Si habíamos llegado a creer
que el imperialismo estadounidense estaba en total declineamiento y que la
unipolaridad del poder global estaba llegando a su final, más valdría la pena
que recalibremos nuestro análisis pues, el imperialismo no está comatoso, esta
vivito y coleando y resollándonos en el cuello con mucha fuerza. Y aun
debilitado, los últimos hechos alrededor del caso Snowden demuestran que
todavía preserva una enorme capacidad y medios para proyectar su poder
intimidatorio y hacer retroceder a todo aquel que se atreva a desafiarlo
abiertamente.
EL IMPERIALISMO VIVITO Y
COLEANDO
Es innegable que los reveses militares en Iraq y en Afganistán así como la enorme
magnitud de la crisis económica han hecho mella en la capacidad de los EUA para proyectar su poder sin mayores obstáculos. Pero lo demostrado recientemente en
el caso del ex técnico de la Agencia de Seguridad Nacional y las presiones
ejercidas por el gobierno norteamericano sobre países como China, Rusia,
Alemania y Francia para no concederle asilo en ninguno de esos países o ni
siquiera permitirle escapar de su purgatorio en el aeropuerto Sheremetyevo de
Moscú, además de patético en el caso de esas potencias mundiales, es
aleccionador en el sentido de demostrar quién
es el que está mejor posicionado frente al tablero en el que se disputa el poder global.
Las revelaciones de Snowden sobre la vasta red de espionaje montada por el
gobierno de los Estados Unidos para literalmente espiar a todo el mundo tiene
en un estado de histeria permanente a toda la clase política y a los
complacientes y serviles medios de prensa estadounidenses quienes siguiendo al
pie de la letra las instrucciones de Washington no han escatimado esfuerzo en
demonizar tanto al mismo Snowden, como a aquellos países que en algún momento
mostraron simpatías por la causa del joven ex empleado de la ASN. A estas
alturas es imposible saber la magnitud o lo que en términos de política
internacional significa la enorme cantidad de datos escamoteados de la ASN por
Snowden, pero lo que sí es evidente a la luz de las ultimas incidencias es que,
la arrogancia imperial de la administración de Obama y su capacidad para
intimidar a adversarios y aliados por igual deja muy pocas dudas a cerca de las dimensiónes de su poder a nivel global.
Mencionábamos la actuación patética de las potencias europeas, (aun y
cuando ellas mismas, como en el caso de Alemania han sido víctimas de la red de
espionaje masivo del gobierno norteamericano), en relación a la concesión de
asilo al perseguido Edward Snowden, pero más patética aun es su actitud de
cachorros serviles del imperialismo al impedir que el avión que transportaba al
presidente de Bolivia, Evo Morales, aterrizará para reabastecerse de
combustible y poder proseguir con su itinerario rumbo al país sudamericano. Es
muy difícil saber cuál es lo más indignante, el aterrizaje forzoso en Austria
del avión oficial de presidente de Bolivia ordenado por Washington, o la
sumisión de las autoridades de países europeos, supuestamente democráticos y respetuosos
de la ley, al cumplir con esas órdenes que prácticamente equivalen a un acto de
piratería internacional.
Lo anterior aparte de dejar muy en claro hasta qué punto la arrogancia
imperial de Washington es capaz de llegar, mostrando un total irrespeto por la
normas y convenciones internacionales, también demuestra que el gobierno
imperialista de Obama esta abiertamente fuera de control. Ya sea que se trate
de intervenciones militares criminales, la imposición de bloqueos económicos
contra otras naciones, la detención indefinida de personas sin cargo alguno en
su campo de concentración de Guantánamo, o persiguiendo y enjuiciando a sus
propios ciudadanos por sacar a luz la masiva violación de sus propios fundamentos
constitucionales, lo que la clase gobernante erróneamente refiere como gobierno
se ha convertido evidentemente, ahora más que nunca, en una entidad
completamente fuera de la ley.
El aterrizaje forzoso del jet del presidente Evo Morales, ordenado por el
Departamento de Estado de los EEUU cuando sobrevolaba el espacio aéreo europeo
sobre la base de una mera sospecha de que en él se encontraba Edward Snowden, y
el trato abusivo y violatorio de los derechos soberanos del presidente Morales
y de su comitiva y de todo un país, ilustra gráficamente cuan arrogante se ha
vuelto el imperialismo norteamericano. Imaginemos por un momento lo que
estaríamos presenciando si el avión presidencial de Obama hubiese sido sometido
al mismo trato en cualquier otro país del mundo.
Este último capítulo en la saga Snowden exhibe muy claramente en donde en
la actualidad reside el verdadero poder global, ni el mismo presidente ruso
Vladimir Putin quien últimamente se ha convertido en la espina en el costado de
Washington en el caso de Siria, ha dicho una sola palabra con respecto al acto
de ilegalidad cometida contra el presidente boliviano, aun y cuando este recién
había asistido a una reunión de mandatarios celebrada en Rusia de donde precisamente
se había originado el vuelo que fue obligado aaterrizr forzosamente. La
actuación de las grandes potencias europeas, como Alemania y Francia por
desalentadora y vergonzosa que sea no hace más que confirmar que su cacareadas
independencia y democracia no son más que una falacia que esconden su sumisión
a los designios del imperialismo y su falta de solidaridad democrática con
su propios pueblos y con otros países del globo. Sus intereses están en
consonancia con los del hegemón global, la democracia y el respeto por
las leyes e instituciones internacionales son pura hipocresía. Del triste papel
que juegan países periféricos como España, Portugal e Italia mejor ni hablar.
Quizás la vastedad de la información secreta extraída por Snowden y de la
cual, como dijo la congresista demócrata Loretta Sánchez, solo conocemos “la
punta del iceberg”, resulte ser muy incriminatoria para algunos de los líderes
mundiales -más de lo que alguien se pueda imaginar- y al final represente un
arma mucho más poderosa para el gobierno de los Estados Unidos que su propio
arsenal nuclear.
Si habíamos llegado a creer que el imperialismo estadounidense estaba en
total declineamiento y que la unipolaridad del poder global estaba llegando a
su final, más valdría la pena que recalibremos nuestro análisis pues, el
imperialismo no está comatoso, esta vivito y coleando y resollándonos en el
cuello con mucha fuerza. Y aun debilitado, los últimos hechos demuestran que
todavía preserva una enorme capacidad y medios para proyectar su poder
intimidatorio y hacer retroceder a todo aquel que se atreva a desafiarlo
abiertamente.
En el caso de líderes latinoamericanos, como Correa, Maduro y Morales que
han sabido comportarse como hombres dignos, honestos y democráticos, al contrario
de sus homólogos europeos Merkel y Hollande, no está de más recordarles que el
Gigante del Norte sigue creyendo en su “patio trasero” y está trabajando
arduamente en sus planes injerencistas y desestabilizadores para que no se le
salga de su órbita, ya Kerry lo dijo.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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