El infame intento de defenestrar a los médicos cubanos tras de 20 años de bien servir a los guatemaltecos no es más que una burda maniobra de tinte ideológico por parte de ciertos políticos reaccionarios para quienes la ayuda médica que Cuba presta a Guatemala constituye una manera de financiar al régimen comunista cubano.
Convengamos, estimados lectores, que el diputado Felipe Alejos, alias Felipao, es actualmente El Rey de la Corrupción de Guatemala. Accedió al trono luego de desbancar a grandes joyas de las mañas nacionales como Gustavo Alejos, Roxana Baldetti, Otto Pérez Molina, y otras y otros, grandes virtuosos y prestidigitadores con el dinero ajeno que han sido capaces de dejar las arcas del Estado limpias, pulidas y brillantes, sin dejar huellas dactilares que los incriminen a la hora que los peritos de la persecución penal quieran imputarles alguna cosilla por allí. En las portezuelas de las cajas fuertes solo se ven grandes arañazos, repito, pero no huellas digitales, por lo que los investigadores del crimen asumen que son ladrones medio patosos, pues se ve que tienen gran desesperación e impericia para abrir esas cajas de seguridad.
Felipe Alejos ha sido consagrado en los últimos
días como el sujeto más infame de la vida nacional y dada la lacia esplendidez
de su cabello, no les ha bastado con llamarle solo Felipao, si no le han
endilgado otro remoquete: Lamida de Vaca Alejos, apodo que
según los que están cerca de él lo saca de onda y se torna ofensivo,
exigente y chantajista, no por gusto el consorte del presidente, Miguel
Martínez, cansado de que esté jode que jode a su bella Dulcinea, se le lanzó
literalmente al cuello, al pescuezo, con el ánimo de ahorcarlo, quejándose que
mucho fastidia a Su Doña y no hizo otra cosa que salir en su defensa, actuando
según dice él, como puro macho alfa.
No se pudo llegar a ningún bussines en el club de
oficiales de la Guardia Presidencial y los vasos solo se quedaron con la soda y
los cubitos de hielo porque tuvieron pena los oficiales administradores del
club que ya con sus tragos, ahora sí, iban darse tremenda revolcada los
enemistados. El encuentro terminó casi sin empezar, pero las verdaderas razones
no eran otras que a Giammattei lo tiene cansado, agotado, otros chantajes de
Felipao. Quiere el diputado granuja del
partiducho TODOS (los cucuruchos de la política, por el color morado de ese
partido y que nada tiene que ver con las hermandades católicas de la Semana
Santa) que se dé pro abrogado el convenio que se tiene entre los dos gobiernos,
el cubano y el guatemalteco, que hace posible la presencia en el país de casi
500 brigadistas médicos cubanos, en su gran mayoría especialistas, cuyo
trabajo, da la casualidad, es altamente valorado por el pueblo humilde de
Guatemala.
Nadie ignora que los médicos especialistas
cubanos cogen el camino de las aldeas más recónditas del país para atender a
ciudadanos que nunca han conocido un médico. Allí están sirviendo con profundos
ideales sociales, humanitarios, los médicos y médicas cubanas, ya que sucede
todo lo contrario con los médicos nacionales, muy señoritos. Caros en sus
servicios profesionales, solo les gusta vivir en las ciudades y se gastan una
displicencia con las personas humildes imaginándose que han tocado el cielo por
su condición de médicos. Un grueso número de estos médicos inconscientes y
clasistas son graduados de la universidad nacional, la San Carlos, sin saber que
la oportunidad de estudio que gozaron son resultado del aporte tributario de
millones de guatemaltecos, ese 85% de pobres, que conforman el grueso de la
población de Guatemala.
El infame intento de defenestrar a los médicos
cubanos tras de 20 años de bien servir a los guatemaltecos se quedó en intento
porque aldeas, pueblos y alcaldes se han movilizado en contra de este diputado,
El Lamida de Vaca de Alejos, para decirle ¡NO!
¿Y cuál es la razón de la barrabasada del
diputaducho? Pues sencillamente una: ODIO
IDEOLÓGICO. Afirma este descerebrado que con el sueldo de los médicos
cubanos se está financiando al régimen comunista de Cuba y que los cubanos le
están quitando el empleo a los guatemaltecos (¿no le parece que es el obsceno
pensamiento de Donald Trump?). Un médico cubano gana en Guatemala la
estratosférica suma de 7 mil quetzales, contra los 12 mil que gana un médico
guatemalteco. Lo que verdaderamente teme este reaccionario recalcitrante no es
otra cosa: EL PRESTIGIO Y APRECIO QUE HA CRECIDO ENTRE LOS GUATEMALTECOS
HUMILDES A LA REVOLUCIÓN CUBANA. Son los hechos Felipao, son las acciones
Lamida de Vaca, porque el dictum de la verdad dice que hacer es la mejor manera de
decir. Los cubanos no adoctrinan a nadie. El pueblo se adoctrina solo.
Publicado por La Cuna del Sol
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