¿Si la NSA conduce amplias
operaciones de espionaje sobre los líderes de otros países, no estará haciendo
lo mismo internamente con los líderes de los EEUU? Y si se piensa que la NSA
está propiciando el chantaje de líderes foráneos ¿no es posible pensar que lo
mismo este pasando a nivel doméstico?
¿PUEDE EL ESPIONAJE ELECTRÓNICO SER
UTILIZADO COMO MEDIO DE
CHANTAJE?
Ángela Merkel que experimentó el vasto poder de la red de espionaje de la STASI en Alemania del Este, de amigos que bajo fuertes presiones y el chantaje de la policía secreta se convertían en traidores, ahora se encuentra ante la interrogante, del por qué, aparte del espionaje masivo de los EEUU sobre la población alemana en general, ella, la Canciller de Alemania, por el amor de Dios, también ha estado siendo víctima de la amplia red de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense por más de diez años.
Ángela Merkel que experimentó el vasto poder de la red de espionaje de la STASI en Alemania del Este, de amigos que bajo fuertes presiones y el chantaje de la policía secreta se convertían en traidores, ahora se encuentra ante la interrogante, del por qué, aparte del espionaje masivo de los EEUU sobre la población alemana en general, ella, la Canciller de Alemania, por el amor de Dios, también ha estado siendo víctima de la amplia red de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense por más de diez años.
Dave Lindorff, comentando en el periódico digital This Can’t Be Happening!
Escribe que, efectivamente y como
ha sido revelado por el New York Times, el programa de espionaje global de la NSA
ha estado, desde los primeros tiempos del gobierno de Bush-Cheney, succionando
las conversaciones telefónicas (y sin duda luego después las comunicaciones en
internet) no solo de lideres como la Canciller Ángela Merkel, sino de la misma
Merkel cuando fungía como líder de la oposición antes de llegar al poder en
Alemania. Tal y como lo menciona el periódico neoyorquino, el monitoreo
telefónico que se remonta a la era de la Guerra Fría, antes de 1990,
“difícilmente este limitado a los 35 líderes de países como Alemania, y además
incluye a sus principales asesores y a los cabecillas de los partidos de oposición”.
Según reporta el periódico sobre el enorme alcance de la red de espionaje y
de acuerdo a la información obtenida de los documentos dados a conocer por
Snowden, el espionaje fue más allá de eso, e incluso dirigió sus actividades a
prometedores y potenciales líderes de los llamados “estados amigos”.
James Clapper, director de la inteligencia nacional ha dicho que el espionajes
de la NSA se realizó con el total conocimiento de los presidentes y que su
propósito fue simplemente para conocer “si lo que ellos dicen concuerda con lo
que en realidad está aconteciendo, y como las políticas de los otros países nos
impactan en un amplio rango de cuestiones”. Hay que tener muy en cuenta que el
Señor Clapper no es alguien en quien se pueda confiar, ya que el mismo admitió
al ser fuertemente presionado, que había mentido ante el congreso sobre el
alcance del programa masivo espionaje de la NSA bajo su cargo.
La primera explicación ofrecida por el Señor Clapper es en verdad una
manera eufemística de decir que la ASN quiere darse cuenta si en realidad los
supuestos amigos de los EEUU están mintiendo. La segunda es una manera de decir
que los EEUU están espiando para ganar acceso a información privilegiada a
cerca de las metas políticas y estrategias de sus aliados, y probablemente
sobre sus posiciones en negociaciones, como los tratados comerciales,
regulaciones internacionales, etc.
Lo que habría que cuestionar, según Lindorff, y lo que el New York Times no
hace en su reporte del espionaje sobre los presidentes y de potenciales lideres
es, si habrá otro motivo para esta extraordinaria campaña de espionaje: el chantaje.
Dadas las sorprendentemente tibias respuestas de los líderes de los países cuyas
comunicaciones privadas han sido espiadas por la NSA, así como también, la renuencia
de los países europeos a concederle asilo a Snowden, quien después de todo les
ha permitido enterarse de la perfidia de su gran aliado y, el vil
consentimiento a las criminales intervenciones militares de los Estados Unidos
en Iraq y Afganistán y el apoyo incondicional de Israel, resulta muy difícil encontrar
una explicación que justifique claramente sus actuaciones más allá de la duda
de la existencia de razones muy poderosas y comprometedoras.
Otras interrogantes que resultan obvias, serian: ¿Si la NSA conduce amplias
operaciones de espionaje sobre los líderes de otros países, no estará haciendo
lo mismo internamente con los líderes de los EEUU? Y si se piensa que la NSA
está propiciando el chantaje de líderes foráneos ¿no es posible pensar que lo
mismo este pasando a nivel doméstico?
Reflexionando un poco más sobre esta
línea de pensamiento, sería conveniente preguntarnos, ¿Quién es el que está
detrás de este asunto del chantaje? Se ha dicho desde la Casa Blanca que el
presidente “no sabía” sobre el espionaje de Ángela Merkel y otros líderes, aunque
Clapper y el director de la ASN, Keith Alexander han negado que el presidente
no haya estado al tanto de las operaciones de espionaje de la agencia, pero
ambos personajes son conocidos por sus mentiras a cerca de las acciones de la NSA.
Las mentiras que James Clapper admitió haber dicho al congreso, nos pueden servir
como evidencia de que la NSA ha estado practicando el chantaje contra miembros
del congreso, o al menos los congresistas piensan que son vulnerables a la
coerción. Y a pesar de lo escandaloso de la ofensa, al mentir al congreso sobre
el masivo programa de espionaje de la agencia, ninguna de las cámaras del
congreso, como tampoco los dos Comités de Inteligencia de dicho cuerpo
legislativo, han promovido una resolución de desacato contra Clapper. ¿Cómo
puede suceder eso?
A menudo los miembros del congreso citan o amenazan con citar a figuras
deportivas por desacato al congreso, por mentir a los senadores o
representantes a cerca del uso de esteroides, y sin embargo, cuando el jefe de
la organización de espionaje de la nación miente sobre una enorme operación sin
precedentes, estos señores simple y sencillamente lo dejan pasar. Frente a
semejante insulto institucional tiene que haber una razón para tanta cobardía.
Resulta increíble que con todos estos crímenes cometidos contra la
constitución por esta administración, ni un solo miembro del congreso ha tenido
el coraje de presentar una resolución de enjuiciamiento (impeachment) de la manera
que lo hizo el congresista Henry Gonzales contra George H.W. Bush en enero de
1991, con ocasión del lanzamiento de la primera guerra contra Iraq. Resulta
menos increíble que en esta era de continuas violaciones de la constitución y de
lo rutinario del crimen corporativo, no exista un solo senador de la talla de
Wayne Morse que tuvo la valentía conjuntamente con el senador Ernest Gruening
de votar contra la resolución del Golfo Tonkin que autorizó la intervención militar
a gran escala de los EEUU en Indochina. Por cierto y hablando de chantaje, ese
voto contra la fraudulenta resolución de Tonkin y su continua oposición a la
guerra de Vietnam, le significó al senador Morse, según se supo después,
el ser espiado por el FBI por órdenes del presidente Lyndon Johnson. El motivo
era desenterrar información que pudiera ser usada para silenciar o derrotar políticamente al senador Morse.
Se podría argumentar casi con certeza que el espionaje de la NSA sobre
dirigentes foráneos es tan solo la punta del iceberg y que el verdadero horror
es que esta espiando a los políticos locales, y probablemente insinuando que
está en posición de chantajearlos. La cuestión es en nombre de quien está
ejerciendo la NSA sus actividades de espionaje. Se podría asumir, como fue el
caso durante la presidencia de Johnson, que es en nombre del presidente y de la
Casa Blanca. Pero en los momentos actuales puede ser que haya otros que están a
cargo. Esto podría explicar la fenomenal debilidad y falta de voluntad política
y coraje del actual ocupante de la oficina oval. El presidente Obama sabe
perfectamente que es lo que quieren los
votantes que lo eligieron: trabajos, fin a las guerras en el extranjero, disolución
de los grandes bancos, y seguro médico universal, no el Obamacare que los
obliga a comprar un seguro de la compañías privadas que les permitirá seguir
succionando beneficios económicos del sistema. El presidente sabe que el
público no quiere recortes al programa del Seguro Social y Medicare, sino que
sus beneficios sean expandidos y mejorados. ¿Por qué entonces el presidente
sabotearía el mismo su propio legado y las posibilidades futuras de su propio
partido al no presionar decididamente a favor de estos temas? ¿Por qué el
presidente iba a seguir hablando a cerca de un “Gran Acuerdo” que implicaría
mas cortes en los beneficios a los pobres y ancianos –dos baluartes de la
mayoría del partido Demócrata?
¿Podría ser esto una indicación de que el presidente está demasiado
temeroso del chantaje, o ya ha sido efectivamente chantajeado? Por su puesto
que es muy difícil saber las respuestas a estas interrogantes, pero en este
momento es obviamente necesario que sean planteadas y consideradas.
Hace unos años un grupo de periodistas sostuvo una reunión extraoficial con
el juez federal retirado, Stanley Sporking, en ese entonces jefe de la división
de ejecución de la Securities & Exchange Commission (SEC). Uno de los
periodistas del grupo le pregunto cómo la SEC lograba descubrir algunas de las
barrocas maquinaciones de corrupción que estaba persiguiendo (esto fue durante
el último año del gobierno de Jimmy Carter, cuando la SEC todavía andaba realmente tras
la corrupción en Wall Street). Sporkin les dijo a los periodistas que los
miembros de su comisión de ejecución solían pasar el tiempo pensando en maneras de defraudar a los
inversionistas. Una vez imaginado un complot criminal, saldrían en busca de
evidencia de su existencia y, típicamente, encontraban a alguien que lo estaba
haciendo.
Lo mismo, se sospecha es cierto de la nuevas e increíbles capacidades
tecnológicas de la Agencia de Seguridad Nacional para espiar. Si nos podemos
imaginar a esa agencia kafkiana haciendo algo, es casi seguro que la NSA lo
está haciendo. Y en este momento uno se puede imaginar que la NSA está
conduciendo una operación masiva de chantaje político a nivel doméstico y
foráneo en una escala asombrosa y sin precedentes. Por cierto otro
“whistleblower” de la NSA de nombre Russell Tice, ha dicho que mientras
trabajaba para la agencia en el 2004, se dio cuenta que la agencia espiaba a
Barack Obama quien en ese entonces era candidato a senador demócrata por Chicago.
Por otra parte, aun si congresistas y jueces federales piensan que están siendo
espiados y son de esa manera vulnerables al chantaje, es improbable que se
salgan de la línea y voten o dictaminen de la manera incorrecta.
La única interrogante que queda es ¿Quién está detrás de toda esta
operación de espionaje y posible chantaje? ¿Es la NSA un ingobernable operador
actuando para proteger y expandir su propio poder? Quizás, pero más
probablemente, podríamos suponer, es la existencia de algo más grande, “un
gobierno permanente” formado por las cabecillas de los intereses corporativos
claves –quizás lideres prominentes de los sectores financiero,
militar/inteligencia y de otras industria claves como las compañías petroleras –
quien está manejando los hilos tras bastidores.
Quizas Snowden tenga la respuesta a esta interrogante. Si no, tendremos que
esperar que aparezca el próximo y corajudo informante.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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