INTRODUCCIÓN
El lenguaje utilizado
por el señor Méndez Ruiz es de una semanticidad muy especial, que exhibe un
pensamiento ultrarreaccionario militante donde el clima de distensión creado
aparentemente por los Acuerdos de Paz no han permeabilizado esas mentes, como
la de él, de suyo marcada por pliegues, tenebrismo e imbricaciones de fanatismo
e intolerancia, al punto de afirmar que a los oficiales a cargo de ese
destacamento militar instalado en ese lugar a principios de la década de los
años 80, entre otros Cabrera Mejía, Méndez Ruiz y Arturo de la Cruz, “El
Canche”; el Ministerio Público y la Asociación de Antropología Forense de
Guatemala “le han tendido una
emboscada”. Pero agrega también algo inquietante y repudiable al
declarar: (…) es asunto peligroso y va
a correr sangre. De hecho, lo dicho no es una expresión de prevención
sino una flagrante amenaza de muerte. Ese tipo de expresiones deben ser
difundidas por todos los medios posibles y sancionadas por la opinión ciudadana
nacional e internacional pues nadie es superior a la ley y toda aquella persona
que se presuma haber cometido semejantes atrocidades, debe ser investigada
respetando las normas del debido proceso y de ser responsables, sin lugar a
dudas, deben ser severamente castigados. Es muy sintomático enterarse que uno
de estos personajes sospechosos de graves violaciones a los derechos humanos
durante los años del conflicto armado, ahora disponga de una empresa de seguridad,
que además de eso, podría tratarse de grupos ilegales armados proclives, por la
filiación de sus jefes, a cometer cualquier ilegalidad. Es una tarea pendiente
de CICIG y que está dentro de su mandato. Valentín Zamora Altamirano.
LAS OSAMENTAS LOCALIZADAS EN COBÁN
SON DE UN CEMENTERIO
Los responsables del destacamento, durante los
años ochenta, coinciden en que los huesos encontrados corresponden a vecinos de
una aldea ubicada dentro de la zona militar.
Por Carolina Gamazo cgamazo@elperiodico.com.gt
Agosto 6, 2012
Entierros individuales
José Suasnávar, subdirector ejecutivo de la FAFG, descartó que las
osamentas pertenezcan a un cementerio. Dijo que en los cementerios los cuerpos
se entierran en fosas individuales “en posición de descanso. El cuerpo
totalmente extendido, colocado sobre su dorsal, las piernas extendidas, los
brazos sobre su vientre, pecho o a los lados”. Las osamentas del destacamento
fueron halladas en fosas comunes, con signos de tortura o inmovilidad.
Las osamentas exhumadas ya ascienden a 316, según la última cifra
proporcionada por la FAFG, que lleva 5 meses en la sede del Comando Regional de
Entrenamiento de Operaciones de Mantenimiento de Paz (Creompaz). La mayor parte
fueron encontradas en fosas comunes, con restos de sogas amarradas a sus
cuellos o muñecas. Varias fueron enterradas con torniquetes. En el sitio número
5 (donde quedan 20 fosas sin trabajar) había partes desmembradas.
Según los testimonios recogidos por la Fiscalía de Derechos Humanos del
Ministerio Público y una entrevista realizada a Juan Osorio Chen, estas
osamentas pertenecen a personas acusadas de ser guerrilleras –o con supuesta
información sobre ellos–, quienes eran capturadas y trasladadas al destacamento
para obtener información. Esta labor estaba dirigida por la Sección de
Inteligencia (S2) que operaba en el interior de la zona militar.
Yo no soy el coronel, me llamo Jorge…
elPeriódico trató de entrevistar al general Luis Felipe Miranda Trejo y al coronel César Augusto Cabrera Mejía, quienes de acuerdo a documentos desclasificados y recopilados por el National Security Archive (NSA), dirigieron la Sección de Inteligencia (S2) del destacamento de Cobán entre 1982 y 1983.
Cabrera Mejía estuvo en la Zona Militar 21 entre 1982 y 1983, donde ocupó
los cargos de oficial de inteligencia (S2), de personal (S1) y logística (S4).
Él fungió además como jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional (1989-1990)
y director de inteligencia (D2) (1990-1991), y pasó por gran parte de los
destacamentos del país.
En la actualidad, Cabrera dirige la empresa de seguridad Grupo Elite, cuya
sede se encuentra en zona 5. Un día antes de acudir a realizar la entrevista,
se corroboró con la secretaria de esta compañía que el coronel está todos los
días en la oficina, a partir de las 8 de la mañana.
elPeriódico llegó a las 9:00 horas. “¿Se encuentra César Cabrera? ¿César
Augusto Cabrera?, “sí, ahora baja”, respondió la secretaria. A continuación le
avisó por teléfono. “¿Coronel? Le esperan abajo”. Un hombre con lentes y pelo
cano bajó las escaleras. Al subir a su oficina se le preguntó sobre las
osamentas halladas en el destacamento de Cobán.
El entrevistado comenzó a respirar profundamente. “Yo no soy esa persona”.
“La secretaria le llamó por su nombre, usted bajó a recibirnos”. Siguió
respirando de manera nerviosa. “No soy yo… yo me llamo Jorge”. “Pero si la
secretaria le llamó coronel y usted bajó a atendernos”. “Él no estaba y les
atendí yo”. “¿Y como se apellida?” Tras varios segundos de titubeo
respondió “Sandoval”.
Al momento de la despedida, hizo que todos los empleados que estaban en la
salida de las instalaciones entraran al recinto, al tiempo que envió a dos
agentes de seguridad a seguir a los periodistas de este diario hasta su
vehículo. En las siguientes llamadas a la empresa la respuesta fue la
siguiente: “Él no se mantiene nunca aquí, no suele venir”. “¿Podría hablar con
don Jorge?” “Él sí no sé quién es”.
“Un tema demasiado delicado”
Uno de los oficiales que aceptó conversar fue Edgar Justino Ovalle Maldonado, quien fungió como Oficial de Operaciones (S3) en la base militar de Cobán 3 meses en 1983. Ovalle, abogado y actual secretario adjunto del Frente de Convergencia Nacional (FCN), habló por teléfono, aduciendo que era un tema “demasiado delicado” para conceder una entrevista personal.
“La FAFG ya exhumó 250 osamentas de este destacamento…”. “Según tengo
entendido son de los cementerios de dos aldeas: Chicoyouito I y Chicoyouito II”,
respondió Ovalle. “Pero las osamentas fueron encontradas con sogas,
torniquetes”. “Yo de eso no sé nada. Ahí yo creo que lo más correcto sería que
se abocara al Ministerio de la Defensa. No tengo nada que contarle al respecto.
Fui tres meses oficial de operaciones, yo me encargaba de los entrenamientos y
después me fui para Venezuela”, concluyó.
“Yo me alejé bastante de eso”
El coronel Arturo Guillermo De la Cruz Gelpke ocupó el puesto de comandante a cargo de la Zona Militar 21, en 1978. Además, el Canche De la Cruz fue viceministro de la Defensa en 1988 y diputado del Congreso por el Partido de Avanzada Nacional (PAN), desde 1996 hasta 2004. De la Cruz pasa sus años de vejez en una finca, en la cabecera de Alta Verapaz.
“Quería preguntarle sobre las osamentas encontradas en el destacamento de
Cobán”. “Son del cementerio de una aldea que está ahí dentro de la zona”. “¿Y
cómo es posible que tuvieran las manos amarradas, torniquetes, sogas al
cuello?”. “Ahhh. Yo no me mantuve en contacto con eso porque me alejé bastante
de eso. No, no supe”. “Encontraron una fosa con restos de mujeres y niños de
Rabinal”. “No supe yo. No, no”.
“Va a comenzar a correr sangre”
Ricardo Méndez Ruiz Valdés fue contactado para solicitar una entrevista con su padre, el coronel Ricardo Méndez Ruiz, quien fue comandante del destacamento desde 1978 hasta 1982. Este indicó que no hablaría, pero añadió que conocía a varios oficiales que estuvieron bajo sus órdenes en Cobán, entre ellos el general Luis Felipe Miranda Trejo, actual presidente de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua). Agregó que preguntaría si alguno de ellos estaba dispuesto a conversar al respecto del tema.
Méndez Ruiz hijo, quien en noviembre pasado denunció a miembros de la
guerrilla por su secuestro en 1982, reiteró que las osamentas encontradas eran
del cementerio de la aldea Chicoyouito y aseguró que hay una emboscada en
contra de los militares, tanto por parte del Ministerio Público como de la FAFG
y los medios de comunicación.
Llamó más tarde para concluir que nadie hablaría. Méndez Ruiz pidió dejar
el tema, explicando que es “un terreno peligroso”. “Yo les dije lo mismo que le
dije a mi papá. No hablen, no hablen porque eso lleva una mala intención.
Hágame el favor, cuente lo que yo le conté, cuál es mi forma de pensar, que es
el reflejo de la forma de pensar de los veteranos militares, creo yo. Va a
comenzar a correr la sangre otra vez en Guatemala, y ustedes lo van a ver de
lejos, y nosotros nos vamos a matar aquí”, concluyó Méndez.
Rony Urízar, vocero del Ministerio de la Defensa, reiteró que el Ejército
no puede ofrecer declaraciones oficiales “de un proceso de tal magnitud”.
Fuente: http://www.elperiodico.com.gt/es/20120806/pais/216096/
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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