INTRODUCCIÓN
21 DE JUNIO, DÍA
NACIONAL
DE LOS DESAPARECIDOS
Quizá no haya sufrimiento más atroz como
ignorar, por siempre, qué fue de un ser querido. Encontrados, vertiginosos y
angustiantes pensamientos vagan en la mente de quien espera.
Culpabilidades -aunque no sea así- y circunstancias propicias imaginadas, de que
no pudo ser de ese manera si tan solo hubiese estado unos minutos antes o
hubiera decidido esto o aquello. Y ese dolor es inabarcable y absolutamente
incomprensible para los demás. No hay una palabra justa, idónea, para
significar ese sufrimiento, como un silicio implacable. De alguna manera, con
el dolor inmenso de ver destrozada a una persona amada, se tiene el consuelo de
que se sabe, ciertamente, su destino y dónde está. Con los desaparecidos no. Es
el martirio, el tormento eterno y las familias son, sin que lo hayan buscado,
los réprobos del mundo. Los desaparecidos en Guatemala se cuentan por miles.
Familiares, personas amigas, conocidas, en fin; tantas y tantas personas que
día a día están presentes en padres, madres, hijos, hermanos… Por ello es tan
justo y tan inaplazable la búsqueda de la justicia y el castigo para las
personas que abusando de un cargo, de una institucionalidad, decidieron el
destino de tanto ser humano, por prejuicios y por sospechas. Quizá hubo
resignación para las personas con compromisos ideológicos y políticos caídos en
la lucha, pero; y los niños. ¿Cómo pudo haber sido el horror en sus ojos
redondos de infantes, ver la bestialidad de personas mayores que a cambio de
protegerlos, calmarlos ante sus miedos, se ensañaban con crueldad contra su
candidez? Esto duele profundo y ¿cómo podrá ser este dolor en sus padres o
madres? No hay palabras. Es algo inefable e inenarrable. Por ello, en este día,
Día Nacional de los Desaparecidos
quiero recordar específicamente a dos
familiares, primo el primero y sobrino el segundo; caídos en la lucha por
construir una sociedad mejor, por hacer de Guatemala una Patria digna para
todos: Francisco Ramírez Corado y Gilberto Ramírez, pero sobre todo a dos niñas jutiapanecas, hijas
de apreciados amigos: Glenda y Chagüita, de 9 y 10 respectivamente.
Luciano Castro Barillas.
EL DOSSIER DE LOS
ESCUADRONES DE LA MUERTE EN GUATEMALA
REGISTROS MILITARES INTERNOS
REVELAN LA SUERTE DE 183 “DESAPARECIDOS”
Dos de
la victimas que aparecen en los registros militares internos
Washington, mayo 20, 1999
De acuerdo a un documento hecho público por cuatro organizaciones de los
derechos humanos y grupos de interés público, los militares de Guatemala
mantuvieron records detallados de las operaciones de sus escuadrones de la
muerte. Los registros del ejército revelan la suerte de decenas de ciudadanos
guatemaltecos que fueron “desaparecidos” por las fuerzas de
seguridad a mediados de la década de los 80. Repletos con fotos de las
183 víctimas y referencias en código sobre sus ejecuciones, el documento de 54
páginas fue sacado secretamente de los archivos de inteligencia del ejército de
Guatemala y proveído a defensores de derechos humanos en febrero, tan solo dos
días antes de que una comisión de la verdad patrocinada por las Naciones
Unidas hiciera público su reporte sobre los sangrientos 35 años de guerra civil
que padeció el país.
Representantes del National Security Archive, la Oficina de Washington para
América Latina, la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia y Human
Rights Wacht, revelaron el documento en una conferencia de prensa, el jueves 20
de mayo, en el National Press Club, llamándolo “el único record conocido de esa
clase". El diario cubre las actividades de los escuadrones de la muerte
por las unidades de inteligencia guatemalteca durante un período de 18 meses,
entre agosto 1983 y marzo 1985. Un extracto de dos páginas aparece publicado en
la edición de junio 1999 de la revista Harper’s A two-page
excerpt appears in the June 1999 issue of Harper's Magazine.
“Este escalofriante documento de los escuadrones de la muerte es el
equivalente a un reporte de productividad anual, un testimonio desde adentro de
los archivos secretos de la máquina de la muerte de Guatemala", dijo Kate
Doyle, analista de la política de los Estados Unidos en Latinoamérica y
directora del Proyecto Guatemala, en el Archivo de Seguridad Nacional,
localizado en la Universidad George Washington. “Es absolutamente único, una
rara mirada del asesinato político organizado, desde la perspectiva de los
perpetradores que lo cometieron".
A lo largo de la guerra, los militares guatemaltecos hicieron uso del
secuestro, tortura y asesinatos en su campaña contrainsurgente contra la
izquierda de Guatemala. Al momento de firmarse los acuerdos de paz entre el
gobierno y la guerrilla, en 1996, alrededor de 160,000 personas habían
sido asesinadas y 40,000 “desaparecidas”. El 93 % a manos de las fuerzas de
seguridad guatemaltecas, de acuerdo a “Guatemala: Memorias del Silencio",
el reporte de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico.
Los cuatro grupos hicieron un llamado al gobierno de Guatemala para
investigar los crímenes detallados en el documento e identificar y juzgar a los
responsables. También hicieron un llamado al presidente Álvaro Arzú para que
actuara inmediatamente con el fin de asegurar los archivos de los militares y
de los servicios de inteligencia, para protegerlos de la destrucción de otras
evidencias que puedan existir sobre violaciones a los derechos humanos.
Fuente:
National Security Archives http://www.gwu.edu/~nsarchiv/index.html
"These materials are reproduced
from www.nsarchive.org with the permission of the National Security
Archive."
Traducción: La Cuna del Sol
Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.
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