miércoles, 14 de marzo de 2012

LOS DESALOJOS VIOLENTOS PARA LOS CAMPESINOS Y LA TOLERANCIA PARA LOS TERRATENIENTES



En sociedades atrasadas como la guatemalteca, nos informa Luciano Castro Barillas, se sigue practicando los principios  que eran la base del estado burgués de los siglos pasados, es decir una democracia con libertades civiles y políticas para los acomodados; ejemplo los Widmann, pero no así para los sectores populares como en el caso de los expoliados indígenas  del Valle del Polochic y más    recientemente la comunidad indígena de Santa María Xalapán, Jalapa, a quienes el actual gobierno sin ninguna consideración los está desalojando violentamente de sus tierras ancestrales negándoles de esa manera sus derechos y libertades democráticas.



Por Luciano Castro Barillas


El liberalismo de los siglos XVII, XVIII y XIX apuntaló las ideas sobre la ley, el orden y la autoridad, que ayer y hoy son la complacencia de las clases dominantes y lema de cuanto candidato presidencial aparece en nuestro país cada cuatro años. Estos principios republicanos fundamentaban un Estado burgués, es decir, una democracia con libertades civiles y políticas para los acomodados, no así para los sectores populares. Ese mismo esquema que surgió con el Renacimiento italiano pero que se consolidó en los siglos indicados en otras partes de Europa, es el mismo que se sigue aplicando en sociedades atrasadas como la guatemalteca, cuya escalofriante división en clases, adquiere los conocidos matices de represión, exclusión, racismo y ausencia de democracia económica, como articulación fundamental para la realización de las demás realizaciones humanas. Personalidades con tanto prestigio intelectual y que son fuente de enseñanza de filosofías sociales a generaciones de seres humanos, necesitan, la verdad,  serias revisiones sobre lo que escribieron, tal el caso del francés Voltaire cuyas ideas sobre la democracia eran poco democráticas, pues creía que las masas o sectores populares no tenían capacidad para disfrutar ese regalo burgués o exquisitez llamada democracia. ¿Le parecen familiares esas ideas? Propuso a sus amigos intelectuales y ricos, siguiendo la vieja tradición de los patricios griegos y romanos, una democracia aristocrática.


Entonces, la vieja expresión de que el pueblo no puede vivir en democracia porque se excede, es el argumento falaz de quienes creen que la democracia guatemalteca es demasiado permisiva y excesiva, la pregunta es ¿en qué y con quienes? Aquí los únicos que disfrutan el derecho de hacer lo que se les viene en gana son los oligarcas coludidos en el CACIF y en quienes se concentra desproporcionadas cotas de riqueza nacional. Nadie más goza de esas libertades incomparables. ¿Acaso gozan de esas libertades los indígenas del valle del Polochic, Alta Verapaz,  expoliados por la familia de los Widmann emparentados con los Berger? Contra esos usurpadores no hay poder ni ley que los alcance. Ahora bien, las cosas son totalmente distintas cuando en un conflicto de tierras están los campesinos indígenas reclamando derechos ancestrales sobre la tierra, amparados en títulos de propiedad comunitarios otorgados durante la colonia por la Corona Española. Contra ellos la maquinaria represiva del Estado está a punto, bien lubricada y las transmisiones no rechinan, tal el caso del desalojo llevado a cabo por la Policía Nacional Civil, la Fiscalía General y el Ministerio de Gobernación en la comunidad indígena de Santa María Xalapán, Jalapa. Sin embargo, esa efectividad para combatir la delincuencia por parte del Ministro de Gobernación no aparece por ningún lado. Está dando bandazos, pues la incidencia en la comisión del delitos se ha incrementado, no ha disminuido. Es obvio, por ejemplo; el mal trabajo de inteligencia en el operativo montado el día lunes 12 de octubre en una colonia popular de la ciudad, donde se utilizó una considerable fuerza de seguridad  -como 200 hombres- sólo para decomisar una motocicleta y ningún capturado. No aconteció lo mismo con los dirigentes indígenas de Santa María Xalapán, Roberto González y Mercedes Pérez, los cuales fueron apresados sin ninguna consideración. Transcribimos para los lectores de La Cuna del Sol el comunicado emitido el día de ayer (12-03-2012) por el Comité de Unidad Campesina, CUC, sobre estos hechos:



CAPTURAN A MÁXIMA AUTORIDAD INDÍGENA EN DESALOJO VIOLENTO



Nuevamente la comunidad indígena de Santa María Xalapán, del municipio de Jalapa, Jalapa; fue víctima de un desalojo violento efectuado por la Policía Nacional Civil y el Ministerio Público. En este hecho violento fueron destruidas viviendas y fue capturado Roberto González, máxima autoridad indígena, y Mercedes Pérez, líder campesino del lugar. De acuerdo con líderes comunitarios, a Roberto González el Ministerio Público lo acusa de usurpación agravada. Sin embargo, en palabras del propio González, él acudió al lugar porque las familias que estaban siendo desalojadas lo llamaron para que entablara un diálogo con la PNC y el MP para que no violara los derechos humanos de las y los campesinos. De esta cuenta, cientos de comunitarios se encuentran apostados a un costado de las cárceles de Jalapa exigiendo la libertad de sus máximas autoridades.

El Comité de Unidad Campesina, CUC, condena enérgicamente estos hechos y a la opinión pública manifestamos lo siguiente:
  1. Que las tierras de Santa María Xalapán pertenecen histórica y legítimamente a las familias xincas de Santa María Xalapán.
  2. Que los usurpadores e invasores son los terratenientes que se quieren apoderar con escrituras supletorias de las tierras que les pertenecen a estas familias.
  3. Que las autoridades gubernamentales (PNC, MP y otros) están favoreciendo a los terratenientes y ricachones.
  4. Que este acto violento es parte de la política de represión, persecución y criminalización de este gobierno a la lucha indígena y campesina en defensa de nuestros territorios y la recuperación de la Madre Tierra.

Ante lo anteriormente expuesto exigimos:

  1. Al Ministerio de Gobernación y al Ministerio Público, que se abstengan de perseguir injustamente a los comunitarios que están defendiendo sus legítimos derechos.
  2. A la Procuraduría de los Derechos Humanos y a las organizaciones que velan por los mismos, que se apersonen a la comunidad de Santa María Xalapán para que no se violen los derechos de los comunitarios y se respete la vida de los mismos.
  3. Al gobierno, que respete los derechos colectivos de los pueblos originarios xincas establecidos en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Carta sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas y la Constitución Política de la República de Guatemala.
  4. Además exigimos a las instituciones de gobierno, relacionados con el tema agrario y la legalización de la tierra, que se ponga la atención debida a este caso y se respete el título de propiedad de estas tierras que posee la comunidad xinca.
  5. Por último, exigimos al Ministerio de Gobernación, al Ministerio de la Defensa y al presidente Otto Pérez Molina, que deje de criminalizar y tildar de grupos criminales a las y los campesinos que defienden sus tierras.

¡No más desalojos, no más criminalización de los pueblos originarios!

¡Cabeza clara, corazón solidario y puño combativo,
de las y los trabajadores del campo!

Miembro activo de la Coordinación y Convergencia Nacional Maya







Publicado por Marvin Najarro
Ct., USA. 

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