domingo, 16 de octubre de 2011

Evocando Imágenes de Guatemala.



Parece que Guatemala está bajo el conjuro de un hechizo maligno urdido por seres en colusión con el mismo demonio, o quién sabe si desde el bajo mundo Maya las sombras de los Brujos de Xibalba estén desatando su furia vengadora por todas los actos de injusticia cometidas a lo largo de toda la historia guatemalteca en contra de la etnias Mayas. No creo en esas cosas; brujerías, hechicerías, fumadas del puro etc etc. Pero ante la inhabilidad para explicar racionalmente el por qué de tantas calamidades, el por qué de tantas desgracias, que el pobre país de Guatemala experimenta sin cesar, uno no puede dejar de pensar, aunque sin lógica alguna, en la existencia de algún entierro. Un muñeco que semeja el trasquilado mapa nacional incrustado de alfileres por todas partes, como el causante de todos los males que sufre el país.

Y es que prácticamente no existe un momento de solaz en medio de las tribulaciones en las que vive atrapada la mayoría del pueblo guatemalteco. Ni siquiera, el pasa tiempo nacional, el futbol con su flamante y “renovada” selección nacional o mejor dicho “verguenza nacional,” pueden brindarle a ese sufrido pueblo un momento de genuina alegría. Pues resulta difícil que uno se alegre ante el triste espectáculo futbolístico exhibido por la selección nacional, que aunque le gano a un equipo que más sabe de cricket, lo hizo con más pena que gloria, mostrando una vez más el calamitoso estado del futbol nacional.

Hoy en día hablar de Guatemala es: Evocar imágenes de un país, en donde La Madre Naturaleza constantemente arremete con su furia destructiva arrasando a su paso con todo, sumiendo al país en más atraso y miseria. Es evocar imágenes de políticos inescrupulosos que han convertido la política en un circo de lo absurdo al grado de haber vuelto al estado en un ente inoperante, incapaz de atender las más urgentes necesidades del pueblo. Es evocar imágenes de una clase política inconsecuente, corrupta é incompetente. Es evocar imágenes de un sistema, político, económico y social corroído hasta el tuétano, injusto, discriminador, explotador, clasista y excluyente. Es evocar imágenes de un estado al servicio de las clases privilegiadas que siempre han visto y tratado al país como su propia finca y al pueblo como su sirviente. Es evocar imágenes de criminales de toda ralea quienes amparados bajo el manto de impunidad que les protege hasta tienen el cinismo de postularse, y ganar con el consentimiento del indolente pueblo, cargos de elección popular.

Hoy en día hablar de Guatemala es: Evocar imágenes de candidatos a la presidencia arrastrando acusaciones de haber cometido crímenes de lesa humanidad o de ser capos del narcotráfico. Es evocar imágenes de pandillas del crimen organizado quienes en contubernio con las autoridades cometen toda clase de fechorías seguros de que el manto de impunidad bajo el cual se protegen no permitirá que la ley los alcance. Es evocar imágenes de “maras,” jóvenes resentidos sociales,  que no pudiendo canalizar su furia en contra del sistema que los ha convertido en criminales la arremeten en contra del pobre é indefenso pueblo. Es evocar imágenes de linchamientos y linchadores, que desesperados ante la inoperancia de las autoridades deciden tomar la justicia en sus propias manos, haciendo efectivo aquel refrán que reza; “la voz del pueblo es la voz de dios.”

Hoy en día hablar de Guatemala es: Evocar imágenes de hambre y desnutrición, de niños que parecen osamentas vivientes. Es evocar imágenes de ignorancia, de analfabetismo, con niño y jóvenes que ven en los “Zetas” el ejemplo a seguir. Es evocar imágenes de una juventud inerme desconectada de la realidad nacional durmiendo bajo la neblina soporífera de Lady Gaga. Es evocar imágenes de campesinos desalojados y despojados del derecho a tenencia de sus tierras ancestrales, por un estado corrupto al servicio de los intereses económicos  de la clase oligárquica terrateniente. Es evocar imágenes de decenas de personas que habiendo sido víctimas de un sistema económico injusto, depredador y excluyente no tienen más remedio, ante la terrible urgencia de la necesidad que causa la miseria, el verse obligados a emigrar hacia el Norte en busca de mejores oportunidades sin quizás percibir que en su trayecto muchos trágicamente  se desvanecerán para siempre.

Hablar de Guatemala es: Evocar imágenes de tragedia y de dolor. Es evocar imágenes de calamidad y de catástrofe. Es evocar imágenes de un estado fallido. Es evocar imágenes de una maldición.



Marvin Najarro





Publicado por Marvin Najarro
CT, USA.








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