sábado, 11 de julio de 2020

La Pérfida Albión y los Estados Unidos coludidos contra la revolución venezolana

Nunca honraron los ingleses su palabra y en el momento menos pensado daban el zarpazo artero apropiándose de lo ajeno. Inglaterra ha sido, pues, un país de ladrones.


LA PÉRFIDA ALBIÓN Y LOS ESTADOS UNIDOS
COLUDIDOS CONTRA LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA


Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político

Esta expresión peyorativa y anglófoba, contra Inglaterra, fue acuñada por el poeta francés de origen español Agustin Louis Marie Ximénes a finales del siglo XVIII (1793) en una de sus poesías, L´ere des Francais y se popularizó durante el período de las Guerras Napoleónicas. Lo de Albión viene de una palabra de origen celta y fue muy usada por los conquistadores romanos cuando miraban los blancos acantilados (albus o albo) de Dover, en el sur de Inglaterra. Ahora el adjetivo de pérfido viene de perfidia cuyos sinónimos son traición o deslealtad. Pero esta frase nunca fue tan bien aplicada a un país cuyos gobernantes se caracterizaron por nunca respetar sus compromisos, es decir, llegar a acuerdos con Inglaterra fue desde siempre escribir sobre papel mojado.

Nunca honraron los ingleses su palabra y en el momento menos pensado daban el zarpazo artero apropiándose de lo ajeno. Inglaterra ha sido, pues, un país de ladrones. Viene este escrito relacionado con las raterías porque actualmente el Banco de Inglaterra quiere robarse el oro venezolano requerido por Nicolás Maduro, presidente legítimo de Venezuela, quien piensa utilizarlo en la adquisición de medicinas y alimentos.

Para garantizar el buen uso de esos recursos el gobierno venezolano suscribió un acuerdo con las Naciones Unidas para que ellos supervisen el debido uso del oro. Los directivos del Banco de Inglaterra, llenos de candor, respondieron al presidente Maduro que ellos no saben realmente qué hacer con eso del oro porque están metidos en menudo trance en cuanto si dárselo a Juan Guaidó o a Maduro. No son poca cosa 31 toneladas de oro de 18 kilates con un equivalente de 2 mil millones de dólares.

Chávez con gran visión viendo lo que había pasado con el oro de Libia, puso parte del oro venezolano a buen recaudo en las bóvedas del Banco Central de Venezuela. Pero la tarea la hizo a medias, heredando sin querer el actual problema. Dejó cuidando los chorizos a unos perros muy hambrientos que ya se habían robado el oro libio y que en el período colonial de América Hispana no vacilaron en organizar a los ladrones de los mares, ingleses y holandeses, los bucaneros, para asaltar a los galeones españoles ahítos de plata y oro que navegaban hacia España sin escolta. Los bucaneros gozaban de la protección del Estado inglés y luego de matar y asaltar por las rutas marítimas se iban de vacaciones al territorio de Inglaterra.

Los ingleses han robado de todo, lo que sea valioso y esté a su alcance. Hasta los frisos del Partenón esculpidos por Pericles fueron a parar al Museo Británico donde nada tienen que estar haciendo. No ha podido ningún gobierno griego de izquierda o derecha lograr la repatriación de esa obra de arte de más de dos mil años de antigüedad. Robaron tierras en todo el globo terráqueo a nombre de sus honrados reyes y reinas y las cuberterías de oro y plata de los aristócratas ingleses y holandeses se confeccionaron con metales robados. En este afán de saqueo no se libró Guatemala, cuyo mejor litoral y exuberantes bosques de caoba y cedro tomaron camino de la Pérfida Albión. De una pequeña extensión concedida en usufructo para explotación maderera se pasaron a apropiar de 22 dos mil kilómetros cuadrados, un territorio del tamaño de El Salvador. Le robaron a Argentina las islas Malvinas, que ellos las disfrazaron con el nombre de Falkland, para extinguir su historia y desdibujar su ratería. A Venezuela le robaron las Guyanas y, en fin, es tanta la vergonzosa historia de estos señores estirados dado a vestir con fines casimires, camisas y corbatas de seda, que son los que pusieron en el mundo de moda también la expresión de los ladrones de cuello blanco.

Fingen ser hombres decentes enfundados en sus trajes de diseñador, pero son iguales de rateros a los pillos de la Reserva Federal de Estados Unidos y Wall Street, quienes le robaron más del 50% del territorio a México y robaron recientemente, en pleno siglo XXI, miles de millones de dólares a Venezuela, incluida su empresa CITGO, que operaba en los Estados Unidos. Es la historia del capital y sus procesos de acumulación de capital: robo tras robo. Por eso dijo tan acertadamente Marx: (…) la propiedad privada es un robo. ¿Y por qué guardar el oro o efectivo en casa de los ladrones? Muy sencillo. Esas instituciones financieras dado su “prestigio” como S & Global, Moody´s o Fitch Ratings son los que califican y facilitan la certeza de transar estos recursos. O sea, los ladrones garantizando la honradez de una transacción. De veras, ya días este mundo está de cabeza.






Publicado por La Cuna del Sol

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