jueves, 14 de noviembre de 2013

TOMAR VENTAJA DEL SUFRIMIENTO

Mientras que el representante de las Filipinas en las negociaciones sobre el calentamiento global en Varsovia esta en ayuno en protesta por la falta de acción internacional para evitar los efectos destructivos del cambio climático sobre la tierra, el negociador de EEUU le ha dicho efectivamente que se vaya y salte en un tifón, la discusión en los medios de EEUU es a cerca de los supuestos beneficios militares utilizando el sufrimiento de los filipinos como excusa para militarizar el país.


VAMOS A TOMAR VENTAJA DEL
SUFRIMIENTO DE LOS FILIPINOS


Por David Swanson
Counterpunch                                           

La misma semana en la que un columnista del Washington Post afirmó que el matrimonio interracial hace que la gente se atragante, un columnista del USA Today ha propuesto el uso de los militares de EEUU para ayudar a los que sufren en las Filipinas –como una puerta trasera para para que Estados Unidos regrese y realice una ocupación mayor de las Filipinas.

Mientras que el representante de las Filipinas en las negociaciones sobre el calentamiento global en Varsovia esta en ayuno en protesta por la falta de acción internacional para evitar los efectos destructivos del cambio climático sobre la tierra, el negociador de EEUU le ha dicho efectivamente que se vaya y salte en un tifón, la discusión en los medios de EEUU es a cerca de los supuestos beneficios militares utilizando el sufrimiento de los filipinos como excusa para militarizar el país.

El autor de la columna en el USA Today no hace mención de la historia de los militares de EEUU en las Filipinas. Esto fue, después de todo, el lugar de la primera gran guerra moderna de ocupación extranjera de los EEUU, marcada por la larga duración y el gran número de bajas  de un solo lado. Al igual que en Irak, unos 4.000 soldados estadounidenses murieron en el esfuerzo, pero la mayoría a causa de las enfermedades. Las Filipinas perdió alrededor de 1,5 millones de hombres, mujeres y niños, de una población de 6 a 7 millones.

El columnista de USA Today  no hace mención de la resistencia de los filipinos  a los militares de EEUU hasta las décadas más recientes, o de los continuos esfuerzos del presidente Obama para desplegar más tropas en Filipinas, con desastre o sin desastre.

En cambio, nuestro benevolente militarista afirma que los presupuestos son ajustados en Washington - que por supuesto, siempre va a ser el caso de un gobierno que gasta más de $ mil millones al año en militarismo.

Afirma que los Estados Unidos "estaciona tropas en todo el mundo con la esperanza de dar forma al entorno político a fin de evitar enviarlas a zonas de combate" -una perspectiva que ignora la alternativa de no enviarlos a combatir, ni estacionarlos en el extranjero.

Los ataques terroristas que los EEUU utilizan para justificar sus guerras en el extranjero son, de acuerdo con funcionarios de los Estados Unidos, provocados por la presencia de más de un millón de soldados estacionados en 177 países, los ataques con drones, y otras medidas "preventivas".

"El despliegue de recursos militares para operaciones de socorro es una muy eficaz –y no muy costosa- inversión en el futuro. Se estima que el costo de uno de los mayores despliegues de este tipo en la historia, el del portaaviones USS Abraham Lincoln y otros activos tras el tsunami asiático del 2004, ha sido de 857 millones dólares. Eso fue más o menos el precio de tres días de operaciones militares en Afganistán el año pasado”. O de los 15,500 profesores en las escuelas de Estados Unidos, o de los enormes suministros de alimentos mucho más comestibles que un portaaviones completo de tropas y armas.

Gran parte del mundo ha aprendido desde entonces a temerles a los caballos de Troya de Estados Unidos. Como lo señalé en War Is A Lie:

"En 1961, los policías del mundo estuvieron en Vietnam, pero los representantes del presidente Kennedy pensaban que eran necesarios muchos más policías y sabían que el público y el presidente se resistirían a enviarlos. Por un lado, no se podía mantener la imagen como la del policía del mundo si enviaba una gran fuerza para sostener un régimen impopular. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? Ralph Stavins, co-autor de un extenso relato de la planificación de la guerra de Vietnam, relata que el general Maxwell Taylor y Walt W. Rostow, ‘. . . se preguntaban cómo los Estados Unidos podría ir a la guerra mientras pretendía preservar la paz. Mientras estaban reflexionando sobre esta cuestión, Vietnam fue repentinamente golpeado por un diluvio. Era como si Dios había obrado un milagro. Los soldados estadounidenses, actuando con impulsos humanitarios, podrían ser despachados a salvar a Vietnam no del Viet Cong, sino de las inundaciones’”.

¡Qué bendición! Y lo bien que ayudó a evitar la guerra!

Por supuesto, la erudición ilustrada de hoy tiene buenas intenciones. La idea de los asiáticos surorientales casándose con sus hijas podría hacer que algunos de ellos se atraganten, pero la filantropía, después de todo, es la filantropía, incluso si nunca nos pronunciamos por algún otro país estacionado sus militares aquí con la excusa de que trajo algo de comida y medicina. Aquí está de Nuevo el USA Today:

"La buena voluntad que trajo la ayuda tras el tsunami a los EEUU es incalculable. Casi una década después, el esfuerzo puede figurar como una de las razones más concretas por la que las naciones del sudeste asiático confían en el compromiso a largo plazo de EEUU con una estrategia de ‘reequilibrio asiático’. La administración Obama reconoce el valor de las operaciones de socorro. A medida que el Pentágono intenta poner más de su peso en la región del Pacífico Asiático y al mismo tiempo trata de equilibrar un presupuesto en disminución, esta podría llegar a ser una de las mejores decisiones que puede hacer”.

Pero la buena voluntad depende no en dominar militarmente y económicamente a la gente –sin embargo eso parece ser exactamente el objetivo.

Qué hay de malo en eso, algunos podrían preguntar. Si no fuera por el hecho de que nadie está amenazando con una guerra a los Estados Unidos y nadie está a punto de hacerlo, podría pensarse que el abuso disimulado de las operaciones de socorro le da a la “prevención” de la guerra de agresión un inmerecido y mal nombre. No tomen mi palabra por cierta.

Escuchen a uno de nuestros principales veteranos belicistas, a través de PopularResistance:

"Durante un discurso reciente en Polonia, el ex asesor de Seguridad Nacional de EE.UU. Zbigniew Brzezinski advirtió a compañeros elitistas que el movimiento de ‘resistencia’ al  ‘control externo’ impulsado por ‘el activismo populista’ está amenazando con descarrilar el movimiento de transición hacia un nuevo orden mundial. Llamando la idea de que el siglo 21 es el siglo de América una ‘ilusión compartida’, Brzezinski afirmó que la dominación estadounidense ya no era posible debido a un cambio social acelerado impulsado por los ‘medios de comunicación instantáneos como la radio, la televisión e Internet’, que acumulativamente ha estado estimulando ‘un despertar universal de la conciencia política de las masas’. El ex asesor de Seguridad Nacional EE.UU. agregó que este ‘aumento en el activismo populista en todo el mundo está demostrando ser hostil a la dominación externa como la que prevalecía en la época del colonialismo y el imperialismo".

Si este maestro belicista reconoce que la era del colonialismo y el imperialismo ha terminado, ¿cómo es que millones de estadounidenses todavía se las arreglan para ladrar la respuesta pavloviana ‘Qué hay del  próximo Hitler’, cada vez que alguien propone poner fin a la guerra?

El hecho es que ningún gobierno está conspirando para apoderarse de los Estados Unidos. El imperialismo pasado de moda y el colonialismo están tan acabados como la ropa y la música de los 1940, por no hablar de Jim Crow, la respetabilidad de la eugenesia, el estatus de segunda clase para las mujeres, la ausencia de ecologismo, los niños escondidos debajo de los escritorios para protegerse de las bombas nucleares, los maestros golpeando a los niños, los cigarrillos buenos para su salud. El hecho es que 75 años es mucho tiempo, mucho tiempo. En muchos aspectos hemos avanzado y nunca miramos hacia atrás.

Cuando se trata de la guerra, sin embargo, solo trate de proponer acabar con ella, y 4 de cada 5 dentistas o doctores, o maestros, o los jardineros, o cualquier otra persona en los Estados Unidos va a decir "¿Qué hay del próximo Hitler?" Bueno, ¿qué hay de las decenas de mal identificados próximos Hitlers de los últimos 70 años? ¿Qué hay con la posibilidad de que dentro de nuestras mentes estamos vistiendo la guerra con el ropaje  del alivio de desastres? ¿No es muy posible que después de generaciones de guerras claramente agresivas, destructivas y criminales nosotros describamos el militarismo como una respuesta a la segunda venida de Hitler, porque la verdad no sonaría tan bien?



Traducido del inglés por Marvin Najarro



David Swanson vive en Virginia y es el autor de of War is a Lie.









Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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