No se puede entender la
amenaza planteada a Nigeria por Boko Haram, o la destrucción horrorosa de Siria
en los últimos tres años fuera del contexto de "la feroz destrucción por
parte de la OTAN del Estado de Libia." Un enorme crimen engendra muchas
consecuencias, incluyendo la muerte del embajador de EE.UU en Bengasi. La
izquierda debería estar indignada por las políticas de Obama -en el norte de
África, en Siria y en el apoyo a los neo-fascistas en Ucrania.
LA DESESTABILIZACIÓN DE
ÁFRICA Y EL
PAPEL DE ISLAMISTAS
TENEBROSOS
Por Ajamu Baraka
Aparentemente de la nada, Boko Haram irrumpió en la conciencia de la gente
en todo el mundo como un tenebroso grupo de islamistas con la capacidad de
llevar a cabo ataques audaces que paralizaron al ejército del país más populoso
de África. Ahora la gente quiere conocer los orígenes del grupo, de dónde
vinieron, por qué están secuestrando
niñas y cómo se convirtieron en una amenaza tan poderosa. Todas son preguntas
importantes -pero preguntas que no se pueden contestar con sólo observar a la
política interna de Nigeria, por muy importantes que los sean, porque Boko
Haram es incomprensible cuando se le descontextualiza de la desestabilización,
la muerte y la destrucción desatadas en toda África desde el Sahel a África
Occidental como resultado de un acontecimiento histórico -la viciosa
obliteración del Estado de Libia por la OTAN.
El Jefe de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, advirtió a la OTAN,
durante su campaña de bombardeos y aprovisionamiento de armas a las denominadas
fuerzas rebeldes en Libia, que las armas que proporcionan a los "rebeldes"
terminarían en manos de Al Qaeda en toda África. Jean Ping dijo:
“La preocupación de África es que las armas que se les están dando a uno u
otro de los bandos…están en este momento en el desierto y armaran a los
terroristas y estimulará el tráfico”.
El ex presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo expresó lo que muchos temían
en África desde el ataque de la OTAN en Libia:
"Sabíamos que al final de las operaciones en Libia, habrían
consecuencias negativas. Y las consecuencias serían ¿dónde irían a parar todas
las armas? ¿Dónde terminarían algunos de los que han sido entrenados en el uso
de armas [y] ¿cómo dar cuenta de sus actos?... Parte de lo que está sucediendo
en Malí se deriva de las consecuencias de lo sucedido Libia, y no debemos esperar
que Malí sea el último".
Los informes de las Naciones Unidas, del periódico The Guardian y muchas
otras fuentes revelan cómo tras el conflicto de Libia, Boko Haram se benefició
de la desestabilización de varios países de la región del Sahel, recibiendo
armas y entrenamiento de un envalentonado al Qaeda y sus benefactores saudíes.
Esa es sólo una de las razones por las que las audiencias sobre Bengasi son
importantes, especialmente para las personas preocupadas por el secuestro de
las niñas escolares en Nigeria. La destrucción de Libia no sólo condujo al fortalecimiento
de Boko Haram -también llevó a la transferencia de armamento desde Libia a Siria, en violación del derecho
internacional, para derrocar al gobierno soberano de Bashar al-Assad. Esto
acabó aumentando la capacidad militar de los grupos islamistas salafistas/yihadistas
de extrema derecha en una media docena de países y preparando el escenario para
el ataque en el aniversario del 9/11, que resultó en la muerte del embajador de
EE.UU en Libia y otros tres ciudadanos estadounidenses.
Pero definitivamente existe una significativa oposición a las audiencias.
Los republicanos de la Cámara de Representantes, en algo que la líder demócrata Nancy Pelosi caracterizó como
una "maniobra política", "subterfugio" y una "táctica
de distracción", votaron la semana pasada para formar un comité de 12
miembros que se encargará de investigar el manejo de la administración de
Obama de los ataques del 2012 en Bengasi.
Al afirmar que ahora tienen una "evidencia decisiva", con la
divulgación obligada de correos electrónicos previamente suprimidos que
sugieren que el gobierno de Obama engañó deliberadamente al público de EE.UU acerca
de lo que sabía sobre los eventos que llevaron al ataque y la muerte del
embajador de EE.UU en Libia, los republicanos de la cámara de representantes
parecen listos para darle a la Administración Obama su versión del escándalo Irán-Contras
-no con el objetivo de debilitar aún más a la Administración, sino para
destruir Hillary Clinton.
La respuesta de los demócratas ha sido predecible. Los demócratas ya
alineados detrás de una posible campaña de Clinton entienden que sin importar
lo que resulte de esta investigación, Bengasi tiene el potencial para
convertirse en un yugo permanente que desgaste la candidatura de Clinton. Pero
en otro extraño despliegue de subordinación política e ideológica al Partido
Demócrata y su elite de derecha, los elementos de la izquierda también han
expresado su oposición a esta investigación.
Uno podría pensar que los miembros de la izquierda apoyarían esta
investigación, tan limitada y partidista como podría llegar a ser, en base al
principio democrático de que las personas tienen derecho a saber lo que ocurrió
antes, durante y después del ataque. Pero aún más importante, al exigir un examen
más completo de toda la actividad de los EE.UU en Libia tras la destrucción de
ese Estado, incluyendo la misión de la CIA en Bengasi, la izquierda puede y
debria plantear serias interrogantes que expongan la peligrosa estrategia de
potenciar a las fuerzas de derecha anti-democráticas, desde yihadistas
vinculados a Al Qaeda en Siria, a neofascistas en Ucrania.
Entendemos que habrá un intento de reducir el enfoque. Los miembros de
ambos partidos y todo el mundo en los niveles más altos de la comunidad militar
y de inteligencia sabían que los EE.UU se habían alineado con grupos en el este
de Libia que se sabía que eran yihadistas. El hecho de que ambos partidos
apoyaron la intervención de la OTAN a sabiendas de que los yihadistas afiliados
a Al Qaeda desempeñaron un papel
importante en el derrocamiento de Gadafi y que la mayor estación de la CIA en
el norte de África se estableció en Bengasi, donde proporcionó armas y fue
utilizada como base de operaciones para la inserción de las fuerzas yihadistas
en Siria, significa que ambos partidos comparten un interés en evitar las
graves consecuencias jurídicas y morales de las acciones de Estados Unidos en
Libia.
Doy la bienvenida a las audiencias y soy completamente indiferente a las
implicaciones para la candidatura de Hillary Clinton o la reputación de Barack
Obama. Estoy más interesado en contener la trayectoria hacia la derecha militarista
de la política de EE.UU. Para mí como un afroamericano la difícil situación de
las más de 200 niñas escolares capturadas por Boko Haram, representa una
indignación muy particular. Pero también estoy indignado por el asesinato de
las personas que defienden su derecho a la libre determinación a manos de
matones apoyados por Estados Unidos en Odessa, Ucrania, indignado por el hecho
de que la gente está siendo aterrorizada diariamente por el zumbido constante
de aviones no tripulados estadounidenses que matan a mujeres y niños en las fiestas
de bodas y personas sospechosas de "actuar" como los llamados
terroristas, indignado de la gente que se hace llamar a sí misma moral e incluso progresista y sin embargo
apoya la brutal ocupación israelí y la
deshumanización de los palestinos.
Y me indigna saber que los responsables políticos estadounidenses no les
importa un bledo las niñas escolares en Nigeria debido a que su verdadero
objetivo es utilizar la amenaza de Boko Haram en la parte norte del país para
justificar el verdadero objetivo de ocupar los campos petroleros en el sur y de
bloquear a los chinos en Nigeria.
La exposición de toda la sórdida historia de la destrucción de Libia y el
papel de Al-Qaeda como los "soldados desplegados sobre el terreno"
para cumplir con los objetivos geoestratégicos de Estados Unidos en el norte de
África y Oriente Medio, representa la única estrategia que una izquierda
independiente y de principios podría perseguir como resultado del hecho de que las
audiencias se van a llevar a cabo. Cualquier otra cosa es capitulación, algo que la izquierda ha hecho
de forma rutinaria en los últimos seis años, y contra lo cual algunos de
nosotros todavía luchamos con la esperanza de que un día la izquierda
"responsable" rechazará los privilegios que se derivan de su
colaboración objetiva con los intereses y la visión del mundo del poder blanco
neoliberal y pueda refundarse a sí misma en principios
radicales auténticos y en la lucha mundial contra la dominación occidental.
Traducido del inglés por Marvin Najarro
Ajamu Baraka es desde hace mucho tiempo un activista y
organizador de los derechos humanos, es además un editor y columnista para
Black Agenda Report. En la actualidad es investigador asociado en el Institute
for Policy Studies en Washington D.C.
Fuente Original: Black Agenda Report
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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