Siempre me ha
indignado el que a muchos guatemaltecos por su condición socio – económica, por
su origen o por sus posiciones políticas se les nieguen los espacios de
opinión. Pues según los constructores de opinión y quienes de paso controlan
los diferentes medios de comunicación, sus ideas y
opiniones son de resentidos sociales, mismas que no casan o no se ajustan al
modelo político, social y económico prevaleciente, el cual obviamente responde
a los intereses y exigencias de los grupos de poder. Claro que esto es
discriminatorio y anti – democrático. Pero en una sociedad con mentalidad de
colonizados como la guatemalteca, estos actos de arrogancia clasista al igual
que las palabras del amo o sus representantes pasan por verdades absolutas, sin
importar que estas sean el producto de la inhumana condición de seres, que lo
único que les interesa es defender y mantener las estructuras de un sistema
opresivo, injusto y anti – democrático.
A continuación La Cuna del Sol da inicio a la publicación de una nota remitida a
este espacio por Valentin Zamora
Altamirano, joven guatemalteco estudiante de periodismo, quien actualmente
reside en la Ciudad de Nueva York y quien
de manera muy crítica se refiere a la actitud por demás arrogante de ciertos personajes, quienes dentro del ambiente
periodístico guatemalteco, se erigen como las voces dueñas de la
verdad absoluta.----Marvin Najarro
PONIENDO EN
RIESGO EL POCILLO
Por Valentín Zamora
Altamirano
El pocillo -una especie de vaso con asa de aluminio o
peltre- es un recipiente en desuso en
casi todos los hogares guatemaltecos. Se utilizaba para hervir pequeñas
cantidades de agua o como medida de capacidad. Este utensilio hogareño legó su
sustantivo común a la rica oralidad chapina, a su refranero popular. Al punto
que el hablar de sonar el pocillo,
la expresión no se refiere a la sonoridad metálica de este artefacto al
caer. Sonar el pocillo es equivalente a
propinar un bofetón o morongazo en plena boca del provocador. Los periodistas
son los que más corren este riesgo cuando carecen de profesionalismo y van más
allá del hecho comunicacional. Si no vea usted lo sucedido a un opinador mal
intencionado del diario El Universo de Ecuador. Se le siguió para el caso un
debido proceso que, como es lógico, no es reconocido por la parte procesal
afectada, sin embargo, en algo les asiste la razón a los alborotadores
periodistas aglutinados en la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP: la
sentencia condenatoria es verdaderamente desproporcionada. No obstante, si se
contrasta con el daño institucional provocado al propalar tales infundios del
presidente Correa, resulta que la pena es justa y merecida. En el contexto
guatemalteco ocurre lo mismo con la odiosa presencia de un trío de columnistas
antidemocráticos que integran un virtual eje
del mal (Alfred Kaltschmitt, José
Raúl González Merlo y un españolete de nombre Pedro Trujillo) y son fervientes
fundamentalistas del neoliberalismo en quiebra y convencidos defensores del
sistema oligárquico guatemalteco. Son una preciosidad leer sus cálamos
currentes, verdaderas obras maestras de la insensatez y la mezquindad humana.
Sus columnas desinformativas y sus no poco disimuladas inclinaciones con el
Partido Patriota hacen de ellos los voceros más oficiosos del servilismo
periodístico. Estos tres sujetos perniciosos, pero de manera especial Trujillo
(militar por cierto y descendiente seguramente de un falangista abominable) ha
dado, siguiendo el mejor lenguaje reaccionario, en calificar a todas las
expresiones reivindicativas de izquierda de resentidos. ¡Y quién no! Con este país sumido en el 80% de
pobreza. Esas mayorías indudablemente tienen sentimientos de inconformidad, que
eso es, en efecto, ser resentido. Propone, por lo que finge, que no hay que
temer al pasado sino al futuro. Que se deje, como resentido, de pensar en
él. Para construir un futuro luminoso
con la exorcización del pasado, que según su particular cabeza -digna para el mejor revolcado de Antigua
Guatemala- es la mejor manera para
desideologizar las clases antagónicas de nuestra sociedad. ¡Vaya simpleza de
académico! Por supuesto, ellos no se desideologizarán nunca. Luchan día a día
desde su pensamiento especulativo y seudocientífico de crear incidencia en sus
alumnos que tienen la buena o mala fortuna de caer sus fauces ideológicas. Por eso este españolete se siente ofendido
cuando a su candidato (Otto Pérez Molina) lo vinculan con el pasado y la
muerte. Lástima grande que quienes le endilgan el agravante (los del partido
LIDER) lo ponen en el tapete oportunistamente. El olvido, señor Trujillo -de paso español pendejo- no puede ser
posible para los familiares de los masacrados. El truculento pasado reificado y
sublimizado sirve para ilustrar y construir un debido porvenir. Sin el no se
puede vivir de manera adecuada el presente. Y no son asuntos puramente
emocionales, sino de historia flagrante contra los humildes de este sufrido
país. Quien llora a sus muertos pide justicia. Pero si usted sigue hablando con
tanto desatino e irrespeto ante el dolor de tanto guatemalteco humilde y muchos
de ellos heroicos, no está distante que a usted por abusivo y arrogante, alguno
vecino por allí y, más tarde que nunca, le
revienten el pocillo. (Ver
Prensa libre del 27-09-2011, página 15).
Publicado por Marvin Najarro
CT, USA.
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