lunes, 3 de octubre de 2011

Poniendo en Riesgo el Pocillo.


Siempre me ha indignado el que a muchos guatemaltecos por su condición socio – económica, por su origen o por sus posiciones políticas se les nieguen los espacios de opinión. Pues según los constructores de opinión y quienes de paso controlan los diferentes medios de comunicación, sus ideas y opiniones son de resentidos sociales, mismas que no casan o no se ajustan al modelo político, social y económico prevaleciente, el cual obviamente responde a los intereses y exigencias de los grupos de poder. Claro que esto es discriminatorio y anti – democrático. Pero en una sociedad con mentalidad de colonizados como la guatemalteca, estos actos de arrogancia clasista al igual que las palabras del amo o sus representantes pasan por verdades absolutas, sin importar que estas sean el producto de la inhumana condición de seres, que lo único que les interesa es defender y mantener las estructuras de un sistema opresivo, injusto y anti – democrático.

A continuación La Cuna del Sol da inicio a la publicación de una nota remitida a este espacio por  Valentin Zamora Altamirano, joven guatemalteco estudiante de periodismo, quien actualmente reside en la Ciudad de Nueva York  y quien de manera muy crítica se refiere a la actitud por demás arrogante de ciertos personajes, quienes dentro del ambiente periodístico guatemalteco, se erigen como las voces dueñas de la verdad absoluta.----Marvin Najarro




PONIENDO EN RIESGO EL POCILLO

Por Valentín Zamora Altamirano

            El pocillo  -una especie de vaso con asa de aluminio o peltre-  es un recipiente en desuso en casi todos los hogares guatemaltecos. Se utilizaba para hervir pequeñas cantidades de agua o como medida de capacidad. Este utensilio hogareño legó su sustantivo común a la rica oralidad chapina, a su refranero popular. Al punto que el hablar de sonar el pocillo, la expresión no se refiere a la sonoridad metálica de este artefacto al caer.  Sonar el pocillo es equivalente a propinar un bofetón o morongazo en plena boca del provocador. Los periodistas son los que más corren este riesgo cuando carecen de profesionalismo y van más allá del hecho comunicacional. Si no vea usted lo sucedido a un opinador mal intencionado del diario El Universo de Ecuador. Se le siguió para el caso un debido proceso que, como es lógico, no es reconocido por la parte procesal afectada, sin embargo, en algo les asiste la razón a los alborotadores periodistas aglutinados en la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP: la sentencia condenatoria es verdaderamente desproporcionada. No obstante, si se contrasta con el daño institucional provocado al propalar tales infundios del presidente Correa, resulta que la pena es justa y merecida. En el contexto guatemalteco ocurre lo mismo con la odiosa presencia de un trío de columnistas antidemocráticos que integran un virtual eje del mal  (Alfred Kaltschmitt, José Raúl González Merlo y un españolete de nombre Pedro Trujillo) y son fervientes fundamentalistas del neoliberalismo en quiebra y convencidos defensores del sistema oligárquico guatemalteco. Son una preciosidad leer sus cálamos currentes, verdaderas obras maestras de la insensatez y la mezquindad humana. Sus columnas desinformativas y sus no poco disimuladas inclinaciones con el Partido Patriota hacen de ellos los voceros más oficiosos del servilismo periodístico. Estos tres sujetos perniciosos, pero de manera especial Trujillo (militar por cierto y descendiente seguramente de un falangista abominable) ha dado, siguiendo el mejor lenguaje reaccionario, en calificar a todas las expresiones reivindicativas de izquierda de resentidos. ¡Y quién no! Con este país sumido en el 80% de pobreza. Esas mayorías indudablemente tienen sentimientos de inconformidad, que eso es, en efecto, ser resentido. Propone, por lo que finge, que no hay que temer al pasado sino al futuro. Que se deje, como resentido, de pensar en él.  Para construir un futuro luminoso con la exorcización del pasado, que según su particular cabeza  -digna para el mejor revolcado de Antigua Guatemala-  es la mejor manera para desideologizar las clases antagónicas de nuestra sociedad. ¡Vaya simpleza de académico! Por supuesto, ellos no se desideologizarán nunca. Luchan día a día desde su pensamiento especulativo y seudocientífico de crear incidencia en sus alumnos que tienen la buena o mala fortuna de caer sus fauces ideológicas.  Por eso este españolete se siente ofendido cuando a su candidato (Otto Pérez Molina) lo vinculan con el pasado y la muerte. Lástima grande que quienes le endilgan el agravante (los del partido LIDER) lo ponen en el tapete oportunistamente. El olvido, señor Trujillo  -de paso español pendejo- no puede ser posible para los familiares de los masacrados. El truculento pasado reificado y sublimizado sirve para ilustrar y construir un debido porvenir. Sin el no se puede vivir de manera adecuada el presente. Y no son asuntos puramente emocionales, sino de historia flagrante contra los humildes de este sufrido país. Quien llora a sus muertos pide justicia. Pero si usted sigue hablando con tanto desatino e irrespeto ante el dolor de tanto guatemalteco humilde y muchos de ellos heroicos, no está distante que a usted por abusivo y arrogante, alguno vecino por allí y, más tarde que nunca, le revienten el pocillo.   (Ver Prensa libre del 27-09-2011, página 15).




Publicado por Marvin Najarro
CT, USA.

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