Todo eso es revelado por el
Wall Street Journal en un artículo que expone las negociaciones que tras
bastidores los EE.UU condujo con Arabia Saudita para obtener “luz verde” y
poder lanzar sus ataques aéreos contra ISIS, o más bien, contra secciones de
Irak y Siria. Y como es lógico, es una vez más Assad cuyo destino era la moneda
de cambio para lograr que los saudíes se pusieran del lado de los EE.UU.
LAS “NEGOCIACIONES SECRETAS”
DE OBAMA CON ARABIA SAUDITA
QUE PRECEDIERON A LOS ATAQUES
AÉREOS DE EE.UU CONTRA SIRIA
By Tyler Durden
Para aquellos a quienes la reciente campaña de Estados Unidos contra Siria les
parece un deja vu de la tentativa de guerra que estuvo a punto de estallar el
verano pasado para derrocar a su presidente Bashar al-Assad, que se detuvo en
el último minuto debido a una muy enérgica intervención rusa, y el estallido de una posible guerra en el Mediterráneo
entre las fuerzas navales estadounidenses y rusas, lo es porque lo son.
Y como recordatorio, al igual que el año pasado, el mayor comodín en esta y
en aquella intervención directa (o invasión,
o incluso guerra como algunos preferirían llamarla) en el territorio soberano
de Siria, no fue EE.UU, sino Arabia Saudita
-recordar el artículo de agosto del 2013- “Meet Saudi Arabia’s Bandar
bin Sultan: The Puppetmaster Behind The Syrian War.” Bin Sultan fue
oficialmente despedido poco después de
que la campaña del 2013 para sustituir el liderazgo de Siria con un régimen más
“dócil” había, si no oficialmente, fracasado (véase más adelante), pero las
ambiciones de Arabia Saudita con respecto a Siria se mantuvieron.
Todo eso es revelado por el Wall Street Journal en un artículo que expone
las negociaciones que tras bastidores los EE.UU condujo con Arabia Saudita para
obtener “luz verde” y poder lanzar sus ataques aéreos contra ISIS, o más bien, contra
secciones de Irak y Siria. Y, sin causar sorpresa, es una vez más Assad cuyo
destino era la moneda de cambio para lograr que los saudíes se pusieran del
lado de los EE.UU, ya que para poder iniciar la incursión en territorio
soberano sirio “se necesitaron meses de
trabajo tras bastidores de los EE.UU y los líderes árabes, que estuvieron de
acuerdo en la necesidad de cooperar contra el Estado Islámico, pero no cómo, ni
cuándo. El proceso les permitió a los saudíes tener ventaja para extraer un
nuevo compromiso de Estados Unidos para intensificar el entrenamiento de los rebeldes
que luchan contra Assad, cuya desaparición los sauditas todavía ven como una
prioridad”.
En otras palabras, John Kerry llegó, vio y prometió todo lo que pudo,
incluyendo la pieza faltante del rompecabezas -la propia Siria en bandeja de
plata- con el fin de evitar otra humillación diplomática.
Cuando el señor Kerry aterrizó en Jeddah para reunirse con el rey Abdullah
el 11 de septiembre, él no sabía a ciencia cierta qué más los saudíes estaban dispuestos
a hacer. Los saudíes habían informado a sus homólogos estadounidenses antes de
la visita que estarían dispuestos a proporcionar poder aéreo, pero sólo si quedaban convencidos de que
los estadounidenses eran serios acerca de un esfuerzo sostenido en Siria.
Los saudíes, por su parte, no estaban seguros hasta donde estaría Obama
dispuesto a llegar, según diplomáticos.
Dicho de otro modo, la retribución demandada por Arabia Saudita para darle
su “bendición” a los ataques aéreos estadounidenses y hacerlos aparecer como un
acto de alguna coalición, es la eliminación del régimen de Assad. ¿Por qué?
Para que, como también lo explicamos el año pasado, el contenido de los grandes
campos de gas natural de Qatar puedan finalmente ser dirigidos a Europa, que
por cierto es también el deseo de los Estados Unidos - ¿qué mejor manera de
castigar a Putin por sus acciones recientes que aplastando la principal ventaja
que el Kremlin tiene sobre Europa?
Pero volvamos con los saudíes y cómo el acuerdo para bombardear Siria fue
elaborado:
Los norteamericanos sabían que había mucho en riesgo en esa reunión del 11
de septiembre con el rey de Arabia Saudita en su palacio de verano en el Mar
Rojo.
Un año antes, el rey Abdullah se había enfurecido cuando el presidente
Barack Obama canceló los ataques contra el régimen de Siria, Bashar al-Assad.
Esta vez, los EE.UU necesitaba el compromiso del rey para apoyar una misión
diferente en Siria -contra el grupo extremista del Estado Islámico- sabiendo
que había pocas esperanzas de montar un frente árabe sin su apoyo.
En el palacio, el secretario de Estado John Kerry pidió asistencia
incluyendo ataques aéreos, de acuerdo con funcionarios estadounidenses y del
Golfo. “Vamos a proporcionar cualquier apoyo que usted necesite”, dijo el rey.
Pero sólo después de que los saudíes obtuvieran las garantías anteriormente
mencionadas, de que Assad caerá. Y para hacer eso tendrían que ejercer una
fuerte presión sobre Obama:
Desconfiado de una repetición del anterior cambio de opinión de Obama, los
saudíes y los Emiratos Árabes Unidos se decidieron por una estrategia destinada
a hacer más difícil para Obama cambiar de rumbo. “Cualquier cosa que ellos pidan, usted digan que 'sí'", dijo un
asesor del bloque del Golfo a cerca de su estrategia. “El objetivo era no darles ninguna razón para la demora o dar
marcha atrás”.
La participación árabe en los bombardeos es de un valor más simbólico que
militar. Los estadounidenses han tomado la iniciativa y han arrojado mucho más
bombas que sus homólogos árabes. Pero
las muestras de apoyo de un Estado sunita importante para una campaña contra un
grupo militante sunita, dijeron funcionarios de Estados Unidos, han hecho que el
Sr. Obama se sintiera cómodo al autorizar una campaña que él había resistido
previamente.
Ciertamente,
hasta ahora Obama se ha abstenido de bombardear directamente Assad, es sólo una
cuestión de tiempo:
“El éxito de la alianza dependerá de cómo las dos partes concilian sus
diferencias fundamentales sobre Siria y otros asuntos. Los líderes sauditas y
miembros de la oposición siria moderada están apostando a que los EE.UU puedan finalmente ser jalonados en la dirección
de los ataques aéreos contra Assad además del Estado Islámico en apoyo de los
combatientes moderados. Funcionarios
estadounidenses dicen que el gobierno no tiene ninguna intención de bombardear
las fuerzas de Assad”... por ahora.
Pero ¿A qué se debe la insistencia de Arabia Saudita en eliminar a Assad?
Aquí está la opinión del WSJ:
Para los saudíes, Siria se había convertido en un frente de batalla crítico
por la influencia regional con Irán, un aliado de Assad. En vista de que el Sr.
Assad intensificaba la represión interna, el rey decidió hacer lo que fuera
necesario para hacer caer al líder sirio, dicen diplomáticos árabes.
En la última semana de agosto, una delegación militar estadounidense y del
Departamento de Estado viajó a Riad para sentar las bases de un programa
militar de entrenamiento de la oposición siria moderada para combatir tanto al
régimen de Assad como al Estado Islámico -algo que los saudíes han solicitado
desde hace mucho. El contingente de Estados Unidos quería permiso para utilizar
las instalaciones militares saudíes para el entrenamiento. Los ministros
saudíes de alto nivel, previa consulta durante la noche con el rey, estuvieron
de acuerdo y se ofrecieron a pagar la mayor parte de la factura. El Sr. Jubeir
fue al Capitolio a presionar a legisladores claves para aprobar una ley que
autoriza el entrenamiento.
Y una vez que los EE.UU de nuevo se plegaron a las demandas de Arabia
Saudita para atacar a otro país soberano, lo que seguía era simplemente una
cuestión de planificación:
Horas antes de que la campaña militar comenzara, funcionarios de Estados
Unidos llevaron a cabo una conferencia telefónica para discutir los
preparativos finales. Durante la llamada, los oficiales militares hicieron
preguntas de último minuto acerca de si Qatar tomaría parte y si los países
harían públicas sus acciones.
El Sr. Kerry estaba alojado en una suite en el piso 34 del hotel Waldorf
Astoria de Nueva York, donde se reunía con líderes que asisten a las reuniones
de las Naciones Unidas. Él llamó a sus homólogos del Golfo para asegurarse de
que estaban todavía a bordo. Ellos lo estaban.
Los Emiratos Árabes Unidos, lo cuales algunos funcionarios de la defensa se
refieren como la “Pequeña Esparta” debido a su desproporcionada fuerza
militar, tuvo el papel más robusto. Uno de los pilotos de los EAU era una
mujer. Dos de los F-15 eran piloteados por miembros de la familia real saudí,
entre ellos el príncipe Khaled bin Salman, hijo del príncipe heredero. En la
tercera oleada del ataque inicial, la mitad de los aviones de ataque en el
cielo eran de países árabes.
La mejor noticia para Obama: ahora es sólo cuestión de tiempo para recrear
la misma bandera falsa que la alianza saudí-estadounidense empujó con tanta
fuerza sobre la opinión publica mundial en el verano del 2013 para justificar
el primer intento de eliminar a Assad, y lograr una vez más la “avenencia” de
una fracción del público, naturalmente,
con el apoyo de los medios de comunicación de Estados Unidos.
Pero ¿cómo sabe uno que no es otra vez más que un montaje? La siguiente
nota debería explicar todo:
Los participantes saudíes en la reunión del 11 de septiembre incluían al
príncipe Bandar bin Sultan, quien como jefe de espías del rey el año pasado
entró en conflicto con el Sr. Kerry sobre la política de Siria e Irak. Los funcionarios
estadounidenses interpretaron su presencia como una señal de que el rey quería
asegurarse de que el sequito estaba unido, dijeron funcionarios
estadounidenses.
En realidad, su presencia es una señal de que el mismo titiritero que movía
los hilos, y fracasó, en el 2013 en eliminar a Assad, y como se señaló
anteriormente fue eliminado al menos oficialmente del escenario,
posteriormente, vuelve a ser la persona a cargo de la campaña siria, sólo que
esta vez de manera no oficial, y esta vez tiene a Obama totalmente bajo su mando.
Publicado por LaQnadlSol
USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario