sábado, 22 de agosto de 2020

El derecho de la fuerza y la fuerza del derecho

Estados Unidos nunca aprendió a respetar a nadie. Solo hizo uso del derecho de la fuerza y no como país civilizado (si acaso en algún momento lo ha sido) hacer uso de la fuerza del derecho, de su legalidad nacional y la legalidad internacional.

 

EL DERECHO DE LA FUERZA
Y LA FUERZA DEL DERECHO


Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Es la de nunca aprender. El capitalismo y sus aberraciones más conocidas, como un vergonzoso chancro sifilítico, sigue siendo el imperialismo y el colonialismo. Los post tienden a llamarlo neocolonialismo. Pero para efectos prácticos en la vida social, política y económica de los pueblos del planeta resulta lo mismo. Esté usted en la parcela de los países que les llaman “desarrollados” o sobrevive usted en esa otra parcela oscura y gris, en ese grupo de países que les llaman eufemísticamente “subdesarrollados”, pues al final, con todo lo risible del mundo, como dijo un estudiante de sociología del derecho cuando se le inquirió por parte de su catedrático para saber cómo andaban sus conocimientos sociales; ante su sorpresa, le espetó directo, en el aula, ante la presencia de todos sus condiscípulos: ¿Qué es el subdesarrollo? El estudiante, orondo y cómodo, le contestó que todo lo subdesarrollado es a lo que le falta desarrollo.

Todo, porque los valores intrínsecos de la vida no se aprenden como verdad en el mundo conceptual de la academia, sino que se aprenden en el encuentro diario con la explotación, el racismo, la marginación, la falta de vivienda, la comida precaria y la ignorancia humillante si usted no se aboca a su doctrina de pobre, de proletario, para hacerse listillo, inteligente, crítico y despierto. Me refiero al satanizado saber condenado por la iglesia católica en el siglo XIX como diabólico, como doctrina del mismísimo demonio: el maravilloso marxismo. Porque esta doctrina de los pobres hizo posible sacar a millones de seres humanos de un pavoroso atarantamiento y descubrir que, con oportunidad (de estudio en este caso) TODOS LOS SERES HUMANOS somos capaces de aprender las más altas revelaciones de la ciencia de los pobres, con el agregado satánico que ya en el siglo XX, se le sumó otro soberbio diablo de nombre Vladímir Ilich Lenin, que terminó de darle la debida configuración al culto satánico de nombre marxismo-leninismo. Que nos enseñó que la ciencia que se aparta de la vida diaria, práctica, cotidiana y sin referencia útil para de los seres humanos, pues, sencillamente, no sirve para nada. Excepto solo como testimonio para la historia del pensamiento humano, como una nueva modalidad de muladas, encubierta de sapiencia académica, de pose doctoral, “de latinismo del lunfardo”, como dijera el grandioso Ernesto Sábato.

No son asuntos conceptuales sino de la vida diaria, cotidiana, práctica. Es decir, la mitad del mundo ha dejado de ser baboso, memo, tontón. Por eso el imperialismo, ya trasnochado de los Estados Unidos y Europa Occidental, ya no es funcional. Ya es una vieja desacreditada de húmedo lupanar. Ya nadie le teme y a nadie engaña. Estados Unidos en la actual coyuntura de su invariable agresión contra el grandioso, valiente, sacrificado y digno pueblo de Irán, no puede hacer efectivo como antaño del DERECHO DE LA FUERZA. De su Diplomacia del Dólar, del Gran Garrote y de Las Cañoneras. Eso se terminó, porque el imperialismo está para sobrevivir, no para conquistar. Y de eso no se dan cuenta sus dirigentes. O están debidamente enterados pero nada efectivo pueden hacer. China y Rusia marcan el paso del mundo. Deben entenderlo. Debieran atender a sus pueblos que ya no están contentos porque su habitual confort se vino abajo. Porque, como dicen los ancianos agobiados por la nostalgia, “ya no es como antes”.

Estados Unidos nunca aprendió a respetar a nadie. Solo hizo uso del derecho de la fuerza y no como país civilizado (si acaso en algún momento lo ha sido) hacer uso de la fuerza del derecho, de su legalidad nacional y la legalidad internacional. Invadió Cuba, República Dominicana, Nicaragua, Guatemala, México, Puerto Rico y en otros continentes la lista es larga. Muchas cosas malas podrán todavía pasar en el mundo, pero sin falso optimismo, solo se quedará en amagos, por una sencilla razón: esa vieja desacreditada, de verás, ya no tiene fuerza ni dinero para agredir al mundo, a la humanidad. Esa es la razón del porqué anda dando a cada rato palos de ciego. Irán saldrá victorioso y llegara el momento que los imperialismos dejarán de fastidiarlo. Los iraníes son personas de paz y de trabajo, y como al pueblo cubano; no los han vencido, ni los vencerán.



Publicado por La Cuna del Sol

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