Una conferencia del Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos acaba
de mostrar que las fuerzas armadas estadounidenses se niegan a entrar en guerra
con Rusia y reconocen que pudieran verse en situación de inferioridad de aquí a
10 años. El general Martin Dempsey tiene, por consiguiente, intenciones de
utilizar la próxima década para evitar que Estados Unidos pierda su
superioridad militar sobre el resto del mundo. Sus palabras muestran la
extraordinaria contradicción existente entre la política neoconservadora de
provocación –tendiente a arrastrar a Rusia a la guerra en Ucrania– y la
verdadera situación de las fuerzas armadas de Estados Unidos.
LA ECUACIÓN «2, 2, 2, 1» DEL
PENTÁGONO RECONOCE
A RUSIA Y CHINA COMO PESOS
PESADOS
Por Alfredo Jalife-Rahme
Una de las consecuencias de las sanciones de Occidente a Rusia es la
profundización de los lazos de Moscú con China y con la India, que toma un giro
dramático con el uso de la carta geoenergética por el presidente Vladimir Putin
[1].
Una gran parte de los locuaces cuan pugnaces "civiles" de la
clase política de Estados Unidos –no se diga sus desinformadores multimedia– no
están actualizados como sus militares, quienes manifiestan un profundo respeto
balístico hacia Rusia y China.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Martin
Dempsey, impartió la conferencia «Defensa disruptiva: seguridad dinámica en la
era de las nuevas tecnologías» en The Atlantic Council –think tank con sede en
Washington, vinculado al Partido Republicano y a la OTAN–, 6 días antes de la
trascendental visita del 20 y 21 de mayo del zar geoenergético global Vladimir
Putin a Shanghai [2].
En su relevante intervención, Martin Dempsey sentenció que «Rusia y China
son hoy dos pesos pesados globales», que «influyen en las decisiones
estratégicas sobre los desafíos globales en seguridad». ¡Ni más ni menos que el
nuevo orden geoestratégico tripolar esbozado en «Bajo la Lupa» [3] !
El máximo general de carrera de Estados Unidos reveló el «nuevo paradigma
de seguridad» de su país mediante la ecuación nemotécnica «2, 2, 2, 1», que
significa: «2 pesos pesados (Rusia y China); 2 pesos medianos (Irán y
Norcorea); 2 redes (al-Qaeda y el crimen trasnacional organizado) y 1 sistema
(ciberseguridad)».
Aduce que la red de al-Qaeda y sus afiliados va desde Afganistán, Pakistán,
atraviesa la Península Arábiga, la parte oriental de Siria, la región
occidental de Irak, Yemen, Somalia, norte de Africa y África occidental, pasando
por Nigeria.
Estados Unidos «usa diferentes instrumentos de poder –diplomáticos,
económicos y militares– según trate con una nación-Estado o con un peso mediano
que aspira a tener mayor influencia de lo permitido y que puede ser canalla de
vez en cuando». Expresó que las dos redes no estatales no responden al mismo
tipo de presión que las «naciones-Estado».
En momentos en que el ejército de Estados Unidos se ha vuelto muy
tecnodependiente de la ciberseguridad, considera el general que existen dos
temas que le preocupan al respecto:
- 1) la falta de preparación de Estados Unidos ante un ciberataque, en
particular, al sector financiero; y
- 2) la «corrupción de los datos (precisión, navegación y tiempo)», que
ocasiona la pérdida de confianza en los sistemas operativos.
Por cierto, China es una potencia nada desdeñable en «ofensiva cibernética»
[4].
Juzga que en la perspectiva militar la «corrupción de los datos» es «más
alarmante que la negación de los datos».
Elaboró que cada actor, sea adversario o potencial adversario, requiere un
abordaje diferente ya que cada uno «responderá en forma muy diferente a los
diversos tipos de presión».
Dos características fundamentales del nuevo militarismo de Estados Unidos
son la «agilidad» y la «innovación».
Martin Dempsey anunció que se encontrará en Bruselas en una reunión de la
OTAN [5], en sincronía con la visita histórica de Putin a China, y estima que
el atlantismo se encuentra en una «crítica encrucijada» debido a la situación
en Ucrania, por lo que debe «reconsiderar» su «flanco sur» (Portugal, España,
Italia y Grecia), que está íntimamente ligado al Medio Oriente y el norte de
África, cuyos «temas (sic) podrían cambiar profundamente la vida de Europa, no
sólo en la parte sur sino también en el norte y en su parte central».
A mi juicio, pareciera que Europa peligra por todos lados. ¿Se habrán
percatado de la fantasmagórica espada de Damocles de al-Qaeda en Alemania y
Francia? [6]
En referencia a una pregunta sobre la situación en Ucrania, el general
Dempsey adujo que le compete a la OTAN, quien debe estar «más preocupada»,
mientras que Estados Unidos «usa el instrumento de poder económico en forma
diferente» como «persuasión y castigo».
Se detecta que el general no se encuentra muy convencido en cuanto a las
sanciones económicas después de haber convocado a un grupo de economistas que
no supieron explicarle cuáles eran los riesgos inherentes para aplicarlas como
«instrumento de poder» cuando Estados Unidos «tiene una clara imagen de la
capacidad de las fuerzas militares de Rusia» con el «agregado de Putin» (su
sicología), ya que «una gran proporción de la población rusa está dispuesta a
enderezar (sic) las desviaciones de la fase temprana de la pasada década del
siglo XX».
Sobre la aportación teórica de los economistas consultados, comenta que «si
vamos a usar los instrumentos (sic) de poder en forma diferente en el futuro,
entonces debemos recalcular nuestros modelos de riesgo».
Juzga que la más «persuasiva descripción» que tiene de Vladimir Putin es su
«deseo por un legado personal y el bienestar económico de Rusia».
El máximo general de Estados Unidos tenía en mente los nuevos instrumentos
militares no convencionales de Rusia, capaces de disuadir a cualquiera.
Ante una pregunta de Leandra Bernstein, de la agencia de prensa rusa Ria
Novosti, el general Dempsey comentó que Estados Unidos «no debe regresar a una
guerra fría con Rusia», ya que existe un «mayor número de temas en los que
Estados Unidos colabora con ellos [o sea, con los rusos]: el futuro del Ártico,
acciones antinarcóticos, contra la piratería y en el espacio», por lo que se
debe «buscar un común denominador».
Aduce que el peor escenario con Rusia es el retorno a la guerra fría y el
despliegue de fuerzas en el Báltico y Polonia, debido a los sucesos en Ucrania,
al unísono de otras «disrupciones en geopolítica».
Arguye que la «globalización» no ha tenido los mismos efectos que la
estrategia de la guerra fría, que fue «muy estable»: contención hasta que la
Unión Soviética cambió por voluntad propia.
Después de su conferencia el general Martin Dempsey se reunió con su
homólogo chino, con quien luego estuvo el siguiente día entero en la
Universidad de Defensa Nacional. ¡A tomar nota!
Martin Dempsey deja atrás el pasado cuando «nuevos instrumentos
(¡supersic!) se requieren para manejar dinámicamente un mayor ambiente de
compleja seguridad» –eco del ensayo en Quadrennial Defense Review de 2004– y
teme que Estados Unidos «no pueda innovar lo suficientemente rápido ante los
nuevos desafíos».
Pese a la inestabilidad política, Martin Dempsey considera que Estados
Unidos tiene plazo hasta 2025 y que aún «no necesita realizar cambios
disruptivos», ya que «tiene un ejército notablemente bueno para conflictos grandes
y pequeños» y que el recorte presupuestal para disminuir los costos del
Pentágono –en soldados, sus excesos y su infraestructura– tiene como finalidad
«innovar con una mayor agilidad en las fuerzas de despliegue de avanzada» que
provean una «presencia dinámica donde más se requiera en ultramar».
Ahora el ejército de Estados Unidos necesita «hacer menos con menos, pero
no menos bien», por lo que debe «pensar seriamente cómo jerarquizar».
Llamó la atención que el general no abordara el controvertido «pivote» de
Obama para cercar a China y que sólo se enfocara en Rusia, con la que no desea
ir tan lejos como los daltónicos economistas con ínfulas de verdugo citados a
su oficina del Pentágono.
[1] «Visita de Putin a China: próximo acuerdo
histórico de venta de gas ruso», por Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada, 14 de mayo de
2014.
[3] «De la primavera árabe al verano islámico: en
medio de la emergente tripolaridad global (EU, Rusia y China)», por Alfredo Jalife-Rahme,La Jornada,
1º de agosto de 2012.
[4] «Las cinco armas chinas de mayor peligro para
Estados Unidos.», Russia Today, 15 de mayo de 2014.
[5] «La OTAN empuja la Unión Europea a una nueva
guerra fría»,
por Manlio Dinucci, Il Manifesto, Red Voltaire,
26 de mayo de 2014.
[6] « Carta abierta a los europeos atrapados tras la
cortina de hierro israelo-estadounidense », por Hassan
Hamadé, Red Voltaire, 24 de mayo de 2014.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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