En los países nórdicos, la
sociedad no está organizada para abolir la esclavitud asalariada o superar la
alienación proletaria, sino que está fundamentalmente organizada de la misma
manera que el resto del mundo capitalista.
LOS PAÍSES NÓRDICOS NO
SON SOCIALISTAS
Por Matthew Funke
Si los países nórdicos representan el horizonte de la posibilidad de un
mundo libre de la explotación capitalista, por favor terminen de leerme ahora.
Aquellos que afirman que Dinamarca, Noruega, Suecia, Islandia y Finlandia
tienen una economía socialista, también tienen una comprensión errónea del
socialismo. Este concepto erróneo debe ser disipado, a fin de comprender mejor
nuestro clima político internacional actual y específicamente el mundo que
debemos esforzarnos por alcanzar. Los países nórdicos no representan el mejor
mundo que es posible lograr, porque no son socialistas.
Un error común es creer que los programas de bienestar social equivalen a
socialismo. Aunque estas son cosas muy buenas que existirían bajo el socialismo
(y han existido bajo el socialismo, como se muestra en el Capítulo 7 de la
Constitución de la URSS de 1936), una sociedad puede tener estas cosas y ser
capitalista. Canadá, Hong Kong, Chile, Australia y muchos otros países tienen
atención médica universal o gratuita. Alemania, Fiji, Egipto y Turquía ofrecen
educación gratuita, junto con algunos otros, aunque a veces condicionado al
rendimiento académico o la falta del mismo. Si esos países fueran socialistas o
apuntaran al socialismo, como Venezuela, Cuba y Bolivia, entonces EE.UU los
estaría acosando ahora mismo, tal como Estados Unidos hostiga a Nicaragua y
aplica sanciones contra la República Popular Democrática de Corea.
El socialismo no tiene que ver con la forma como nuestras vidas están
organizadas actualmente, con las mismas y desiguales estructuras de poder, pero
con un "gobierno muy vasto". El socialismo no es la socialdemocracia,
en la que de alguna manera estableceremos el socialismo mediante las reformas y
desplazaremos a la burguesía a través de medios institucionales en un estado
burgués. No importa cuán limitado sea el poder corporativo, mientras existan
poderes corporativos que aún exploten a la mayoría y sigan teniendo ventaja en
la sociedad, no es socialismo. En pocas palabras, el socialismo es un sistema
económico en el que la propiedad privada es abolida y los medios de producción
(herramientas, tecnología, maquinaria, materias primas) no son de propiedad
privada, sino que son propiedad de todos los trabajadores. La propiedad privada
es intrínsecamente violenta, ya que la clase capitalista retiene el dinero que las
personas necesitan para mantenerse ellas mismas y comprar los bienes necesarios
para poder subsistir, y esa clase capitalista solo da el dinero como pago por
hora si las personas utilizan su fuerza de trabajo para producir bienes para
esa clase capitalista en su propiedad privada. Luego extraen el dinero que
obtuvieron de la venta de la mercancía que esas personas fabricaron, y que
vendieron a un costo más alto que lo que costaba producirla, luego pusieron una
buena porción en sus bolsillos, gastaron un poco en capital y a sus
trabajadores les reparten unas migajas. En una sociedad socialista, los
trabajadores recibirían el valor total de su trabajo, en lugar que los patrones
e inversionistas tomen la plusvalía del trabajo del obrero.
En los Nords (países nórdicos), la sociedad no está organizada para abolir
la esclavitud asalariada o superar la alienación proletaria, sino que está
fundamentalmente organizada de la misma manera que el resto del mundo
capitalista. Esta organización capitalista es un sistema intrínsecamente
defectuoso y explotador que se está devorando a sí mismo, en tanto el choque de
sus contradicciones internas lo pondrá de rodillas y hará que la clase
trabajadora alce los puños. Los estados nórdicos están infestados de estas
contradicciones.
Pesadillas en los países
nórdicos
Si examinamos más de cerca la vida actual y la historia de los países
nórdicos, el hecho de que están intoxicados con la hegemonía capitalista se
vuelve bastante evidente.
El imperialismo y la monopolización son una conclusión inevitable del
capitalismo, ya que asegura la acumulación de más ganancias. Para empezar,
cuatro de los siete países nórdicos son miembros de la OTAN, la organización
formada para luchar contra el Pacto de Varsovia de la Unión Soviética. Con la
ayuda de Islandia, Noruega, Suecia y Finlandia, la OTAN destruyó la semi-socialista
Yugoslavia y convirtió a Libia en trata de esclavos. Otras organizaciones de
las que forman parte algunos países nórdicos incluyen la Asociación Europea de
Libre Comercio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos,
y la Unión Europea. Debido a que los países socialistas incuestionablemente
adoran la cooperación económica con los estados capitalistas y el libre
comercio, al parecer.
El colonialismo también es un producto del capitalismo, y los Nords tampoco
están exentos de estos abusos contra los
derechos humanos. Noruega colonizó al pueblo indígena Sámi, al que ha estado
abusando durante siglos. El país ha sido muy criticado por la comunidad
internacional por su política de asimilación y discriminación contra la
población indígena del país. Finlandia los trata de manera similar, ya que
niegan la financiación de guarderías y la enseñanza del idioma Sámi a los niños
Sámi, pero les otorgan estos derechos a los niños finlandeses. Finlandia niega
muchos derechos territoriales y aborígenes a los Sámi, y en esto Suecia tampoco
es inocente. Si el pueblo Sámi no hubiera sido colonizado y sus vidas no
hubieran sido pisoteadas, el modelo nórdico no sería próspero como hoy, a
expensas de la patria Sámi.
Malcolm X estaba en lo correcto cuando dijo: "No se puede tener
capitalismo sin racismo", aunque el liberalismo se enmascara detrás de la
"ausencia de prejuicios raciales" y perogrulladas como "todos los hombres son
creados iguales". El racismo (no xenofobia o etnocentrismo) realmente
surgió a raíz del nacimiento del capitalismo y del comercio de esclavos del
Atlántico para justificar las horrendas atrocidades cometidas por los
colonialistas europeos en el extranjero para obtener inmensas ganancias. Ha
evolucionado hoy en día proporcionando una justificación para la horrible
opresión de las personas de color en todo el mundo, justificando las horribles
desigualdades que enfrentan las personas no blancas, al tiempo que justifica la
decadencia que disfrutan los ricos. Suecia no es diferente: el país ha
experimentado ataques raciales de manera consistente, según un informe de las
Naciones Unidas que muestra una epidemia de violencia racista, en un país que
se percibe a sí mismo como progresista y tolerante. Los centros de asilo son
quemados, las mezquitas son vandalizadas, y estos crímenes ocurren con más
frecuencia de lo habitual durante las temporadas de elecciones, especialmente
por los partidos nazis. Tobias Hübinette, profesor asociado en estudios interculturales
en la Universidad de Karlstad, indica: "El estado de bienestar te brinda
cuidados si estás dentro del sistema, pero el acceso al sistema es en gran
parte a través del trabajo y en parte a través del mercado residencial, que
está muy segregado". El racismo institucional está tan profundamente
entrelazado con la sociedad capitalista, que la única solución es un sistema
completamente nuevo, porque no puede funcionar sin él.
Dinamarca incluso está designando "guetos", barrios urbanos donde
típicamente viven inmigrantes (mayormente de los países que Occidente
bombardea), los cuales están plagados de violencia pandilleril y desempleo. El
gobierno danés, incluso el partido socialdemócrata "proinmigrante",
apoyan estas medidas. Las medidas incluyen obligar a los niños de los
"guetos", a la edad de 1 año, a que se inscriban en una guardería que
enseña "valores daneses", el cristianismo y el idioma danés; aunque
los padres no están obligados a hacerlo, si no lo hacen, los municipios
dejarían de pagar los beneficios por hijos. Estas leyes de inmigración incluso
incluyen la renovación urbana (gentrification), la demolición de guetos y la
reducción deliberada de los beneficios sociales para quienes viven en los
guetos. Los castigos por crímenes se duplican si se cometen dentro de los
guetos, los crímenes que normalmente resultan en multas inevitablemente
resultarán en encarcelamiento para el sospechoso, y se aumenta el despliegue de
la policía en estos vecindarios.
Junto con el racismo, la xenofobia, el colonialismo
y el imperialismo, otro gran problema en los Nords es la violencia misógina.
Los países nórdicos, a pesar de su igualdad de género, tienen la tasa más alta
de violencia doméstica contra las mujeres en la UE, y casi el 40% de las
mujeres asesinadas fueron asesinadas por su pareja masculina. La violencia en
la red (online) contra las mujeres, incluido el discurso de odio por género,
las filtraciones de imágenes de la víctimas desnudas, la coacción en la
comunicación sexual y las amenazas de agresión sexual, son cada vez más
frecuentes en Dinamarca, Noruega e Islandia. Los médicos que obligan a las
adolescentes a tomar "pruebas de virginidad" en contra de su
voluntad, a menudo dañando los ovarios de las pacientes, es un delito muy común
en Suecia. Quizás todo esto es producto de la mercantilización del cuerpo
femenino como objeto sexual a ser usado, quizás sea producto de una obsoleta cultura
hipermasculina, tal vez es un producto de una historia de la "familia
tradicional", división del trabajo y una mayor segregación por género. La
misoginia, incluso si se combate institucionalmente, siempre será un problema
bajo el capitalismo, que conduce a la destrucción y pérdida de la vida de las
mujeres.
Conclusión
Suecia, un país dominado por corporaciones, y que tiene tasas de
criminalidad superiores a la media en comparación con otros países de la UE,
especialmente con niveles superiores a la media de fraude al consumidor, no es
socialista. Tampoco es Dinamarca, que ocupa el puesto 12 en el Índice de Libertad Económica Heritage 2018
con una economía que se destaca como la "más libre" del mundo.
Noruega, que ostenta el segundo lugar en el mundo con la mayor cantidad de
muertes por sobredosis de drogas, y cuyos trabajadores petroleros están
actualmente en huelga por las pensiones y los salarios, no es un país
socialista. Islandia, el país que regularmente mata ballenas y tiene una
industria turística que destruye el medioambiente tampoco es socialista. Todos
los países nórdicos están en el top 20 del Índice de Libertad Económica
Heritage 2018, y si creen que el modelo nórdico es socialista porque tienen
buenos programas de bienestar social, por favor reevalúen su idea sobre lo que
significan las palabras.
Ustedes dirán, "Está bien, los Nords no son socialistas. Pero el
socialismo que usted describe no funcionó". A lo que respondo, se
equivocan. The Washington Post informó que los rumanos en dificultades anhelan
el comunismo, Gallup informó que los antiguos países soviéticos ven más daño como
resultado de la ruptura, y The Christian Science Monitor informó que Tayikistán
echa de menos la fortaleza de la antigua Unión Soviética. El Centro de Investigación
Pew se permite estar en desacuerdo en que los húngaros no añoran la República Popular Húngara. Will Stewart
escribe para el Express: "La vida fue mejor en la Unión Soviética que lo
que vino después, según la mayoría de las personas que tenían una clara memoria
y experiencia de vivir bajo el comunismo en la URSS", en su artículo
titulado, De regreso en la URSS: el 64 por ciento de los rusos dice que la vida
era mejor en la Unión Soviética que ahora. The Balkan Insight informa:
"Una encuesta muestra que hasta el 81 por ciento de los serbios creen que
vivieron mejor en la ex Yugoslavia - 'durante el tiempo del socialismo'".
Estos éxitos no solo están en el pasado, los ejemplos están con nosotros ahora.
El socialismo no está muerto, y los países que aspiran activamente al
socialismo lo están haciendo bastante bien. Venezuela, aunque enfrentando
dificultades debido a la guerra económica liderada por Estados Unidos que ha
hecho bajar los precios del petróleo saudita e incrementado las sanciones,
junto con la mala administración gubernamental, no a causa del socialismo, ha
construido más de 1,600 comunas en las que miles de personas viven en paz.
Incluso el ex presidente estadounidense Jimmy Carter elogió su sistema de votación
y dijo: "De las 92 elecciones que hemos monitoreado, diría que el proceso
electoral en Venezuela es el mejor del mundo". El Centro de Investigación
Económica y Política en Washington DC dice que desde que Hugo Chávez asumió en
Venezuela, y desde que Evo Morales lo hizo en Bolivia, las tasas de pobreza,
pobreza extrema y desempleo han disminuido significativamente, mientras que la
matrícula en educación y los salarios mínimos han aumentado significativamente.
La Dra. Margaret Chan de la Organización Mundial de la Salud describe el
sistema de salud de la RPDC diciendo: "... puedo decir que tienen algo que
la mayoría de los otros países en vías de desarrollo envidiarían". Cuba
tiene una de las tasas de alfabetización más altas del mundo, casi ha puesto fin
al racismo en su isla, y el Fondo Mundial para la Naturaleza dijo que Cuba es
el único país del mundo que ha logrado un desarrollo sostenible. La pequeña
isla, aunque bloqueada, brinda atención médica, educación y vivienda para
todos, sin costo alguno. Todo esto es una excesiva simplificación de algunos de
los logros de las naciones socialistas, pero el mensaje es claro: el socialismo
funciona.
No, las naciones socialistas actuales no son perfectas, ni los países
nórdicos son lugares terribles, pero los primeros no sufren de las
contradicciones comunes del capitalismo que los últimos padecen: las contradicciones
entre el bienestar público y la apropiación privada, entre las disparidades de
ingresos y un desarrollo geográfico desigual, entre los avances tecnológicos y
la exclusión humana, entre la sobreproducción y la inanición, entre la
sostenibilidad ecológica y la expansión de la industria. Por esta razón estoy cansado de que los
"socialistas" señalen a los Nords como un pilar del socialismo,
porque no solo es equivocado, sino que perjudica grandemente el legado de
logros de las naciones socialistas que los medios burgueses demonizan; un
legado que podemos, y debemos, tratar de replicar, propio de las condiciones
materiales de nuestro mundo actual.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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