INTRODUCCIÓN
La honradez es un valor que tiene la propiedad de elongarse. Es ético o
antiético, dependiendo del nivel de apreciación de la realidad de quien presume
de honrado. La honradez es relativa. Para el capitalista es moral apropiarse
del esfuerzo ajeno porque, según entiende, “este mundo es de los vivos”. El
dar, el ser generoso y amplio es tontería. El mundo, la historia del capital y
la acumulación tienen dos componentes esenciales: el egoísmo y la falta de
consideración hacia los demás. Pero eso es visto como correcto y apropiado.
Pensar y hacer para uno mismo es la manera correcta de existir. Pensar y hacer
por lo demás es una filosofía de esclavos, de tontos, de estar fuera de
contacto con la realidad. Por ello, nada mejor para entender esa lucha maniquea
entre el bien y el mal que escuchar a un poeta, que en palabras sencillas hace
accesible las grandes verdades que ha ocultado el capitalismo desde sus albores
mercantilistas: “Que la propiedad privada es un robo”. Luciano Castro Barillas.
¿UN BUEN PADRE?
Manuel José Arce
“Yo soy buen padre -dice fulano- porque todo lo que he hecho en
la vida es para mis hijos”.
Y, en verdad, este fulano, próspero y eficaz,
tiene la conciencia tranquila: ha sacado adelante a sus hijos. Les ha dado
profesión, posición, carrera, les dejará una sólida fortuna, los “ha
preparado para la vida”.
“Si todos los padres fueran como yo…!” -se jacta ingenuamente-. Pero eso no es
posible porque ¿cómo lo ha conseguido? Con su trabajo honrado, naturalmente: no
asaltó ningún banco, no secuestró a nadie para quedarse con el rescate, no
forzó ninguna caja fuerte, no desfalcó ningún banco, no cometió ninguno de los
delitos que las leyes contemplan y castigan.
Simplemente encareció productos, pagó bajos
salarios, se aprovechó de la miseria y de la necesidad de nuestro pueblo, se
guardó para sí, para ser “un buen padre”, la parte más fructífera del trabajo
de otros hombres.
Sí, de otros hombres que trabajaron tanto o más
que él, pero que no podrán sentirse buenos padres porque el fruto del trabajo
de ellos se acumuló en esta fortuna, sirvió para que fulano sacara adelante a
los suyos, les asegurara el porvenir y ahora, con la conciencia muy tranquila,
pueda ver como sus hijos sabrán seguir fielmente el camino que él les trazó con
su “buen” ejemplo.
Y, señalando a quienes despojó de esa parte del
fruto del trabajo para su propia y personal prosperidad, dirá: “Esos
pobres no progresan porque son incapaces, no tienen iniciativa, les falta
empuje, garra…”. Y la misma lógica tendrán después sus hijos para
juzgar a los hijos de aquellos que hicieron el capital del próspero fulano y
todo lo demás.
Yo -como
soy muy tonto- pienso que ese tal fulano
no es buen padre. Y pienso -por tonto,
también- que ese buen señor, además de
todo, tiene para sus hijos una herencia más que no menciona: la de una
humanidad siempre más deshumanizada, en la que la forma de relación es la de la
batalla fratricida generalizada por explotar al que sea menos brutal o menos
astuto; una humanidad de más en más explosiva, violenta, cargada de odio.
Junto con el triunfo de sus hijos, don fulano
acumuló la frustración de muchos otros contemporáneos de sus hijos; amasó
resentimiento e injusticia junto con su fortuna; sacó a sus hijos muy adelante
a costa de obligar a otros a quedarse muy atrás. Y eso, el día de mañana, se
traducirá en frustración colectiva, en delincuencia, en subdesarrollo, en
carencia de felicidad social, en la real y verdadera atmósfera que sus hijos y
los hijos de sus hijos habrán de respirar hasta que cambie el orden de las
cosas.
Si a lo largo de la historia no hubiera habido
tantos “buenos padres” de este tipo, otro gallo nos cantaría; no estaríamos
viendo, con ojos incrédulos y honda preocupación, cómo se entenebrece el futuro
y se hace imposible la fraternidad humana, la paz y la alegría que sus
hijos -y todo hijo de vecino- necesitan para vivir tanto o más que la
carrera, la posición y la fortuna.
Pienso, pues, en resumen, que para ser
verdaderamente un buen padre, hay que comenzar por ser un buen ser humano. Y
que se me perdone por la tontería.
Publicado por LaQnadlSol
CT.,USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario