miércoles, 29 de enero de 2014

LA ÉTICA DEL BANCO MUNDIAL

En Honduras, Guatemala y Chile,  el Banco Mundial tiene un historial terrible de complicidad con los brutales regímenes represivos que han gobernado esos países en décadas pasadas financiando la implementación de proyectos y políticas que han resultado en la muerte, desaparición y el desplazamiento forzoso de miles de sus habitantes.


LA ÉTICA DEL BANCO MUNDIAL


Por Nick Alexandrov

Financiando Escuadrones de la Muerte

La Oficina del Asesor en Cumplimiento / Ombudsman (CAO, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial, determinó el 10 de enero que el brazo de préstamos del sector privado del Banco, la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en ingles), violó "sus propias normas éticas" cuando  "prestó millones de dólares a una empresa hondureña de aceite de palma [Corporación Dinant] acusada de vínculos con asesinatos y desalojos forzosos", informó Nina Lakhani  en The Guardian. Si esto fuera verdad -si el Banco ha actuado realmente en contra de sus principios, durante décadas de constante acción- entonces la respuesta adecuada sería de celebración global. Pero el incidente IFC-Dinant es sólo el último capítulo de una historia miserable.

Consideremos, por ejemplo, el caso de Honduras en los años 90, cuando un "paradigma promovido por el Banco Mundial "impulsó" una masiva re-concentración de la tierra en el Aguán "-el valle donde Dinant opera-  "en las manos de unas pocas elites influyentes", escribe Tanya Kerssen en su excelente estudio, Grabbing Power (El acaparamiento de poder). Estos barones de la tierra, sobre todo el propietario de Dinant, Miguel Facussé, prosperaron cuando "el sector de las cooperativas del Aguán fue diezmada" y alrededor de tres cuartas partes de sus tierras fueron confiscadas. Los campesinos, de repente desposeídos, primero buscaron el recurso legal, que fracasó. Posteriormente, "protestaron y ocuparon tierras en disputa", escribe Annie Bird de Rights Action en un informe crucial, lo que provocó que las autoridades gubernamentales revisaran la legitimidad de la transferencia territorial apoyada por el Banco. Pero el golpe de junio 2009 finalizó esta evaluación. Cuatro graduados de la Escuela de las Américas (SOA) dirigieron la destitución de Manuel Zelaya del poder -"un crimen" que admitió un abogado militar hondureño de alto rango, él mismo un ex alumno de la SOA, y prueba "de que el gobierno de Obama tenía un débil compromiso con la democracia, derechos humanos, y el imperio de la ley de la misma manera que el anterior presidente de los EE.UU", explicó la académica británica Julia Buxton. Desde entonces, observa Bird, el 15º Batallón de Honduras, respaldado por Washington  "desde por lo menos el 2008", ha sido consistentemente identificado como el iniciador de los actos de violencia contra los movimientos campesinos", con las fuerzas de policía y los guardias de seguridad de Dinant sumándose a la matanza. El documento de la CAO estima en más de 100 la cantidad de asesinatos de campesinos desde enero de 2010.

Cuatro veces más guatemaltecos murieron en una masacre ocurrida más de tres décadas atrás -un capítulo más en la historia del Banco. Los masacrados, presumiblemente, no entendieron que no tenían ningún derecho especial sobre la tierra, que fue reutilizada para servir a las necesidades de la Hidroeléctrica Chixoy Dam, y despejada de cualquier humano que estorbara en el entorno. El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo apoyaron el proyecto, por primera vez, a finales de los 70, y luego -para silenciar a cualquiera que dudara- de nuevo, siete años más tarde, cuando "el terror de Estado alcanzó proporciones genocidas", escribe Nick Dearden del The Guardian. El salvajismo alcanzó su punto máximo cuando Ríos Montt, otro graduado de la SOA, gobernó de 1982 a 1983. Su política oficial “dirigida a masacrar a miles de campesinos indígenas", según el Archivo de Seguridad Nacional, tuvo éxito en este sentido, acabando con unas 600 aldeas mayas. Los funcionarios del Banco, por su parte, habían concluido a principios de los años 70 que las instituciones dominantes de Guatemala eran inherentemente corrompidas. Las opiniones de los funcionarios fueron "uniformemente críticas y a menudo mordaces, "revela la historia del Brookings  Institution a cerca del Banco Mundial, pero fallando en mencionar el papel fundamental del Banco en la perpetuación de las desigualdades en Guatemala. Y esta "evaluación", además, "no cambió durante toda la década". Fue un juicio adecuado sobre los regímenes que Washington respaldó después de arruinar el experimento democrático del país en 1954, año en que Jacobo Árbenz fue depuesto, pero también totalmente compatible con los préstamos sin interrupciones.

El dinero también fluyó en el Chile de Pinochet. "El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo ensalzaban a Chile como un modelo de responsabilidad", escribe Greg Grandin, "dándole  cuarenta y seis préstamos entre 1976 y 1986 por $ 3.1 mil millones", una década que fue testigo "de una espectacular transferencia de riqueza al sector privado", el traspaso fue facilitado por la campaña de terror estatal que los EE.UU defendió. En 1976, En Santiago, el secretario de Estado -y Nobel de la Paz- Henry Kissinger, personalmente aseguró a Pinochet que en Washington "simpatizamos con lo que usted está tratando de hacer aquí". Lo que el dictador estaba "tratando de hacer", de acuerdo al historiador Steve J. Stern, era promover el "policidio" al "establecer un régimen de violencia sistemática y miedo para que las viejas formas de entendimiento, la organización y la práctica de la política pudieran ser aniquiladas y reemplazadas por una forma de gobierno tecnocrático y autoritario". "Roosevelt perdió la guerra". Comentó el presidente guatemalteco Juan José Arévalo, el predecesor de Árbenz, en 1951, previendo el deslizamiento de su propio país hacia el policidio. "El verdadero ganador fue Hitler. "

Una encuesta rápida hoy en día de Honduras revela quienes son los ganadores allí. Tanya Kerssen cita a un campesino, entrevistado por el periodista Giorgio Trucchi: "Desde que nos quitaron nuestras tierras, la oferta de dinero en todo el Aguán ha disminuido dramáticamente", comenzó diciendo el hombre. "El desempleo y el subempleo aumentaron, al igual que el hambre y la desesperación. Ahora, los trabajadores ni siquiera tienen suficiente dinero para comprar comida para todo el mes”. Un problema relacionado, señala Peter J. Meyer en un informe del Servicio de Investigación del Congreso es, que "los fondos del gobierno mal utilizados" y una  "recaudación tributaria débil" han ayudado a la bancarrota del Estado de Honduras post-golpe, que ya no paga el salario a muchos de sus trabajadores. Es la esclavitud asalariada, sin los salarios, cuando enfermeras, médicos y educadores trabajan duro sin la esperanza de una indemnización adecuada. El Centro para la Investigación Económica y Política señaló recientemente que más del 43 % de los trabajadores de Honduras trabajó a tiempo completo en el 2012 por menos del salario mínimo, mientras que la tasa de pobreza extrema subió al 46 %. Y los asesinatos continúan. Annie Bird informa que el cuerpo de Juan Ramón Mejía fue “encontrado al lado de la carretera" en enero de 2010. En abril de 2010, José Leonel Álvarez Guerra, “recibió cinco disparos de dos sicarios en motocicleta que lo esperaban fuera de la casa de sus suegros, donde su esposa estaba alojada en los últimos días de su embarazo. Lo mataron delante de su esposa e hijos”. "Jacobo López Erazo “salió de su casa en la localidad de Quebrada Seca, aproximadamente a las 4 am para ir a trabajar", en julio de 2012, “pero al entrar en su vehículo varios asesinos le dispararon", y murió de inmediato.

Si el Banco fuera honesto acerca de sus "normas éticas", las fotografías de estas víctimas, sólo tres de docenas, habrían aparecido en la pancarta de "End Poverty" que cubría la fachada de su sede en Washington el año pasado. En lugar de ello, los transeúntes vieron imágenes de una sonriente enfermera, un concentrado trabajador de la construcción, niños curiosos -futuros siendo terminados, ahora mismo, para los hondureños que carecen de los derechos más básicos, gracias a las políticas del Banco.



Nick Alexandrov reside en Washington, DC.








Publicado por La QnadlSol
CT., USA.                

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