Mientras que el
representante de las Filipinas en las negociaciones sobre el calentamiento
global en Varsovia esta en ayuno en protesta por la falta de acción
internacional para evitar los efectos destructivos del cambio climático sobre
la tierra, el negociador de EEUU le ha dicho efectivamente que se vaya y salte
en un tifón, la discusión en los medios de EEUU es a cerca de los supuestos
beneficios militares utilizando el sufrimiento de los filipinos como excusa
para militarizar el país.
VAMOS A TOMAR VENTAJA DEL
SUFRIMIENTO DE LOS FILIPINOS
Por David Swanson
La misma semana en la que un columnista del Washington Post afirmó que el
matrimonio interracial hace que la gente se atragante, un columnista del USA
Today ha propuesto el uso de los militares de EEUU para ayudar a los que sufren
en las Filipinas –como una puerta trasera para para que Estados Unidos regrese
y realice una ocupación mayor de las Filipinas.
Mientras que el representante de las Filipinas en las negociaciones sobre
el calentamiento global en Varsovia esta en ayuno en protesta por la falta de acción
internacional para evitar los efectos destructivos del cambio climático sobre
la tierra, el negociador de EEUU le ha dicho efectivamente que se vaya y salte
en un tifón, la discusión en los medios de EEUU es a cerca de los supuestos
beneficios militares utilizando el sufrimiento de los filipinos como excusa
para militarizar el país.
El autor de la columna en el USA Today no hace mención de la historia de
los militares de EEUU en las Filipinas. Esto fue, después de todo, el lugar de
la primera gran guerra moderna de ocupación extranjera de los EEUU, marcada por
la larga duración y el gran número de bajas de un solo lado. Al igual que en Irak, unos
4.000 soldados estadounidenses murieron en el esfuerzo, pero la mayoría a causa
de las enfermedades. Las Filipinas perdió alrededor de 1,5 millones de hombres,
mujeres y niños, de una población de 6 a 7 millones.
El columnista de USA Today no hace
mención de la resistencia de los filipinos
a los militares de EEUU hasta las décadas más recientes, o de los continuos
esfuerzos del presidente Obama para desplegar más tropas en Filipinas, con
desastre o sin desastre.
En cambio, nuestro benevolente militarista afirma que los presupuestos son
ajustados en Washington - que por supuesto, siempre va a ser el caso de un
gobierno que gasta más de $ mil millones al año en militarismo.
Afirma que los Estados Unidos "estaciona tropas en todo el mundo con
la esperanza de dar forma al entorno político a fin de evitar enviarlas a zonas
de combate" -una perspectiva que ignora la alternativa de no enviarlos a
combatir, ni estacionarlos en el extranjero.
Los ataques terroristas que los EEUU utilizan para justificar sus guerras
en el extranjero son, de acuerdo con funcionarios de los Estados Unidos,
provocados por la presencia de más de un millón de soldados estacionados en 177
países, los ataques con drones, y otras medidas "preventivas".
"El despliegue de recursos militares para operaciones de socorro es
una muy eficaz –y no muy costosa- inversión en el futuro. Se estima que el
costo de uno de los mayores despliegues de este tipo en la historia, el del
portaaviones USS Abraham Lincoln y otros activos tras el tsunami asiático del
2004, ha sido de 857 millones dólares. Eso fue más o menos el precio de tres
días de operaciones militares en Afganistán el año pasado”. O de los 15,500
profesores en las escuelas de Estados Unidos, o de los enormes suministros de
alimentos mucho más comestibles que un portaaviones completo de tropas y armas.
Gran parte del mundo ha aprendido desde entonces a temerles a los caballos
de Troya de Estados Unidos. Como lo señalé en War Is A Lie:
"En 1961, los policías del mundo estuvieron en Vietnam, pero los
representantes del presidente Kennedy pensaban que eran necesarios muchos más
policías y sabían que el público y el presidente se resistirían a enviarlos.
Por un lado, no se podía mantener la imagen como la del policía del mundo si
enviaba una gran fuerza para sostener un régimen impopular. ¿Qué hacer? ¿Qué
hacer? Ralph Stavins, co-autor de un extenso relato de la planificación de la guerra
de Vietnam, relata que el general Maxwell Taylor y Walt W. Rostow, ‘. . . se
preguntaban cómo los Estados Unidos podría ir a la guerra mientras pretendía preservar
la paz. Mientras estaban reflexionando sobre esta cuestión, Vietnam fue
repentinamente golpeado por un diluvio. Era como si Dios había obrado un
milagro. Los soldados estadounidenses, actuando con impulsos humanitarios,
podrían ser despachados a salvar a Vietnam no del Viet Cong, sino de las
inundaciones’”.
¡Qué bendición! Y
lo bien que ayudó a evitar la guerra!
Por supuesto, la erudición ilustrada de hoy tiene buenas intenciones. La
idea de los asiáticos surorientales casándose con sus hijas podría hacer que
algunos de ellos se atraganten, pero la filantropía, después de todo, es la
filantropía, incluso si nunca nos pronunciamos por algún otro país estacionado
sus militares aquí con la excusa de que trajo algo de comida y medicina. Aquí
está de Nuevo el USA Today:
"La buena voluntad que trajo la ayuda tras el tsunami a los EEUU es
incalculable. Casi una década después, el esfuerzo puede figurar como una de
las razones más concretas por la que las naciones del sudeste asiático confían
en el compromiso a largo plazo de EEUU con una estrategia de ‘reequilibrio
asiático’. La administración Obama reconoce el valor de las operaciones de
socorro. A medida que el Pentágono intenta poner más de su peso en la región del
Pacífico Asiático y al mismo tiempo trata de equilibrar un presupuesto en
disminución, esta podría llegar a ser una de las mejores decisiones que puede hacer”.
Pero la buena
voluntad depende no en dominar militarmente y económicamente a la gente –sin embargo
eso parece ser exactamente el objetivo.
Qué hay de malo en eso, algunos podrían preguntar. Si no fuera por el hecho
de que nadie está amenazando con una guerra a los Estados Unidos y nadie está a
punto de hacerlo, podría pensarse que el abuso disimulado de las operaciones de
socorro le da a la “prevención” de la guerra de agresión un inmerecido y mal
nombre. No tomen mi palabra por cierta.
Escuchen a uno de nuestros principales veteranos belicistas, a través de PopularResistance:
"Durante un discurso reciente en Polonia, el ex asesor de Seguridad
Nacional de EE.UU. Zbigniew Brzezinski advirtió a compañeros elitistas que el
movimiento de ‘resistencia’ al ‘control
externo’ impulsado por ‘el activismo populista’ está amenazando con descarrilar
el movimiento de transición hacia un nuevo orden mundial. Llamando la idea de
que el siglo 21 es el siglo de América una ‘ilusión compartida’, Brzezinski
afirmó que la dominación estadounidense ya no era posible debido a un cambio
social acelerado impulsado por los ‘medios de comunicación instantáneos como la
radio, la televisión e Internet’, que acumulativamente ha estado estimulando ‘un
despertar universal de la conciencia política de las masas’. El ex asesor de
Seguridad Nacional EE.UU. agregó que este ‘aumento en el activismo populista en
todo el mundo está demostrando ser hostil a la dominación externa como la que prevalecía
en la época del colonialismo y el imperialismo".
Si este maestro belicista reconoce que la era del colonialismo y el
imperialismo ha terminado, ¿cómo es que millones de estadounidenses todavía se
las arreglan para ladrar la respuesta pavloviana ‘Qué hay del próximo Hitler’, cada vez que alguien propone
poner fin a la guerra?
El hecho es que ningún gobierno está conspirando para apoderarse de los
Estados Unidos. El imperialismo pasado de moda y el colonialismo están tan
acabados como la ropa y la música de los 1940, por no hablar de Jim Crow, la
respetabilidad de la eugenesia, el estatus de segunda clase para las mujeres,
la ausencia de ecologismo, los niños escondidos debajo de los escritorios para
protegerse de las bombas nucleares, los maestros golpeando a los niños, los
cigarrillos buenos para su salud. El hecho es que 75 años es mucho tiempo,
mucho tiempo. En muchos aspectos hemos avanzado y nunca miramos hacia atrás.
Cuando se trata de la guerra, sin embargo, solo trate de proponer acabar
con ella, y 4 de cada 5 dentistas o doctores, o maestros, o los jardineros, o
cualquier otra persona en los Estados Unidos va a decir "¿Qué hay del
próximo Hitler?" Bueno, ¿qué hay de las decenas de mal identificados
próximos Hitlers de los últimos 70 años? ¿Qué hay con la posibilidad de que
dentro de nuestras mentes estamos vistiendo la guerra con el ropaje del alivio de desastres? ¿No es muy posible
que después de generaciones de guerras claramente agresivas, destructivas y
criminales nosotros describamos el militarismo como una respuesta a la segunda
venida de Hitler, porque la verdad no sonaría tan bien?
Traducido del inglés por Marvin Najarro
David Swanson vive en
Virginia y es el autor de of War is a Lie.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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