miércoles, 18 de julio de 2012

HILLARY CLINTON...




INTRODUCCIÓN

El gobierno sirio presidido por Bashir Al Assad está siendo acosado con fiereza por la cohorte de bandidos -mercenarios internacionales- reclutados en Turquía y Libia, con el apoyo financiero, político, militar y diplomático de los Estados Unidos, en primer lugar, Israel como operador en la región y la connivencia descarada de las monarquías reaccionarias árabes del Golfo que quieren destruir la única fuerza opositora contra el sionismo, pero principalmente, al único foco de dignidad y democracia de las naciones árabes cuyos pueblos están siendo agitados por aires de cambio, sin tomar en cuenta que esas acciones subversivas son también una imprudente y desmedida provocación para los rusos, cuyo bloqueo a la resolución del Consejo de Seguridad no detuvo la agresión del imperialismo y sus aliados. Emplazamientos militares belicosos contra la nación rusa tendrá una respuesta inevitable, que en el peor de los casos puede ser la militar y que nos asoma a un conflicto que pone en peligro la paz mundial y la seguridad internacional. Las últimas acciones de propaganda de los grandes intereses financieros internacionales hacen ver que el combate de Tremseh fue una masacre, cuando en realidad se tratan de mercenarios caídos al fragor del combate contra las fuerzas constitucionales sirias. Hillary Clinton, mujer codiciosa de poder y ya a estas alturas de su vida con los carrillos caídos, que viéndoselos al espejo debieran de hacerla asumir una posición de señora sensata y orientadora; no obstante ella hace todo lo contrario. Pone a la comunidad internacional con sus declaraciones imprudentes y amenazas en estado de preocupación y hasta de crispación. Las creencias de la nación norteamericana en el postulado  del “nunca jamás” llegó a su fin con la temeraria Secretaria de Estado que, por vivir un amor contrariado con su marido, esa desavenencia la proyecta al mundo. Al que quiere incendiar con sus muladas.[1]Vino esta señora a ser la mejor aliada de los sujetos de la peor índole del mundo árabe agrupados en el Ejército de Siria Libre, el Consejo Nacional Sirio y los Hermanos Musulmanes, caterva de  aplicados truhanes al servicio de la delincuencia internacional. Luciano Castro Barillas.








HILLARY CLINTON DEBE RENUNCIAR

Citando reportes falsos relacionados con la “masacre” en Siria, llama por la aplicación del Capítulo 7 de la ONU. Su irresponsable belicismo deja la imagen de los Estados Unidos irrevocablemente dañada.



Por Tony Cartalucci
Julio 15, 2012

El desquiciado estado de la política exterior de los EE.UU. es ejemplificado de la mejor manera por la “masacre” de Tremseh, Siria. Antes de que pudiera ser confirmada y basada únicamente en informaciones de “activistas”, Hillary Clinton redactó un informe del Departmento de Estado, que dice: "Me sentí profundamente entristecida e indignada al enterarme de reportes sobres otra masacre más cometida por el régimen de Siria que ha causado la muerte de más de 200 hombres, mujeres y niños en la villa de Traymseh. Reportes fehacientes indican que este malvado hecho fue ejecutado por la artillería, tanques y helicópteros;irrefutable evidencia de que el régimen deliberadamente asesinó a civiles inocentes. Siria no puede ser democrática, estable o pacífica hasta que Assad se vaya y empiece una transición política.  Hacemos un llamado por un inmediato cese al fuego alrededor de Hama para permitir que la misión de observadores de la  ONU entre en Traymseh. Aquellos que han cometido estas atrocidades serán identificados y tenidos como responsables".

"En tanto el régimen de Assad continúe en su guerra contra el pueblo de Siria, la comunidad internacional debe de incrementar  la presión sobre el régimen para detener la violencia y permitir una solución política. El Consejo de Seguridad debe de poner todo su peso detrás del plan de Annan, para un inmediato cese al fuego, una transición política y manifestar claramente al régimen sirio de que, habrá consecuencias por la falta de cumplimiento. La historia juzgará a este Consejo. Sus miembros deben preguntarse ellos mismos, si permitir que el régimen de Assad continúe cometiendo actos de indescriptible violencia en contra de su propio pueblo, es el legado que ellos quieren dejar".

El Consejo de Seguridad, por supuesto, pondrá “todo su peso” detrás del plan de “paz” de Kofi Annan, con las provisiones del Capítulo 7 a punto, lo cual significa que las sanciones y la intervención militar, como en Libia, serán subsecuentemente implementadas.

Lo que la secretaria de Estado Hillary Clinton intentó hacer fue proponer una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU autorizando la intervención militar (y en consecuencia el largamente buscado, cambio de régimen) luego usó reportes inventados para vender la resolución en la corte global de la opinión pública y diplomática. Esto constituye un crimen manifiesto en contra de la paz y conspiración para llevar a cabo una guerra agresiva, ambos catalogados como crímenes, de acuerdo a los tribunales de Nuremberg.

Tremseh fue una batalla, no una masacre.

Conforme los hechos van emergiendo a cerca de lo que realmente sucedió en Tremseh, Siria, se hace evidentemente claro de que el Departamento de Estado de EE.UU., conjuntamente con sus allegados británicos, franceses, alemanes y australianos, ha intentado mercadear una vez más otra guerra de agresión de la OTAN, basada en un pretexto  del todo falso. El New York Times en su artículo, “Nuevos detalles de una batalla cuestiona reportes de una masacre en Siria” (New Details of a Battle Challenge Reports of a Syrian Massacre), reportó que “activistas” del llamado Ejercito de Siria Libre (FSA) y el Consejo Nacional Sirio (SNC), apoyado por occidente, todos emitieron reportes contradictorios.

De acuerdo a los monitores de la ONU que arribaron al lugar de los hechos, la vasta mayoría de quienes fueron “masacrados” eran hombres en edad para combatir, inclusive algunos miembros de la oposición concedieron que eran militantes combatientes. El número que Clinton citó, 200, era en realidad el número de militantes que se habían reunido en Tremseh para planear la siguiente etapa de sus actividades terroristas. Residentes locales pasaron la información al ejército sirio que rodeo el área y neutralizó, en un intenso combate, a los combatientes del ESL quienes ultimadamente perdieron. No solamente eso, sino que, la ONU confirma que las operaciones de seguridad de las fuerzas sirias, fueron dirigidas “específicamente” a las posiciones rebeldes, contrario a las falsas y descaradas acusaciones de Clinton de que las fuerzas del gobierno de Siria “deliberadamente asesinó a civiles inocentes”.

En otras palabras, Hillary Clinton falsificó su informe ante toda la “comunidad internacional” afirmando que “200 hombres, mujeres y niños” fueron deliberadamente masacrados, cuando en realidad el ejército de Siria estaba restaurando el orden ante la arremetida de terroristas armados. Después de que los militares aseguraron el área de Tremseh, pusieron a disposición un vasto arsenal de armas encontradas en el área, así como también, militantes capturados del ELS incluyendo a combatientes turcos y libios, lo que indica que los capturados no fueron “ejecutados” como falsamente lo afirmaban los reportes iniciales.

Hillary Clinton debe renunciar

La generación que precedió a la de Hillary Clinton, aquellas de la Segunda Guerra Mundial, juraron un “nunca jamás” a la tragedia de un conflicto global. También juraron un “nunca jamás” a las mentiras y manipulaciones que manipularon a millones de personas en todo el planeta a participar en un conflicto mortal, unos en contra de otros. Las mentiras de Hillary Clinton y los intentos de endosar, una vez más, otra guerra fabricada sobre falsedades, traiciona esa promesa que fue hecha y de esta manera traiciona y pone en peligro el verdadero fundamento de todo aquello que occidente defiende.

Hillary Clinton, de continuar en su capacidad, como toda la administración de Bush antes que ella, compromete y mancha por siempre la credibilidad e integridad de los Estados Unidos. Es irónico  que la violencia que está teniendo lugar en Siria, la cual Clinton quiere que el mundo crea es el trabajo del “régimen de Siria”, fue primeramente esquematizada y  orquestada por los EE.UU. durante de la primera presidencia de Bush.

De hecho, de acuerdo con el artículo “The Redirection” de Seymour Hersh publicado en la revista New Yorker (2007), “los EE.UU., Israel y los Estados déspotas del Golfo complotaron para armar y desatar un frente de extremismo sectario para deponer al gobierno de Siria. Fue durante ese tiempo que la Hermandad Musulmana de Siria empezó a recibir fondos y apoyo de occidente, mientras que en el norte de Líbano y bajo la supervisión de Saad Hariri, armas y combatientes estaban siendo concentrados.

No solo la administración de Barack Obama, con Hillary Clinton como secretaria de Estado, ha heredado y perpetuado esta violenta conspiración en contra del pueblo de Siria, sino que ha heredado y perpetuado el deshonor y dañado lo poco que le queda de integridad a los EE.UU y de la buena voluntad del mundo. Por la economía de Estados Unidos que no puede cargar sobre sus hombros otra aventura militar, por el honor de Estados Unidos que no puede encontrar espacio para que quepa otra cicatriz, Hillary Clinton debe renunciar y aquellos en el congreso y a través de toda la industria deben remover todo apoyo a aquellos que están dilapidando, en busca de la hegemonía global, lo último del vasto potencial de los Estados Unidos.

Seguramente la renuncia de Clinton sería más simbólica que un serio golpe al sistema que es en realidad manejado por intereses corporativos - financieros de entre sus tink - tanks, redes de cabilderos y los imperios de la comunicación, pero será el inicio de un nuevo paradigma que señale los días de impunidad para estos intereses especiales están llegando a su final.

Para el pueblo de Estados Unidos, que probablemente no será testigo de la renuncia de la secretaria de Estado tras la desgracia e irreparable daño que ella ha traído sobre su nación, ahora más que nunca debe estar resuelto a identificar, exponer, boicotear y reemplazar los intereses financieros corporativos para quienes trabaja Hillary Clinton. Nosotros como pueblo tenemos que empezar por crear nuestras propias instituciones locales que sirvan directamente a nuestros intereses, tenemos que empezar por involucrarnos seriamente en un activismo que modifique nuestra domesticada actitud consumista hacia la política y el progreso.



Traduccion: La Cuna del Sol 





[1] Guatemaltequismo, que es sinónimo de estupidez.






Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.

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