El presidente de Uruguay,
José Mujica ha cumplido con uno de los sueños de cualquier presidente que
anhele sentarse al lado del más poderoso de los presidentes del mundo, el
comandante en jefe del imperialismo global estadounidense, en este caso, el
primer presidente negro imperialista, Barack Hussein Obama. Mujica llegó
a Washington investido de un prestigio creado a su alrededor por la propaganda
mediática burguesa liberal de ser el mejor presidente del mundo, de ser el más
pobre de los presidentes y todas esas vainas mediáticas que han llegado a
convencer a una buena cantidad de izquierdistas pequeñoburgueses y a toda esa
clase de socialistas -que se aglutinan alrededor de eso que le llaman
Socialismo del Siglo XXI que no es más que un concepto de democracia no
marxista, que defiende al Estado burgués
y la propiedad privada- de que Mujica es en verdad un gran hombre, un gran
presidente y un gran revolucionario, o como dijo el propio Obama un “líder” de
toda América, sobre todo en su papel desempeñado en el ámbito de los derechos
humanos. Pero Mujica no fue invitado a Washigton por sus posiciones
anticapitalistas o antiimperialistas, pues jamás un líder latinoamericano o de
cualquier parte del mundo que espose esas posiciones antagónicas sería
invitado a la Casa Blanca. Ese privilegio está reservado únicamente para
aquellos mandatarios sometidos que comulgan con los intereses de los EE.UU en
todos los órdenes, esa es la razón por la que el ex guerrillero marxista de 78
años de edad fue recibido para hablar con el presidente norteamericano de
democracia, derechos humanos, de mejorar las relaciones comerciales o de la
inviolabilidad de la propiedad privada. Para muchos liberales pro imperialistas
habrían muchas razones para amar a Mujica, pero para aquellos convencidos de
que el único camino que conducirá a un mundo más justo y libre de la
explotación capitalista es la completa erradicación del capitalismo, también
habrían muchas razones para rechazar los intentos de un hombre que desecha la
lucha de clases y no hace distinción entre la democracia burguesa y la
proletaria. En Mujica: "La mayor patología del Norte es el 'lobby' de los
poderosos", Bitácora de un NICARAGÜENSE nos brinda una poderosa critica
sobre las posiciones anti socialistas y anti marxistas-leninistas de Mujica.
MUJICA: "LA MAYOR
PATOLOGÍA DEL NORTE
ES EL 'LOBBY' DE LOS
PODEROSOS"
Lo de José Mujica es la conclusión lógica de su ideología –trotskista– que
puede ser resumida en una traición a los pueblos en el sentido de que ayuda en
cada ocasión a que estos sean engañados y manipulados para creer en la
fraseología rimbombante antimarxista-leninista, anti socialista, que ostenta y
ha ostentado –empleando exactamente los mismos mecanismo que utilizan los
medios de (in)comunicación que se encuentran bajo el dominio burgués–; pero por
otro lado es la consecuencia directa y lógica de su pensamiento
menchevista y pequeño burgués implícito
a su ideología.
Comprendiendo este hecho primo es que encontraremos que el acercamiento
–sometimiento– de Mujica a Estados Unidos, así como el alineamiento de la
política de Uruguay con la de Estados Unidos –por ejemplo lo referente a
Guantánamo en donde Uruguay actúa de parte de Estados Unidos para que este se
deshaga de un centro que ha sido denunciado reiteradamente por detención
ilegal, secuestro, tortura, asesinato, violación de derechos humanos
fundamentales, etc.; sin que al momento haya habido siquiera una investigación
al respecto– es el desarrollo lógico de sus ideas. Consideremos en este «todo»
el hecho de que la economía uruguaya ha sido entregada a monopolios
internacionales, en donde cobra especialmente relevancia el caso MONSANTO, que
entre otras cosas se ha hecho con el control de la famosa producción de
marihuana a través del suministro de semillas amparado por la legalización
hecha a medida por el Estado uruguayo. Tampoco se ha de pasar por alto la
consecuencia directa de que Uruguay esté aumentando su dependencia de los
imperialismo por intermediación de préstamos.
Respecto a sus recientes declaraciones recogidas podemos concluir:
1. Como efectivo de la clase burguesa no hace distinción alguna entre
democracia burguesa y proletaria, habla de la misma como un todo que resulta en
eludir la «lucha de clases». En ese sentido, hablar de mejorar la democracia,
sin hacer hincapié en la lucha de clases o a que clase social sirve la
democracia burguesa existente, en donde la minoría explotadora determina las
relaciones sociales según sus intereses, solo está al alcance de un adocenado.
2. Ni el populismo ni los lobby son las mayores patologías de la democracia
como afirma el sátrapa de austeridad determinada e inflada por los medios
burgueses; la mayor patología, de cualquier Estado es el capitalismo y todas
sus consecuencias directas. Aludir a la corrupción, la burocracia, los coches
oficiales, y demás males derivados y potenciados por éste, son sólo un intento
de tapar el sol con un dedo. Y son la confirmación de que este hombre no tiene
nada en común con el punto de vista marxista del mundo. Sus peroratas sobre
mejorar la «democracia» –entiéndase democracia burguesa–, recuerdan a los
estériles intentos de los revisionistas eurocomunistas de pintar de color de
rosa el sistema capitalista y el poder burgués. No es tampoco, nada diferente a
lo que hemos podido ver en otros líderes del llamado socialismo del siglo XXI o
de la llamada «izquierda hispanoamericana», ya que todos y cada uno de ellos,
parten de un concepto de democracia no marxista, que defiende al Estado burgués
y la propiedad privada.
3. ¿Cómo que no se entiende lo que ocurre en Brasil y Venezuela? Desde aquí
se lo decimos. Lo de Brasil es el resultado de la política económica
capitalista y excluyente desarrollada por el Partido de los Trabajadores que
sigue generando desigualdad en favor de la clase dominante. Y en el caso
venezolano es el resultado de la política del Partido Socialista Unificado de
Venezuela y su pretendida alianza entre explotadores y explotados.
4. Al respecto de su afirmación sobre el proceso de paz colombiano:
primero; que resulta muy lógico –dadas sus posturas pro imperialista– que apoye
un proceso de paz en donde el gobierno paramilitar del Estado ha desaparecido,
asesinado y torturado a miles de colombianos durante más de medio siglo en
complicidad con el imperialismo estadounidense. Segundo; que Juan Manuel Santos
es responsable directo de los crímenes cometidos contra el pueblo colombiano,
ya fuera en su época de Ministro de Defensa del anterior presidente Álvaro
Uribe o bien en su actual mandato presidencial, ningún de los casos han sido
esclarecidos, ningún culpable ha sido requerido por la justicia. Tercero y más
importante; nadie quiere guerras, pero las guerras –internacionales o civiles–
son una consecuencia directa de la política y economía capitalista, las cuales
él defiende implícitamente con sus discursos. En el caso de guerras civiles,
responde a causas concretas, y mientras existan y se profundicen las causas que
la originaron –como en Colombia– estas no podrán ser resueltas en una mesa de
negociaciones. Eso solo lo cree la izquierda cosmética burguesa del tipo de
Petro, Mockus y los revisionista regionales.
Así que la idea de paz a cualquier costo de Mujica se traduce en: que se
deponga las armas para que la burguesía pueda seguir explotando, reprimiendo y
matando con total tranquilidad e impunidad.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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