sábado, 13 de julio de 2013

¡SUEÑE, MAESTRO, SUEÑE!


(…) La materia prima de la realidad es el sueño. Todo lo que el hombre ha hecho empezó en el sueño: el troglodita que soñó ser el amo del fuego; el hombre que soñó volar; los que han soñado  -siglos y siglos de hombres-  con llegar a la Luna.


¡SUEÑE, MAESTRO, SUEÑE!

Por Manuel José Arce

Estamos lavados: ya ni soñar podemos. Porque a eso se le llama ahora “planificar”. Y planificar es algo que debe hacerse con exactitud, objetividad y realismo. Sin que lo subjetivo  -que es en muchas instancias lo único que salva al hombre-  tome parte en el juego. Con decirle que hay profesionales especializados en planificación.

Es decir, se le ha puesto camisa de fuerza al sueño. Cuántos electroshocks le habrían recetado a Don Quijote si anduviera suelto en nuestros días. La libre competencia nos ha hecho perder la libertad y nos ha vuelto incompetentes. Se ha transformado en un vicio, en una lucha de absoluta crueldad, fríamente inhumana. Todo hay que verlo a tantos años plazo. Débense medir cuidadosamente las circunstancias.  6 será siempre 6, nunca podrá ser 9. Aunque con solo darle vuelta, con un poco de imaginación, resulta el milagro.

Pobre Colón si lo paran frente a las computadoras: el cálculo hubiera resultado erróneo: La China estaba mucho más lejos, la probabilidad era una equivocación.  Pero América esperaba… Sueñe, lector amigo, sueñe. Anhele la dicha inalcanzable. Construya el amor ideal con las nubes de la imaginación. Sueñe, que del soñar algo queda.

Es  -por lo menos-  una cotidiana gimnasia de la ternura; es lo que le hará recordar que, más allá de la dura realidad de todos los días, es posible que existan otras realidades; es lo que lo rescata de la piedra, de la máquina, del animal mecánico que se está volviendo el hombres esclavizado por la máquina, crucificado por la exactitud.

La materia prima de la realidad es el sueño. Todo lo que el hombre ha hecho empezó en el sueño: el troglodita que soñó ser el amo del fuego; el hombre que soñó volar; los que han soñado  -siglos y siglos de hombres-  con llegar a la Luna. La realidad no es sino muchos sueños solidificados, concluidos y  -por lo mismo-  muertos. No le tenga miedo al sueño, no lo llame evasión. El sueño es noble. El soñar es construir. Allí están las alas del hombre. No se las corte… Los animales no sueñan. Y usted es, ante todo, un ser humano.











Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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