Cada movimiento que ella
hizo estaba cargado con negatividad; ella destruyó la industria manufacturera
británica, ella odiaba a los mineros, odiaba las artes, … ella odiaba a los
ingleses pobres y no hizo nada por
ayudarlos, … ella no tenía sentido común y no sentía afecto y hasta su propio
gabinete la expulsó.
Thatcher únicamente será
recordada por sentimentalistas quienes no sufrieron bajo su liderazgo, pero la
mayoría de la gente trabajadora británica ya la han olvidado, y la gente de
Argentina celebrará su muerte.
LA HIJA DEL TENDERO Y
LA IRA
POPULAR
Como era de esperarse y al poco tiempo de saberse de la muerte de la ex
primera ministra británica, Margaret Thacher, todos los grandes medios de
comunicación occidentales como el New York Times, The Guardian y otras publicaciones
como The Economist, contrario al tratamiento que le dieron a Hugo Chávez después
de su fallecimiento, (“astuto y manipulador”, “pavoneándose como un hombre
fuerte” “asiduamente fomentó el odio de clases”) en coro y al unísono
se dedicaron a entonar alabanzas de admiración y agradecimiento a la primera
mujer que por tres términos consecutivos había gobernado a Inglaterra. Margaret
Thacher, “la ‘Dama de Hierro” que puso a Gran Bretaña en una nueva senda”, “la
líder que finalmente vio al capitalismo como un bien necesario”, “la mujer que
en tiempos de paz encamino al país por la senda de la prosperidad”, “la
combatiente de la libertad” etc., etc., fueron tan solo algunos de los
titulares de los obituarios de estos medios de prensa con los cuales se le
rendía tributo a la mujer que utilizo todos sus recursos para poner en bandeja
de plata todas las empresas públicas de su país para el gran beneficio de los
señores de las finanzas británicos. Pero de repente y sin que se lo esperaran
la chusma hizo acto de presencia para arruinar la fiesta de despedida de la
difunta Dama de Hierro y de paso, advertir sobre la inminente privatización del
infierno.
Efectivamente la cruel chusma aguafiestas, los destituidos, desempleados y
desamparados, las víctimas de la furia privatizadora y del libre mercado de la
“hija del tendero” (para quien la economía era algo así como la tienda de una
familia de clase media que trataba de balancear las cuentas de acuerdo a lo que
el banquero insistía era necesario de cara a la caída de los salarios como
consecuencia del incremento de los precios de los artículos de primera
necesidad), salieron por miles a la calle para celebrar la partida (Ding Dong
the Witch is Dead) de la persona que había arruinado su existencia al
excluirlos de la sociedad de la que Thatcher haciéndose eco de las
observaciones de la filósofa del objetivismo Ayn Rand (“considero malvado ayudar a otros,
el amor debe ser tratado como un asunto de negocios”) dijo, “no existe tal cosa llamada sociedad, únicamente
individuos”. La filosofía de estas dos mujeres se puede resumir en las tres
palabras de la película Wall Street: la ambición es buena.
Los expertos, comentaristas y toda la clase política, apologistas
neoliberales y admiradores de la Señora Thatcher no lo podían creer, como era
posible que la gente que tanto se había beneficiado de las políticas de Magie
reaccionaran de esa manera, era un insulto, un abuso, un horror, ellos estaban
en estado de shock. ¿Esperaban acaso un
masivo homenaje de despedida como el brindado a Chávez por el pueblo
venezolano? Imposible, ella la Señora Thacher, como lo expresó el
cantante Morrissey: “Cada movimiento que ella hizo estaba cargado con
negatividad; ella destruyó la industria manufacturera británica, ella odiaba
a los mineros, odiaba las artes, … ella odiaba a los ingleses pobres y no hizo nada por ayudarlos, … ella no tenía
sentido común y no sentía afecto y hasta su propio gabinete la expulsó”.
Para sus oponentes, de acuerdo a
Denis Healey, canciller del Tesoro Público (Exchequer) en el gobierno de Harold
Wilson, “La Pasionaria del Privilegio”, como el la llamaba, fue una mujer que
despotricaba contra los males de la pobreza pero quien al mismo tiempo se mostró
insensible y sin compasión hacia las penurias de los que no tenían nada. Sus
políticas, decían sus oponentes, fueron crueles y miopes, ensanchó la
brecha entre ricos y pobres y empeoró la situación de los más pobres.
Bautizada por los soviéticos, como la Dama de Hierro (después de
pronunciar, en 1976, un discurso en el que hizo patente su hostilidad hacia
ellos), sobrenombre del cual se sentía orgullosa y que en gran parte definió su
carrera política como una persona de actuaciones rígidas e inflexibles y que
consideraba el compromiso y el consenso como erróneos. Era una obstinada
creyente en las bondades del libre mercado y del individualismo a ultranza
influenciada por las ideas de economistas conservadores como Friederich von
Hayek y Milton Friedman, quienes creían (Hayek) que la libertad económica y política
eran inseparables y que las grandes cantidades de dinero que el gobierno
invertía en la economía (Friedman) distorsionaban la fortaleza natural del
mercado. Aunque poseía una maestría en química no era muy adepta a las grande
teorías.
La conservadora Margaret Thatcher llegó al puesto de Primer Ministro en
1979 en medio del llamado “invierno del descontento” con huelgas que
paralizaron al país durante el gobierno laborista de James Callaghan. Su
ascenso ocurrió en el momento en que la estratagema neoliberal estaba en
marcha. Ella no perdió tiempo, “he llegado al puesto con un intento deliberado,
transformar Gran Bretaña de una sociedad dependiente a una que sea
autosuficiente, de una nación que recibe todo a una que lo haga todo por ella
misma”, así de esa forma expresó sus intenciones privatizadoras. La “hija del
tendero” caracterizó los problemas del país como producto de la arrogancia de
la clase trabajadora.
Bajo su mandato, la guerra declarada contra la clase trabajadora asumió un
nuevo giro, ellos ya no eran vistos como empleados sino como consumidores y
deudores. La industria domestica de Inglaterra recibió un golpe tras otro al
ser cerradas miles de fábricas a lo largo de todo el país. En los primero días
del gobierno de Thatcher más de 10,000 centros de trabajo se declararon en
bancarrota a causa de las medidas de austeridad impuestas. Diciendo que le
tomaría a Inglaterra muchos años para recuperase del desastre causado por el
socialismo, la señora Thatcher advirtió que, “las cosas empeoraran antes de que
mejoren”. El mismo argumento neoliberal usado hoy en día para justificar el
asalto sobre la clase trabajadora y los servicio públicos.
Cuando la señora Thacher llegó al poder en 1979, Gran Bretaña había
realizado enormes inversiones en el sector público por más de 100 años. Los
gerentes financieros vieron esto como un enorme atractivo; convertir esos
enormes monopolios públicos en la gallina de los huevos de oro de la que se
enriquecerían los grande financistas. Un ejemplo fue la privatización a precio
de regalía de la British Telephone y de subsecuentes vastos monopolios que ella
hizo parecer como beneficiosos para el pueblo, en vez de las grandes
instituciones financieras. La primera ministra Thatcher se convirtió en la gran
animadora de lo que sería el más grande regalo del siglo, al transformar las
ganancias de la Ciudad de Londres en la perdida de la economía industrial. Los
señores de las finanzas británicos se convirtieron en elite dirigente que
preside hoy en día el descenso dentro de la austeridad neoliberal.
De acuerdo al New York times, los éxitos políticos de la señora Thatcher a nivel
local fueron decisivos. Ella resquebrajó el poder de las organizaciones sindicales
y forzó al partido Laboral a abandonar sus compromisos con la industria
nacionalizada, redefinir el papel del Estado en los programas de asistencia
social y aceptar la importancia del libre mercado.
Aquí es importante señalar el tratamiento que recibieron las políticas de Chávez,
orientadas en sentido contrario a las de Thatcher, por parte de la prensa
liberal, el New York Times, por ejemplo, deplora la asistencia social a los
pobres, como “irresponsables obras de caridad”, por otro lado el Washington
Post insiste que él se mantiene en el poder únicamente y debido a que “colma
con regalos a los pobres” ¿Cuáles son esos regalos? El The Telegraph nos hace el favor de aclarar: “derrochar los fondos estatales”
en proyectos para devolverles la visión a personas ciegas y en comedores
populares. Este es el rechazo que manifiesta la cultura intelectual de
occidente hacia el Estado, la que ve el
proveer alimentos básicos y medicinas como serias transgresiones a la libertad,
aun y cuando sea en concordancia con la Declaración de los Derechos Humanos de
la ONU.
El The Guardian hizo pública una nota sobre el legado de
Margaret Thatcher. Esta muestra un aumento del nivel de pobreza del 65% entre
los británicos, del 13 al 22% de la población. La desigualdad según el índice
GINI, subió de .253 a .339. La destrucción planificada de la industria
manufacturera ha conducido a un record en el alto nivel de desempleo. La ironía
del Thatcherismo es que sus políticas han dejado a un mayor número de personas
dependiendo de la asistencia social de las que existían previamente.
En contraste, hasta los aliados de la Senora Thatcher en el Banco Mundial, admiten que Chávez se las arregló para reducir la
pobreza en un 50% y la pobreza extrema en un 65%. Sus estadísticas muestran
además que el desempleo se redujo de un 14% en 1999 a un 7.6% en el 2009. La
desigualdad en Venezuela ha disminuido de .487 en 1988 a .392 en el 2009. Hoy
en día Venezuela es un país muy admirado en Latinoamérica.
Como uno de los éxitos internacionales de la Señora Thatcher, el New York
Times destaca, el triunfo en la guerra de las Malvinas, como el evento que
cimentó su reputación como una líder a la que había que tener en cuenta. 250
soldados británicos y más de 1000 argentinos muertos, fueron poca cosa, según
lo da a entender el NYT, comparados al prestigio ganado por la Señora Thatcher. De nuevo Morrissey: “Ella dio la orden de
atacar el Belgrano aun y cuando estaba fuera de la zona de exclusión de las
Malvinas –y estaba navegando alejándose de las islas. Cuando los jóvenes argentinos a bordo del
Belgrano habían sufrido una de las muertes más horribles, Thatcher levantó el
dedo pulgar en señal de aprobación ante la prensa británica. ¿Hierro? No. ¿Barbárico?
Sí. … Thatcher únicamente será recordada por sentimentalistas quienes no
sufrieron bajo su liderazgo, pero la mayoría de la gente trabajadora británica
ya la han olvidado, y la gente de Argentina celebrará su muerte”.
Margaret Hilda Roberts nació un 13 de octubre de 1935 en la localidad de
Grantham, Lincolnshire, 100 millas al norte de Londres, su padre quien era el
dueño de una tienda de abarrotes oficiaba además como pastor Metodista y como
político a nivel local. Después de contraer matrimonio con Denis Thatcher, un
acaudalado hombre de negocios en 1949, ella seria reconocida en el mundo de la
política como Margaret Thatcher, la ex primera ministra británica quien
falleciera el lunes a la edad de 87 años.
Mientras que en Brixton y Glasgow la gente se reunió espontáneamente para
celebrar la muerte física de la Dama de Hierro del neoliberalismo, los votantes
en Venezuela se alistan para asistir a la urnas y ratificar con su voto la continuación
y los logros de la Revolución Bolivariana eligiendo al revolucionario sucesor
de Hugo Chávez y de paso sepultar el Thatcherismo de Maggie.
Publicado por La Cuna del Sol
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