Bueno, lo que todo parecía venir bien en el
gobierno de Otto Pérez Molina, resulta que es un chasco. Para variar, la
corrupción está superando ya las expectativas de un gobierno de transparencia y
puntual rendición de cuentas del dinero público, lema emblemático del general. Según
el trabajo de investigación del periodista Haroldo Shetemul, la pestilencia o miasma,
con el sol del mediodía empieza a subir y el muladar que han sido todos los
gobiernos, sin excepción, en estos últimos veinticinco; se suma a la sentina el
actual. De ser tan así, como se dice, de veras qué decepcionante será para
quienes votaron por el Partido Patriota pues, nada de lo dicho se fundamenta en
la verdad sino en la demagogia de siempre. Resulta, pues, que estaríamos
asomándonos los guatemaltecos a soportar los abusos de un partido que sería de
hecho el Partido Antipatriota. Valentín
Zamora.
Por Haroldo Shetemul
El Partido Patriota (PP) aparentemente se
apuntó un 10 al lograr desmontar la interpelación del Ministro de Finanzas,
Pavel Centeno, ya que éste, pobrecito, se sentía abrumado por la pérdida de
tiempo en el Congreso. Esa es la lectura que nos dan las palabras del
presidente Pérez Molina, quien no tiene límites para acusar de chantajista al
partido LIDER y su dirigente, Manuel Baldizón. Por supuesto, este excandidato
es un experto en esa clase de bajezas, pero Pérez Molina se guardó mucho de
decir que el principal objetivo de terminar con el interrogatorio de Centeno era
evitar que salieran a luz más detalles de las negociaciones oscuras con las
farmacéuticas que financiaron su campaña proselitista.
Se recuerdan, estimados lectores, que el 7 de
febrero último Centeno anuló las compras por contrato abierto de medicamentos
por más de 2 mil millones de quetzales, debido a indicios de corrupción que le
achacó al anterior gobierno. La alegría
por la transparencia duró poco porque 14 días después el mismo ministro tuvo
que dar marcha atrás, luego de que Pérez Molina le ordenara que lo hiciera para
ni dañar los intereses de las farmacéuticas, entre ellas J.I. Cohen, en la cual
tiene fuertes intereses la familia Alejos. Pues bien, este sucio negocio salió
a flote con la interpelación promovida por LIDER y por eso el presidente y su
equipo trataron de cortarla para que el fango no les siga subiendo.
El gobierno justificó la restitución de los
contratos para evitar el desabastecimiento de medicina en el Seguro Social.
Sin embargo, la verdadera razón fue la presión de las farmacéuticas que perdían
un nauseabundo negocio que les permitía vender al Estado medicamentos
sobrevalorados, en algunos casos con más del 500 por ciento del valor de
los productos. ¿Cómo se puede explicar, por ejemplo, que el oxaliplatino una
empresa lo ofreciera a Q.210.00, pero el gobierno lo compró a la farmacéutica
Agefinsa a Q.2,635 quetzales? Sí, así como lo leen. Tampoco es lógico que una
compañía haya ofrecido el ibersartán a Q. 0.62, pero el gobierno lo
adquirió a la farmacéutica Lanquetin a
Q.9.49 quetzales. Igual de dudoso es que una empresa haya ofertado la
inmunoglobina humana a Q. 1,787 quetzales, pero el gobierno lo compró a la
farmacéutica Agefinsa a Q. 3,209 quetzales. De esa forma se fueron a la cloaca
más de 2 mil millones que pudieron ser mejor invertidos en el deteriorado
sistema de salud.
Esta es la realidad que está detrás del
objetivo del Partido Patriota de evitar que siga el interrogatorio del Ministro
de Finanzas, porque la farmacéuticas fueron sus financistas y ahora deben pagar
la factura, por supuesto, con fondos del Estado. ¿Será que la vicepresidenta Roxana Baldetti cumplirá su compromiso de
investigar los negocios lesivos para el Estado? Hasta el momento no ha dicho
esta boca es mía y pareciera que sus ofrecimientos no llegan a tocar de los
financistas del Partido Patriota, igual como ocurrió con la benevolencia con
que este gobierno ha tratado a la minera que decidió cuánto quiere pagar en
regalías.
Muy rápido ha salido a
relucir el cobre de esta administración.
Publicado por Marvin Najarro
Ct., USA.
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