siria, como le gustaría a Turquía.
Si una invasión turca en el norte de Siria, razón por la que Erdogan pide una
“zona de exclusión aérea”, terminara transformándose en un claro asalto militar
sobre Damasco, entonces la coalición anti-EI liderada por EE.UU quedaría
expuesta por lo que realmente es, un complot criminal de cambio de régimen
realizado bajo el paraguas de combatir el terrorismo del Estado Islámico. En
otras palabras, de acuerdo al gusto de Washington, el impulsivo Erdogan y sus
neo-otomanistas se están comportando muy bruscamente.
Esa es la razón, según algunos comentaristas, por la que el gobierno de
Obama en días recientes ha mostrado su frustración con Erdogan. Los
estadounidenses quieren que los turcos proporciones las tropas necesarias para
complementar su fuerza aérea operando en Siria, pero el trabajo tiene que
hacerse a través de una campaña pública con la suficiente propiedad, es decir,
que no parezca una vulgar ofensiva de cambio de régimen.
En una reciente reunión con altos oficiales militares en el Pentágono,
Obama hablando de la dificultad de la misión para combatir al Estado Islámico y
en presencia de Chuck Hagel y sus comandantes militares, dijo que “como lo he
indicado desde el principio, esto no es algo que se va a resolver de la noche a
la mañana”. Esto concuerda con lo reportado por el New York Times en el sentido
de que al presidente Obama le gustaría que Turquía actuara con más fuerza
contra el EI y dejara a un lado la pelea contra Asad. Lo que en realidad el
diario neoyorkino quiere decir es que
Obama desea dejar la guerra contra Assad para una fecha próxima.
Erdogan se está resistiendo porque, aparte de querer convertirse en el poder
dominante en Siria tras una eventual caída de Assad y jugar un papel
preponderante en el mercado energético de la región, en lo más profundo de su
correspondiente mentalidad maquiavela él sabe que los EE.UU no son de confiar. Él
podría verse inmerso en un atolladero mortal en Siria si los pérfidos
estadounidenses fueran a darle una puñalada por la espalda, como ellos a larga
resultan haciéndolo con todos aquellos regímenes que le sirven de lacayos.
P.D:
Aquí lo más reciente del impase entre Estados Unidos y Turquía cortesía de Business
Insider.
La ciudad siria de Kobani, que está en la frontera con Turquía, está en peligro
de caer en manos del EI. Turquía ha
desplegado tanques en la frontera, pero no está enviando tropas y está
obstaculizando activamente a los militantes kurdos que buscan reforzar la
ciudad.
Los Estados Unidos están bombardeando al Estados Islámico en los
alrededores de Kobani, pero la avasallante probabilidad es que ninguna de las
acciones por una de las partes está cumpliendo con las esperanzas o
expectativas del otro.
Y sin embargo hoy, el secretario de Estado John Kerry, durante una
conferencia de prensa en Paris insistió en que no existía “ninguna discrepancia” entre los EE.UU y Turquía en torno al
tema.
Esto es poco probable. Turquía ha trazado su política en Siria con la presunción implícita de que los EE.UU actuarían
de manera contundente para eliminar al gobierno del presidente de Siria, Bashar
al-Assad. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan pidió el derrocamiento de
Assad a mediados de 2011 y asumió una posición mucho más dura en contra de una
solución diplomática al conflicto que los EE.UU. y sus otros aliados. Turquía
ha acomodado desde entonces a más de 1 millón de refugiados sirios dentro de sus
fronteras. Sin embargo, Turquía también se ha hecho de la vista gorda cuando se
ha tratado de las redes de asistencia a yihadistas y ha restringido de manera
selectiva el movimiento de combatientes a través de la frontera.
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