sábado, 21 de abril de 2012

NO LLORES POR MÍ GUATEMALA...



INTRODUCCIÓN


Parafraseando la comedia musical "No llores por mí Argentina", Jo Wikie, con el corazón en la mano, dice lo mismo. Hay en ella una Guatemala (la Dulci Guatimala) del poeta Rafael Landívar) que ama y que le duele. Una Guatemala generosa que le regaló a sus hijos una nacionalidad y un sentido, de la que quisiera huir y al mismo tiempo a la que quiere volver. La iniquidad, la maldad que asuela a esa tierra noble, a ese pueblo digno; duele a todos los seres humanos civilizados. Pero a veces Guatemala pesa demasiado y es un amor que no se sabe qué hacer con él. Se desborda y pareciera que nos maltrata. Llora Guatemala por nosotros y nosotros lloramos por ella, tal le acontece a la fina sensibilidad de Joe Wikie, a quien la presiento impregnada de nobleza y hubiese deseado mucho conocerla. Gracias, de veras, por querer así, de ese modo tan especial a Guatemala. Luciano Castro Barillas.








NO LLORES POR MÍ GUATEMALA


Por Jo Wilkie


No llores por mí Guatemala, la verdad es que nunca te dejé…

Bueno, sí lo hice. Lo hicimos. Hace un par de semanas regresé con mi familia; con mis tres guatemaltecos híbridos y sin mi guatemalteco.  Y la verdad que fue muy extraño retornar como una madre solitaria, con Saskia en mi regazo y mis muchachos a ambos lados en los vuelos vía Panamá.

Cuando estaba en Buenos Aires, en el 2004, y me percaté que estaba preñada, me puse a caminar lentamente por las calles de Palermo procesando las consecuencias de los rápidos cambios en mi vida. Existe una parte de Palermo en donde todas las calles tienen nombres alusivos a los países de Centro América y decidí detenerme en la calle Guatemala, la cual observé detenidamente. Tomé una fotografía con el nombre de esa calle. Me di cuenta de que si decidía tener a nuestro bebé, nunca podría olvidarme de ese pequeño y turbulento país que el mundo se las había ingeniado para olvidar…. El genocidio que algunas gentes quieren ocultar bajo la alfombra. Quizás todos lo hagamos de alguna manera, porque la realidad de lo que pasó en Guatemala es demasiado para muchos de nosotros. Pero afortunadamente hay personas como la familia de mi esposo quienes nunca le voltearían la espalda a la verdad.

No hay nadie quien pueda mirarme a la cara y decirme que el nombre Rosal Paz Y Paz no es un nombre noble, sin importar en qué lado de la valla sus preferencias políticas se ubican. Principios, humanidad y honor son cosas que todos podemos reconocer en las personas.

Estuve viviendo en Guatemala por 8 años. Todos mis hijos son nacidos ahí. Conocí a extraordinarias personas y aprendí mucho a cerca de la vida y el amor. No puedo decir que fui feliz viviendo ahí, pero mi esposo y mis hijos trajeron a mí una cuota de felicidad que fue suficiente para salir adelante y las buenas amistades contribuyeron en mantenerme al máximo.

Hice de Guatemala un paraíso para mis muchachos, pero a veces no podía ocultar de ellos mi infelicidad  y es algo que lamento. Se convirtió en  mi prisión. Mi bella prisión, con volcanes, jacarandas y buganvilias. Pensé que nunca sería capaz de salir. Ese sentimiento me hacía sentirme angustiada pero mis muchachos siempre me traían de vuelta a la vida. Yo era una madre y esposa y eso fue lo que tuve que tratar de ser y hacer mejor, sin importar la locura del país, la historia; la hipocresía, mi frustración, mi aburrimiento.

Pero una oportunidad en Cuba llegó y nos rescató justo a tiempo. Nosotros escapamos en el momento  en que la historia se estaba repitiendo ella misma. Un gobierno militar de regreso al poder, gente noble perseguida y acusada. Memorias cortas y una fresca hornada de hipocresía y mentiras  para una nueva generación.

De esta manera regresé por una semana, viajando con un pasaporte británico,  sin mi Rafa y pasé esa semana recreando el paraíso para mis hijos. Su ciudad, sus amigos, su niñera, su antigua guardería infantil; sus volcanes. Buenos amigos que nos quieren y que también les queremos. Siempre he sido afortunada en encontrar buenas personas dondequiera que me encuentre… … y agradezco a esas personas por salvarme cuando el balance de la serendipia y la locura se estaba inclinando peligrosamente sobre el lado equivocado.

Mi Rafa dice que quiere morir con sus volcanes, pero ahora mismo nos sentimos aliviados de estar alejados de todo eso. Mi bella Saskia de ojos oscuros, quien es un alma feliz, crecerá con sus primeras memorias en Cuba con el bono adicional de una madre mucho más relajada. Ya tenemos buenos amigos aquí y yo no tengo que mantener mi boca cerrada o estar mirando por encima de mis hombros.

A toda la gente bondadosa de Guatemala. Nosotros regresaremos algún día y yo, mientras tanto, les deseo a todos ustedes mucha buena suerte.



Versión traducida de la original en inglés del blog serendipityormadness.com producido por la escritora y socióloga Jo Wilkie, quien actualmente reside en la Habana, Cuba.








Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.

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