Nancy Flores Nández, autora
del libro La farsa
detrás de la guerra contra el narco (México, Editorial Océano, 2012), al hablar de su
acucioso trabajo investigativo señala: "hace tiempo había entrevistado a
varios investigadores que me decían que la guerra era una farsa, pero eran
conjeturas, no se había documentado nada que lo confirmara". La reportera
originaria del Distrito Federal quien es además editora del semanario Contralínea,
empezó desde 2009 a rastrear la información que plasma en su libro para
respaldar con dato duro la hipótesis que apunta al engaño respecto a la
estrategia usada por el gobierno en materia de seguridad.
LA FARSA DETRÁS DE LA GUERRA CONTRA EL NARCO
Gilberto López y Rivas
El libro de Nancy Flores Nández La farsa detrás de la guerra contra
el narco (México, Editorial Océano, 2012) es de dolorosa actualidad. Su
título presenta una hipótesis que ha venido comprobándose en estos años de una
cruenta guerra que la autora sostiene que algún día será juzgada como un holocausto
de pobres. La farsa consiste en encubrir la verdadera finalidad de una
estrategia que en realidad ha incrementado el tráfico y el consumo de drogas y
que, como señala en el prólogo José Luis Sierra: las organizaciones criminales
mexicanas se han fortalecido en número, capacidad de fuego, poder corruptor,
extensión territorial y dominio social.
Periodista de investigación de la prestigiada revista Contralínea, Nancy
Flores demuestra en su valiente texto, escrito con base en información obtenida
de fuentes oficiales, que detrás de las triunfalistas declaraciones de Felipe
Calderón siempre se ocultó un gobierno represivo, basado en la utilización de
las fuerzas armadas. Se evidencia también el carácter contrainsurgente de una
guerra social cuya estrategia ha sido impuesta por Estados Unidos, a partir de
la cual ha profundizado su injerencia en las fuerzas armadas, en los organismos
de seguridad y de inteligencia mexicanos, a la par que se beneficia de la venta
de armas y del lavado de dinero de los cárteles en los circuitos
financieros internacionales.
En la primera parte de la obra se contrastan los discursos oficiales con
los datos en materia de los enemigos públicos, esto es, capos buscados,
capturados, encarcelados y liberados, frente a la realidad de los consignados;
se pasa revista a los cárteles que operan en el país y más
allá de sus fronteras; se tipifican los delitos y se denuncia la impunidad
reinante debido a la extendida corrupción; se estudia el papel del crimen
organizado mexicano en el negocio global, una de las tres más poderosas mafias internacionales,
y se culmina destacando la industria del lavado y las complicidades del sistema
financiero. En la segunda parte se presentan los costos humanos y económicos de
esta nueva versión de guerra sucia, con sus crímenes de Estado,
paramilitares, caravanas de la muerte, ejecuciones a cargo de
las fuerzas armadas; se exhiben los gastos destinados a la nueva carrera
armamentista, la importación y difusión de las armas, los civiles y el mercado
negro, para culminar en lo que Flores denomina el ejército de pobres para
el crimen, los jóvenes y su calvario, las formas de intoxicación, el papel de
las drogas en la despolitización y, por último, la tragedia de los niños y el narco. En
la tercera parte se identifica al promotor de la guerra, esto es, nuestro buen
vecino, y se analizan los delitos cometidos por Estados Unidos con sus operativos como Rápido
y furioso, la cooperación con el cártel de Sinaloa,
la agenda estadunidense y la complicidad de las autoridades mexicanas. El
epílogo trata sobre los sucesores de Colombia y el experimento del miedo que es
México, mientras los anexos despliegan un listado de los defensores,
activistas, luchadores y líderes sociales asesinados, de los periodistas ejecutados, así
como de los asesinatos políticos. Los datos brindados desde la introducción son
irrefutables: “de los más de 120 mil detenidos por delincuencia organizada en
el marco de la estrategia, sólo a mil 306 consignados por delitos contra la
salud y lavado de dinero en el periodo de enero de 2007 a febrero de 2010 se
les acreditaron vínculos con los siete cárteles de las drogas
vigentes. De estos, únicamente 114 son integrantes del poderoso cártel de
Sinaloa... En los años de la guerra, ninguna red de protección en el sector
empresarial, en el circuito financiero y en el gobierno ha sido investigada o
desmantelada… Consultoras de seguridad estiman que al menos unos 500 mil
mexicanos están vinculados a los cárteles. Los mil 306
consignados representan 0.26 por ciento de esa cifra”.
La protección de uno de los cárteles, el de Sinaloa, con
respecto al resto, se acredita con la información proporcionada por Nancy
Flores: “… el cártel del Pacífico ha consolidado su poder en
el país y en el mundo, mafias como el cártel del Golfo –hasta
hace poco tiempo la empresa más boyante y principal enemiga de El Chapo Guzmán–
se han visto reducidas casi al punto de la extinción”.
Son muy significativas las tesis que se exponen sobre la impunidad, la cual
llega hasta 90 por ciento en delitos como el secuestro. Se cita al jurista
Liugi Ferrajoli, quien vincula el fracaso de las democracias en todo el
mundo con el triunfo de la ilegalidad, la quiebra del estado de derecho y la
violación sistemática de las constituciones nacionales, a partir de un análisis
de lo que él llama criminalidad del poder, la cual se expresa de tres maneras:
la primera es la criminalidad de la delincuencia organizada en todos los
niveles. La segunda es la criminalidad que se da en los grandes enclaves
económicos y que se presenta con tres rasgos: la complicidad con la
delincuencia organizada y con los centros de poder político, la apropiación de
los recursos naturales y la devastación del ambiente. La tercera es la
criminalidad del poder, que actúa desde las estructuras del Estado que entran
en el terreno de la llamada guerra sucia: desapariciones forzadas,
detenciones arbitrarias, torturas y homicidios, crímenes contra periodistas y
comunicadores. Es la colusión de estas tres formas de criminalidad del
poder la que explica la extensión de la ilegalidad y que hace posible la
impunidad.
Ante el rumbo más sombrío que está tomando el país con la imposición de
Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República, a contracorriente de una
sociedad indignada por los procesos electorales marcados por el fraude
estructural, un libro de esta profundidad investigativa se torna
imprescindible.
Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.
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