¿Nunca nos hemos puesto a
pensar en los espacios que acaparan en los Medios cuando los homosexuales
pelean por sus derechos y, por otro, los espacios que acaparan la clase
trabajadora cuando pelea por sus derechos? A los primeros somos convidados a
bailar con las “rarezas” y a los segundos somos convidados a bailar con la
“violencia”.
¿Cuál es la posición que
debemos tener frente a los “movimientos homosexuales”? Los que defienden los
“movimientos homosexuales” ¿defienden con el mismo entusiasmo los movimientos
populares de la clase trabajadora? ¿El “movimiento homosexual” defiende la idea
de sustituir una formación socioeconómica capitalista por una formación
socioeconómica socialista? ¿Es el “movimiento homosexual” o “pro-homosexual”
movimientos que vayan en contra de un modelo económico o más bien buscan
acomodarse dentro de parámetros morales heterosexuales de predominio
fundamentalmente patriarcal?
PRO-DERECHOS HOMOSEXUALES:
¿PROGRESISMO O IDEA PEQUEÑO
BURGUÉS?
Por Níkolas Stolpkin
Pareciera ser que en la actualidad ir en defensa de los Derechos de los
Homosexuales estuviera de moda -”in”, “cool” o “progresista”. Y hay de vosotros
si se estuviera en contra de lo que los homosexuales organizados exigieran.
Criticar o ir en contra de alguna medida en favor de los derechos
homosexuales ha convertido la respuesta de la contra-parte en una respuesta
histérica tan parecida a la respuesta que dan los judíos-sionistas cuando se
les llega a criticar al Estado de Israel o al estar en contra de medidas
adoptadas en contra de los palestinos. Los primeros suelen acusar de
“homofobia” y los segundos suelen acusar de “anti-semita” o “anti-judío”.
¿Acaso no se podrá criticar o estar en contra de algunas medidas pro-Derechos
de los Homosexuales?
Ciertamente el apoyo a los Derechos de los homosexuales se ha extendido en
las últimas décadas de manera sorprendente y obligado a la clase gobernante a
legislar en favor de sus demandas.
Poco a poco los homosexuales van adquiriendo terreno favorable dentro de la
opinión pública. Incluso no llegando a sorprender ver a homosexuales ocupar
espacios televisivos (fundamentalmente faranduleros o prensa rosa) o ver
temática homosexual en el cine.
El avance en derechos de la homosexualidad, en estos últimos tiempos, ha
permitido aumentar la presencia homosexual dentro de una cultura
fundamentalmente heterosexual que, paso a paso, le ha venido dando cobijo
dentro de sus propios espacios.
La aceptación de los homosexuales por parte de sectores heterosexuales de
la pequeña burguesía ha permitido gradualmente a estos (homosexuales) tomar
espacios, propios del mundo heterosexual, impensables varias décadas atrás.
Tanto llega a ser el avance (matrimonio homosexual, adopción de niños, etc)
en algunas latitudes que nos vemos en la obligación de hacernos ciertas
preguntas: ¿hasta dónde los sectores homosexuales piensan avanzar dentro del
conocido mundo heterosexual? En un futuro cercano ¿se permitirá en masa la
publicidad homosexual dentro de espacios televisivos o espacios urbanos? ¿Se
acomodarán en la televisión o el cine telenovelas y películas con temática
homosexual, del mismo modo como hoy se acomodan telenovelas y películas con
predomino heterosexual? ¿Se elegirá algún día al primer presidente o presidenta
homosexual?
Si la homosexualidad es vista por ciertos sectores pequeños burgueses como
algo “normal” o como una “opción sexual” u “orientación sexual” y no como una
anomalía o desviación sexual ¿en un futuro cercano nos encontraremos con centros
educacionales exclusivamente para homosexuales? Cuál es la idea de los que
defienden los derechos de los homosexuales, incluido los mismos, ¿conducirnos
hacia un futuro Homo-triarcado? ¿Hacer que los pedófilos organizados también
“salgan del armario” y luchen por sus “derechos”?
La pedofilia, tal como el homosexualismo, también podría ser considerada
por sus defensores como una “opción sexual” u “orientación sexual”, pero,
realmente, es una desviación sexual o una orientación sexual DESVIADA. Puede que
en la actualidad nos moleste los defensores de la pedofilia o los grupos de
pedófilos, pero es normal que ocurra de la misma forma como antes de adquiridos
ciertos derechos ocurría con los homosexuales.
Creamos o no, los partidarios de la pedofilia existen y poco a poco han ido
organizándose. Pero en el momento en que la pedofilia sea sacada de la lista de
trastornos mentales, avalados por instituciones de renombre e internacionales,
ya podemos augurar lo que vendrá después (efecto dominó), tal como ocurrió con
la conducta homosexual -la conducta homosexual fue sacada de la lista de los
trastornos mentales en 1973 por parte de la Asociación Norteamericana de
Psiquiatría (APA American Psychological Association) para luego ser seguida o
copiada por innumerables instituciones de renombre e internacionales. Hasta el
momento, la conducta homosexual no ha dejado de abrirse paso dentro de los
parámetros morales heterosexuales.
Vemos, por otro lado, el ejemplo de los judíos-sionistas y la creación del
Estado de Israel. Una minoría al cual se le entregó ciertos derechos con la
aprobación de las grandes potencias mundiales y sus organismos internacionales,
pero lejos, obviamente, de su territorios y en desmedro del territorio
palestino -ex-colonia británica (1917-1948). Todos sabemos en qué terminó todo.
Obviamente los judíos-sionistas podían reproducirse. Pero si en un caso
hipotético a los homosexuales se les entregara un pedazo de tierra para que
allí se desenvolvieran y no se sintieran discriminados ¿cómo sería la forma de
REPRODUCCIÓN si los homosexuales gustan tener uniones entre el mismo sexo?
Ir en favor de los derechos de los Homosexuales no es ser progresista, es
más bien defender ideas del pequeño burgués. La individualidad sexual de
ciertas minorías no puede estar por sobre los derechos de la clase trabajadora.
¿Nunca nos hemos puesto a pensar en los espacios que acaparan en los Medios
cuando los homosexuales pelean por sus derechos y, por otro, los espacios que
acaparan la clase trabajadora cuando pelea por sus derechos? A los primeros
somos convidados a bailar con las “rarezas” y a los segundos somos convidados a
bailar con la “violencia”.
¿Cuál es la posición que debemos tener frente a los “movimientos
homosexuales”? Los que defienden los “movimientos homosexuales” ¿defienden con
el mismo entusiasmo los movimientos populares de la clase trabajadora? ¿El
“movimiento homosexual” defiende la idea de sustituir una formación
socioeconómica capitalista por una formación socioeconómica socialista? ¿Es el
“movimiento homosexual” o “pro-homosexual” movimientos que vayan en contra de
un modelo económico o más bien buscan acomodarse dentro de parámetros morales
heterosexuales de predominio fundamentalmente patriarcal?
Contrario a lo que suelen pregonar los activistas homosexuales o
pro-homosexuales, que señalan que la condición homosexual es una “opción
sexual” u “orientación sexual” que no denota desviación alguna, podemos afirmar
que la condición homosexual verdaderamente es una desviación sexual, ya que se
enmarca dentro de los parámetros de la moral heterosexual. Y cuando se
adquieren ciertos derechos que van en contra de la moral heterosexual, violenta
al mundo heterosexual.
El homosexualismo no es ninguna “opción sexual” u “orientación sexual”. Una
opción u orientación sexual podemos verlo con los hombres que gustan de tener
más de una esposa o alguien que quisiera tener relaciones sexuales con dos o
más personas del contrario sexo. Y no llega a haber tanto escándalo con lo
señalado, ya que obviamente se enmarca dentro de los parámetros normales de la
moral heterosexual.
El ser humano nace dentro de parámetros morales heterosexuales. Por tanto,
alguien que opte por ir en contra de los parámetros morales heterosexuales, y
tenga relaciones sexuales con individuos del mismo sexo, ya está tomando un
camino desviado dentro de los parámetros morales heterosexuales.
Si consideramos al homosexualismo como una “opción sexual” o como una
“orientación sexual” dentro de los parámetros normales, lo que estamos haciendo
es abrir las puerta a las demás desviaciones sexuales como pueden ser la
pedofilia, la necrofilia o la zoofilia, que claramente no son “opciones
sexuales” sino desviaciones sexuales u orientaciones sexuales DESVIADAS, ya que
atentan contra los parámetros morales del mundo heterosexual en el cual nos
desenvolvemos.
Los homosexuales deben saber que desde el momento de su nacimiento hasta su
muerte viven insertos dentro de parámetros morales heterosexuales. Por tanto,
su condición desviada debe hacer frente a las consecuencias de vivir dentro de
dichos parámetros.
Es un error que en gobiernos supuestamente democráticos los homosexuales
puedan adquirir derechos como poder casarse o adoptar o criar niños.
Permitir el matrimonio homosexual y adoptar niños o criarlos entre
homosexuales, lo que se está haciendo es romper con la tradición familiar
caracterizado por el vínculo entre un hombre y una mujer o entre la unión de
personas con distinto sexo.
Culturalmente nuestras sociedades heterosexuales siempre habrán de ver a
los homosexuales como lo que son: desviados sexuales. Y difícilmente los
homosexuales podrán no ser objetos de burla. La discriminación cultural hacia
el homosexual va a existir siempre mientras se esté inserto dentro de
parámetros morales heterosexuales a menos que se cultive el respeto hacia las
minorías sexuales.
Los gobiernos capitalistas hacen muy mal en entregar derechos a los
homosexuales. Su actuar permisivo hacia estas minorías es un actuar irresponsable
que, de seguir así, sólo habrá de contribuir a atraer a la verdadera HOMOFOBIA
o a otras minorías (ejemplo: pedófilos) y exigir ciertos derechos.
Los Países Bajos ha sido la cuna de la mayoría de los temas con el cual
nuestras sociedades se ha venido enfrentando (legalización de las drogas,
legalización del ejercicio de la prostitución, legalización del matrimonio
homosexual, legalización del aborto, la eutanasia, transexualismo etc) Y es
allí (el “ejemplo”) donde grupos organizados de pedófilos buscan, actualmente,
alcanzar legalizar la pedofilia.
Si en un futuro se legalizara la pedofilia ¿nuestras sociedades entonces
deberían permitir la legalización de la pedofilia de la misma forma como en
nuestros países o en algunos países se han legalizado el consumo ciertas
drogas, el aborto o el matrimonio homosexual?
Nuestros gobiernos deberían comprender que la obtención de derechos de
ciertas minorías frente al atropello o aplazamiento de ciertos derechos de una
mayoría trae resentimiento y obliga a ciertos sectores a adquirir ideas o
conductas rayando en el fascismo, o a preguntarse del por qué estas minorías,
que no salen a luchar por la clase trabajadora en su conjunto, sino
exclusivamente por sus propios intereses INDIVIDUALISTAS, obtienen objetivos
específicos; y, la clase trabajadora que salen a luchar por el conjunto de
nuestras sociedades, y que ejerce mucha más presión, difícilmente logran sus
objetivos.
La historia de la humanidad está basada en la evolución política,
económica, militar, tecnológica, etc al mismo tiempo ha significado la caída de
determinados sistemas de producción como lo fueron el Esclavismo, el Feudalismo
y ahora el Capitalismo.
Queramos o no, el Capitalismo hoy está en decadencia tanto en temas
económicos como en temas valóricos. Por tanto todo aquello que hoy está siendo
aceptado por las estructuras de poder del capitalismo (drogas, aborto,
matrimonio homosexual, etc) no son más que un síntoma de decadencia del propio
sistema capitalista. Se incurre en un error al tratar de ver dichos síntomas
como si se tratara de un estado “evolutivo” de nuestras sociedades. La
decadencia del sistema capitalista se está expresando en temas económicos,
políticos, valóricos y morales. Apoyar la decadencia del capitalismo es
incompatible con nuestras ideas de liberación y por la implantación de una
formación socio-económica socialista. Apoyar la decadencia del capitalismo es
mimetizarse con la ideología pequeño burgués.
Los círculos de izquierda deberían tener más debate, no solo en temas económicos
o políticos, sino que en temas valóricos y morales si lo que se pretende es
formar al hombre nuevo.
Curiosamente es la pequeña burguesía la que gusta debatir sobre temas
valóricos y morales, pero dejando un tanto de lado los temas políticos y
económicos, pero no por apatía sino porque se sienten a gusto con el propio
sistema de producción capitalista, y llegando a irrumpir únicamente para
mejorarlo y así satisfacer sus propios intereses individuales, pero no los
intereses generales.
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