Nadie puede llegar a
tierra ajena a causar perjuicio sin que tenga que pagar las consecuencias. Poco
vale para esta gente nuestro pasaporte guatemalteco y por eso presentaron el
europeo que de nada les sirvió. Así son las malas cabezas: se llevan a todos al
barranco.
HABLANDO DE PAYASADAS:
EL CASO GIAMMATTEI Y
SUS DOS ESCUDEROS
Por Luciano Castro Barillas
Este trío dio por ir a correr tierras en
Venezuela, pues el aparente dueño de la ínsula, que no era un señor de noble
prosapia sino un negro desteñido, los esperaba con exuberantes ramos de flores
y un séquito de la peor calaña. Solo les faltaban a esas caritas de pocos
amigos, una cicatriz en diagonal en la mejilla y su sombrero borsalino. Eran
Juan Guaidó y sus incondicionales seguidores, quienes no esperaban realmente
apoyo político de los guatemaltecos sino la posibilidad de hacer buenos
negocios en un país llamado Guatemala, donde se sabe no pagan impuestos los
grandes señores, sino solo sus vasallos.
En ese país de América Central hasta dos habas
pagan impuesto y no se salva el pordiosero que compra una bolsa de frituras de
un cuarto de dólar. Se tienen que poner firmes, porque aquí a ningún pobre se
le permite ser antipatriota. Alejandro Giammattei, Giorgio Bruni y Pedro Brolo
levaron anclas, desplegaron la vela latina y con viento favorable navegaban por
el mar Caribe y enfilaron hacia Caracas y, para hacerse más importantes y
europeos de pacotilla (como los criollos de a América en tiempo del
colonialismo español) ingresó con pasaporte español el futuro Canciller de
Guatemala de nacionalidad española, Pedro Brolo; el presidente electo de
Guatemala, Alejandro Giammattei y su secretario privado, Giorgio Bruni, ingresaron
con pasaporte italiano.
Estos tres atípicos guatemaltecos muy
seguramente se quisieron pasar de listos y presentaron a las autoridades
venezolanas sus pasaportes español e italianos y los hijos de Negro
Primero, héroe de Venezuela, les dijo: ¡Malangas y candangas, ustedes
cabrones no entran a la tierra de Chávez! Y luego de cuarenta y cinco minutos de
preguntadera en una sala del puerto aéreo los llevaron directo a la nave que
los trajo de Guatemala. Y no era para poco, el mequetrefe del presidente electo
o shute,
iba a expresar el respaldo de su futuro gobierno y el de los guatemaltecos al
“presidente” Juan Guaidó, para que siguiera dándole candela al gobierno
democrático del presidente Nicolás Maduro y que ellos llaman el dictador.
¿Con quién querían quedar bien estas personas
divertidas? Pues me imagino que con el imperialismo norteamericano y las oligarquía
venezolana y colombiana. ¿Es la nueva política que piensa impulsar el señor
Giammattei? Tengo la impresión que es la continuación de lo mismo. Son los entremeses
o farsas teatrales de una comicidad de pésima calidad, eso sí, altamente
peligrosa. Porque no se quedaron en casa dando declaraciones, las que
quisieran. Pero no, shutes, atrevidos y abusivos hicieron maletas, porque en
sus cabezas prepotentes creyeron que podían hacer lo mismo en la Patria de
Bolívar de lo que hacen y harán en Guatemala. Su primera acción de estadista a
futuro fue un tremendo chasco. Y tuvieron suerte de no quedar detenidos unas 72
horas o una semana. Nadie puede llegar a tierra ajena a causar perjuicio sin
que tenga que pagar las consecuencias. Poco vale para esta gente nuestro
pasaporte guatemalteco y por eso presentaron el europeo que de nada les sirvió.
Así son las malas cabezas: se llevan a todos al barranco.
Publicado por La Cuna del Sol
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