viernes, 5 de junio de 2015

Los diputados corruptos de Jutiapa quieren ser reelectos

Tuve la suerte que mis padres emigraran hace cuarenta años a los Estados Unidos y, aunque nacida en Guatemala, mi formación académica la realicé en su totalidad en los Estados Unidos. De allí que pude liberarme de la visión provinciana, miope y torpe de mi país sobre sus grandes eventos nacionales. Las frías cumbres de Moyuta me dieron el aliento tenaz y rudo del montañés y por eso, hoy que se abre un horizonte nuevo para mi patria Guatemala, lo menos que puedo hacer en mi calidad de analista política es ser puntual sobre  lo que ocurre también en mi pequeño terruño, el departamento de Jutiapa y sus representantes legislativos; sus diputados, para hablar claro.


LOS DIPUTADOS CORRUPTOS DE JUTIAPA
QUIEREN SER REELECTOS 


Por María de los Ángeles Roca

De los cuatro diputados que representan a los ciudadanos jutiapanecos, el más nefasto, por su larga y oscura trayectoria de vida  es Jaime Martínez Loaiza (cuyo último apellido lo escribe con la más disparatada ortografía, invento de él, seguramente: Lohayza) quien siendo de un origen humilde, campesino, dio tempranas muestras de identificación con la codicia y hará cosa de unos veinte o veinticinco años, cuando todavía no era alcalde municipal de Quesada, un predio de ventas de carros usados de su propiedad, en la capital de Guatemala, fue allanado por las fuerzas de seguridad por denuncias relacionadas con venta de carros robados, lo cual dio cuenta Prensa Libre en su momento.

Teniendo fino olfato para los negocios se vinculó al Partido de Avanzada Nacional del renegado ex emelenista Alvaro Arzú (igual que el actual vicepresidente, Maldonado Aguirre) y ganó la Alcaldía del municipio de Quesada. Luego del colapso de esa organización de derecha cuyo propietario era Alvaro Arzú, el cual   vendió y compró para sí y sus amigotes exitosas empresas nacionales como Guatel, INDE, INDECA, etc.; forman los grupos dispersos de esa derecha originaria representada por el PAN, una fuerza de la misma condición política y catadura moral: la Gran Alianza Nacional. En ese momento sale electo como diputado y estuvo en cuanto negocio turbio, a esas alturas de la problemática nacional, se ventilaba en el podrido ente parlamentario.

Después, sin pena ni gloria pasa a su segunda legislatura y se alía a la bancada de la UNE en calidad de tránsfuga y allí disfruta de la mieles del poder vendiendo al mejor postor el corrupto partido de derecha la Gran Alianza Nacional, GANA; muy útil por cierto para los grandes negocios sucios del papanatas Alvaro Colom. Se queda al margen cuando el Partido Patriota vence a la UNE y ya con poder disminuido y más que todo no tomado en cuenta por los anaranjados de Pérez Molina, hoy, ni lerdo ni perezoso, como dicen mis paisanos jutiapanecos, aparece como flamante diputado él y su hijo, Carlos Martínez, por el partido LIDER, buscando la reelección. Pero ya estando mal esas prácticas de nepotismo fundadas en su ilimitada codicia, su otro hijo va como candidato al Parlamento Centroamericano. Es decir, les enseñó a sus hijos las mañas de la politiquería guatemalteca a cambio de enseñarles a trabajar honradamente. 

Ha sido ese oscuro político cimarrón de Jutiapa evasor de impuestos pues fue favorecido por una amplia amnistía fiscal durante el gobierno de Colom, es, con mérito propio; un genuino tránsfuga pues viene recorriendo un escabroso camino, de partido en partido; sin principios algunos ni convicciones ideológicas, simples business y manera de pasar la vida en ese mundo de mafiosos, como lo son casi sin excepción los diputados guatemaltecos. También, dentro de sus ejecutorias políticas está que, en algunas aldeas de Quesada donde emprendió hace unos veinte años  proyectos de electrificación en su calidad de alcalde, no pagó el adeudo a un pequeño empresario de apellido Torres, a quien llevó prácticamente a la quiebra y de pasó a padecer de una terrible enfermedad, por lo impactante de perder sus ahorros en esa inversión fallida: lo volvió diabético. Eso es otro de sus méritos. Y las obras camineras y de iluminación de estadios y otras cosillas, van por el camino de las comisiones, donde las carpetas asfálticas no duran más allá de dos años por la mala calidad de lo ejecutado.

Por si fuera poco, también hará cosa de unos veinte años prometió a vecinos pobres una vivienda en el Cerro de las Yeguas, camino de Jalpatagua, de una residencial que generosamente proveería de vivienda a los pobres; la utópica  -porque solo se quedó en papeles- “Jardines de Quesada”. La práctica del nepotismo la llevó hoy al extremo, quieren ser diputados Padre, hijo e hijo, en una trinidad diabólica que no debe ser votada por los ciudadanos de Jutiapa que tengan un mínimo de cordura. A esa trinidad satánica tienen que decirle el pueblo de Jutiapa: ¡No les toca!






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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