Ese era el grito de guerra de las hordas fascistas que tomaron por asalto el Congreso de la República y causaron destrozos en el exterior e interior del edificio, en una perversa alusión al martirologio que podían sufrir por sus “heroicas” acciones de incendiar vehículos, derrumbar puertas, romper cristales y robar bienes que estuvieron a su alcance.
¡AQUÍ HAY KAIBILES, ENTRENADOS PARA MORIR!
La Cuna del Sol
Ese era el grito de guerra de las hordas
fascistas que tomaron por asalto el Congreso de la República y causaron
destrozos en el exterior e interior del edificio, en una perversa alusión al
martirologio que podían sufrir por sus “heroicas” acciones de incendiar vehículos,
derrumbar puertas, romper cristales y robar bienes que estuvieron a su alcance.
¡Aquí hay kaibiles para morir! Gritaban al unísono, delirantes de violencia,
sedientos de sangre (igual a los días de su entrenamiento cuando mataban a
mordiscos al cachorro de perro confiado a su cuidado). ¡Aquí hay kaibiles
entrenados para morir!
Y tiene razón, la guerrilla islamista de Joseph
Kony, Ejército de la Resistencia del
Señor, mató al instante a 8 kaibiles y dejó mal heridos a 5. El parte
oficial del gobierno fue elaborado terriblemente mal pues afirmaban que los
kaibiles habían peleado como bravos guerreros durante ¡4 horas! contra 200
guerrilleros. Quien sabe de la guerra conoce perfectamente que en una emboscada
hay 3 tiradores para cada objetivo, es decir, tres fusiles apuntando conforme
van entrando los objetivos. Al entrar el último hombre a la emboscada, se abre
fuego. ¿Quién se puede escapar de una emboscada? Nadie. Porque todo está
fríamente calculado. Soldados que entran a una emboscada son totalmente aniquilados.
El parte de guerra decía que los perpetradores fueron 200 guerrilleros, lo que equivale
que, a cada soldado, le estaban apuntando 15 fusileros. ¿Tiene posibilidades un
hombre de vivir cuando le apuntan 15 fusiles? Indudablemente que no. Solo que
los kaibiles fueran Rambos o Soldados Universales.
En fin, los negros de Joseph Kony les quitaron
a los kaibiles lo machito. Porque ayer, 19 de octubre, volvieron a demostrar su
cobardía y brutalidad intimidando y agrediendo a personas desarmadas que hacían
su trabajo periodístico. Al compañero periodista David Sanchinelli de Nuestro Diario lo golpeó esa turba de cobardes
en la cabeza y el rostro y le destruyeron la cámara fotográfica de su
propiedad, no de la empresa periodística. A Javier Estrada, del medio alternativo llamado Quorum GT, lo
golpearon igualmente en la cabeza. La otra víctima fue Simón Antonio, de Prensa Comunitaria, fue intimidado y obligado por
estos hombres irracionales a suspender la grabación amenazándolo con lincharlo,
algo en lo que estos asesinos son especialistas. Henry Montenegro, de Prensa Libre, fue golpeado con piedras y el
medio para el que trabaja no hizo ninguna alusión al hecho. Otro agredido a
pedradas fue el periodista Elmer Vargas
de Guatevisión. Esbin García, igualmente
de Prensa Libre, fue agredido por cuatro hombres a bofetones y puntapiés. No
permitieron estas bestias rabiosas que los periodistas radiales hiciera su
trabajo.
Sus tropelías fueron tantas que algunos de los
agredidos presentaron sus denuncias ante la Fiscalía de delitos contra los periodistas y veremos que hará la
fiscal general, Consuelo Porras, con las travesuras de sus ahijados porque esta
señora está casada con un militar. Pero revisando el pasado reciente de
Guatemala en lo referente al conflicto armado y los sucesivos gobiernos de la
era “democrática”, no podemos menos que enterarnos que estos hombres ahora
hambrientos de dinero (piden 125 mil quetzales como resarcimiento por haber participado en el conflicto
armado, ignorando estos idiotas que el resarcimiento solo es para las
víctimas y no para los victimarios. ¿En qué punto de la petición hay un asidero
legal para hablar de resarcimiento a los perpetradores? Esa petición no tiene
sustento legal y peor aún moral.
Son estos descerebrados alborotadores la lamentable herencia maldita de Ríos Montt y su pupilo, el pillo redomado, cara de siete suelas por lo cínico; Alfonso Portillo. En su afán irresponsable de hacerse con el poder, de ganar las elecciones, ofrecieron a esta gente que les sirvió en sus proyectos contrainsurgentes muchas cosas, entre otros proyectos, Los Bosques para la Paz, reforestación de la cual no quedó ni un solo arbolito. Esas personas de poco cerebro pero rebosantes de picardías, bien harían en ponerse a trabaja y dejar de andar en las calles de holgazanes generando violencia.
Publicado por La Cuna del Sol
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