Mentir a un alto nivel, sin
embargo, sigue siendo el modus operandi de la política de Estados Unidos, junto
con las cárceles secretas, los ataques con aviones no tripulados, incursiones
nocturnas de las Fuerzas Especiales, obviando la cadena de mando, y haciendo a
un lado a los que podrían decir que no. Estas palabras de Seymour Hersh
contenidas al final de su reportaje, The Killing of Osama Bin Laden, resumen la
actuación del gobierno de Obama con relación a la operación que condujo a la muerte
de Bin Laden. Historia ficticia que el legendario periodista, ganador de un
premio Pulitzer, se ha encargado de desbaratar en su último trabajo de investigación
publicado en la revista londinense, London Review of Books.
LA EJECUCIÓN DE OSAMA BIN
LADEN
Por Seymour M. Hersh
Han pasado cuatro años desde que un grupo de Navy Seals de los EE.UU
asesinó a Osama bin Laden en una incursión nocturna en un fortificado complejo en
Abbottabad, Pakistán. El asesinato fue el punto culminante del primer mandato
de Obama, y un factor importante en su reelección. La Casa Blanca aún mantiene
que la misión fue un asunto únicamente de los estadounidenses, y que los
generales de alto rango del ejército de Pakistán y la agencia de Inteligencia
Inter-Servicios (ISI en inglés) no fueron avisados de antemano a cerca de la
incursión. Esto es falso, al igual que muchos otros elementos del relato de la
administración Obama. La historia de la Casa Blanca podría haber sido escrita
por Lewis Carroll: ¿decidiría Bin Laden, objeto de una masiva cacería humana
internacional, realmente que una ciudad turística a cuarenta millas de Islamabad
sería el lugar más seguro para vivir y comandar las operaciones de al-Qaeda? Él
estaba escondido a campo abierto. Así lo dijeron los estadounidenses.
La mentira más flagrante fue que dos de los líderes militares de más alto
rango de Pakistán, el general Ashfaq Parvez Kayani, jefe del Estado Mayor del
ejército, y el general Ahmed Shuja Pasha, director general del ISI, nunca
fueron informados de la misión de Estados Unidos. Esta sigue siendo la posición
de la Casa Blanca, a pesar de una serie de informes que han planteado
interrogantes, entre ellos uno por Carlotta Gall en el New York Times Magazine del 19 de marzo de 2014. Gall, quien pasó
12 años como corresponsal del Times en Afganistán, escribió que un 'funcionario
paquistaní' le había ha dicho que Pasha estaba enterado con antelación a la
incursión, que Bin Laden estaba en Abbottabad. La historia fue negada por
funcionarios estadounidenses y paquistaníes, y hasta ahí llegó. En su libro Pakistán: Before and after Osama (2012),
Imtiaz Gul, director ejecutivo del Centro de Investigación y Estudios de Seguridad
(un think tank) en Islamabad, escribió que él había hablado con cuatro
oficiales de inteligencia encubiertos quienes -reflejando una opinión
generalizada local- afirmaron que el ejército paquistaní debió haber tenido
conocimiento de la operación. La cuestión fue planteada de nuevo en febrero,
cuando un general retirado, Asad Durrani, quien fue jefe del ISI a principios
de 1990, le dijo a un entrevistador de al-Jazeera que era ‘muy posible’ que los
altos funcionarios del ISI no sabían dónde Bin Laden había estado escondido,
'pero era más probable que lo sabían. Y la idea era que, en el momento
adecuado, su lugar sería revelado. Y el momento adecuado habría sido cuando
usted puede obtener el quid pro quo necesario -si se tiene a alguien como Osama
Bin Laden, usted no va simplemente a entregarlo
a Estados Unidos'.
Esta primavera me puse en contacto con Durrani y le dije detalladamente de
lo que me había enterado sobre el asalto a Bin Laden de fuentes estadounidenses:
que Bin Laden había estado prisionero del ISI en el complejo de Abbottabad
desde el 2006; que Kayani y Pasha sabían de antemano de la incursión y se habían
asegurado de que los dos helicópteros que acarreaban los Seals a Abbottabad
podían cruzar el espacio aéreo paquistaní sin activar ninguna alarma; que la
CIA no se enteró sobre el paradero de Bin Laden mediante el seguimiento de sus
mensajeros, como la Casa Blanca lo ha afirmado desde mayo de 2011, sino a
partir de un ex oficial de inteligencia paquistaní que dio a conocer el secreto
a cambio de gran parte de la recompensa de 25 millones ofrecidos por los EE.UU
y que, si bien Obama ordenó la incursión y el equipo de los Seals lo ejecutó,
muchos otros aspectos del relato de la administración eran falsos.
'Cuando su versión salga a luz -si lo hace- la gente en Pakistán estará
tremendamente agradecida', me dijo Durrani. ‘Durante mucho tiempo la gente ha dejado
de confiar en la versión oficial sobre Bin Laden. Habrá algún comentario político
negativo y un poco de rabia, pero a la gente le gusta que se le diga la verdad,
y lo que me ha dicho es esencialmente lo que he oído de ex colegas que han
estado en una misión de investigación desde que tuvo lugar este episodio’. Dijo,
que como ex jefe del ISI, ‘gente con conocimiento’ en la ‘comunidad estratégica’
le habían dicho poco después de la incursión que había habido un informante que
había alertado a los EE.UU de la presencia de Bin Laden en Abbottabad, y que
después de haberlo eliminado los EE.UU faltaron a sus promesas y dejaron a Kayani
y Pasha expuestos.
Las principales fuentes estadounidenses para el relato que sigue son un
alto oficial de inteligencia retirado que estaba bien informado sobre la
inteligencia inicial a cerca de la presencia de Bin Laden en Abbottabad. Él
también estaba al tanto de muchos aspectos del entrenamiento de los Seals para
el asalto, y de los diversos informes posteriores a la acción. Otras dos
fuentes estadounidenses, que tenían acceso a corroborar la información, han
sido desde hace mucho tiempo los consultores del Comando de Operaciones
Especiales. También recibí información desde el interior de Pakistán sobre la
consternación generalizada entre altos mandos del ISI y del liderazgo militar
-repetida más tarde por Durrani- sobre la decisión de Obama de hacer pública de
inmediato la noticia de la muerte de Bin Laden. La Casa Blanca no respondió a
solicitudes por comentarios.
*
Se inició con un tránsfuga. En agosto de 2010 un ex oficial de inteligencia
paquistaní se acercó a Jonathan Bank, en ese entonces jefe de la estación de la
CIA en la embajada de Estados Unidos en Islamabad. Se ofreció para contarle a la CIA dónde encontrar a Bin Laden a cambio de
la recompensa que Washington había ofrecido en 2001. Los tránsfugas son
asumidos por la CIA de ser poco fiables, y la respuesta de la sede de la
agencia fue traer en avión un equipo de polígrafo. El tránsfuga paso la prueba.
‘Así que ahora tenemos una pista sobre Bin Laden viviendo en un complejo en
Abbottabad, pero ¿cómo sabemos realmente quién es?" fue la preocupación de
la CIA en ese momento, me dijo el alto oficial retirado de inteligencia
estadounidense.
Los EE.UU inicialmente reservaron lo que sabían de los paquistaníes. 'El
temor era que si se daba a conocer la existencia de la fuente, los propios
pakistaníes trasladarían a Bin Laden a otra ubicación. Así que sólo a un
pequeño número se les enteró sobre la fuente y de su historia’, dijo el oficial
retirado. 'El primer objetivo de la CIA fue revisar la calidad de la
información del informante. El complejo fue puesto bajo vigilancia satelital.
La CIA alquiló una casa en Abbottabad para usarla como base de observación y la
dotó con empleados paquistaníes y extranjeros. Más adelante, la base serviría
como punto de contacto con el ISI; esta atrajo poca atención porque Abbottabad
es un lugar de vacaciones lleno de casas de alquiler en arrendamientos de corto
plazo. Un perfil psicológico del informante fue preparado. (El informante y su
familia fueron sacados de contrabando de Pakistán y reubicados en el área de
Washington. Ahora él es un consultor de la CIA.)
'En octubre la comunidad militar y de inteligencia estaban discutiendo las
posibles opciones militares. ¿Dejamos caer una bomba destructora de bunkers en
el complejo o lo eliminamos con un ataque de un avión auto-piloteado? ¿Tal vez
enviar a alguien para matarlo, estilo asesino solitario? Pero entonces no tendríamos
ninguna prueba de quién era’, dijo el funcionario retirado. ‘Pudimos ver a un
tipo caminando por la noche, pero no tenemos interceptaciones porque no hay
comunicaciones procedentes del complejo.
En octubre, Obama fue informado sobre la inteligencia. Su respuesta fue
cautelosa, dijo el funcionario retirado. ‘Simplemente no tenía sentido que Bin
Laden estuviera viviendo en Abbottabad. Era demasiado absurdo. La posición del
presidente fue enfática: "Ya no me hablen de esto a menos que tenga una
prueba de que realmente es Bin Laden"'. El objetivo inmediato del
directorio de la CIA y el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas era
conseguir el apoyo de Obama. Ellos creían que obtendrían esto si conseguían las
pruebas de ADN, y si ellos podían asegurarle que un asalto nocturno al complejo no conllevaría ningún riesgo. La
única manera de lograr ambas cosas, dijo el oficial retirado, 'era tener a los
paquistaníes a bordo’.
Durante el otoño de 2010, los EE.UU continuaron guardando silencio sobre el
tránsfuga, y Kayani y Pasha continuaron insistiendo a sus homólogos
estadounidenses que no tenían información sobre el paradero de Bin Laden. ‘El
siguiente paso fue encontrar la manera de que Kayani y Pasha poco a poco
aceptaran colaborar -para decirles que tenemos inteligencia que demuestra que
hay un objetivo de alto valor en el complejo, y para preguntarles que es lo que
saben sobre el objetivo', dijo el oficial retirado. 'El complejo no era un
enclave armado -no hay ametralladoras alrededor, porque estaba bajo control del
ISI’. El tránsfuga le había dicho a los EE.UU que Bin Laden había vivido sin
ser detectado con algunas de sus esposas e hijos en las montañas del Hindu Kush
del 2001 al 2006, y que ‘el ISI llegó a él mediante el pago de algunos de los
miembros de la tribus locales para delatarlo'. (Informes después de la
incursión lo colocaron en otro lugar en Pakistán durante este período). Bank
también fue informado por el tránsfuga que Bin Laden estaba muy enfermo, y que
al principio de su reclusión en Abbottabad, el ISI había ordenado a Amir Aziz,
un médico y un mayor del ejército paquistaní, que se trasladara a la vecindad para
proporcionarle tratamiento. 'La verdad es que Bin Laden era un inválido, pero
no podemos decir eso' dijo el funcionario retirado. ‘"¿Quiere decir que ustedes
le dispararon a un lisiado? ¿Qué estaba a punto de agarrar su AK-47?"'
‘No tomó mucho tiempo para conseguir la cooperación que necesitábamos,
porque los pakistaníes querían asegurar la continua entrega de la ayuda militar
estadounidense, un buen porcentaje de la cual era la financiación
antiterrorista que financia la seguridad personal, como limosinas a prueba de
balas y guardias de seguridad y vivienda para el liderazgo del ISI’, dijo el
oficial retirado. Agregó que también hubo ‘incentivos’ personales bajo la mesa que
fueron financiados por los fondos de contingencia fuera de la nómina del
Pentágono. ‘La comunidad de inteligencia sabía lo que los paquistaníes necesitaban
acordar –había una zanahoria. Y eligieron la zanahoria. Era una situación donde
todos ganaban. También realizamos un poco de chantaje. Nosotros les dijimos que
filtraríamos el hecho de que tienen a Bin Laden en su patio trasero. Sabíamos
que a sus amigos y enemigos -los talibanes y grupos yihadistas en Pakistán y Afganistán
– ‘no les gustaría'.
Un factor preocupante en este momento inicial, según el oficial retirado,
era Arabia Saudita, que había estado financiando la manutención de Bin Laden
desde su captura por los paquistaníes. ‘Los saudíes no querían que se nos
revelara la presencia de Bin Laden, porque él era un saudí, por lo que le
pidieron a los paquistaníes mantenerlo oculto. Los saudíes temían que si nos
enterábamos íbamos a presionar a los paquistaníes para que bin Laden empezara a
hablar con nosotros acerca de lo que los saudíes habían estado haciendo con
al-Qaida. Y los saudíes estuvieron despachando dinero -mucho dinero. Los
paquistaníes, a su vez, estaban preocupados de que los saudíes podría soltar la
sopa sobre su control de Bin Laden. El temor era que si los EE.UU se enteraban
de Bin Laden por medio de Riad, se desataría el infierno. Que los
estadounidenses se enteraran por medio de un trásfuga sobre el encarcelamiento de Bin Laden no era
lo peor’.
A pesar de su constante y conocida desavenencia, los servicios militares y
de inteligencia estadounidense y paquistaní han colaborado estrechamente desde
hace décadas en la lucha antiterrorista en el sur de Asia. A ambos servicios a
menudo les resulta útil involucrarse en contiendas públicas 'para cubrir sus
traseros', como lo hizo ver el oficial retirado, pero continuamente comparten
inteligencia usada para los ataques con aviones no tripulados, y cooperar en
operaciones encubiertas. Al mismo tiempo, en Washington se entiende que elementos
del ISI creen que mantener una relación con el liderazgo Talibán en Afganistán
es esencial para la seguridad nacional. El objetivo estratégico del ISI es
equilibrar la influencia india en Kabul; los talibanes también son vistos en
Pakistán como una fuente de fuerzas de choque yihadistas que respaldarían a
Pakistán contra la India en un enfrentamiento por Cachemira.
Sumándole a la tensión estaba el arsenal nuclear de Pakistán, a menudo
representado en la prensa occidental como una ‘bomba islámica’ que podría ser
transferida por Pakistán a una nación asediada en el Medio Oriente en el caso
de una crisis con Israel. Los EE.UU se hicieron de la vista gorda cuando
Pakistán comenzó la construcción de su sistema de armas nucleares en la década
de los 1970 y es ampliamente aceptado que ahora tiene más de un centenar de
ojivas nucleares. Se entiende en Washington que la seguridad de Estados Unidos
depende del mantenimiento de fuertes lazos militares y de inteligencia con
Pakistán. Esa creencia es reflejada en Pakistán.
'El ejército paquistaní se ve a sí mismo como una familia’, dijo el oficial
retirado. ‘Los oficiales llaman a los soldados sus hijos y todos los
funcionarios son ‘hermanos’. La actitud es diferente en el ejército
estadounidense. Los oficiales paquistaníes creen que son la élite y tienen que estar
pendiente de toda la gente, como guardianes de la llama contra el
fundamentalismo musulmán. Los paquistaníes también saben que su carta de
triunfo contra la agresión de la India es una fuerte relación con los Estados
Unidos. Ellos nunca van a cortar sus lazos interpersonales con nosotros'.
Como todos los jefes de estación de la CIA, Bank estaba trabajando
encubierto, pero eso terminó a principios de diciembre de 2010, cuando fue
acusado públicamente de asesinato en una denuncia penal presentada en Islamabad
por Karim Khan, un periodista paquistaní cuyo hijo y un hermano, de acuerdo con
informes de la prensa local, habían sido asesinados por un ataque aéreo no
tripulado estadounidense. Permitir que el nombre de Bank fuera revelado fue una
violación del protocolo diplomático por parte de las autoridades paquistaníes,
y eso trajo una ola de publicidad no deseada. Bank recibió la orden de salir de
Pakistán por la CIA, cuyos funcionarios posteriormente le dijeron a Prensa
Asociada que fue trasladado debido a la preocupación por su seguridad. El New York Times informó de que existían ‘fuertes sospechas’ de que el ISI
había jugado un papel en filtrar el nombre de Bank a Khan. Hubo especulaciones
de que su identidad fue revelada como represalia por la publicación en una
demanda en Nueva York un mes antes de los nombres de los jefes del ISI en
conexión con los ataques terroristas de Bombay de 2008. Pero había una razón
colateral, dijo el oficial retirado, para la disposición de la CIA de enviar a
Bank de vuelta a los EE.UU. Los paquistaníes necesitaban cubrirse en caso de
que su cooperación con los estadounidenses en la eliminación de Bin Laden se
hiciera conocida. Los paquistaníes podrían decir: ¿“Se están refiriendo a mí?
Acabamos de echar a su jefe de estación"'.
*
El complejo de Bin Laden estaba a menos de dos millas de la Academia
Militar de Pakistán, y un cuartel general del batallón de combate del ejército
paquistaní estaba más o menos a otra milla. Abbottabad está a menos de 15
minutos en helicóptero de Tarbela Ghazi, una importante base para las
operaciones encubiertas del ISI y que es la instalación donde los que
resguardan el arsenal de armas nucleares de Pakistán son entrenados. 'Ghazi es
la razón por la que el ISI puso a Bin Laden en Abbottabad, en primer lugar’,
dijo el oficial retirado, 'para mantenerlo bajo constante supervisión’.
Los riesgos para Obama eran grandes en esta fase temprana, sobre todo
porque había un precedente preocupante: el intento fallido de rescatar a los
rehenes estadounidenses en Teherán en 1980. Ese fracaso fue un factor en la
derrota de Jimmy Carter a manos de Ronald Reagan. Las preocupaciones de Obama
eran realistas, dijo el oficial retirado. '¿Estaba Bin Laden allí? ¿Era toda la
historia un producto del engaño paquistaní? ¿Qué de las repercusiones políticas
en caso de fracasar?’ Después de todo,
como dijo el funcionario retirado, 'si la misión falla, Obama es sólo un Jimmy
Carter negro y todo el asunto de la reelección habrá terminado’.
Obama estaba ansioso de obtener seguridad de que los EE.UU iban a liquidar
al hombre exacto. La prueba iba a llegar en la forma del ADN de Bin Laden. Los
planificadores buscaron la ayuda de Kayani y Pasha, quienes le pidieron a Aziz obtener
las muestras. Poco después de la incursión la prensa se enteró de que Aziz
había estado viviendo en una casa cercana al complejo de Bin Laden: reporteros
locales descubrieron su nombre en urdu en una placa en la puerta. Funcionarios
paquistaníes negaron que Aziz tuviera alguna conexión con Bin Laden, pero el
oficial retirado me dijo que Aziz había sido recompensado con una parte de la
recompensa de $25 millones que los EE.UU había ofrecido porque la muestra de
ADN había demostrado de manera concluyente que era Bin Laden quien estaba en
Abbottabad . (En su posterior testimonio ante una comisión paquistaní que investigaba
la incursión contra Bin Laden, Aziz dijo que había presenciado el ataque sobre
Abbottabad, pero no tenía conocimiento de quien estaba viviendo en el complejo
y había sido ordenado por un oficial superior mantenerse alejado de la escena.)
La negociación continuó sobre de qué manera la misión sería ejecutada.
'Kayani finalmente nos dice que sí, pero él dice que ustedes no pueden disponer
de una fuerza de ataque grande. Tienen que venir con una fuerza eficiente y
enfocada. Y tienen que matarlo, o no hay trato’, dijo el oficial retirado. El
acuerdo fue alcanzado a finales de enero de 2011, y el Comando Conjunto de
Operaciones Especiales preparó una lista de preguntas para ser respondidas por
los paquistaníes: ‘¿Cómo podemos estar seguros de que no habrá ninguna
intervención exterior? ¿Cuáles son las defensas dentro del complejo y sus
dimensiones exactas? ¿Dónde están las habitaciones de Bin Laden y exactamente de
qué tamaño son? ¿Cuántos escalones hay en la escalera? ¿Dónde están las puertas
de sus habitaciones, y están reforzadas con acero? ¿Qué espesor? ‘Los pakistaníes acordaron
permitir una célula estadounidense de cuatro hombres -un Navy Seal, un oficial
de la CIA y dos especialistas en comunicación- para establecer una oficina de
enlace en Tarbela Ghazi para el inminente asalto. Para entonces, el ejército
había construido una maqueta del complejo en Abbottabad en un antiguo y secreto
polígono de ensayos nucleares en Nevada, y un equipo de elite Seal había
comenzado a ensayar para el ataque.
Los EE.UU habían comenzado a
recortar la ayuda a Pakistán -a ‘cerrar el grifo’, en palabras del oficial retirado.
El suministro de 18 nuevos aviones de combate F-16 se retrasó, y los pagos en
efectivo bajo la mesa a los altos dirigentes fueron suspendidos. En abril de
2011, Pasha se reunió con el director de la CIA, Leon Panetta, en la sede de la
agencia. 'Pasha logró el compromiso de los Estados Unidos de restaurar el
dinero, y obtuvimos la garantía de que no habría oposición paquistaní durante
la misión’, dijo el oficial retirado. 'Pasha también insistió en que Washington
deje de quejarse de la falta de cooperación de Pakistán en la guerra estadounidense
contra el terrorismo’. En un momento dado durante esa primavera, Pasha ofreció
a los estadounidenses una explicación contundente de la razón por la que Pakistán
mantuvo la captura de Bin Laden en secreto, y por qué era imperativo que el
papel del ISI permaneciera en secreto: ‘Necesitábamos un rehén para vigilar a
al-Qaida y los talibanes’, dijo Pasha, según el oficial retirado. 'El ISI
estaba usando a Bin Laden para ejercer control sobre las actividades del
Talibán y al-Qaeda en Afganistán y Pakistán. Ellos le dejaron saber al
liderazgo Talibán y de Al Qaeda que si se conducían operaciones que chocaran
con los intereses del ISI, nos entregarían a Bin Laden. Así que si se llegaba a
saber que los paquistaníes habían trabajado con nosotros para conseguir a Bin
Laden en Abbottabad, habría mucho que lamentar'.
En una de sus reuniones con Panetta, según el oficial retirado y una fuente
de la CIA, Pasha fue preguntado por un alto funcionario de la CIA si se veía a
sí mismo como actuando en esencia como un agente de Al-Qaida y los talibanes.
'Él respondió que no, pero dijo que el ISI necesitaba tener algo de control. El
mensaje, como la CIA lo percibió, según el oficial retirado, fue que Kayani y
Pasha consideraban a Bin Laden como un recurso, y estaban más interesados en su
[propia] supervivencia de lo que estaban en los Estados Unidos'.
Un paquistaní con estrechos vínculos con los principales dirigentes del ISI
me dijo que ‘hubo un acuerdo con gente de alto rango. Estábamos muy reacios,
pero tenía que hacerse –no por el enriquecimiento personal, sino porque todos
los programas de ayuda estadounidenses serían recortados. Esos tipos dijeron
vamos a matarlos de hambre si ustedes no lo hacen, y el visto bueno fue
otorgado mientras Pasha estaba en Washington. El acuerdo no fue sólo para mantener
los grifos abiertos, sino que también se le dijo a Pasha que habrían cosas más
valiosas para nosotros'. El paquistaní dijo que la visita de Pasha también dio
lugar a un compromiso de los EE.UU para darle a Pakistán ‘una mayor libertad’
en Afganistán, ya que ha comenzado la reducción de su presencia militar allí.
‘Y de esta manera nuestros jefes superiores justificaron el acuerdo diciendo
que esto es por nuestro país’.
*
Pasha y Kayani eran responsables de asegurar que los mandos del ejército y
la defensa aérea de Pakistán no realizaran un seguimiento o entraran en
contacto con los helicópteros estadounidenses utilizados en la misión. La
célula americana en Tarbela Ghazi tuvo a su cargo la coordinación de las
comunicaciones entre el ISI, los oficiales estadounidenses de alto nivel en su
puesto de mando en Afganistán, y los dos helicópteros Black Hawk; el objetivo
era asegurar que ningún solitario avión de combate de Pakistán patrullando la frontera
divisara a los intrusos y tomara medidas para detenerlos. El plan inicial
indicaba que las informaciones de la incursión no deberían ser anunciadas
inmediatamente. Todas las unidades del Comando Conjunto de Operaciones
Especiales operan bajo un estricto secreto y la dirigencia del CCOE creía, al
igual que Kayani y Pasha, que la muerte de Bin Laden no se haría pública
durante siete días, tal vez más. A continuación, una historia ficticia
cuidadosamente elaborada seria emitida: Obama anunciaría que el análisis de ADN
confirmó que Bin Laden había sido muerto en un ataque de un avión no tripulado
en el Hindu Kush, en el lado afgano de la frontera. Los estadounidenses que
planearon la misión aseguraron a Kayani y Pasha que su cooperación nunca se
haría pública. Todos entendían que si el
papel de Pakistán se llegaba a conocer, habría protestas violentas -Bin Laden
era considerado un héroe por muchos paquistaníes- y Pasha y Kayani y sus familias estarían en
peligro, y el ejército paquistaní deshonrado públicamente.
Estaba claro para todos a estas alturas, dijo el oficial retirado, que Bin
Laden no iba a sobrevivir: 'Pasha nos dijo en una reunión en abril que no podía
arriesgarse a dejar a Bin Laden en el complejo ahora que nosotros sabemos que
está ahí. Demasiadas personas en la cadena de mando paquistaní saben acerca de
la misión. Él y Kayani tenían que contar toda la historia a los directores del
comando de la defensa aérea y a unos cuantos comandantes locales.
'Por supuesto, los muchachos sabían que el objetivo era Bin Laden y él
estaba allí bajo control de Pakistán’, dijo el oficial retirado. ‘De lo
contrario, no habrían realizado la misión sin cobertura aérea. Fue clara y
absolutamente un asesinato premeditado'. Un ex comandante Seal, que ha dirigido
y participado en docenas de misiones similares en la última década, me aseguró
que ‘nosotros no íbamos a mantener con vida a Bin Laden -permitir que el
terrorista viviera. Sabemos que según la
ley lo que estamos haciendo dentro de Pakistán es un homicidio. Hemos llegado a
captar eso. Cada uno de nosotros, cuando efectuamos estas misiones, nos decimos
a nosotros mismos: “Seamos realistas. Vamos a cometer un asesinato"'. El
relato inicial de la Casa Blanca da cuenta que Bin Laden había estado
blandiendo un arma; la historia estaba dirigida a marginar a aquellos que
llegaron a cuestionar la legalidad del programa de asesinatos selectivos de la
administración estadounidense. Los EE.UU han mantenido consistentemente, a
pesar de las críticas ampliamente reportadas de las personas involucradas en la
misión, que Bin Laden habría sido capturado vivo si se hubiera rendido
inmediatamente.
*
En el complejo de Abbottabad guardias del ISI fueron estacionados durante
todo el día para vigilar a Bin Laden y sus esposas e hijos. Se les había
ordenado salir tan pronto como escucharan los rotores de los helicópteros
estadounidenses. La ciudad estaba a oscuras: el suministro de electricidad
había sido cortado por orden de ISI horas antes de que comenzara el ataque. Uno
de los Black Hawks se estrelló en el interior del recinto, hiriendo a muchos de
los que iban a bordo. 'Los muchachos sabían que el tiempo de ataque sobre el
objetivo [Time On Target o, TOT] tenía que ser ajustado porque despertarían a
todo el pueblo al entrar’, dijo el oficial retirado. La cabina del Black Hawk
que se estrelló, con su equipo de comunicación y de navegación, tenía que ser
destruida con granadas de concusión, y esto crearía una serie de explosiones y
un incendio visible por millas. Dos helicópteros Chinook habían volado desde
Afganistán a una base de inteligencia paquistaní cercana para proporcionar
apoyo logístico, y uno de ellos fue inmediatamente despachado a Abbottabad.
Pero debido a que el helicóptero había sido equipado con un receptáculo cargado
de combustible adicional para los dos Black Hawks, primero tuvo que ser
reconfigurado como un transporte de tropas. El accidente del Black Hawk y la
necesidad de enviar un reemplazo fueron contratiempos que tensaron los nervios
y consumieron mucho tiempo, pero los Seals continuaron con su misión. No hubo
tiroteo mientras se movían en el complejo; los guardias del ISI se habían ido.
'Todo el mundo en Pakistán tiene un arma y aquellos de alto perfil, como los
ricos que viven en Abbottabad tienen guardaespaldas armados, y sin embargo no
había armas en el complejo', señalo el
oficial retirado. Si hubiera habido alguna oposición, el comando habría sido
muy vulnerable. En su lugar, el oficial retirado dijo, un oficial de enlace del
ISI que volaba con los Seals les sirvió de guía en la casa a oscuras y por una
escalera a las habitaciones de Bin Laden. Los Seals habían sido advertido por
los paquistaníes que pesadas puertas de acero bloqueaban la escalera en los
rellanos del primer y segundo piso; la habitaciones de Bin Laden estaban en el
tercer piso. El escuadrón de los Seals utilizó explosivos para derribar las
puertas, sin herir a nadie. Una de las esposas de Bin Laden estaba gritando
histéricamente y una bala -tal vez una bala perdida- dio en su rodilla. Aparte
de las que hicieron blanco en Bin Laden, no se hicieron otros disparos. (El
recuento de la administración Obama mantendría lo contrario.)
‘Ellos sabían dónde estaba el objetivo -tercer piso, segunda puerta a la
derecha’, dijo el oficial retirado. 'Ir directamente allí. Osama estaba acobardado
y se retiró al dormitorio. Dos tiradores lo siguieron y abrieron la puerta. Muy
sencillo, sin complicaciones, un golpe muy profesional. ‘Algunos de los Seals
se horrorizaron luego después ante la insistencia
inicial de la Casa Blanca de que habían disparado a Bin Laden en defensa
propia, dijo el oficial retirado. ‘¿Seis de los Seals más finos, de los más
experimentados suboficiales, frente a un anciano civil desarmado, tuvieron que
matarlo en defensa propia? La casa estaba en mal estado y Bin Laden estaba
viviendo en una celda con barrotes en la ventana y alambre de púas en el techo.
Las reglas de combate eran que si Bin Laden oponía resistencia alguna ellos
estaban autorizados a hacer uso de la acción letal. Pero si sospechaban que podría
tener algunos medios de oposición, como un chaleco de explosivos bajo su
túnica, podrían también matarlo. Entonces sucede que aquí esta este tipo
vestido con una túnica misteriosa y ellos le disparan. No es porque él iba a sacar
un arma. Las reglas les daba autoridad absoluta para matar al tipo’. La
afirmación posterior de la Casa Blanca de que sólo una o dos balas fueron
disparadas a la cabeza era ‘una mentira
de mierda’, dijo el oficial retirado. 'El equipo entro a través de la puerta y
lo aniquilaron. Como dicen los Seals, “le dimos en el trasero y lo despachamos”'
Después de que mataron a Bin Laden, ‘los Seals estaban allí, algunos con
heridas físicas a causa del accidente, en espera del helicóptero de socorro’,
dijo el oficial retirado. ‘Veinte minutos de tensión. El Black Hawk sigue
ardiendo. No hay luces en la ciudad. Sin electricidad. Sin policía. No hay
camiones de bomberos. No tienen prisioneros’. Las esposas e hijos de Bin Laden
fueron dejados a cargo del ISI para ser interrogados y reubicados. ‘A pesar de
toda la charla’, prosiguió el oficial
retirado, ‘no había bolsas de basura llenas de ordenadores y dispositivos de
memoria. Los muchachos sólo se llevaron en sus mochilas algunos libros y
papeles que encontraron en su habitación. Los Seals no estaban allí porque
pensaban que Bin Laden estaba operando un centro de mando para las operaciones
de al-Qaeda, como la Casa Blanca más tarde diría a los medios de comunicación.
Y tampoco eran expertos en inteligencia recopilando información dentro de esa
casa’.
En una misión normal de asalto, el oficial retirado dijo, no habría espera
si un helicóptero fue derribado. ‘Los Seals habrían terminado la misión, se
habrían despojado de sus armas y equipo, y se habrían hacinado en el restante
Black Hawk y di-di-maued' -argot vietnamita que significa salir en carrera- ‘de
allí, con los muchachos colgando de la puertas. No habrían volado el
helicóptero -ningún equipo de comunicaciones vale una docena de vidas- a menos
que supieran que estaban a salvo. En su lugar ellos permanecieron en las
afueras del complejo, esperando a que llegara el autobús'. Pasha y Kayani
habían cumplido todas sus promesas.
*
El subrepticio argumento dentro la Casa Blanca comenzó tan pronto como quedó
claro que la misión había sido exitosa. El cuerpo de Bin Laden se presumía
estaba en camino a Afganistán. ¿Debía Obama mantener el acuerdo con Kayani y
Pasha y fingir una semana después de que Bin Laden había sido asesinado en un
ataque con aviones no tripulados en las montañas, o hacerlo público de inmediato?
El helicóptero accidentado hizo que fuera fácil para los asesores políticos de
Obama exhortar por el último plan. La explosión y bola de fuego sería imposible
de ocultar, y el rumor de lo que había sucedido estaba destinado a filtrarse.
Obama tenía que ‘salir al frente de la historia' antes de que alguien en el
Pentágono lo hiciera: la espera disminuiría el impacto político.
No todo el mundo estuvo de acuerdo. Robert Gates, el secretario de Defensa,
fue el más franco de los que insistían en que los acuerdos con Pakistán tenían
que ser respetados. En sus memorias, Duty,
Gates no esconde su ira:
Antes de que finalizáramos y el presidente subiera para decirle al pueblo
estadounidense lo que acababa de suceder, le recordé a todos que las técnicas,
tácticas y procedimientos que los Seals habían utilizado en la operación contra
Bin Laden se utilizaban todas las noches en Afganistán... era por lo tanto
esencial que acordáramos no revelar ningún detalle del funcionamiento de la
redada. Que lo matamos, dije, es todo lo que necesitábamos decir. Todo el mundo
en esa habitación acordó mantener silencio sobre los detalles. Ese compromiso
duró unas cinco horas. Las filtraciones iniciales vinieron de la Casa Blanca y
la CIA. Ellos simplemente no podían esperar para presumir y para reclamar el
crédito. Las informaciones eran en gran parte inapropiadas... No obstante la
información seguía saliendo a borbotones. Yo estaba indignado y en un momento, le
dije a [el asesor de Seguridad Nacional, Tom] Donilon, '¿Por qué no todos
simple y sencillamente se callan la boca?' No sirvió de nada.
El discurso de Obama fue elaborado apresuradamente, dijo el oficial retirado,
y fue visto por sus asesores como un documento político, no un mensaje que
debía ser presentado para su aprobación a la burocracia de la seguridad
nacional. Esta serie de declaraciones interesadas e inexactas crearía caos en
las semanas subsiguientes. Obama dijo que el pasado agosto su gobierno a través
de ‘una pista creíble' había descubierto que Bin Laden estaba en Pakistán; para
muchos en la CIA la declaración sugirió un evento específico, como un tránsfuga.
La alusión dio lugar a un nueva historia ficticia afirmando que los brillantes
analistas de la CIA habían desenmascarado una red de mensajeros que manejaba el
flujo continuo de las órdenes operacionales de Bin Laden a al-Qaida. Obama
también elogió a ‘un pequeño grupo de estadounidenses' por su cuidado en evitar
la muerte de civiles y dijo: ‘Después de un tiroteo, ellos mataron a Osama bin
Laden y tomaron custodia de su cuerpo’. Dos detalles más tenían que ser
suministrado ahora para la historia ficticia: una descripción del tiroteo que
nunca ocurrió, y una historia sobre lo que pasó con el cadáver. Obama procedió
a elogiar a los paquistaníes: ‘Es importante señalar que nuestra cooperación
antiterrorista con Pakistán nos ayudó a llegar a Bin Laden y el complejo donde
se escondía’. Esa declaración corría el riesgo de exponer a Kayani y Pasha. La solución
de la Casa Blanca fue ignorar lo que Obama había dicho y ordenó a cualquiera
que hablara con la prensa insistir en que los paquistaníes no habían jugado
ningún papel en matar a Bin Laden. Obama dejó la clara impresión de que él y
sus asesores no sabían a ciencia cierta de que Bin Laden estaba en Abbottabad,
sino que solo tenían información ‘acerca de la posibilidad’. Esto llevó,
primero, a la historia que los Seals habían determinado que habían matado al
hombre adecuado al hacer que uno de los Seals que medía seis pies de altura se
acostara al lado del cadáver para hacer la comparación (Bin Laden era conocido
por medir seis pies cuatro pulgadas); y luego a la afirmación de que una prueba
de ADN se había realizado en el cadáver y había demostrado de manera
concluyente que los Seals habían matado a Bin Laden. Pero, según el oficial
retirado, no estaba claro de los primeros informes de los Seals si el cuerpo entero
de Bin Laden, o solo una parte, fue llevado a Afganistán.
Gates no fue el único funcionario que estaba angustiado por la decisión de
Obama de hablar sin corroborar sus comentarios por adelantado, dijo el oficial
retirado, pero él era el único que protestaba. Obama no solo engañó a Gates, él
les hizo lo mismo a los demás. Esta no era la niebla de la guerra. El hecho de
que había un acuerdo con los paquistaníes y ningún análisis de contingencia de
lo que iba a ser revelado si algo salía mal -eso ni siquiera se discutió. Y una
vez que salió mal, ellos tenían que inventar una nueva historia ficticia sobre
la marcha'. Había una razón legítima para alguna argucia: El papel del tránsfuga
paquistaní tenía que ser protegido.
Al equipo de prensa de la Casa Blanca se le dijo en una reunión informativa
poco después del anuncio de Obama de que la muerte de Bin Laden fue ‘la
culminación de años de trabajo de inteligencia cuidadosa y muy avanzada' que se
centró en el seguimiento de un grupo de correos, entre ellos uno que se sabía
estaba muy cercano a Bin Laden. Se les dijo a los reporteros que un equipo de
analistas de la CIA especialmente montado y de la Agencia de Seguridad Nacional
había rastreado al mensajero a un compuesto de alta seguridad de millones de
dólares en Abbottabad. Después de meses de observación, la comunidad de inteligencia
estadounidense tenía un ‘alto grado de confianza’ de que un objetivo de alto valor
vivía en el recinto, y se ‘determinó que había una gran probabilidad de que
[él] era Osama bin Laden. El equipo de asalto de Estados Unidos se encontró con
un tiroteo al entrar en el recinto y tres varones adultos -dos de ellos los supuestos
mensajeros- fueron asesinados, junto con Bin Laden. Consultado sobre si Bin
Laden se había defendido, uno de los informadores dijo que sí: ‘él opuso
resistencia a la fuerza de asalto, Y fue
asesinado en un tiroteo’.
Al día siguiente, John Brennan, en ese entonces asesor de Obama contra el terrorismo,
tenía la tarea de hablar en favor del valor de Obama al tiempo que trataba de
suavizar las inexactitudes en su discurso. Él dio una explicación más
detallada, pero igualmente engañosa de la incursión y su planificación. En
declaraciones públicas, que rara vez el hace, Brennan dijo que la misión fue
ejecutada por un grupo de Navy Seals que habían sido instruidos para capturar
con vida a Bin Laden, si era posible. Dijo que los EE.UU no tenía información
que sugiriera que alguien en el gobierno de Pakistán o el ejército conocía el
paradero de Bin Laden: ‘No establecimos contacto con los paquistaníes hasta
después de que toda nuestra gente, todos nuestros aviones estaban fuera del
espacio aéreo paquistaní'. Él Hizo hincapié en el valor de la decisión de Obama
de ordenar el ataque, y dijo que la Casa Blanca no tenía información ‘que
confirmara que Bin Laden estaba en el complejo 'antes de que comenzara la
incursión. Obama, dijo él, ‘tomó lo que creo fue una de las decisiones más
valientes que cualquier otro presidente haya hecho en la historia reciente.
Brennan incrementó el número de muertos por los Seals dentro del complejo a
cinco: Bin Laden, un mensajero, su hermano, un hijo de Bin Laden, y una de las
mujeres que se dijo sirvió de escudo a Bin Laden.
Consultado sobre si Bin Laden había disparado contra los Seals, como se le
había dicho a algunos periodistas, Brennan repitió lo que se convertiría en un
mantra de la Casa Blanca: ‘Él estuvo envuelto en un tiroteo con los que
entraron en el área de la casa en la que se encontraba. Y si disparó o no, yo
francamente no lo sé ... Aquí está Bin Laden, quien ha estado demandando estos
ataques ... viviendo en una zona que está muy lejos del frente, escondiéndose
detrás de las mujeres que se pusieron delante de él como un escudo ... [Esto]
simplemente habla, creo, de la naturaleza de la persona que era’.
Gates también se opuso a la idea, empujada por Brennan y Leon Panetta, que
la inteligencia estadounidense se había enterado sobre el paradero de Bin Laden
de información adquirida a través del ahogamiento simulado y otras formas de
tortura. ‘Todo esto está sucediendo mientras los Seals están volando de regreso
a casa de su misión. Los muchachos de la agencia saben toda la historia’, dijo
el oficial retirado. ‘Fue un grupo de pensionistas quienes lo hicieron’.
(Pensionistas son oficiales retirados de la CIA que se mantienen activos
mediante un convenio.) 'Ellos habían sido llamados por algunos de los
planificadores de la misión de la agencia para ayudar con la historia ficticia.
Entonces los veteranos toman parte y dicen por qué no admitir que conseguimos
parte de la información acerca de Bin Laden de técnicas de interrogación
mejoradas?’ En ese momento, todavía se hablaba en Washington sobre el posible
enjuiciamiento de los agentes de la CIA que habían estado involucrados en actos
de tortura.
‘Gates les dijo que esto no iba a funcionar’, dijo el oficial retirado. 'Él
nunca estuvo en el equipo. Decidió en el último momento de su carrera no ser
parte en este disparate. Pero el Departamento de Estado, la CIA y el Pentágono
habían llegado a creer en la historia ficticia. Ninguno de los Seals pensó que Obama
iba a salir en la televisión nacional y anunciar la incursión. El comando de
las Fuerzas Especiales se puso apopléjico. Para ellos mantener la seguridad
operacional era motivo de orgullo’. Había temor en Operaciones Especiales, el
oficial retirado dijo que ‘si la verdadera historia de las misiones se filtraba,
la burocracia de la Casa Blanca iba a echarle la culpa a los Seals’.
La solución de la Casa Blanca fue silenciar a los Seals. El 5 de mayo,
todos los miembros del grupo Seal que participo en el ataque -ellos habían
regresado a su base en el sur de Virginia- y algunos miembros de la dirección
del Comando Conjunto de Operaciones Especiales fueron presentados con una forma
de no divulgación elaborado por la oficina legal de la Casa Blanca; que prometía
sanciones civiles y una demanda para cualquier persona que discutiera la
misión, en público o en privado. 'Los Seals no estaban contentos’, dijo el oficial
retirado. Pero la mayoría de ellos se quedaron callados, al igual que el
almirante William McRaven, que era entonces el encargado del CCOES (JSOC en
inglés). 'McRaven estaba apopléjico. Sabía que había sido jodido por la Casa
Blanca, pero él es un Seal de línea dura, y por lo tanto, no un operador
político, y sabía que no hay gloria en delatar al presidente. Cuando Obama hizo
pública la muerte de Bin Laden, todo el mundo tuvo que correr para preparar una
nueva historia que tuviera sentido, y los planificadores se quedaron cargando
con toda la responsabilidad.
En pocos días, algunas de las primeras exageraciones y distorsiones se habían
hecho evidentes y el Pentágono emitió una serie de declaraciones aclaratorias.
No, Bin Laden no estaba armado cuando fue asesinado a tiros. Y no, Bin Laden no
utilizó a una de sus esposas como un escudo humano. La prensa en general aceptó
la explicación de que los errores fueron el subproducto inevitable del deseo de
la Casa Blanca para dar a cabida a las frenéticas demandas de los periodistas por los detalles de la
misión.
Una mentira que ha perdurado es que los Seals tuvieron que combatir para
llegar a su objetivo. Sólo dos Seals han hecho pública alguna declaración: No Easy Day, un relato de primera mano
de la incursión por Matt Bissonnette, fue publicado en septiembre de 2012; y
dos años más tarde, Rob O'Neill fue entrevistado por Fox News. Ambos hombres
habían dimitido de la Marina; ambos habían disparado contra Bin Laden. Sus
relatos se contradecían entre sí en muchos detalles, pero sus historias
generalmente apoyaban la versión de la Casa Blanca, sobre todo cuando se
trataba de la necesidad de matar o morir cuando los Seals abrían su camino para
llegar a Bin Laden. O'Neill incluso le dijo a Fox News que él y sus compañeros
Seals pensaron, ‘vamos a morir’. Cuanto más nos entrenamos en eso, más nos
dimos cuenta... esto va a ser una misión de un solo sentido'.
Pero el oficial retirado me dijo que en sus declaraciones iniciales los
Seals no hicieron mención de un tiroteo, o de hecho, de cualquier oposición. El
drama y el peligro representado por Bissonnette y O'Neill coincidían con una necesidad
profundamente arraigada, el oficial retirado dijo: 'Los Seals no pueden vivir
con el hecho de que mataron a Bin Laden sin ninguna oposición, y por lo tanto
tiene que ser un recuento de su valor ante el peligro. ¿Los muchachos van a
sentarse en el bar y decir que fue un día fácil? Eso no va a suceder’.
Había otra razón para afirmar que había habido un tiroteo en el interior del
recinto, el oficial retirado dijo: para evitar la inevitable pregunta que
surgiría de un asalto sin oposición. ¿Dónde estaban los guardias de Bin Laden?
Sin duda, el terrorista más buscado en el mundo tenía que tener protección las veinticuatro horas. ‘Y uno de
los ejecutados tenía que ser el mensajero, ya que no existía y no podíamos
producirlo. Los paquistaníes no tenían más remedio que seguir la corriente’.
(Dos días después de la incursión, Reuters publicó fotografías de tres hombres
muertos que dijo que había comprado a un oficial del ISI. Dos de los hombres
más tarde fueron identificados por un portavoz del ISI como el presunto mensajero y su hermano.)
*
Cinco días después de la incursión el cuerpo de prensa del Pentágono fue
provisto de una serie de cintas de video que según lo dicho por los funcionarios
de Estados Unidos habían sido tomadas de una gran colección que los Seals se habían
llevado del complejo, junto con un máximo de 15 computadoras. Fragmentos de uno
de los videos mostraban a un solitario Bin Laden demacrado y envuelto en una
manta, viendo lo que parecía ser un vídeo de sí mismo en la televisión. Un
funcionario no identificado dijo a los reporteros que la incursión produjo un ‘tesoro...
la colección más grande de materiales de terroristas de alto rango', que
proporcionarían conocimientos vitales sobre los planes de al-Qaida. El funcionario
dijo que el material mostraba que Bin Laden seguía siendo un líder activo en
al-Qaida, proporcionando instrucciones
estratégicas, operacionales y tácticas al grupo... Él estaba lejos de ser una
figura decorativa [y] continuaba dirigiendo incluso detalles tácticos de la dirección
del grupo y para fomentar la conspiración' de lo que fue descrito como un
centro de comando y control en Abbottabad. "Él era un participante activo,
haciendo que la reciente operación fuera aún más esencial para la seguridad de
nuestra nación’, dijo el funcionario. La información era tan vital, añadió, que
la administración estaba estableciendo un grupo de trabajo interinstitucional
para procesarla: 'Él no era simplemente alguien que estaba bosquejando la estrategia
de al-Qaida. Él estaba barajando las ideas operativas por ahí y también estaba
dirigiendo específicamente a otros miembros de al-Qaida’.
Estas afirmaciones eran fabricaciones: no había mucha actividad para Bin
Laden para ejercer el mando y el control. El oficial de inteligencia retirado dijo
que los reportes internos de la CIA muestran que desde que Bin Laden se
trasladó a Abbottabad en 2006, sólo un puñado de ataques terroristas podría
estar relacionado con los remanentes de al-Qaida de Bin Laden. ‘Se nos dijo al
principio’, dijo el oficial retirado, ‘que los Seals obtuvieron bolsas de
objetos y que la comunidad está generando informes diarios de inteligencia
sobre estas cosas. Y luego se nos dijo que la comunidad está juntando todo y
necesita traducirlo. Pero nada ha salido de ello. Cada cosa que ellos han
creado resulta no ser cierto. Es un gran fraude -como el hombre de Piltdown’. El
oficial retirado dijo que la mayoría de los materiales de Abbottabad fueron
entregados a los EE.UU por los paquistaníes, quienes más tarde demolieron el edificio.
El ISI se hizo cargo de las esposas e hijos de Bin Laden, ninguno de los cuales
se puso a disposición de los EE.UU para ser interrogado.
'¿Por qué crear la historia del hallazgo de un tesoro?’, dijo el oficial retirado.
'La Casa Blanca tuvo que dar la impresión de que Bin Laden seguía siendo
operacionalmente importante. De lo contrario, ¿por qué matarlo? Una historia
ficticia fue creada -que había una red de mensajeros que iban y venían con
tarjetas de memoria e instrucciones. Todo para demostrar que Bin Laden seguía
siendo importante’.
En julio de 2011, el Washington Post publicó lo que pretendía ser un
resumen de algunos de estos materiales. Las contradicciones de la historia eran
patentes. Se dijo que los documentos habían dado lugar a más de cuatrocientos
informes de inteligencia en el plazo de seis semanas; advertía de complots no
especificados de Al Qaeda; y mencionaba arrestos de sospechosos ‘que son
nombrados o descritos en los correos electrónicos que Bin Laden recibió'. El
Post no identificó a los sospechosos o reconcilió ese detalle con las anteriores
afirmaciones de la administración que el complejo de Abbottabad no tenía
conexión de Internet. A pesar de sus afirmaciones de que los documentos habían
producido cientos de informes, el Post también citó a oficiales que dijeron que
su valor principal no era la inteligencia procesable que contenían, sino que le
permitieron a los ‘analistas construir un retrato más completo de al-Qaida’.
En mayo de 2012, el Centro de Lucha contra el Terrrorismo en West Point, un
grupo de investigación privado, publicó las traducciones que había hecho, en
virtud de un contrato con el gobierno federal, de 175 páginas de documentos Bin
Laden. Los reporteros no encontraron nada del drama que había sido promocionado
en los días posteriores al asalto. Patrick Cockburn escribió sobre el contraste
entre las afirmaciones iniciales de la administración, de que Bin Laden era la
'araña que estaba en el centro de una
red conspirativa’, y lo que las traducciones en realidad mostraban: que Bin
Laden era un ‘delirante’ y tenía ‘un contacto limitado con el mundo exterior
fuera de su complejo'.
El oficial retirado disputó la autenticidad de los materiales de West
Point: ‘No hay vínculo entre estos documentos y el centro de contraterrorismo
de la agencia. Ningún análisis de la comunidad de inteligencia. ¿Cuándo fue la
última vez que la CIA: 1) anunció que tenía un importante hallazgo de inteligencia;
2) reveló la fuente; 3) describió el método para el procesamiento de los
materiales; 4) reveló el cronograma para la producción; 5) describió por quién
y donde se llevaba a cabo el análisis, y 6) publicó los resultados sensibles antes
de que se hubiera utilizado la información para actuar? Ningún profesional de
la agencia apoyaría este cuento de hadas’.
*
En junio de 2011, se informó en el New
York Times, el Washington Post y en toda la prensa paquistaní que Amir Aziz
había sido detenido para ser interrogado en Pakistán; él era, se decía, un
informante de la CIA que había estado espiando los movimientos en el complejo de
Bin Laden. Aziz fue puesto en libertad, pero el oficial retirado dijo que la
inteligencia de Estados Unidos no pudo saber quién filtró la información
altamente confidencial acerca de su participación en la misión. Funcionarios en
Washington decidieron que 'no podían correr el riesgo de que el papel de Aziz
en la obtención de ADN de Bin Laden también fuera revelado'. Se necesitaba un
chivo expiatorio, y el elegido fue Shakil Afridi, un médico paquistaní de 48
años de edad, y en algún momento un activo de la CIA, que había sido detenido
por los paquistaníes a finales de mayo y acusado de ayudar a la agencia. 'Nos
pusimos en contacto con los paquistaníes y le dijimos vayan tras Afridi, dijo
el oficial retirado. 'Teníamos que cubrir todo el asunto de cómo conseguimos el
ADN’. Pronto se informó que la CIA había organizado un falso programa de
vacunación en Abbottabad con la ayuda de Afridi en un intento fallido de
obtener el ADN de Bin Laden. La legitima operación médica de Afridi se ejecutó
de manera independiente de las autoridades locales de salud, fue bien
financiada y ofreció vacunación gratuita contra la hepatitis B. carteles
publicitarios del programa se mostraron en toda la zona. Afridi fue posteriormente
acusado de traición y condenado a 33 años de prisión a causa de sus vínculos
con un extremista. Las noticias del programa patrocinado por la CIA dieron
lugar a la ira generalizada en Pakistán, y llevó a la cancelación de otros
programas de vacunación internacional que fueron vistos como tapadera para el
espionaje estadounidense.
El oficial retirado dijo que Afridi había sido reclutado mucho antes de la misión
contra Bin Laden como parte de un esfuerzo de inteligencia separado con el fin
de obtener información sobre sospechosos de terrorismo en Abbottabad y sus
alrededores. ‘El plan era utilizar las vacunas como una manera de conseguir la
sangre de sospechosos de terrorismo en los pueblos'. Afridi no hizo ningún
intento de obtener ADN de los residentes del complejo de Bin Laden. El informe de
que lo hizo así fue una historia ficticia de CIA elaborada apresuradamente para
inventar "hechos" en un torpe intento por proteger a Aziz y su
verdadera misión. ‘Ahora tenemos las consecuencias’, dijo el oficial retirado.
‘Un gran proyecto humanitario para hacer algo significativo por los campesinos
ha sido comprometido como un cínico fraude’. La condena de Afridi fue anulada,
pero permanece en prisión por un cargo de asesinato.
*
En su discurso anunciando el asalto, Obama dijo que después de matar a Bin
Laden los Seals 'tomaron la custodia de su cuerpo’. La declaración creó un
problema. En el plan inicial se iba a anunciar, aproximadamente una semana
después del hecho, que Bin Laden había sido asesinado en un ataque con un avión
no tripulado en algún lugar de las montañas de la frontera con Pakistán /
Afganistán y que sus restos habían sido identificados por medio de pruebas de
ADN. Pero con el anuncio de Obama sobre su muerte a manos de los Seals todo el
mundo esperaba que se produjera el cuerpo. En su lugar, se les dijo a los
periodistas que el cuerpo de Bin Laden había sido llevado por los Seals a un
campo de aviación militar estadounidense en Jalalabad, Afganistán, y luego
directamente al USS Carl Vinson, un
súper portaviones en patrulla rutinaria en el Mar Arábigo del Norte. Bin Laden
entonces había sido lanzado al mar, apenas horas después de su muerte. Los
únicos momentos de escepticismo de los
medios de prensa en la conferencia de John Brennan, el 2 de mayo, fueron
acerca de lo que tenía que ver con el funeral. Las preguntas fueron cortas, al punto,
y rara vez contestadas. ‘¿Cuándo se tomó la decisión de que sería lanzado al mar
si se lograba matarlo?’ “¿Fue esto parte del plan desde el principio?’ ‘¿Puede
decirnos por qué eso era una buena idea?’ ‘John, ¿consultó usted a un musulmán
experto en eso?’ ‘¿Existe una grabación visual de este entierro’? Cuando se
hizo esta última pregunta, Jay Carney, secretario de prensa de Obama, acudió al
rescate de Brennan: ‘Tenemos que darle a otra gente una oportunidad aquí’.
‘Pensamos que la mejor manera de
asegurarse de que a su cuerpo se le diera un funeral islámico apropiado’, dijo
Brennan, ‘era tomar aquellas acciones que nos permitieran hacerlo en el mar’.
Brennan dijo que se consultó a ‘especialistas y expertos apropiados' y que el
ejército estadounidense era plenamente capaz de llevar a cabo el funeral ‘de
acuerdo con la ley islámica’. Brennan no mencionó que la ley musulmana pide que
el servicio del funeral sea llevado a cabo en presencia de un imman, y no había
ningún indicio de que alguno estuvo a bordo del Carl Vinson.
En una reconstrucción de la operación contra Bin Laden para Vanity Fair,
Mark Bowden, quien habló con muchos altos funcionarios del gobierno, escribió
que el cuerpo de Bin Laden fue limpiado y fotografiado en Jalalabad. Otros
procedimientos necesarios para un funeral musulmán se realizaron en el
portaviones, escribió, 'con el cuerpo de Bin Laden siendo lavado de nuevo y
envuelto en una mortaja blanca. Un
fotógrafo de la marina registró el entierro a plena luz del día, la mañana del
lunes 2 de mayo’. Bowden describe las fotos:
Un cuadro muestra el cuerpo envuelto en una mortaja recargada. La siguiente
foto muestra el cuerpo diagonalmente en
una rampa, con los pies por la borda. En el siguiente cuadro el cuerpo está
tocando el agua. En el siguiente es visible justo debajo de la superficie, las ondulaciones
se extienden hacia el exterior. En el último cuadro sólo hay ondas circulares
en la superficie. Los restos mortales de Osama bin Laden se habían ido para
siempre.
Bowden se cuidó de no afirmar que en realidad había visto las fotografías
que describe, y recientemente me dijo que no los había visto: ‘Siempre me
decepciono cuando no puedo mirar algo por mí mismo, pero hablé con alguien de
confianza, que dijo que las había visto personalmente y las describió en
detalle’. La declaración de Bowden se suma a las interrogantes sobre el
presunto funeral en el mar, que ha provocado una avalancha de solicitudes de
información a la Ley de Libertad de Información (FOIA en inglés) la mayoría de
las cuales no han producido ninguna información. Uno de ellas buscaba acceso a
las fotografías. El Pentágono respondió que una búsqueda de todos los registros
disponibles no había encontrado evidencia de que las fotografías del funeral hubieran
sido tomadas. Las solicitudes sobre otras cuestiones relacionadas con la
incursión fueron igualmente improductivas. La razón de la falta de respuesta se
hizo evidente después de que el Pentágono realizó una investigación sobre las
acusaciones de que el gobierno de Obama había proporcionado acceso a material
clasificado a los creadores de la película Zero
Dark Thirty. El informe del Pentágono, que fue puesto en línea en junio de
2013, señaló que el almirante McRaven había ordenado que los archivos del
asalto se eliminaran de todos las computadoras militares y se trasladaran a la
CIA, donde serían protegidos de solicitudes de la FOIA por la ‘exención
operacional de la agencia'.
La acción de McRaven significaba que los extraños no podían tener acceso a
los registros no clasificados del Carl
Vinson. Los registros son sacrosantos en la marina, y los separados son guardados
para las operaciones aéreas, la cubierta, el departamento de ingeniería, la
oficina médica, y para información de
mando y control. Ellos muestran la secuencia de los acontecimientos diarios a
bordo del buque; si hubiese habido un funeral en el mar a bordo del Carl Vinson, hubiera sido registrado.
No hubo rumores sobre un funeral entre los marineros del Carl Vinson. El portaviones concluyó su
despliegue de seis meses en junio de 2011. Cuando el barco atracó en su base de
operaciones en Coronado, California, el contraalmirante Samuel Pérez,
comandante del grupo de ataque del portaaviones Carl Vinson, dijo a periodistas que a la tripulación se la había
ordenado no hablar sobre el funeral. El Capitán Bruce Lindsey, capitán del Carl Vinson, le dijo a los reporteros
que él no estaba en condiciones de discutirlo. Cameron Short, uno de los
tripulantes del Carl Vinson, le dijo
al Commercial-News of Danville, Illinois que a la tripulación no se le habían dicho
nada sobre el funeral. 'Todo lo que él sabe es lo que ha visto en las
noticias’, reportó el diario.
El Pentágono entregó una serie de correos electrónicos a Prensa Asociada.
En uno de ellos, el contraalmirante Charles Gaouette informó que el servicio
siguió los ‘procedimientos tradicionales para el funeral islámico’, y dijo que
ninguno de los marineros a bordo se le había permitido observar los
procedimientos. Pero no había ninguna indicación de quien lavó y envolvió el
cuerpo, o de que persona de lengua árabe llevó a cabo el servicio.
Pocas semanas después de la incursión, fui informado por dos viejos
consultores del Comando de Operaciones Especiales, que tienen acceso a la
inteligencia actual, que el funeral a bordo del Carl Vinson no tuvo lugar. Un consultor me dijo que los restos de
Bin Laden fueron fotografiados e identificados después de haber sido trasladados
de regreso a Afganistán. El consultor agregó: ‘En ese momento, la CIA tomó el
control del cuerpo. La historia ficticia era que había sido trasladado al Carl Vinson. ‘El segundo consultor
coincidió en que no había habido ‘ningún funeral en el mar'. Agregó que ‘la
muerte de Bin Laden era teatro político diseñado para pulir los credenciales militares
de Obama... Los Seals deberían haber esperado la fanfarronería política. Es
irresistible para un político. Bin Laden se convirtió en un activo de trabajo’.
A principios de este año, hablando de nuevo con el segundo consultor, trate de
nuevo el funeral en alta mar. El consultor se rió y dijo: ‘¿Usted quiere decir,
que él no fue lanzado al agua?'
El oficial retirado dijo que había habido otra complicación: algunos
miembros del equipo de los Seals se habían jactado ante colegas y otros de que habían
hecho trizas el cuerpo de Bin Laden con disparos de fusil. Los restos,
incluyendo la cabeza, que tenía sólo unos pocos agujeros de bala en el mismo,
fueron arrojados en una bolsa para cadáveres y, durante el vuelo en helicóptero
de regreso a Jalalabad, algunas partes del cuerpo fueron arrojadas en las
montañas del Hindu Kush - o algo así afirmaron los Seals. En ese momento, dijo
el oficial retirado, los Seals no creían que su misión se haría del
conocimiento público por Obama en un plazo de pocas horas: ‘Si el presidente
hubiera seguido adelante con la historia ficticia, no habría habido necesidad
de tener un funeral a pocas horas de la ejecución. Una vez que la historia
ficticia quedó al descubierto, y la muerte se hizo pública, la Casa Blanca tuvo
un grave problema, "¿dónde está el cuerpo?". El mundo sabía que las
fuerzas estadounidenses habían matado a Bin Laden en Abbottabad. Ciudad del
pánico. ¿Qué hacer? Necesitamos un "cuerpo funcional" porque tenemos
que estar en condiciones de decir que hemos identificado a Bin Laden a través
de un análisis de ADN. Serían oficiales de la marina quienes saldrían con la
idea del "funeral en alta mar". Perfecto. Ningún cuerpo. Un funeral
honorable de acuerdo con la ley sharia. El funeral se hace público en gran
detalle, pero los documentos de la FOIA que confirma el funeral son denegados por
razones de "seguridad nacional". Es el desenlace clásico de una
historia ficticia mal construida -resuelve un problema inmediato, pero ante la
más mínima inspección, no hay respaldo para corroborarla. Nunca hubo un plan,
en un principio, para llevar el cuerpo a alta mar, y ningún funeral de Bin Laden
en el mar se llevó a cabo’. El oficial retirado dijo que si se cree el primer
recuento de los Seals, en cualquier caso no habría quedado mucho de Bin Laden
para ser lanzado al mar.
*
Era inevitable que las mentiras, errores y traiciones de la administración
Obama crearían una reacción negativa. ‘Hemos tenido un lapso de cuatro años de
cooperación’, dijo el oficial retirado. ‘Ha tomado ese tiempo para que los
paquistaníes confíen en nosotros una vez más en cuanto a la relación de
ejercito a ejército en la lucha antiterrorista -cuando el terrorismo estaba aumentando
en todo el mundo... Ellos sienten que Obama los traicionó. Las relaciones apenas
empiezan a normalizarse ahora debido a que la amenaza del ISIS, que empieza a
mostrarse allí, es mucho mayor, y el asunto de Bin Laden está lo
suficientemente lejos para que alguien como el general Durrani venga y hable de
ello. 'Los generales Pasha y Kayani se han retirado y se sabe que están bajo
investigación por corrupción durante su tiempo en el cargo.
El largamente demorado informe del Comité de Inteligencia del Senado sobre
torturas de la CIA, publicado en diciembre pasado, documentó repetidas instancias
de mentira oficial, y sugirió que el conocimiento de la CIA del mensajero de
Bin Laden era dudoso en el mejor de los casos y era anterior al uso del
ahogamiento simulado (waterboarding) y otras formas de tortura. El informe provocó
titulares internacionales acerca de la brutalidad y el ahogamiento simulado, junto
con los macabros detalles sobre tubos de alimentación rectal, baños de hielo y
las amenazas de violación o el asesinato de familiares de los detenidos que se
creía retenían información. A pesar de la mala publicidad, el informe fue una
victoria para la CIA. Su principal hallazgo -que el uso de la tortura no
condujo a descubrir la verdad- ya había sido objeto de debate público desde
hace más de una década. Otro hallazgo clave -que la tortura llevada a cabo fue
más brutal de lo que al Congreso se le había dicho -era risible, dada la
magnitud de la información pública y revelaciones publicadas por los ex
interrogadores y oficiales retirados de la CIA. El informe describe las torturas
que eran obviamente contrarias al derecho internacional, como violaciones de
las normas o ‘actividades inapropiadas’ o, en algunos casos, ‘fracasos
administrativos’. Si las acciones descritas constituyen crímenes de guerra no
se discutió, y el informe no sugiere que cualquiera de los interrogadores de la
CIA o de sus superiores deben ser investigados por actividad criminal. La agencia no se enfrentó
a consecuencias significativas como resultado del informe.
El oficial retirado me dijo que el liderazgo de la CIA se había convertido
en experto en descarrilar serias amenazas del Congreso: ‘Ellos crean algo que
es horrible, pero no es tan malo. Hay que darles algo que suene terrible. “¡Oh,
Dios mío, estábamos empujando comida en el trasero de un prisionero!"
Mientras tanto, no le están diciendo a la comisión sobre los homicidios, los
otros crímenes de guerra, y las prisiones secretas como las que todavía tenemos
en Diego García. El objetivo era también detenerlo el mayor tiempo posible, lo
cual hicieron’.
El tema principal del resumen ejecutivo de 499 páginas del comité es que la
CIA mintió sistemáticamente acerca de la eficacia de su programa de tortura en
la obtención de inteligencia que detendría futuros ataques terroristas en los
EE.UU. Las mentiras incluyeron algunos detalles vitales sobre el descubrimiento
de un agente de Al Qaeda llamado Abu Ahmed al-Kuwaiti, quien se dijo ser el
mensajero clave de al-Qaida, y su posterior seguimiento a Abbottabad a
principios de 2011. La supuesta inteligencia de la agencia, la paciencia y la
habilidad en la búsqueda de al-Kuwaiti se convirtieron en leyenda después de
que fue dramatizada en Zero Dark Thirty.
El informe del Senado reiteradamente planteó interrogantes sobre la calidad
y la fiabilidad de la inteligencia de la CIA sobre al-Kuwaiti. En 2005, un
informe interno de la CIA sobre la persecución de Bin Laden señaló que ‘los
detenidos proporcionaron algunas pistas procesables, y tenemos que considerar
la posibilidad de que ellos están creando personajes ficticios para distraernos
o para eximirse de tener conocimiento directo sobre Bin Laden [sic]'. Un cable
de la CIA un año más tarde manifestó que ‘no hemos tenido éxito en la obtención
de inteligencia procesable sobre la ubicación de Bin Laden de ninguno de los
detenidos'. El informe también destacó varios casos de agentes de la CIA,
incluyendo a Panetta, dando declaraciones falsas al Congreso y al público sobre
el valor de "técnicas de interrogatorio mejoradas" en la búsqueda de
los correos de Bin Laden.
Obama hoy en día no enfrenta reelección como en la primavera de 2011. Su
posición a favor de la propuesta del acuerdo nuclear con Irán dice mucho, al
igual que su decisión de operar sin el apoyo de los republicanos conservadores
en el Congreso. Mentir a un alto nivel, sin embargo, sigue siendo el modus
operandi de la política de Estados Unidos, junto con las cárceles secretas, los
ataques con aviones no tripulados, incursiones nocturnas de las Fuerzas
Especiales, obviando la cadena de mando, y haciendo a un lado a los que podrían
decir que no.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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