INTRODUCCIÓN
No lo imaginó Obama,
ni los presidentes centroamericanos que boicotearon la reunión de Antigua
Guatemala para abrir el debate sobre la legalización y despenalización de las
drogas, de la madera de que estaba hecho el general guatemalteco, cuya
proverbial tozudez es un abierto desafío a los Estados Unidos. Poco a poco su
propuesta fue ganando espacios regionales e internacionales, ante el demoledor
argumento de que 51 años de lucha armada contra los carteles del narcotráfico
no han dado ningún resultado positivo para la seguridad hemisférica y mundial.
La producción y el consumo van en aumento y de manera exponencial la violencia
generalizada asuela a los tres países centroamericanos (Guatemala, El Salvador
y Honduras) afectados por el fenómeno criminal. Sin embargo, la política
exterior en ese sentido no corre paralela a la situación interna en Guatemala
donde el día de hoy los jefes de todos los partidos políticos -con la excepción de los partidos URNG, LIDER
y UNE- no cumplieron el compromiso con
los indígenas y campesinos participantes en la marcha de hace unos quince días
para impulsar el proyecto de ley de Desarrollo Rural Integral, por la obvia presión
de la oligarquía agroexportadora que quiere sesgar la ley a favor de sus
intereses empresariales y no a favor de los sectores populares. Quiere vaciar
al instrumento jurídico de su alto contenido social. Se ha activado, pues, un nuevo frente de lucha ante la falta de
seriedad de los diputados que están llevando con sus acciones irresponsables a
un verdadero cataclismo social en el país porque, guste o no a los sectores
dominantes, la solución de la crisis en el campo es impostergable y ya no se
puede manejar con triquiñuelas intrapartidarias. Asusta sí, la clase de
personas que son los diputados del congreso guatemalteco que pese a los
compromisos por escrito firmado, así, desenfadadamente y con harto cinismo,
dejan de lado lo acordado. En lo externo, decirle a los Estados Unidos que su
política contra las drogas es un fracaso y espetárselo al moreno Obama en su
propia cara en plena campaña electoral, posiblemente podría traerle al
presidente Pérez Molina consecuencias desastrosas por el atrevimiento de
insubordinársele al amo. ¿Temeridad o
dignidad? Vaya usted a saber… Valentín Zamora.
Pérez Molina:
"Obama no va innovar"
Guatemalteco
cuestiona guerra antidrogas de los Estados Unidos.
AFP
El presidente
guatemalteco Otto Pérez Molina está resuelto a continuar su combate por una
nueva estrategia hacia las drogas, a pesar de la cerrada oposición de Estados
Unidos y del boicot de algunos de sus vecinos centroamericanos, convencido de
que la guerra contra el narcotráfico ha fracasado.
Recuerda que cuando
accedió a la presidencia de Guatemala en enero pasado, muchos pensaron que un
general retirado como él, de derecha, iba a conducir a su país hacia "una
guerra frontal contra el narcotráfico, que habría un baño de sangre".
Basado en su
experiencia de combate a las drogas como director de inteligencia de Guatemala
18 años atrás, Pérez sorprendió a todo el mundo, y a Estados Unidos en primer
lugar, cuando declaró que se había perdido la guerra contra el narcotráfico y
que había que buscar vías alternativas.
La "guerra que
hemos llevado durante los últimos 40 años no ha dado resultados, es una guerra
que para decirlo con franqueza la estamos perdiendo", declaró a la AFP en
una entrevista en Cartagena, Colombia, al margen de la cumbre de las Américas.
"Mientras el
mercado negro siga existiendo y los dólares y las armas sigan viniendo de
Estados Unidos como lo han estado haciendo esta guerra es imposible de
ganar", dijo.
Impertérrito ante
los golpes recibidos, Pérez, de 61 años, trajo a la cumbre de las Américas su
propuesta de iniciar un diálogo entre Jefes de Estado a nivel continental pero
también a nivel mundial, para buscar nuevas estrategias contra la droga, que en
su opinión deberían conducir a una despenalización del consumo y a la
regulación del mercado de narcóticos.
El antiguo general,
que participó en la lucha contra las guerrillas en los años 80 y también en las
negociaciones que en 1996 pusieron fin a 36 años de guerra civil, no se dejó
amilanar por el terminante rechazo del presidente estadounidense Barack Obama,
esperado esta tarde en Cartagena.
Obama declaró en
una entrevista publicada este viernes en varios diarios latinoamericanos que
"Estados Unidos no va a legalizar ni a despenalizar las drogas ya que
hacerlo tendría graves consecuencias negativas en todos nuestros países en
cuanto a la salud y a la seguridad pública".
Pérez le quitó
dramatismo a la declaración del presidente estadounidense y dijo que en el
contexto de un año electoral "Obama no va a innovar".
"El tema del
combate a las drogas es muy sensible en Estados Unidos", destacó y relató
cómo la embajada de Washington en su país intentó, 24 horas después de su
propuesta, frenarla sin éxito, y el desfile de funcionarios estadounidenses que
se sucedió en Guatemala.
Sin embargo, confió
que "cada vez hay más conciencia entre funcionarios (estadounidenses), que
no lo han expresado pero que nosotros sabemos que lo han discutido en grupos de
pensamiento, ONGs, grupos académicos, que es necesario buscar otras
alternativas" a la guerra contra las drogas.
Pérez estimó que si
bien ésta es una lucha a largo plazo, ya se han registrado progresos.
"En estos dos
meses, despues de rechazar contundentemente esto, empezamos a ver que (EEUU)
está dispuesto a dialogar, aunque no a la despenalizacion" del consumo de
drogas, señaló.
También logró fijar
para este sábado una reunión con sus homólogos centroamericanos, al margen de
la cumbre de las Américas, en esta ciudad 1.000 km al norte de Bogotá, tres de
los cuales -los presidentes de El Salvador, Nicaragua y Honduras- boicotearon
en marzo pasado, a instancias de Washington según denunció entonces, una cumbre
por él convocada en Antigua Guatemala para discutir su propuesta.
"Soy
propositivo. Lo que pasó ya pasó, no vamos a seguir discutiendo sobre esos
temas, por qué no llegaron, quién influyó... Ojalá podamos abrir ese diálogo
conjuntamente".
Añadió que el hecho
de que se esté discutiendo su propuesta al margen de la cumbre también es un
paso adelante.
Pérez dijo que
"en Centroamérica la situación es muy delicada, especialmente en el
triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador), la tasa de homicidios de
Honduras es de las más altas a nivel mundial, igual que la de El
Salvador", de 60 asesinatos por cada 100.000 habitantes en el primer país
y más de 50 cada 100.000 en el segundo, dijo
En Guatemala
"estamos haciendo un esfuerzo muy grande para ir reduciendo esto" y
la tasa es de entre 38 y 40 cada 100.000 habitantes, dijo.
Debido a la guerra
lanzada por el presidente de México Felipe Calderón contra los traficantes de
droga en su país, que en cinco años provocaron más de 50.000 muertos, los
cárteles mexicanos se instalaron en el triángulo Norte, desatando una violencia
feroz, junto a pandillas locales.
"Debemos
entender como centroamericanos que no es tampoco pidiendo más recursos que van
a llegar", dijo Pérez.
Estados Unidos
redujo su ayuda de 100 millones de dólares a 86,2 para el año fiscal 2013. Y
"hace 9 meses hubo una cumbre en Guatemala para ver esto (la ayuda para la
lucha aninarcóticos), se comprometieron 3.000 millones de dólares y 9 meses
después no se ha llegado al 10% que se ha concretado", indicó.
El mayor éxito de
Pérez hasta ahora fue el respaldo entusiasta que le brindaron tres ex
presidentes latinoamericanos: Fernando Henrique Cardoso de Brasil, Ernesto
Zedillo de México y César Gaviria de Colombia, que hace un tiempo propugnan
rever la guerra antidrogas.
En un artículo de
opinión publicado en varios diarios afirmaron que "en los últimos cuatro
meses la discusión avanzó más que en 40 años", gracias en parte a la
iniciativa de Otto Pérez y al apoyo de los presidentes de Colombia, Juan Manuel
Santos, y de Costa Rica, Laura Chinchilla.
Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.
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