Aunque históricamente los
dominicanos han visto como inferiores a los haitianos, es a las Fuerzas Armadas
de la Republica Dominicana a quienes se les considera responsables por promover
la xenofobia contra los haitianos. Son los militares quienes desde la
independencia dominicana se han encargado de perseguir a todos los originario
de Haiti, quienes durante más de 100 años y debido a la calamitosa situación
política, económica, social y ambiental del país más pobre de América, han tenido
que cruzar la frontera en busca de mejores condiciones de vida en la Republica Dominicana.
Fue durante el régimen del dictador Rafael Leónidas Trujillo que la persecución
contra los haitianos alcanzó su punto máximo al haber sido masacrados,
por órdenes del dictador, entre 10,000 a 20,000 haitianos, en lo que se
considera la mayor masacre en la historia dominicana. Con el reciente fallo del
Tribunal Constitucional dominicano que les niega la ciudadanía a unas 250,000 personas
de descendencia haitiana nacidas en territorio dominicano la xenofobia, la discriminación
y el racismo quedan así, institucionalizados en perjuicio de sus propios
hermanos.
SER HAITIANO; UN CRIMEN EN
LA REPÚBLICA DOMINICANA
Por Ignacio Olivo
Bandera Roja, 2005-08-12
Contra la xenofobia y el
racismo
Hispaniola o La Española, así se le conoce a la segunda mayor isla de las
Antillas. Isla que está divida hoy en dos naciones, dos grupos étnicos
diferentes y dos lenguas diferentes. España y Francia fueron los poderes
imperialistas que durante la colonización se repartieron la Isla como si fuera
un bizcocho. Haití fue el primer pueblo en América que luchó contra un poder
imperialista en el continente, logrando la independencia de Francia y luego
pasando a tomar el control de la isla entera, incluyendo a lo que hoy se conoce
como República Dominicana. Los dominicanos con su gran sentimiento nacionalista
en 1844 proclamaron su independencia de Haití y desde entonces han librado una
guerra entre sí. La frontera política está marcada por el Río Masacre. Masacre es
también un adjetivo para describir la relación entre estas dos naciones.
Siempre ha existido una gran tensión en la frontera entre ambos países, e
históricamente los dominicanos han catalogado a los haitianos como seres
inferiores. Han sido, a mi juicio, las Fuerzas Armadas Dominicanas las
responsables y promotoras de la xenofobia contra nuestros hermanos haitianos.
Los militares se han encargado desde la independencia de la República
Dominicana (R.D.) de perseguir a todos los haitianos. Fue durante el régimen
del dictador fascista Rafael L. Trujillo que esta persecución alcanzó su punto
máximo. Durante el régimen de Trujillo se realizó la mayor masacre contra los
haitianos que ha habido en la historia de la R.D. En aquella ocasión, fue por
órdenes del mismo Trujillo que el ejército nacional con sus ideales xenofóbicos
comenzó una cacería de brujas contra los haitianos. Lo irónico del caso es que
la mayoría de las ejecuciones de los haitianos se realizaron en el Río Masacre.
Todavía hoy, no se conoce el número exacto de víctimas, pero se habla de entre
10,000 a 20,000 personas aproximadamente.
Desde hace más de cien años los haitianos siempre han cruzado la frontera
hacia República Dominicana en búsqueda de una mejor calidad de vida. Huyendo
del país más pobre de América, país que se encuentra en una grave crisis
política, económica, social, ambiental. En resumen país inmerso en un caos
causado por los gobernantes impuestos por los Estados Unidos (EE.UU.) y otros
grandes poderes imperialistas y corporativos, que sólo defienden intereses
particulares y se olvidan del hambre de los campesinos, obreros, niños, mujeres
y ancianos que necesitan de la ayuda de nosotros.
Los haitianos que han cruzado la frontera han sido utilizados y explotados
por los terratenientes y burgueses, aprovechando su condición de inmigrantes
ilegales. Son ellos lo que laboran mayormente en trabajos agrícolas y de
construcción. Reciben por supuesto una miseria de salario y están obligados a
vivir en condiciones infrahumanas dentro o cerca de las fábricas o
plantaciones. Si trabajan en construcción, muchos de ellos al no tener casa
propia, viven en la misma construcción, hasta que este terminada, luego pasan a
la siguiente construcción viviendo hasta cierto punto como nómadas. De esta
forma arriesgan sus vidas, ya que las medidas de seguridad en las
construcciones, en este país, son nulas y si existen son mínimas. Son los
grandes intereses corporativos los responsables de los accidentes que le
ocurren, no solo a los haitianos que laboran en la construcción, sino a cientos
de dominicanos, los que sufren hasta la pérdida de su vida por la falta de
medidas de seguridad, para dar un ejemplo la falta de algo tan esencial como un
casco protector.
El pasado 4 de junio fue encontrada muerta una joven en el poblado de
Hatillo de Palma en la línea noroeste del país. Inmediatamente los vecinos del
lugar y la policía señalaron como sospechosos del crimen a tres haitianos. Tan
pronto fue dada a conocer la noticia se agravó la persecución que siempre ha
existido en el país. La situación llegó a tal punto que en la frontera habían
largas filas de haitianos, que por temor a perder sus vidas, estaban dispuesto
a regresar a su país y vivir en peores condiciones a las que estaban viviendo
en la República Dominicana. En menos de dos semanas la xenofobia en la R.D
cobró la vida de 9 haitianos. Fueron muy pocos o casi ningún sector los que se
preocuparon por la muerte de estos haitianos. El ejército nacional y la policía
son cómplices de todo lo que ha sucedido, porque en ningún momento se han
preocupado por resolver tales crímenes, sencillamente por que las víctimas son
haitianas. La iglesia católica, aliada a los sectores de ultra-derecha también
es responsable, debido a que nunca le ha dado importancia a la situación
haitiana en la frontera, incluyendo las más recientes denuncias de tráfico de
niños y mujeres haitianas hacia la R.D., con el propósito de explotarlos
sexualmente y económicamente. Muchos de los niños traídos mediante el tráfico,
son obligados a pedir dinero en los semáforos y vías más concurridas del país,
poniendo en riesgo así sus vidas.
La línea noroeste del país, que es un área fundamentalmente agrícola. Luego
de la huída de miles de haitianos, de regreso a su país, fueron los
terratenientes y dueños de fincas, verdaderamente asesinos, que hacen cualquier
cosa por aumentar su capital, los que alzaron la voz de protesta `porque se
estaban quedando sin mano de obra, o sea no tenían haitianos ilegales para que
trabajaran en sus fincas por casi nada. En Ciudades importante como Santiago de
los Caballeros, muchos vecinos han tomado la justicia en sus manos y han
comenzado a amenazar a los haitianos que viven allí, que si no se van los van a
matar o denunciar a las autoridades. La mayoría de la derecha del país,
sostienen la estúpida idea de que hay que defender la soberanía nacional, que
hay que tener cuidado con los haitianos, porque están planeando una invasión al
territorio dominicano y ellos le quitaran todo a los dominicanos. También con
la ayuda de los EE.UU. dicen que la frontera es peligrosa, ya que en Haití se
alojan muchos terroristas, y están pasando al lado dominicano, para planear sus
ataques aquí. Otra injusticia que comete el gobierno dominicano contra los
haitianos, es que según las leyes dominicanas de inmigración todo hijo de
padres dominicanos y todo aquel que naciera en territorio dominicano tienen
derecho a la ciudadanía dominicana, excepto hijos de padres haitianos. Así se
deja a los niños haitianos sin ninguna protección social, negándole la poca
asistencia que ofrece el gobierno dominicano. En un reciente estudio se demostró,
específicamente en las áreas de salud y educación, que Haití representa un
costo social para el país, que se evidencia más directamente en el hecho de que
por lo menos el 30% de las atenciones médicas que ofrecen los hospitales
fronterizos es precisamente a ciudadanos y ciudadanas de Haití. Sin embargo, en
materia educativa no se da la misma proporción, pues la presencia de
estudiantes haitianos es menor del 1% del estudiantado. Deja a entender que se
trata de una población que crece con problemas de salud, pero sin los más
mínimos niveles de educación, y en el sistema capitalista esto es una condena a
vivir perpetuamente bajo los niveles de pobreza, por no decir miseria.
Todo este panorama de xenofobia y abusos cometidos por el gobierno
dominicano, se da a pesar de que el mercado haitiano, es el segundo receptor
mundial de las exportaciones dominicanas, después de Estados Unidos. Haití es
el mejor cliente, pues no sólo compra toda clase de productos, sino que no
exige niveles mínimos de calidad. El comercio dominico-haitiano ha permitido
que en la frontera se abra los viernes y lunes permitiendo la entrada al lado
dominicano entre 30,000 y 70,000 haitianos por cada día de mercado. Las
autoridades migratorias nunca saben el número exacto de haitianos que ingresan,
ni tampoco el número que regresan.
Con la reciente aprobación del tratado de libre comercio entre los Estados
Unidos y los países de Centro-América y la República Dominicana (CAFTA) se
vislumbra una peor condición de vida de los inmigrantes haitianos debido a que
el mercado exigirá una mayor explotación de los trabajadores para favorecer los
grandes intereses. Fueron los grandes intereses, especialmente de la zona
textil los que obligaron al gobierno dominicano a firmar un tratado de libre
comercio que nunca fue negociado por los dominicanos. La aprobación del CAFTA
no solo empeora la calidad de vida de los inmigrantes, sino del mismo pueblo
dominicano, debido a que el gobierno para poder soportar el CAFTA y la pérdida
de ingresos está en vía de hacer una nueva Reforma Fiscal para que la crisis lo
paguen los pobres y trabajadores. La nueva reforma Fiscal plantea imponer el
ITBIS (un impuesto, como el sale tax) de un 8% a todos los productos,
incluyendo los alimentos de la canasta básica. Estudios reflejan que al imponer
un impuesto de un 8% a la canasta básica, los gastos familiares aumentarían
hasta un 400% empeorando la vida de todo aquel trabajador, que viva en la R.D.
Aunque todavía falta la aprobación del congreso dominicano, se puede saber que
sí lo aprobarán, por las presiones de las llamadas "zonas francas"(fábricas
de zona libre de impuestos)
Es hora ya que reclamemos y luchemos por la Justicia que se merecen
nuestros hermanos haitianos y todo aquel inmigrante que vaya a un país en
búsqueda de una mejor calidad de vida, y el sistema capitalista imperante le
impida realizarse. Es por esto que se nos hace imperante en este siglo XXI
apoyar a los inmigrantes, no solo a los haitianos en la república, sino a todos
a nivel mundial (mexicanos y latinos en EE.UU., dominicanos en Puerto Rico,
marroquíes y africanos en España y Europa, etc.). En fin luchemos por un mundo
sin fronteras, donde cada ser humano pueda vivir en libre sin ser explotado.
Publicado por LaQnadlSo
CT., USA.
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