La política de Estado, si es
que puede llamársele así a lo que hace el canche del tupé rubio, sigue siendo
imprevisible. Resulta que la barrera física que expuso Kelly tendría que ser un
obstáculo insalvable para la emigración ilegal que de manera nutrida sale de
los tres países integrantes del Triángulo Norte, Guatemala, Honduras y El
Salvador, sin embargo acotó también algo al respecto y que debe ser de
aplicación inmediata por parte de las autoridades guatemaltecas: la
persuasión, consejo y orientación a sus ciudadanos de no viajar ilegalmente a
los Estados Unidos.
EL GENERAL JOHN KELLY VINO A
PONER FIRMES A
LOS EMPRESARIOS Y MILITARES TRASNOCHADOS DE GUATEMALA, CUYOS CAPRICHITOS
HISTÓRICOS, AL
PARECER; YA NO VAN…
Por Luciano Castro Barillas
Aunque no fue lo suficientemente explícito, el general John Kelly,
secretario de seguridad interna de los Estados Unidos, sí habló de la creación de barreras físicas y
tecnología en la frontera entre
Guatemala y México, una especie de murillo construido en el extremo sur de su
Segundo Patio Trasero, que sería en este caso Guatemala; murillo monetariamente
más viable y de menos conflictividad social y política, tratándose del pequeño
pero vital socio que es Guatemala; que el muro entre Estados Unidos y México
cuya vecindad irremediable, podría tomar otro camino de menos tirantez y
rechazo.
La política de Estado, si es que puede llamársele así a lo que hace el
canche del tupé rubio, sigue siendo imprevisible. Resulta que la barrera física
que expuso Kelly tendría que ser un obstáculo insalvable para la emigración
ilegal que de manera nutrida sale de los tres países integrantes del Triángulo
Norte, Guatemala, Honduras y El Salvador, sin embargo acotó también algo al
respecto y que debe ser de aplicación inmediata por parte de las autoridades
guatemaltecas: la persuasión, consejo y orientación a sus ciudadanos de no
viajar ilegalmente a los Estados Unidos por los riesgos para su vida y porque
serán deportados inmediatamente, sin dar lugar a ningún tipo de amparo legal,
por una sencilla razón, según su opinión: Están violando las leyes de los
Estados Unidos. O sea, pues, que no hay santuario físico ni legal para quienes
transgredan las leyes estadounidenses.
Así las cosas con la emigración, también fue contundente en la lucha contra
la corrupción cuyo espectro es bastante amplio: militares narcotraficantes
terriblemente detestados por él; empresarios mafiosos que no pagan impuestos, politiqueros
pillos que tendrán que ver dentro de poco de que otra manera se ganan la vida
porque vienen en camino 40 solicitudes de retiro de inmunidad a ese número de
diputados, que son, al final, los fieles operadores, por los baños de billete
sucio que reciben, de esas fuerzas de la oscuridad que no permiten salir al
país de este estado de impotencia, atraso, desigualdad, democracia tambaleante
e institucionalidad en crisis con los tres poderes del Estado (ejecutivo,
legislativo y judicial) que no pueden crear la sinergia, la coordinación
necesaria para que los asuntos de la población caminen un poco mejor.
Los Estados Unidos están interesados hoy más que nunca en una defensa
frontal de sus intereses y por allí manejando una mea culpa por ser los responsables
directos de la destrucción de nuestra democracia social en 1954. Ahora ya no le
sirven los empresarios y militares dinosaurios y como pulgas molestas se los
quiere sacudir con el mejor insecticida que hay contra esos bichos: la Reforma
Judicial. Esa es la razón por la cual el Congreso de la República se ha
convertido en el último reducto orgánico, todavía muy bien organizado y que se
resiste a cambiar y contra quien van enderezadas las baterías de la primera
potencia política, militar y económica del mundo. Los diputados oyen la
tempestad y no se santiguan.
Las instrucciones son claras: el poder ejecutivo con Jimmy Morales a la
cabeza ya sin hacer boberías, el poder judicial con principios nuevos en la
designación de jueces y magistrados y el poder legislativo creando leyes que
beneficien a la población y fortalezcan a la democracia. El tiempo del billete
bajo la mesa, ojalá, estuviera llegando a su fin. Ya vino el general John Kelly
a ponerlos firmes y bajo pena de arresto y bartolina, a todo aquél que resulte
rezongón. ¡Ah, se les puso fea la cosa muchá!
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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