La decisión del Gobierno venezolano
de iniciar su comercio exterior con monedas internacionales diferentes al
dólar, surgida como respuesta a las sanciones económicas y financieras dictadas
por Washington, ha tomado por sorpresa a la Casa Blanca.
¿CORRERÁ MADURO LA MISMA
SUERTE QUE
SADAM Y GADAFI POR ABANDONAR
EL DÓLAR?
Vicky Peláez
"Las ideas audaces son
como piezas de ajedrez avanzado, que pueden ser abatidas, pero también pueden
empezar un juego ganador"
(Johann Wolfgang von Goethe,
1749-1832)
Los globalizadores 'iluminados' no están acostumbrados a la desobediencia y
rebelión de los países que consideran que pertenecen a su esfera de influencia.
Cada vez que un líder de algún país trató de desafiar la hegemonía del
dólar estadounidense para ejercer la soberanía de su nación, el imperio
arremetía con toda su fuerza para derrocar al presidente atrevido. La historia
moderna está llena de estos casos que reflejan el poder de venganza de
Washington.
No es ningún secreto que el valor del dólar es esencial para la economía
estadounidense, que requiere para su funcionamiento que el dólar se mantenga
como la divisa más usada en las transacciones internacionales y permanezca como
una de las monedas dominantes en el mundo. Cualquier desafío al dólar, desde
esta perspectiva, se considera por parte de Washington como un atentado contra
su seguridad nacional que requiere una respuesta tajante al país desafiante.
Bastó que el presidente de Francia, Charles de Gaulle (1958-1969), se
atreviera a sacar su país de la zona del dólar para retornar al patrón oro para
que los propios franceses decidieran, con la 'ayuda' sutil de los medios de
comunicación y los servicios secretos de EEUU, que De Gaulle era ya viejo para
seguir siendo presidente y demasiado antinorteamericano.
No le quedó otra alternativa a Charles de Gaulle que dimitir, a pesar de
que era considerado por sus propios compatriotas como el personaje más grande
en la historia gala por encima incluso de Napoleón.
El político y excongresista estadounidense por el Partido Republicano
Ronald 'Ron' Paul hizo pública una de las razones principales, ignorada por los
medios de comunicación, de por qué fue invadido Irak. Según Paul, "Sadam
Husein demandó el pago en euros por su petróleo, y no en dólares".
Paralelamente, el presidente iraquí intentó convencer a los miembros de la
OPEP de vender el oro negro en euros para salirse del petrodólar. Si esto
hubiera sucedido, el dólar habría perdido entre un 20 y un 40% de su valor.
Para Ron Paul, como para muchos especialistas, "la arrogancia de Sadam
Husein había sido considerada como un peligro para el dólar en calidad de la
reserva principal mundial". Por lo tanto, esta fue una de las razones para
la invasión de Irak.
El estudioso Noam Chomsky escribió también en 2003 que "se consideró
que la invasión fue una respuesta lógica para proteger el dólar y a la economía
de EEUU.
El intento del presidente de Libia, Muamar Gadafi, de promover una
revolución del dinar respaldado por oro en toda la Unión Africana le costó la
vida. El plan de Gadafi de dejar de vender el petróleo en dólares y empezar a
usar el dinar de oro habría devastado la economía estadounidense.
Para este propósito, Gadafi impulsó la creación en semanas del Banco
Central de Bengasi para lanzar el dinar de oro y trasladó a esta ciudad 150
toneladas del metal precioso.
El asalto 'programado' por Al Qaeda al consulado de EEUU en Bengasi y la
muerte del embajador norteamericano Christopher Stevens y de tres de sus
colaboradores, además de los ocho heridos entre el personal de seguridad y los
agentes de la CIA, están relacionados con el oro de Bengasi.
Libia fue invadida por EEUU y la OTAN, mientras que Gadafi fue asesinado
horriblemente por los mercenarios de la Alianza Atlántica.
Teniendo en cuenta todos estos antecedentes, el mundo entero está tratando
de adivinar qué destino le esperará al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,
y a su país después de empezar a comercializar su petróleo en moneda distinta
al dólar desde el 15 de septiembre pasado.
ctualmente, Venezuela está usando una canasta de monedas internacionales
con el yuan chino, el yen japonés, la rupia india, el euro y el rublo ruso con
el propósito de acabar con la dependencia del dólar, usado por los opositores,
quienes están guiados desde Washington y Miami para terminar con el chavismo en
el país bolivariano.
La retórica belicista de Trump confunde y alarma a la gente al anunciar:
"Barajamos muchas posibilidades para Venezuela, incluyendo una posible
opción militar si es necesaria. Tenemos a nuestras tropas en todo el mundo, en
lugares muy pero muy lejanos". El mandatario de EEUU también ha declarado
que Venezuela "no está lejos".
"Estamos preparados para tomar acciones si el Gobierno de Venezuela
persiste en el camino de imponer su autoridad sobre la gente de ese país",
afirmó.
Estas declaraciones irresponsables de Donald Trump están contribuyendo al
incremento de la preocupación tanto en América Latina como en el mundo entero
sobre la posibilidad de invasión contra un país como Venezuela, sin mencionar
los problemas más graves respecto a las amenazas del actual líder de EEUU
contra Corea del Norte.
Sin embargo, para comenzar una guerra se requieren ciertas condiciones para
que un país como Estados Unidos decida invadir Venezuela. Chomsky definió tres
requisitos que ha estado buscando siempre Washington para iniciar una aventura
bélica. Primero, el país elegido como posible víctima tiene que estar
prácticamente indefenso en términos militares. Así pasó con Panamá en 1989, con
Afganistán en 2001, con Irak en 2003 y con Libia en 2011.
Segundo, la guerra debe valer la pena y producir un consenso de la opinión
mundial favorable. Tercero, poder presentar al país elegido para la invasión
como un mal supremo que habría que parar o exterminar.
Desde la perspectiva de estas tres condiciones, Venezuela no cuadra en
tener requisitos para ser un blanco de una aventura, incluso para una
superpotencia como EEUU. El país está fuertemente armado y su Ejército está
bien entrenado e identificado con la ideología bolivariana y con la política de
su Gobierno. Tampoco hay que olvidar la existencia de los comités populares,
que recibieron de Hugo Chávez unos 100.000 Kalashnikov, además del
entrenamiento adecuado que se viene perfeccionando año tras año para defender
su país en calidad de guerrilla en el caso de una invasión.
Los editores de la revista norteamericana Military Times elogiaron varias
veces la capacidad de los buzos militares venezolanos para acercarse a un buque
de guerra enemigo sin ser detectados y hacerlo hundir.
Tampoco existe, según The New York Times, la segunda condición que pudiera
facilitar a Washington una invasión. El periodista Nicholas Casey escribió que
una aventura militar de EEUU en Venezuela significaría una pérdida de ganancias
para las petroleras estadounidenses y para las transnacionales. Reemplazar
785.000 barriles diarios de petróleo que llegan de Venezuela a Illinois, Texas
y Luisiana representaría para la economía norteamericana un alto costo que el
Estado no podría asumir actualmente, debido a los últimos desastres nacionales,
que costarán al país más de 290.000 millones de dólares.
A todos estos problemas se agrega el huracán María, que se dirige a las
Islas Vírgenes y a Puerto Rico y es considerado como "potencialmente
catastrófico" por los especialistas.
Una invasión en estas condiciones elevaría el precio de la gasolina
drásticamente para lo que no están preparados la opinión pública de EEUU y los
bolsillos de sus ciudadanos.
Hay que tener en cuenta también que Estados Unidos perdió la guerra
mediática en Venezuela y sus intentos de promover un 'Maidán a la ucraniana' o
una 'primavera árabe' en el país bolivariano fracasaron rotundamente, pero
causaron 164 muertos.
No se ha logrado a dar a Venezuela la imagen de un 'mal supremo'. El
periodista estadounidense Nicholas Casey explicó claramente que si las amenazas
de Washington contra Nicolás Maduro unieron a Latinoamérica contra EEUU, una
invasión suscitaría un mayor apoyo a Venezuela y significaría un nuevo
aislamiento del país norteamericano en el continente.
Las recientes reacciones, incluidas las de los países incondicionales de
EEUU, considerados en América Latina como miembros del grupo 'perritos en la
alfombra' (en referencia al aserto del presidente de Perú, Pedro Pablo
Kuczynski: "América Latina es como un perro simpático que está durmiendo
en una alfombra y no quiere ningún problema"), provocaron el rechazo de
los presidentes de México, Brasil, Argentina, de la misma OEA, que no deja
respiro a Maduro y también del promotor de sanciones contra Venezuela
Kuczynski.
Frente a todos estos rechazos lo único que le queda a Washington es seguir
tratando asfixiar la economía de Venezuela, impedir las transacciones con los
bonos de la deuda venezolana, aumentar la lista de los funcionarios
bolivarianos sancionados, cancelar las operaciones de crédito en dólares,
perjudicar las operaciones financieras de Venezuela en el mercado bursátil,
afectar la repatriación de los dividendos de CITGO en EEUU, lo que podría implicar
la pérdida para Venezuela de unos 450 millones de dólares, promover la
subversión y tratar de eliminar a Nicolás Maduro.
Lo que no están tomando en cuenta Donald Trump y sus asesores es que Maduro
es simplemente un representante de la voluntad de la mayoría del pueblo y no un
dictador de cuyo humor depende el camino que elige su país. El 'establishment'
de Washington tampoco se percató de que Venezuela ya tiene a Rusia
Mientras tanto, la retórica belicista repetitiva de Donald Trump, basada en
las 'amenazas de invasión', según el profesor Riordan Roett, de la John Hopkins
University, "es como un regalo de Dios a los chavistas".
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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