martes, 25 de agosto de 2020

El fascista trasnochado, Alejandro Sinibaldi, ha vuelto a Guatemala

Este joven fascista lo es tal cual, si no vea usted la indumentaria que viste. Es él un nuevo camisa negra. Viene de Italia como trasnochado fascista y estando en un tiempo y en un espacio distinto, hubiera sido un no desmentido caminante de La Marcha sobre Roma de los fascistas italianos en 1922, con Benito Mussolini a la cabeza.

 

EL FASCISTA TRASNOCHADO, ALEJANDRO SINIBALDI,
HA VUELTO A GUATEMALA,
TRAS CANSARLE POR CUATRO AÑOS SU VIDA DE RATA


Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

No es una calificación, de esas que muchas veces se hacen para fastidiar a las personas objeto de una malquerencia, de una rencilla sentimental o política. Es solo una constatación de la vida de este joven de la oligarquía guatemalteca, ex candidato presidencial proclamado del nefasto Partido Patriota, entidad política que fue en su momento una fiel intérprete y legítima representante de la corrupción en el Estado de Guatemala en el segundo decenio del siglo XXI. 

Recuerdo, como ayer, cuando en su discurso de aceptación como candidato presidencial, este señor, dirigió sus primeras palabras cargadas de violencia contra los revolucionarios ex insurgentes, contra URNG propiamente. No iban sus palabras irascibles contra la izquierda acomodaticia guatemalteca, que sigue invariablemente siendo infame en todo y vale muy poco. La iracundia de este catecúmeno de la escuela del gran represor, el general Otto Pérez Molina, le hizo decir con gran soberbia: ¡QUIERO QUE ESCUCHEN BIEN ESOS GUERRILLEROS TRASNOCHADOS!... Y despotricó contra esto o aquello de los valores democráticos y revolucionarios.

Era el caso de una mente militarista de un civil que, recuerdo como ayer, cuando se entonaban en cualesquiera de sus actos el Himno Nacional, se ponía firmes, con las manos empuñadas. Igual lo hacía la mujer mafiosa vicepresidencial de nombre Roxana Baldetti. Empuñaba sus manazas bien cuidadas al lado del general que, al parecer, los tenía a ambos bien domesticados, pues siendo civiles rendía honores al canto patrio no con la mano en el corazón, sino empuñando las manos, listos, presentes, para repartir morongazos a los guatemaltecos.  Sabía perfectamente a quién dirigía sus palabras ofensivas y a quién y a quiénes complacía con expresarlas.

Pero poco le duró el gusto a este mafioso y hoy, tras cuatro años de fuga, al parecer se entregó tras conversaciones con sus abogados y la fiscalía y sin que lo reconozca, su nuevo oficio será de sapo cantor. Ya lo ha dicho: hablará con la verdad, con su verdad, por supuesto; pues él se ha sentido muy ofendido que la mafia de constructores, en el momento del litigio judicial, le acusara de extorsionista. Es decir, de pedir comisiones para asignarles contratos. Lo cual no es una novedad en Guatemala. Ese tipo de corrupción ha funcionado por años en Guatemala y adquirió visos de “normalidad” como lo dijera en su momento el idiota ex presidente Jimmy Morales.

Este joven fascista lo es tal cual, si no vea usted la indumentaria que viste. Es él un nuevo camisa negra. Viene de Italia como trasnochado fascista y estando en un tiempo y en un espacio distinto, hubiera sido un no desmentido caminante de La Marcha sobre Roma de los fascistas italianos en 1922, con Benito Mussolini a la cabeza. Viene de Florencia, según dicen, y no nos trae ecos de la cuna del arte del Renacimiento y ni creo que haya aprendido nada durante los años que vivió en esa ciudad renacentista. Este es un bruto total. Un hombre enfermo cuyo máximo ideal es la acumulación de dinero, sin importar la manera en que se haga. Es un cobarde también, que le avergüenza verse esposado tras su sucia vida y finge estar lastimado de un brazo y por lo tanto no puede ser engrilletado. De veras que estos son caraduras y como dice el refrán popular entrando la mona y comiendo zapote.

Presumía de próspero empresario, como todos los mafiosos en la actualidad, lo único que obviaba decir es que su prosperidad empresarial era con dinero mal habido y sin ninguna moralidad. Que no tenía genio emprendedor, sino mañas de mafiosi. Que las extorsiones en Guatemala, entre funcionarios y empresarios, tiene un vocablo local: comisión. ¿A quién quiere dormir este mafiosi? Esperamos que los cinco cargos de gran calado que enfrentará, al menos en uno, salga condenado y vaya a pasar un rato a la sombra para que ya no intente robar más a los guatemaltecos, que cansados estamos de tantos funcionarios ladrones.



Publicado por La Cuna del Sol

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