martes, 6 de octubre de 2020

La despreciable basura pedagógica de los empresarios de la educación de Guatemala

Solo el nombrecito de “empresarios de la educación” lo dice todo. Ya se sabe, por anticipado, de qué clase de engendros neoliberales estamos por hablar y que utilizan el alto valor de la educación y la formación humana como una mercancía más.

 

LA DESPRECIABLE BASURA PEDAGÓGICA
DE LOS EMPRESARIOS DE LA EDUCACIÓN
DE GUATEMALA



Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Solo el nombrecito de “empresarios de la educación” lo dice todo. Ya se sabe, por anticipado, de qué clase de engendros neoliberales estamos por hablar y que utilizan el alto valor de la educación y la formación humana como una mercancía más. De entrada, se trata de sujetos inescrupulosos, ambiciosos y sin mentalidad de educadores, sino exclusivamente de personas con innobles ideales de acumulación monetaria. Puros business. Puro negocio. Estos señores que de un solo plumazo barrieron los ideales clásicos, humanistas, de la pedagogía y la filosofía helenística, del paidagogo, del educador investido de ideales humanistas, interesado en enseñar a aprender a los demás; lo tiraron estos neoliberales de la educación a la basura, como todo lo que tocan.

Habría que ver, a la hora de rendir cuentas, qué nivel de formación y educación dieron a los niños o jóvenes confiados a su cuidado, a su responsabilidad; de desaprensivas personas hacedoras de dinero y disfrazados en el Halloween del horror educativo de Guatemala, de este tipo de educadores neoliberales.

Esta orgía de terror social llega hasta los pueblos más pequeños de Guatemala. Los ideales del maestro abnegado quedaron para la historia. En la actualidad son grandes los contingentes de trabajadores de la educación simplificados, tan minimizados en su condición de maestros por la enajenación capitalista que, en realidad, son un verdadero peligro para la niñez y la juventud. No conocen, ni por asomo, la educación crítica liberadora difundida por el pedagogo y filósofo brasileño Pablo Freyre, en 1968, con la publicación de su ensayo, ampliamente difundido, intitulado Pedagogía del Oprimido. Siguen en Guatemala trabajando con currículos bancarios, donde se acumulan cifras, datos y tonterías que nunca han pasado por el tamiz de la mente crítica, aunque los programas educativos abundan en alusiones a la educación crítica.

En esos establecimientos “educativos” signados por el mercantilismo, donde la materia prima, como qué si no, son los seres humanos, tienen una total cobertura, más que la del Estado, en todo el país. Estos son los empresarios más infames porque entregan diplomas y títulos “profesionales” a jovencitas y jovencitos que están prácticamente a CERO en lo relacionado con su supuesta “profesión”. La pregunta es ¿qué país puede salir adelante sometido a tan vertiginoso y amplio proceso de enajenación bancaria o desinformación? Pero ese tipo de educación es sí, eficientísima, en la producción de memos, idiotas y descerebrados. Ante la carencia de conciencia crítica (conciencia social le dice Freyre) no pueden dar el paso liberador que es la conciencia de clase.

Y resulta, pues, que éstas generaciones tan funcionales para el sistema guatemalteco de marginación y explotación, funcionan todavía más óptimas, con reingeniería diríamos de humor negro; cuando se trata de votar en cada elección nacional. Votan y hacen ganar a quienes les mienten y los desprecian. Es el caso de pobres defendiendo los intereses de los ricos. Así es el sistema educativo en Guatemala. Todo un negocio sin resultados alentadores, pues estando un maestro al frente de la cátedra, de manera presencial, los estudiantes aprenden muy poco, lo que aprenden del currículo básico del sistema educativo guatemalteco, cuya ejecución maltrecha no llega en cada ciclo lectivo ni al 50% real. Imagínese ahora que las clases son virtuales. Y no clases, sino una sórdida e indecente asignación de tareas. Dirigida a niños y jóvenes que en su gran mayoría no cuentan en casa con una computadora y que sus padres, gracias a la reproducción del sistema inicuo guatemalteco, no saben también NADA. Porque fueron formados en la educación bancaria del sistema guatemalteco, la máquina monstruosa en la que se han formado las nuevas generaciones de guatemaltecos. 

En conclusión, la peor calaña entre los empresarios son estos: los empresarios de la educación. Si no vea un simple ejemplo de un instituto de Jutiapa. En su campaña desinformativa y practicando una herejía contra las artes y el pasado glorioso de connotados guatemaltecos, flagelando los altos valores democráticos de muchos ciudadanos de Guatemala. La conocida poesía del poeta revolucionario, caído en combate en Zacapa por sus altos ideales cívicos, aquí en Jutiapa, sin pedir permiso, aparece una inscripción en un colegillo de esos que dice: “Vámos Patria a progresar, yo te acompaño”. A cambio de decir, como justamente es y respetando los derechos de autor de este hombre de letras inconmensurable: “Vámos Patria a caminar, / yo te acompaño. Esta basura empresarial abunda, pues, por todas partes del territorio nacional y son la punta de lanza de los intentos de privatizar la ya precaria educación pública de Guatemala.

El porvenir nacional en materia educativa es deprimente y sin posibilidades de salir adelante, donde la pandemia del coronavirus dio el golpe final.




Publicado por La Cuna del Sol

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