jueves, 2 de agosto de 2012

LA RECONQUISTA…




INTRODUCCIÓN

A principios de los 80 escuché decir a alguien que había estado viviendo en Europa, por asuntos de preparación académica, que tanto España como Portugal  eran considerados como los países más atrasados del continente europeo. Argumentaba  que uno de los signos de ese atraso eran las manifestaciones públicas de fervor religioso católico, sin parangón en el resto del continente. No sé qué tanto haya de certeza en lo afirmado por tal persona, por cierto nada católico. Lo cierto del caso es que hoy en día  el espejismo o el milagro español producto de la borrachera neoliberal que vivieron los países de la periferia europea ha llegado a su terrible final y las consecuencias de esa orgía de ladrillo, dinero fácil y destrucción fascinerosa del entorno, en el caso de España con un 25% de desempleo, una deuda impagable de 734.961 millones de euros y cientos de miles familias desalojadas de sus viviendas (400,000 desde el 2008), para nada luce como para gritar ¡España, España! o ¡viva la Roja! Pero Latinoamérica,  aunque no bien librada del shock económico mundial, parece estar en mejores condiciones como para recibir el influjo de refugiados económicos españoles que buscan a toda costa escapar la catástrofe. Aunque despreciados y despectivamente referidos como “sudacas de mierda” los habitantes de esta noble parte del mundo, aunque en muchos casos sumidos en la extrema pobreza, sabrán ser solidarios con sus congéneres de la península Ibérica, en donde nunca se ponía el sol. Marvin Najarro.




LA RECONQUISTA DE AMÉRICA
POR LA INDIGENCIA ESPAÑOLA



Por Luciano Castro Barillas

Los arrogantes tiempos del emperador Carlos V, quien proclamó asertivo que “en su reino nunca se ponía el sol” son, en efecto, glorias pasadas; aunque no por ello menos importantes. Las armas españolas imponían sus verdades en los Países Bajos, Nápoles y Alemania, sin excluir sus colonias de América, África y Asia,  que hizo decir a los nacionalistas españoles de esa época, como siempre poco reflexivos;  que “ser español era ser alguien”, obviando, claro está, que todo ese imperio en apariencia avasallador era una vieja desmolada que funcionaba con el dinero prestado de los judíos alemanes de la familia Fugger, que inventaron un emperador de papel que debía hasta los calzones, con el agregado de la rimbombante adulación de Sacro Imperio Romano Germánico.  Hoy las cosas son totalmente diferentes. En menos de cinco años, luego del crack financiero en los Estados Unidos,  la “octava o décima economía del mundo” resultó ser toda una morisqueta, un ardid de los nacionalistas de derecha que sorprendieron el candor de muchos ciudadanos españoles que, de veras, llegaron a creer que la economía española era tan incisiva, fuerte, sólida y membruda que decidía el destino del mundo. ¡Gilipollas! ¡Boberías! ¡Memeces de igualados!, que a la primera arremetida, o a la más leve remezón, cayeron de bruces con sus artificiosos consumos. Con las malas costumbres de gastar más de lo que se gana, de vivir con la prosperidad del dinero prestado. Quienes nunca cayeron en ese desatino nacional, de decir de España lo que no era,  fueron los compas de la izquierda unida que advirtieron una y otra vez, en las sucesivas administraciones de Aznar y Rodríguez Zapatero, que más temprano que tarde, toda esa burbuja iridiscente de patrañas iba a explotar en la cara de sus promotores. No obstante la dirección intelectual dada por esa formación política, el pueblo español insistió con favorecer con el voto a las dos alternativas de derecha: la recalcitrante del Partido Popular y la moderada del Partido Socialista Obrero Español. España, literalmente está en quiebra y los esfuerzos de “solución de la crisis” de la banca central europea pasa, irremediablemente como en Grecia, por hacer la vida insufrible a las capas medias y a los sectores populares de la sociedad. No es una política financiera para salvar a la sociedad sino para salvar a los bancos. Para tirarle en un mar proceloso a una multitud, una ligera cámara de aire. Rajoy está totalmente descarrillado y si en algo cabía la inteligencia de un político era no hacerse cargo de un barco a la deriva. ¿Cuál será su singladura histórica? Ninguna, creo, pues en mal momento ganó las elecciones de una manera casi inopinada. El puchero estaba volteado ya sin la carne de cordero y solo pudo coger las patatas. Porque su política neoliberal colisiona y colisionará siempre con los intereses de los trabajadores. Esa aporía, esa contradicción fundamental entre el capital y el trabajo, no podrá ser resuelta nunca, haga lo que haga. Con o sin apoyo de la Unión Europea. España ya no puede con el euro y no estaría mal una reorientación de su política monetaria, cambiaria y crediticia con el retorno de la peseta, pues al fin y al cabo, fue un valor de cambio que nunca abandonó. La crisis económica está orillando a la desobediencia civil y gubernamental. Hace apenas unas horas dos de las regiones más importantes de España, Cataluña y Andalucía, encabezan una rebelión  contra el brutal y sórdido techo de deuda impuesto por el Gobierno central español, que lo debilita ante el pueblo español, pero el asunto es quedar bien ante los socios europeos que le ayudan con puntales y montantes para no le caiga el techo encima. La desesperanza del pueblo español se ve con la segunda riada humana que vuelve nuevamente a América. Son cientos miles de españoles que buscan Venezuela, Argentina, México, Guatemala (hay dos desgraciados reaccionarios españoles que trabajan en prensa inundando de denuestos las luchas sociales del pueblo de Guatemala); pero son españoles realmente pobres, sin fortuna, que vienen como la familia de los Berger a principios del siglo XX, con una mano delante y la otra por detrás. Mal, realmente, deben estar las cosas en España para que busquen Guatemala para poder vivir de una manera menos severa, que como se vive actualmente en España. Los brazos de Latinoamérica siempre estarán abiertos para el sufrido pueblo español, pero de manera especial para aquellos de pensamiento democrático. Ya no queremos, de verdad, por acá, gente con pensamiento encomendero.









Publicado por LaQunadlSol
CT., USA.

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