La realidad es que el Día de
Colón niega y minimiza la brutalidad de la conquista española, y la muerte
violenta de decenas de millones de indígenas en todo el continente americano.
Algunos expertos estiman que habían unos 100 millones de indígenas en las
Américas, este número se redujo a alrededor de 10 millones. Esa celebración,
niega la brutalidad y la inhumanidad de la trata de esclavos africanos.
LA RANCIDEZ DEL MITO DE COLÓN
Por Rodolfo Acuña
Cuando a César Chávez se le preguntó qué pensaba sobre el término la raza,
él respondió a la pregunta con otra pregunta, preguntando ¿qué era lo que estaba
mal con la raza indígena?
La palabra raza fue popularizada por José Vasconcelos quien en 1925
escribió un ensayo titulado "La Raza Cósmica" (The Cosmic Race).
Vasconcelos fue un intelectual y los intelectuales de la época entendieron que significaba
que América Latina estaba compuesta de razas de todo el mundo, y que la mezcla
había producido una gente nueva que trascendería el "viejo mundo".
Pero, como el caso de todas las palabras, los significados son
distorsionados cuando no son definidos o puestos en contexto. En el caso de la
raza, se le dio un mal nombre por algunos latinoamericanos y españoles que
quisieron restarle importancia a la animosidad de muchos latinoamericanos hacia
España y la conquista. Estos líderes salieron a celebrar el Día de la
Hispanidad, el 12 de octubre, como el día del "descubrimiento" de
América y de la mezcla de las razas que incluía españoles.
Sin contexto alguno, El Día de la Raza, valida y acepta el argumento de que
los pueblos indígenas tuvieron la suerte de haber sido "descubiertos",
y de recibir la bendición de Jesucristo. Además, se ha argumentado que lo pueblos
indígenas se han beneficiado de la cultura española. Sin embargo, la historia
es acerca de la verdad, y la celebración de un día de fiesta fabricado no lo
hace así.
Es ofensivo conmemorar el Día de Colón como un día de fiesta nacional.
También es ofensivo cuando los maestros tratan de impresionar a sus estudiantes
con las historias de la Niña, la Pinta y la Santa María.
Algunas ciudades incluso llevan a cabo desfiles del Día de Colón con los
italianos, judíos y españoles que se
pelean por un pedazo de Colón. Para algunos de nosotros es tan
ofensivo, como celebrar el cumpleaños de Hitler, que hasta donde yo sé, ningún
grupo sensato en los Estados Unidos se atrevería a reclamar.
Desacreditar el mito de Colón es difícil ya que se ha convertido en
leyenda, y es parte de nuestra memoria compartida. Por otra parte, la gente
quiere creerlo. Ellos se sienten a gusto con el día de fiesta, y con la verdad fabricada
que hace de Colón un héroe americano. Es parte de una cosmovisión
eurocéntrica que refuerza los sentimientos del excepcionalismo americano y
europeo.
La verdad sea dicha, Colón no fue un gran hombre. En sus primeros años de
carrera, él estuvo familiarizado con el comercio de esclavos africanos en el
Mediterráneo y las islas del Atlántico frente a las costas de España y el norte
de África que les dejaron enormes ganancias. Colón se llevó esas memorias y sus
lecciones con él para el Caribe.
Sus viajes eran para las empresas con fines de lucro, por contrato él tenía
derecho al 10 por ciento de las ganancias. Tras su primer encuentro con los
pueblos indígenas, Colón escribió en su diario el 12 de octubre 1492, "ellos
deben ser buenos sirvientes.... Yo, nuestro Señor estará complacido, tomaré por
lo tanto, en el momento de mi partida seis nativos para llevarlos ante sus
Altezas”. Cuando llegó a España, a los
nativos se le hizo desfilar por las calles de Barcelona y Sevilla.
En su segundo viaje, Colón envió indios para venderlos como esclavos. En 1493
Colón escribió a la corona española: “Sus Altezas pueden ver que yo les daré
todo el oro que necesitan.... y tantos esclavos como ordenen a ser embarcados”.
De hecho, cientos de indígenas fueron enviados durante los viajes de Colón, y
en 1505, su hijo Diego se convirtió en un traficante de esclavos africanos.
Citando a Whitney DeWitt, "los indios que no fueron exportados fueron
sometidos a la esclavitud en la isla. Literalmente no había manera alguna de
escapar de la esclavitud. Colón dejaría que los colonos de sus
asentamientos eligieran a quien ellos quisieran para sí mismos. Un relato
afirma que cada colono tenía esclavos para trabajar para ellos, perros para la
caza de ellos, y mujeres hermosas para entibiecer sus camas. De ninguna manera,
esta degradación de todo un grupo de personas parecía molestar a Colón o a los
españoles. Parecían considerarlo su derecho como superiores”.
La devastación era horrenda. En 1492, la población de la isla de La
Española (Haití y la República Dominicana) se estimaba en más de 3 millones de
habitantes. En un periodo de 20 años se redujo a sólo 60 mil, y en el lapso de
50 años, no quedó ni un solo habitante nativo original.
Esto abrió la puerta para el comercio de esclavos africanos. La gran
mayoría de los esclavos africanos fueron destinados a las colonias azucareras
en el Caribe y Brasil. Se estima que 12.5 millones de africanos fueron enviados
al Nuevo Mundo, cerca de 10.7 millones sobrevivieron los viajes. Alrededor de
600.000 esclavos fueron importados dentro de los EE.UU., y por lo menos 200 mil
esclavos africanos fueron importados a México, lo cual es significativo si se
considera que en el siglo 17 la población de Nueva España, que una vez fue de
entre 25/28 millones, se redujo a menos de un millón de indígenas, y no más de
250.000 españoles emigraron durante el periodo colonial a lo que hoy es México.
Los esclavos africanos no comprometieron la principal fuente de trabajo
forzado en la Nueva España; los indígenas también fueron hechos esclavos y
realizaban la mayor parte del trabajo forzoso en los campos, las minas y otros
proyectos.
Colón puso en marcha un sistema basado en la raza que se expandió en la
Nueva España (México), perpetuando un sistema de castas basado en el color. La
regla de oro era que, entre mayor el linaje
español de la persona o más español lucía,
mayores eran los privilegios que él o ella tenía.
La verdad sea dicha, los mexicanos siguen sufriendo la devastación y el
racismo causados por Colón. El legado del "descubrimiento" de Colón, hoy
se puede ver en las calles de Ciudad de México, donde los niños pequeños venden
gomas de mascar por limosnas, y la pobreza está casi exclusivamente
representada por los de abajo de las castas.
Cualquier persona que tenga algún sentido de la justicia o de la historia
sabe que los antepasados de estos niños construyeron grandes civilizaciones
con ciudades más grandes que las de la Europa contemporánea. Tenían libros que
los hijos de Colón destruyeron, tenían un sistema matemático
avanzado, calendarios, arquitectura, agricultura, y una cosmología definida.
Fueron destruidos por los hijos de Colón, que redujeron a los nativos a la venta
de goma de mascar.
Celebrar El Día de la Raza no es un acto inocuo. Las fiestas conmemorativas
son importantes en la formación de memorias aprobadas. La identidad se forma
por la cultura que a su vez da forma a nuestra conducta, las creencias y las
narrativas culturales. Las fechas conmemorativas son parte de nuestra memoria y
forman nuestras narrativas. Eventos populares, como las fiestas nacionales son
sancionadas por la sociedad, y actúan como una forma de control social que
ayudan a mantener el orden social y el consenso popular. Es en este contexto en
el que términos como el Día de la Raza son importantes porque evitan la
necesidad de proporcionar un contexto histórico, y por lo tanto, exime a los
europeos de sus pecados.
He sido criticado por referir, como genocidio, lo sucedido a los pueblos
indígenas. Los críticos dicen que estoy empleando una hipérbole. Muchos repiten
el cliché de que, después de todo, lo
que sucedió pertenece al pasado. Ese proceso, acorta nuestra memoria en el
largo plazo.
La realidad es que el Día de Colón niega y minimiza la brutalidad de la
conquista española, y la muerte violenta de decenas de millones de indígenas en
todo el continente americano. Algunos expertos estiman que habían unos 100
millones de indígenas en las Américas, este número se redujo a alrededor de 10
millones. Esa celebración, niega la brutalidad y la inhumanidad de la trata de
esclavos africanos.
La aceptación del Día de Colón lo eleva a una posición de honor. Y eso
es ofensivo. Nos guste o no, el Día de la Raza, le atribuye significado y le da
credibilidad al mito de que Colón descubrió América, cuando la realidad es,
como dice Jalil Sued Badillo, que "Cristobal Colón tiene la distinción de
ser el primero en introducir ese nuevo orden al continente Americano".
Yo no soy un proponente de la culpabilidad colectiva. Pero, al mismo tiempo,
es importante responder a la pregunta de César, ¿qué era lo que estaba mal con
la raza indígena?
Traducido del inglés por Marvin
Najarro
Rodolfo Acuña, profesor emérito
de la Universidad Estatal de California Northridge, ha publicado 20 libros y más
de 200 artículos públicos y académicos. Él es el presidente fundador del primer
Departamento de Estudios Chicanos que ofrece hoy en día 166 secciones por
semestre en Estudios Chicanos. Su libro de historia Occupied America (América Ocupada) ha sido prohibido en Arizona. En
solidaridad con los mexicano-americanos en Tucson, ha organizado recaudaciones
de fondos y grupos de apoyo para empezar desde cero y escrito más de dos
docenas de artículos exponiendo esfuerzos allí para anular la Constitución de
los EE.UU.
Publicado por La Cuna del Sol
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