sábado, 3 de octubre de 2020

Dos politicastros gringos lanzándose las tortas a la cara

Todos los políticos gringos son una mentira y un desparpajo de abusos. Nunca hubo debate político porque los dos están a la misma altura.

 

DOS POLITICASTROS GRINGOS
LANZÁNDOSE LAS TORTAS A LA CARA



Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Antes de que se viera contagiado de coronavirus Donald Trump se pavoneaba con su invariable y atropellante arrogancia. Verdad o mentira el asunto del contagio, lo cierto es que ni enfermo, ni vivo, ni muerto ese señor genera alguna simpatía. Todo en él es falsedad, impostación, fraude, canallada y odio visceral a todo lo que sea tímidamente progresista, como los escasos sectores del Partido Demócrata que intentan desmarcarse de los controles férreos de ese partido de derecha recalcitrante. La derecha civilizada de los Estados Unidos está representada por Bernie Sanders y como siempre, esa formación política no decide nada, excepto terminar dándole el respaldo con su caudal de votos al candidato, cualquiera que sea, que competirá con el Partido Republicano.

Hasta hace algunos años, los politiqueros gringos fingían ser hombres de Estado y los debates presidenciales siempre se movieron entre el crecimiento económico y el mejoramiento social, no pasando por alto el apartado de la hegemonía imperial de la que tanto se alimenta la ideología de los dos partidos. Y pese a la posición supuestamente más beligerante de Trump, con Rusia ha sabido llevar más tranquilamente las cosas, es decir, las relaciones políticas han sido de menos tirantez. Pero sucede que el señor Biden, el supuestamente moderado y más civilizado que el salvaje Trump, viene sin ningún tino, respeto y ponderación política y ofende de sopetón a Putin, gratuitamente, al decir que él, Joe Biden, no tolerará las tonterías de Putin. ¿De qué tonterías de Putin habla? Si hay un hombre de Estado de total seriedad como estadista es el señor Vladímir Putin. Su capacidad política e intelectual le ha permitido llevar de la postración política, económica y política de Rusia a finales del siglo XX a ocupar en 15 o 20 años la posición que como primera potencia mundial le ha correspondido siempre.

¿De qué manera con el mensaje político en las redes sociales puede persuadirse o disuadirse una decisión electoral por determinado candidato? Se necesita que el receptor del mensaje sea un total descerebrado para que eso tenga lugar. Eso jamás ha ocurrido ni ocurrirá. Lo que sí es factible es un fraude cibernético por la rapidez con que podría efectuarse, dada la vulnerabilidad de los sistemas informáticos. Biden, pues, es de la misma contextura que todos politiqueros gringos, muy emparentados con la basura y no debieran los ciudadanos estadounidenses escandalizarse tanto por los continuos desaguisados de Trump. ¿Acaso no hizo lo mismo Hillary Clinton  con los sangrientos hechos de Libia y Medio Oriente?

 El problema de Trump es que no disimula, no finge, se muestra franco y directo, y la frontera entre lo que sea verdad o mentira es muy sutil. Los otros políticos no, lo cual, en resumidas cuentas, los hacen más falsos y feos que Trump. Todos los políticos gringos son una mentira y un desparpajo de abusos. Nunca hubo debate político porque los dos están a la misma altura. Uno porque dice exactamente lo que piensa y siente (Trump) y el otro porque piensa y siente igual que Trump pero lo disimula. Lo calla. Uno tiene arrestos para decir las cosas, y al otro la senilidad para decirlas con tartamudeos.

Entre todas estas cosas hay un hecho irrefutable: la decadencia de los Estados Unidos. Todas las grandes naciones en decadencia eligen a los peores gobernantes y la vida ciudadana se va desdibujando paso a paso. Cunde la pobreza y la inestabilidad. Estados Unidos ya no es la primera potencia del mundo y en esa caída, en su bancarrota, se corre el riesgo de incendiar el mundo. Así como dijera Hitler, el perdedor: perderemos la guerra pero el mundo entero se irá con nosotros en un baño de sangre. Eso dejó el encuentro entre Trump y Biden: todo un desastre.




Publicado por La Cuna del Sol

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