domingo, 9 de octubre de 2011

Los Poetas y el Olvido


Hasta antes de  ser laureado con el Nobel de Literatura, casi nadie a excepción de su país natal Suecia, sabía del poeta Tomas Transtromer, inclusive el mismo Vargas Llosa quien fuera galardonado el año anterior dijo, que hasta la fecha él no había leído nada de Transtromer . Una no muy discreta manera de decir que no sabía nada de él. Imagínense ustedes, si esa deidad de las letras no sabía nada, que se podía esperar de el resto de nosotros simples mortales?  Y es que ser poeta conlleva sus riesgos, porque como explicar entonces el trato que se les da? El abandono y el olvido.  Un par de casos ilustran esta ignonímia: El de la poeta guatemalteca Isabel de Los A̒ngeles Ruano, galardonada con el Premio Nacional de Literatura Miguel Angel Asturias en el 2002, y el de Manuel José Arce sin duda el más grande poeta nacional de todos los tiempos.

Lo anterior quizás obedezca al hecho de que el arte de estos sublimadores de las cosas naturales y de la realidad; la poesía, sea considerada por muchos como algo estéril que no sirve para nada, un desperdicio del intelecto, una entelequia espiritual mal retribuida. Que podrían pensar o decir los legos cuando el poeta exclama; “llora el leño al ser devorado por las llamas” ó “la roca lamenta el golpe” ó el reclamo de la ordenadora de escritorio a su dueña, “ingrata me cambiaste por una portátil.” Para ilustrar más lo anterior transcribo las siguientes líneas del poema de Transtromer, Tormenta: “De pronto el caminante halla aquí el viejo/ roble gigante, como un alce convertido en piedra/ con su ancha copa ante la fortaleza verde negra/ del mar de septiembre./ Tormenta del norte. Es el tiempo cuando las serbas/ maduran. Despierto oye en la oscuridad/ las constelaciones estampadas/ en lo más alto del roble.” Un amigo poeta me comentaba que la poesía es altamente emocional y por lo tanto irracional, que el poeta con relación al escritor es un Dios, mientras que este último es como Jesucristo. Por medio de la poesía el poeta hace hablar las flores, voltea el cielo de cabeza, cambia la tarde de lugar.

El también Laureado con el Nobel de Literatura, el mexicano Octavio Paz, afirmaba que la poesía no es una actividad mágica ni religiosa, no obstante el espíritu que la expresa, los medios de los que se vale, su origen y su fin, muy bien puede ser mágicos o religiosos. Mientras que en la religión lo sagrado cristaliza en el ruego, en la oración, en el éxtasis místico, en un dialogo o relación amorosa con el creador, el poeta lirico entabla un dialogo con el mundo; en ese diálogo hay dos situaciones extremas: una de soledad y otra de comunión.

Que pretende el poeta cuando expresa su experiencia?  Paz contesta: “La poesía  ha dicho Rimbaud, quiere cambiar la vida. No piensa embellecerla como piensan los estetas y los literatos, ni hacerla más justa o buena, como sueñan los moralistas. Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la mujer , entre el hombre y su propia conciencia. No pretende hermosear, santificar o idealizar lo que toca, sino volverlo sagrado. Por eso no es moral o inmoral; justa o injusta; falsa o verdadera, hermosa o fea. Es simplemente poesía de soledad o de comunión. Porque la poesía que es un testimonio del éxtasis, del amor dichoso, también lo es de la  desesperación. Y tanto como un ruego puede ser una blasfemia.”

El poeta agregaba Paz, tiende a participar en lo absoluto, como el místico y tiende a expresarlo, como la liturgia o la fiesta religiosa. Esta pretensión lo convierte en un ser peligroso pues su actividad  no beneficia a la sociedad; verdadero parásito, en lugar de atraer para ellas las fuerzas desconocidas que la religión organiza y reparte, las dispersa en una empresa estéril y antisocial. En la comunión el poeta descubre la fuerza secreta del mundo, esa fuerza que la religión intenta canalizar y utilizar,  a través de la burocracia eclesiástica. Y el poeta no sólo la descubre y se hunde en ella: la muestra en toda su aterradora y violenta desnudez al resto de los hombres, latiendo en su palabra viva en ese extraño mecanismo de encantamiento que es la poesía.

Los poetas son esos seres que tienen la capacidad de aproximarse, ver y revelar lo que nuestros muy humanos sentidos no pueden, son profetas que nos develan que la eternidad, el amor infinito no están  más allá de nuestro espacio físico, están dentro del límite de nuestros sentidos en su espacio y tiempo. En un mundo de alta tecnología la poesía aunque no alivia sirve de mucho, depura no corrompe. La poesía está desprovista de ideología, es contestataria, confrontacional, su alma y su espíritu en pugna con todo aquello que le rodea. El periodista Braulio Peralta, en el prólogo a una larga y de las últimas entrevistas a Octavio Paz sentencia: “Heraldos de sí mismos, los poetas viven un mundo aparte: mensajeros del destino, en los tiempos modernos, pocos, muy pocos los escuchan, los leen y atienden. Vivimos con los ojos abiertos pero ciegos ante las premoniciones que nos anuncian. De qué sirve pensar y sentir si todo ello no nos ayuda a vivir más mejor? El ser y la nada nos arrojan al vértigo de la ignorancia. Tendrá el poeta que gritar sus versos por teléfono, enviarlos por fax, a través de Internet, o leerlos por televisión? Hasta eso en los tiempos actuales les está vedado; nadie quiere oír verdades a fin de siglo.

A continuación y para finalizar les dejo con el siguiente enlace a través del cual podrán acceder al blog Comapense de Pura Cepa, en el cual podrán leer una excelente pieza literaria escrita por la poeta y escritora jutiapaneca Ilka Oliva Corado. http://ilkaoliva.blogspot.com/2011/07/mi-ordenadora-de-escritorio.html


Marvin Najarro




Publicado por Marvin Najarro
CT, USA.

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