El riesgo de una guerra de
agresión contra Irán por parte del eje saudita-israelí-estadounidense tendría
pocas posibilidades de éxito, pero probablemente lograría devastar
permanentemente la economía mundial como resultado de un aumento en los precios
del petróleo.
PROVOCAR A IRÁN PODRÍA
INICIAR
UNA GUERRA Y COLAPSAR A TODA
LA ECONOMÍA MUNDIAL
Federico Pieraccini
Las tensiones en el Golfo Pérsico están llegando a un punto de no retorno.
En las últimas semanas, seis embarcaciones petroleras han sido el blanco de
sabotajes israelíes, camuflados para hacerlos parecer como ataques iraníes, e
inducir a Estados Unidos a emprender acciones militares contra la República
Islámica. Hace unos días, Irán derribó legítimamente un avión no tripulado
estadounidense. En Yemen, los hutíes finalmente están respondiendo, con misiles
balísticos y de crucero, a los ataques indiscriminados de los saudíes, causando
daños en el aeropuerto internacional saudí de Abha, así como bloqueando,
mediante drones explosivos, el transporte de petróleo saudí, del este al oeste,
a través de uno de los oleoductos más grandes del mundo.
Como si la situación política y militar en este momento no fuera lo
suficientemente tensa y compleja, los dos grupos de poder más importantes en
los Estados Unidos, la Reserva Federal y el complejo militar-industrial,
enfrentan problemas que amenazan con disminuir el estatus de Washington como
una superpotencia mundial. .
La Reserva Federal podría tener que defender el papel del dólar
estadounidense como la moneda de reserva mundial en cualquier conflicto en el
Golfo Pérsico que provoque que el precio del petróleo aumente a $300 por
barril, poniendo en riesgo billones de dólares en derivados y causando el
desplome de la economía mundial.
El complejo militar-industrial a su vez estaría involucrándose en una
guerra en la que haría grandes esfuerzos en contener e incluso ganar,
destruyendo la imagen de invencibilidad de los Estados Unidos e infligiendo un
golpe mortal a su capacidad de proyectar poder por todo el mundo.
Solo observe cuán sorprendidos están los funcionarios estadounidenses sobre
las capacidades de Irán para derribar un avanzado avión no tripulado de los
EE.UU:
"La capacidad de Irán de detectar y destruir el avión no tripulado
estadounidense de gran altitud, que fue desarrollado para evadir los misiles
tierra-aire utilizados para derribarlos, sorprendió a algunos funcionarios del
Departamento de Defensa, quienes lo interpretaron como una muestra de lo
difícil que puede resultar Teherán para los Estados Unidos a medida que
despliega más tropas y aumenta la vigilancia en la región”.
La Reserva Federal y la
defensa del dólar
La economía estadounidense basada en el dólar tiene un enorme problema de
deuda causado por las políticas económicas posteriores a 2008. Todos los bancos
centrales han bajado las tasas de interés a cero o incluso negativas, las
cuales sirven para seguir alimentando economías que de otra manera morirían.
El banco central de los bancos centrales, Bank for International
Settlements (Banco de Pagos Internacionales), una entidad que la mayoría de las
personas apenas conoce, ha manifestado por escrito que "el monto pendiente
de los contratos de derivados es de 542 billones de dólares". El PIB total
combinado de todos los países del mundo ronda los 75 billones de dólares.
Entendidas las dimensiones del problema, es importante observar cómo
Deutsche Bank (DB), una de las instituciones financieras más grandes del mundo,
está lidiando con esto. Solo el banco alemán tiene activos por valor de unos 40
billones de dólares en derivados, o más de la mitad del PIB mundial anual.
Su solución, para nada innovadora o efectiva, ha sido crear otro banco malo
en el cual verter al menos 50 mil millones de dólares en activos a largo plazo,
que son claramente tóxicos.
Reuters explica:
“El banco malo albergaría o vendería activos por valor de hasta 50.000
millones de euros (56.000 millones de dólares), después de ajustar por riesgo,
y que comprende principalmente derivados a largo plazo.
"Las medidas son parte de una reestructuración significativa del banco
de inversión, una importante fuente de ingresos para el prestamista más grande
de Alemania, que ha luchado para generar beneficios sostenibles desde la crisis
financiera de 2008".
De este modo, el Deutsche Bank no solo ha acumulado decenas de miles de
millones de dólares en opciones y valores fallidos, sino que también busca
obtener un beneficio que ha sido difícil de alcanzar desde 2008, el año de la
crisis financiera. Deutsche Bank está lleno de bonos tóxicos y deudas infladas
mantenidas vivas a través del flujo de dinero de la Expansión Cuantitativa (Quantitative
Easing o QE) del Banco Central Europeo, la Reserva Federal y el Banco Central
Japonés. Sin el QE, toda la economía del mundo occidental habría caído en
recesión con una serie de burbujas explotando
en cadena, tal como en la deuda pública y privada.
Si la economía se estuviera recuperando, como nos dicen los llamados
expertos financieros, las tasas del banco central subirían. En cambio, las
tasas se han desplomado durante aproximadamente una década, hasta el punto de
convertirse en préstamos negativos.
Si en occidente la tendencia financiera está definitivamente dirigiendose
hacia un abismo económico como resultado de las políticas monetarias empleadas
después de 2008 para mantener viva una economía moribunda, ¿cuál es el plan de
rescate para el dólar estadounidense, su estatus como moneda de reserva global,
y por extensión de la hegemonía estadounidense? En pocas palabras, no hay un
plan de rescate.
Difícilmente podría existir un plan porque la próxima crisis financiera,
sin duda, eliminará al dólar estadounidense como una moneda de reserva global,
poniendo fin a la hegemonía estadounidense financiada por un poder de gasto
ilimitado. Todos los países que poseen un mínimo de previsión están en proceso
de desdolarizar sus economías y están convirtiendo las reservas estratégicas de
los bonos del gobierno de los Estados Unidos o el dólar estadounidense en
productos primarios como el oro.
El complejo militar-industrial
y la dura realidad en Irán.
En esta situación económica sin salida, el efecto geopolítico inmediato es
un aumento de las amenazas de guerra en lugares estratégicos como el Golfo
Pérsico. El riesgo de una guerra de agresión contra Irán por parte del eje
saudita-israelí-estadounidense tendría pocas posibilidades de éxito, pero
probablemente lograría devastar permanentemente la economía mundial como
resultado de un aumento en los precios del petróleo.
El riesgo de una guerra contra Irán por esta tríada parece ser la típica
táctica del mal perdedor que, en lugar de admitir la derrota, preferiría
moverle el piso a todo el mundo para cayeran con él. Los ataques a las
embarcaciones petroleras y luego culpar a Irán sin evidencia son un buen
ejemplo de cómo crear la justificación plausible para bombardear Teherán.
Al realizar un examen más detenido, se hace evidente que las acciones de
Bolton y Pompeo parecen estar alineadas para prolongar el momento unipolar de
los Estados Unidos, seguir emitiendo dictados a otros países y no reconocer la
realidad multipolar en que vivimos. Sus políticas y acciones están acelerando
la dispersión del poder de los EE.UU hacia
otras grandes potencias como Rusia y China, las cuales también tienen una
enorme influencia en el Golfo Pérsico.
La amenaza de un conflicto en el Golfo Pérsico y como consecuencia provocar
que el precio del petróleo suba a 300 dólares por barril, no salvará la hegemonía
de Estados Unidos, mas bien terminará acelerando el inevitable fin del dólar
estadounidense como moneda de reserva global.
Trump corre el peligro de ser estrujado entre una Reserva Federal que ve el
papel del dólar estadounidense colapsar como la moneda de reserva mundial, y la
necesidad de la Reserva Federal de culpar a alguien no vinculado a las causas
reales del colapso, es decir, las políticas monetarias adoptadas a través de la
Expansión Cuantitativa (QE) para prolongar la agonía económica posterior a la
crisis de 2008.
Al mismo tiempo, con Trump como presidente, los neoconservadores, sauditas
e israelíes ven una oportunidad única para atacar a Irán, un deseo que se ha
mantenido inalterable durante 40 años.
Por descabellado que parezca, una guerra contra Irán podría ser la opción
perfecta que satisfaga a todos los grupos de poder en los Estados Unidos. Los
halcones finalmente tendrían su guerra contra Teherán, la economía mundial se
hundiría, y la culpa sería toda de Trump. Como resultado, el Donald perdería
cualquier posibilidad de ser reelegido, por lo que tiene sentido que cancele
posibles ataques, como lo hizo después del derribo del avión no tripulado de
EE.UU.
Si bien Trump no puede cumplir con sus promesas electorales, él al menos parece
estar consciente de que el camino que se le presenta en caso de un ataque a
Irán lo llevaría a su destrucción política y probablemente a un conflicto que
es militarmente insostenible para los Estados Unidos y, especialmente, para sus
aliados saudíes e israelíes. También sería el catalizador para el colapso de la
economía mundial.
Al tratar de presionar a Irán para que inicie nuevas negociaciones, Trump
corre el riesgo de presionar demasiado a Teherán y darle carta blanca a las
provocaciones de Pompeo y Bolton que podría terminar desencadenando una guerra
en el Estrecho de Ormuz.
Putin y Xi Jinping se
preparan para lo peor.
Nuestro entorno geopolítico actual requiere la atención cuidadosa y
considerada de destacados jefes de Estado. Las constantes reuniones entre Putin
y Xi Jinping indican que Rusia y China se están preparando activamente para
cualquier eventualidad. Cuanto más nos acercamos al colapso económico, más
aumentan el caos y las tensiones en todo el mundo gracias a las acciones de Washington
y sus aliados cercanos.
Xi Jinping y Putin, que han heredado esta situación caótica, se han reunido
al menos una docena de veces en los últimos seis meses, recientemente y en un
periodo de dos meses se han reunido al menos tres veces. La necesidad urgente
es coordinar y prepararse para lo que inevitablemente sucederá, de nuevo tratar
de limitar y contener el daño de un Estados Unidos que está completamente fuera
de control y convirtiéndose en un peligro para todos, aliados y enemigos por
igual.
Como Putin dijo recientemente:
“La degeneración del modelo universalista de globalización y su
transformación en parodia, caricatura de sí misma, donde las normas
internacionales comunes se reemplazan por las leyes administrativas y
judiciales de un país o grupo de países.
La fragmentación del espacio económico global a través de una política de
egoísmo económico desenfrenado y un colapso impuesto. Pero este es el camino
hacia conflictos infinitos, guerras comerciales y quizás no solo comerciales.
En sentido figurado, este es el camino hacia la batalla final de todos contra
todos.
Es necesario diseñar un modelo de desarrollo más estable y justo. Estos
acuerdos no solo deben estar redactados claramente, sino que deben ser
observados por todos los participantes.
Sin embargo, estoy convencido de que hablar de un orden económico mundial
como este seguirá siendo un deseo piadoso a menos que volvamos al centro de la
discusión, es decir, nociones como la soberanía, el derecho incondicional de
cada país a elegir su propio camino hacia el desarrollo y, permítanme agregar,
responsabilidad en el desarrollo universal sostenible, no solo el propio”.
El portavoz de la Cancillería de la República Popular de China, Hua Chun
Ying, se hizo eco de este sentimiento:
"Los líderes estadounidenses argumentan que" la era de la
sumisión comercial de su país ha llegado a su fin ", pero lo que ha
terminado es su intimidación económica del mundo y su hegemonía.
Los Estados Unidos deben respetar nuevamente el derecho internacional, no
arrogarse a sí mismos los derechos y mandatos extraterritoriales, deben
aprender a respetar a sus pares para salvaguardar relaciones comerciales y
diplomáticas transparentes y no discriminatorias. En el pasado, China y los
Estados Unidos han tratado otras disputas con buenos resultados y las puertas
del diálogo están abiertas, siempre y cuando se basen en el respeto y los
beneficios mutuos.
Pero mientras estas nuevas disputas comerciales persistan, China informa al
gobierno de los Estados Unidos de América y al mundo entero que se impondrán
impuestos de forma inmediata, unilateralmente, sobre 128 productos de los
Estados Unidos de América.
Además, creemos que dejaremos de comprar deuda pública estadounidense. Es
todo, ¡buenas noches! "
Me pregunto si los europeos entenderán todo esto antes del inminente
desastre. Lo dudo.
Publicado por La Cuna del Sol
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