En la reciente conversación telefónica
Rouhani no abordó el tema de Ucrania con Putin. Pero le había dejado a Moscú
algo para reflexionar. El punto es, simplemente por ser un amigo sincero y
socio estratégico de Irán en este momento en el que las conversaciones entre
Estados Unidos e Irán están bien equilibradas, Moscú le puede voltear la mesa a
Washington y devolverle el golpe a los guerreros fríos en Washington donde les
duele más.
PUTIN, ES EL MOMENTO
DE TU DESQUITE
Por M. K
Bhadrakumar – Julio 20, 2014
El pájaro madrugador consigue el gusano, y alguien como el presidente de
EE.UU, Barack Obama, que creció en las zonas tropicales en Hawái e Indonesia lo
sabe mucho mejor que su homólogo ruso, Vladimir Putin, de Leningrado. La
celeridad con la que Obama se apresuró a tomar una ventaja temprana sobre Moscú
en la guerra de la propaganda en Ucrania hace que parezca como que estaba
esperando que sucediera una tragedia terrible. Hasta el momento él no ha tenido
ninguna conversación telefónica con Putin -ni siquiera para comprobar algunos
hechos.
Es decir, a diferencia de la canciller alemana, Angela Merkel, y de los dos
jefes de Estado más afectados aquí en la tragedia del malogrado avión de
Malasia -el primer ministro holandés Marcos Rutt y el primer ministro de
Malasia, Najib Razak. Rutt, de hecho, ya ha discutido en dos ocasiones la
tragedia con Putin y se han puesto de acuerdo en la sugerencia de este último
de una "investigación independiente, sin obstáculos y justa" sobre el
trágico suceso en Donetsk, a cargo de la Organización de Aviación Civil
Internacional, con la participación de "todos las partes
involucradas", y dependiendo de eso, exigir "un inmediato e
incondicional cese al fuego en el este de Ucrania.
¿Estará Obama también de acuerdo con este enfoque? Tanto Merkel, y Razak, se
han puesto rápidamente de acuerdo con Putin. Pero sucede que, un alto al fuego
en Ucrania es la última cosa en la mente de Obama, con el vicepresidente Joe
Biden constantemente instando al presidente de Petro Poroshenko a seguir
adelante con la campaña de represión militar en la conflictiva y rebelde región
de Donetsk, para que de alguna manera un punto de no retorno pueda ser
alcanzado en las relaciones entre Rusia y Europa que están en un punto
delicado.
Sin lugar a dudas, Moscú ha perdido la guerra de la propaganda con
Washington. Se remonta a la época de la Guerra Fría. Los EE.UU estuvieron
siempre muy por delante de la antigua Unión Soviética en la captura del gusano
-ya sea durante la crisis de los misiles en Cuba, Afganistán o Dr. Zhivago de
Boris Pasternak.
A mi criterio, Rusia tiene la culpa aquí. Esto es lo que le sucede a una
casa dividida. Ha sido bastante evidente para cualquier observador desde hace
mucho tiempo, que Moscú está siendo jaloneado en direcciones opuestas por los
llamados "occidentalistas" y "orientalistas", los últimos
en retirada. La crisis de Ucrania debe ser una llamada de atención. El punto es
que, la historia no ha terminado y Rusia nunca podrá formar parte del mundo
occidental. Es demasiado grande y demasiado diferente y demasiado poderoso y
difícil de manejar. La presencia de Rusia en la tienda europea desafía el
liderazgo transatlántico de los EE.UU y cuestiona la propia razón de ser de la
OTAN, y de hecho, el euro-atlantismo como el hilo conductor de las estrategias
globales de EE.UU, deja de existir.
Ya es hora que los "occidentalistas" entre las élites de Moscú se
den cuenta de que todo es una quimera. No hay precedente que indique que aluna
vez los EE.UU hayan tratado a otro país -incluyendo Gran Bretaña- en igualdad
de condiciones. Por lo tanto, el destino de Rusia está dictado por la necesidad
de consolidar su posición como un actor global independiente. Tiene la
capacidad para hacerlo, pero, por desgracia, muy a menudo, no tiene la voluntad y el interés en discernir
quien es un potencial aliado y quién no lo es.
Eso hace que la llamada telefónica que el presidente iraní, Hassan Rouhani le
hizo a Putin recientemente sea algo muy esplendoroso para un observador de
Rusia. Por supuesto, Rouhani no mencionó el asunto de Ucrania. La sorpresa
hubiera sido si lo hubiera hecho.
Eso sin lugar a dudas, es un momento emotivo en las relaciones entre Irán y
Rusia. El Kremlin había cooperado con el gobierno de Obama en el espíritu de la
famosa (infame) “restauración” entre Estados Unidos y Rusia para apretar las
tuercas a Irán y aislar a ese país en momentos en que Teherán tenía la espalda
contra la pared. Por supuesto, eso fue en un momento cuando los
"occidentalistas" en Moscú estaban mandando en el gallinero y estaban
repletos de confianza de estar llegando a un acuerdo con Obama, comiéndose un
hotdog acompañado de Coca-Cola. De hecho, todo el mundo les parecía un lugar de
hamburguesas.
Ahora la situación ha retornado a lo que era en el pasado. La restauración resultó
ser una broma macabra que la administración Obama le jugó a la gente del
Kremlin. Y la madre de todas las ironías es que Rusia hoy en día está siendo
amenazada con una avalancha de sanciones por parte de los EE.UU, a menos que se
comporte correctamente en Ucrania, de la misma manera que Irán solía ser
amenazado hasta el año pasado.
Y, sin embargo, Rouhani no abordó el tema de Ucrania con Putin. Pero le
había dejado a Moscú algo para reflexionar. El punto es, simplemente por ser un
amigo sincero y socio estratégico de Irán en este momento en el que las
conversaciones entre Estados Unidos e Irán están bien equilibradas, Moscú le
puede voltear la mesa a Washington y devolverle el golpe a los guerreros fríos
en Washington donde les duele más.
Es bastante obvio que la estrategia de los EE.UU en las negociaciones, vis-a-vis
Teherán, se está debilitando. Una vuelta a la zona cero (antes de que
comenzaran las conversaciones directas) no es posible; un ataque militar contra
Irán no es factible; si las conversaciones fracasan Teherán reanudará el
programa nuclear a toda velocidad. En suma, Irán ha roto el cerco de los EE.UU.
Ese es el significado de la ampliación del plazo del 20 de julio para el
acuerdo nuclear, y punto.
Ahora, lo que Rusia puede hacer es resquebrajar el régimen de sanciones
estadounidense contra Irán, al simplemente proceder a ampliar las relaciones
con ese país hasta su máxima capacidad -ya sea en el campo de la energía o en
la cooperación de defensa. Después de todo, el argumento de Rusia todo este
tiempo es que se rige de acuerdo a las sanciones de la ONU solamente. En pocas
palabras, Moscú tiene que poner en práctica lo que predica. Además, también desde
el punto de vista de los negocios será lo correcto - estar en Teherán antes que
las empresas estadounidenses.
Dicho de otra manera, hacer que los EE.UU negocien en la desesperación con
un Irán, que cuenta con el pleno apoyo de Rusia. Aquí no hay confrontación por
parte de Rusia con los EE.UU, tampoco, ya que Rusia sólo estará profundizando y
ampliando sus relaciones con un país amigo.
La conclusión es que los iraníes les darán a los estadounidenses una fuerte
pelea. No hay manera de que Teherán vaya a renunciar a sus masivos activos equivalentes
a cientos de miles de millones de dólares, que los EE.UU confiscaron después de
la caída del Sha; fue un robo descarado. Tampoco podría Irán haber olvidado que
los estadounidenses deliberadamente derribaron un avión civil iraní en 1988 -
sabiendo muy bien que era una aeronave civil- matando a 300 personas que
estaban a bordo.
Mi primera asignación como diplomático de carrera en Irán fue en 1989 y he
estado en ese país tantas veces que realmente hasta he perdido la cuenta. Si
estoy familiarizado con mi Irán, puedo decir lo siguiente: Rouhani se acercó a
Putin en un momento crucial en el mundo contemporáneo de la política.
Publicado por LaQnadlSol
CT,. USA.
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