sábado, 18 de junio de 2016

¿Por qué el gobierno de Obama está favoreciendo al principal aliado sirio de al-Qaeda?

El consentimiento de la administración Obama del principal aliado del Frente Nusra es mucho más a cerca de la política de sus relaciones con los aliados regionales -y especialmente con Turquía- que sobre su proclamada preocupación acerca de conseguir el fin del conflicto de Siria.


¿POR QUÉ EL GOBIERNO DE OBAMA ESTÁ FAVORECIENDO
AL PRINCIPAL ALIADO SIRIO DE AL-QAEDA?


By Gareth Porter

En otro peligroso movimiento político-diplomático de los EE.UU en Siria, el gobierno de Obama está haciendo todo lo posible para proteger los intereses de aliado más cercano y más poderoso de Al-Qaeda en Siria, Ahrar al-Sham.

La decisión del gobierno de proteger a la organización islamista de las consecuencias de colaborar estrechamente con el Frente Nusra, la rama siria de Al-Qaeda, al poner en riesgo lo que había sido un prometedor "cese de hostilidades", va mucho más allá del fracaso de Estados Unidos para presionar a otros grupos armados de la oposición para separarse del Frente Nusra, como el secretario de Estado, John Kerry había prometido en las negociaciones con su homólogo ruso, Sergey Lavrov.

Ahrar al-Sham es considerado como la mayor fuerza militar que busca derrocar el régimen de Assad en Siria, con al menos 15,000 soldados. Los analistas que han seguido su evolución no lo consideran ser una organización "yihadista" como el Frente Nusra, porque no ha mostrado interés en el terrorismo contra los países occidentales. Sin embargo, algunos de sus altos dirigentes han tenido en el pasado vínculos con los yihadistas, entre ellos Osama bin Laden, y ha trabajado en estrecha colaboración con el Frente Nusra desde que ambas organizaciones entraron en el conflicto sirio en 2011.

Ahrar al-Sham no sólo ayudó  al Frente Nusra a hacerse con el control de toda la provincia de Idlib el año pasado, sino que también se le unió en una ofensiva al sur de la ciudad de Alepo, a principios de abril que constituyó una infracción al "cese de hostilidades" negociado por los Estados Unidos y Rusia. Y en otro suceso que debería haber alarmado a Washington, Ahrar al-Sham utilizó misiles antiaéreos portátiles para derribar aviones del régimen sirio en marzo y abril. Esos disparos de los llamados sistemas de defensa aérea portátiles (MANPADS), que el gobierno de Obama ha tratado de mantener fuera de la guerra en Siria, plantean la posibilidad de que los aliados de Ahrar al-Sham ligados a Al-Qaeda estarían en condiciones de adquirir armas peligrosas como éstas.

Pero en lugar de tratar a Ahrar al-Sham, de la misma manera que ha tratado al Frente Nusra en el contexto del alto el fuego parcial que entró en vigor el 27 de febrero, el gobierno de Obama lo está tratando con el tipo de guantes de seda normalmente reservado para los clientes de la oposición siria.
En diciembre pasado, el gobierno de Obama le otorgó al director de relaciones exteriores de Ahrar al-Sham, Labib al Nahhas, una visa para visitar los Estados Unidos por unos días en lo que era claramente una misión para construir apoyo político en Washington para su futuro papel en Siria. La visita de Nahhas a Washington era un secreto muy bien guardado en ese momento, y sólo fue revelado en una historia de McClatchy News Service el 21 de mayo.

Teniendo en cuenta la política de viajes altamente restrictiva de los Estados Unidos, que niega rutinariamente visas a cualquiera sospechoso de tener conexiones con extremistas islámicos, la concesión de una visa a un alto oficial de Ahrar al-Sham para una visita de tal naturaleza a Washington tenía una importancia política obvia.

De hecho, Nahhas ya se había reunido con el enviado especial para Siria Michael Ratney en Estambul a principios de diciembre. Y el Departamento de Estado de Estados Unidos ya había tomado la decisión de incluir Ahrar al-Sham entre los grupos de la oposición a ser invitados a participar en una conferencia de grupos de la oposición sirios en Riad ese mismo mes.

La conferencia de Riad, que Estados Unidos organizó junto con sus aliados regionales, estaba dirigida a alcanzar un acuerdo sobre la representación de los grupos de la oposición en las conversaciones políticas que se realizarían con el régimen de Assad. En la conferencia de Riad, el 9 y 10 de diciembre, sin embargo, el representante de Ahrar al-Sham abandonó la conferencia después de quejarse de que los resultados no reflejan suficientemente la insistencia de Ahrar al-Sham de que la oposición debe tener una identidad "musulmana" -lo que significa que los grupos islamistas deben ser dominantes en la composición del equipo negociador.

La participación de Ahrar al-Sham en la ofensiva liderada por el Frente Nusra que comenzó el 3 de abril es un indicador mucho más fiable de sus intenciones político-militares que presentarse en la conferencia de Riad. En vídeo conferencia el 29 de mayo, el segundo líder de Ahrar al-Sham, Ali al-Omar, explicó su participación en las conversaciones políticas como parte de una estrategia de "dividir o neutralizar a nuestros enemigos". La ofensiva en tres frentes en el norte de Siria ha desencadenado nuevas rondas de combates que amenazan con hacer que el alto el fuego parcial no tenga sentido.

La respuesta rusa al comportamiento disruptivo del Ahrar al-Sham fue proponer a finales de abril que Ahrar al-Sham sea incluido en una lista negra y sea dejado fuera del marco de alto al fuego. Eso habría significado que Estados Unidos no insistiría en que Rusia y el régimen sirio se abstuvieran  de atacar a Ahrar al-Sham.

Pero el gobierno de Obama rechazó esa propuesta rusa, poniendo al descubierto con ello el nuevo estatus que Ahrar tiene ahora en la política estadounidense. El 24 de mayo, cuando al portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, se le preguntó por qué a Ahrar al-Sham se le debe dar algún tipo de protección en el marco del acuerdo del "cese de hostilidades", a pesar de sus violaciones al alto al fuego, Toner respondió que Ahrar "es parte de este grupo de fuerzas avaladas de la oposición que son parte del Alto Consejo de Negociación (HNC en inglés)". (El nombre real del ente es Alto Comité de Negociaciones.) También dijo que el Departamento de Estado creía que estar de acuerdo con la solicitud de Rusia "tendría un efecto perjudicial sobre el cese de las hostilidades".

Tóner describió al HNC como un ente con estatus multilateral, lo que refleja la implicación de los aliados regionales de Estados Unidos, así como Rusia y otras potencias mundiales. Su respuesta evidenció que la administración Obama ha decidido otorgar a Ahrar al-Sham estatus especial como parte de la  "legítima" oposición.

El verdadero punto de inflexión en la actitud del gobierno hacia Ahrar al-Sham, sin embargo, se produjo a principios de 2015, cuando Turquía, en cooperación con Arabia Saudita y Qatar, apoyó la creación de una "sala de operaciones" para la planificación de una gran ofensiva por parte del "ejército de conquista"(Jaish al-Fatah), el comando conjunto dirigido por el Frente Nusra y Ahrar al-Sham para la operación de toma del control de toda la provincia de Idlib, en marzo y abril de 2015, que estaba en poder de las tropas del gobierno sirio.

Esa operación marcó el comienzo de una relación mucho más estrecha entre Turquía y Ahrar al-Sham. Desde entonces, Ahrar al-Sham ha sido "un proyecto turco en Siria", esto según lo dicho por Faysal Itani, investigador principal residente en el Centro Rafik Hariri del Consejo del Atlántico para el Medio Oriente, en una entrevista a Truthout. Esto, según Itani, fue la razón de la negativa de la administración de Obama para rechazar a Ahrar al-Sham a pesar de su abierta violación de la cesación del fuego.

"Sé que es un hecho", dijo Itani, "que los EE.UU calcularon que necesitamos a los turcos que, ya tienen bastante en contra de nosotros". Esa consideración por sí sola, dice Itani, explica el acomodamiento con un grupo al que había rechazado anteriormente como demasiado extremista.

Durante el pasado año algunos en Washington, entre ellos el ex embajador estadounidense en Siria, Robert Ford, han sugerido que, a pesar de su postura islamista de línea dura, Ahrar al-Sham es demasiado importante como para ser excluido de un proceso político dirigido a alcanzar un acuerdo. Otros han sugerido que Ahrar al-Sham podría desempeñar la función de limitar el poder del Frente Nusra. Un importante especialista sobre los yihadistas en Siria, Charles Lister, ahora en el Instituto del Oriente Medio, ha escrito que sus contactos islamistas sirios creían que la estrecha relación de Ahrar al-Sham con el Frente Nusra es el "único método viable" de controlar el comportamiento de la rama de al-Qaeda.

Sin embargo, eso no es lo mismo que una disposición a romper con el Frente Nusra, mucho menos enfrentarlo. Ahrar al-Sham se ha opuesto a algunas de las aplicaciones más drásticas de la Ley Sharia que el Frente Nusra ha impuesto en las zonas que la coalición anti-Assad ha conquistado en Idlib. Pero tiene mucho más en común con el Frente Nusra que estar en conflicto con él. Ahrar al-Shamn, al igual que el Frente Nusra,  exige el establecimiento de "un Estado islámico bajo la ley Sharia", como sistema político post-Assad.  Y Ahrar al-Sham comparte plenamente el odio visceral del Frente  Nusra por la minoría alauita, a la que ambas organizaciones se refieren con los términos derogatorios de "Nusaryri" y "Rafidah".

La cooperación militar de Ahrar al-Sham con el Frente Nusra ha sido tan completa, que de hecho, el Frente Nusra ha llegado a considerarlo como una fuente de armas, según un ex combatiente del Frente Nusra que ha abandonado Siria. Él se refería a las armas suministradas a Ahrar al-Sham por los actores externos, en especial Turquía, Qatar y Arabia Saudita.

Quizás el factor más importante que une a Ahrar al-Sham al Frente Nusra, sin embargo, es que tiene temor a provocar una confrontación con el Frente Nusra sobre las políticas de este último. Como ha observado Aron Lund, un especialista en la guerra en Siria y un socio no residente en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, Ahrar al-Sham "probablemente se siente demasiado débil y dividido internamente para hacerle frente a su aliado yihadista". Cualquier confrontación con el Frente Nusra, por lo tanto, probablemente  dividiría en dos a Ahrar al-Sham debilitándolo drásticamente de la noche a la mañana.


No hay prácticamente ninguna posibilidad de que Ahrar al-Sham actué para bloquear el camino al poder del Frente Nusra. El consentimiento de la administración Obama del principal aliado del Frente Nusra es mucho más acerca de la política de sus relaciones con los aliados regionales -y especialmente con Turquía- que sobre su proclamada preocupación acerca de conseguir el fin del conflicto de Siria.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

jueves, 16 de junio de 2016

Venezuela – Última advertencia

Los ataques en contra de la revolución Bolivariana se han intensificado en los últimos días y semanas. Editoriales y portadas de los periódicos en EE.UU y España denunciando el “hambre” en Venezuela y exigiendo “intervención” contra “el régimen”. Los problemas de escasez han llevado a casos de saqueo. La oposición de derecha está intentando activar un referéndum revocatorio presidencial, pero al mismo tiempo amenaza con acciones violentas y apelando a las potencias extranjeras, en algunos casos incluyendo la intervención militar. Pero ¿qué está ocurriendo realmente en Venezuela y cómo enfrentar esta amenaza?


VENEZUELA – ÚLTIMA ADVERTENCIA


Por Jorge Martín, 19 mayo 2016

El viernes 13, el presidente de Venezuela, Maduro, extendió el “Decreto de Emergencia Económica” el cual le dio poderes especiales en Enero, y decretó, además, un Estado de Emergencia por 60 días que incluye amplios poderes para hacer frente a la amenaza militar exterior y a los problemas de producción y distribución de alimentos.

Como era de esperar, los medios de comunicación capitalistas de todo el mundo se unieron en un coro de denuncia, gritando histéricamente contra la "dictadura", mientras que uno de los principales líderes de la oposición de derecha, Capriles Radonski hizo un llamado público a desobedecer el decreto. Las amenazas, sin embargo, son muy reales. Vale la pena mencionar algunos ejemplos. Hace un mes, un editorial en el Washington Post llamó abiertamente a la "intervención política" por parte de los vecinos de Venezuela. El fin de semana, el ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, en el encuentro de "Concordia Summit" en Miami, hizo un llamado abierto a las Fuerzas Armadas de Venezuela para llevar a cabo un golpe de Estado o, en su defecto, a la intervención militar extranjera contra "la tiranía".

abc.750La oposición de derecha venezolana ha hecho repetidos llamamientos a la Organización de Estados Americanos para aplicar su "Carta Democrática" e intervenir contra el presidente Maduro. Se sienten envalentonados por el éxito de la suspensión de Dilma Rousseff en Brasil y quieren seguir el mismo camino en Venezuela tan pronto como sea posible, por cualquier medio necesario, legal o ilegal. El influyente periodista venezolano de derecha y blogger Francisco Toro (editor de “Caracas Chronicles”) acaba de escribir un artículo discutiendo abiertamente los pros y los contras de un golpe de estado, que según él sería compatible con la constitución y "lo contrario de un crimen".

Hoy el gobierno venezolano informó sobre la violación del espacio aéreo del país por un avión militar de Estados Unidos.

En un intento de sacar provecho de los graves problemas económicos que enfrenta el país, la oposición reaccionaria ha estado haciendo todo tipo de esfuerzos para crear una situación de caos y violencia que justificaría un golpe de estado o intervención extranjera para acelerar la remoción del presidente Nicolás Maduro. Se han producido incidentes de violencia en el Zulia y Táchira. Hay constantes rumores, sobre todo falsos, de saqueos y disturbios.

Una crisis muy seria

He estado implicado en la defensa de la revolución bolivariana desde hace más de 13 años, he visitado el país a menudo y he escrito sobre él con regularidad. Nada de lo que acabo de describir es realmente nuevo. Desde el principio, cuando Chávez fue elegido en 1998, y en particular desde las leyes habilitantes aprobadas en diciembre del 2001, la oligarquía de Venezuela y el imperialismo han participado en una campaña constante de acoso, violencia, desestabilización, golpes de estado, mentiras y calumnias, presión diplomática, sabotaje económico, cualquier cosa que puedas pensar, lo han hecho ya.

Esta vez, sin embargo, algo es diferente. En todas las ocasiones anteriores, la voluntad revolucionaria de las masas trabajadoras bolivarianas, los campesinos y los pobres, han derrotado los intentos contrarrevolucionarios para poner fin a la revolución. Este fue el caso del golpe de Estado en abril de 2002 y luego el cierre patronal y el sabotaje de la industria petrolera en diciembre de ese mismo año, incluso antes de que la revolución fuera capaz de ofrecer cualquier mejora real en las condiciones de vida. Luego aquellos ataques sobre todo después de que el gobierno fuera capaz de obtener el control total de la empresa estatal de petróleo en el año 2003.

Durante diez años, la revolución aplicó amplias reformas y mejoró sustancialmente las condiciones de vida de las masas. Esto fue acompañado por un proceso de radicalización política en el que el fallecido presidente Chávez y las masas revolucionarias se empujaban mutuamente hacia adelante. Se declaró que el objetivo de la revolución bolivariana era el socialismo, había una amplia variedad de experiencias de control obrero, se dieron ocupaciones de fábricas algunas de las cuales fueron expropiadas, se renacionalizaron empresas. Millones empezaron a participar activamente a todos los niveles en un intento por tomar el futuro en sus propias manos. La fuerza motriz de la revolución y su principal fuente de energía que le permitió frustrar todos los intentos de la oligarquía y el imperialismo eran las masas revolucionarias, activas, políticamente conscientes y comprometidas a todos los niveles.

Por supuesto, este periodo fue ayudado por los altos precios del petróleo (que alcanzó un máximo de más de $ 140 por barril en 2008). El gobierno podía utilizar una enorme cantidad de dinero de la renta petrolera para financiar programas sociales que beneficiaron a millones (en educación, salud, alimentación, vivienda, pensiones, etc). La cuestión de hacerse cargo de la propiedad de los medios de producción no se planteó.

No se puede regular el capitalismo

Se tomaron una serie de medidas que limitan el funcionamiento normal de la economía capitalista de libre mercado con el fin de defender la revolución contra el sabotaje de la clase dominante. Se aplicaron controles de divisas (para evitar la fuga de capitales) y controles de precios sobre los productos alimenticios de primera necesidad (para defender el poder adquisitivo de las masas pobres).

Pero pronto los capitalistas encontraron maneras de evitar estos controles. El control de cambios se convirtió en una estafa y dio lugar a una transferencia masiva de divisas de renta petrolera directamente a los bolsillos de capitalistas sin escrupulosos. ¿Cómo ocurrió esto? El gobierno estableció un tipo de cambio subsidiado, que se iba a utilizar para importar productos básicos (alimentos y medicamentos principalmente), así como maquinaria, partes e insumos para la industria.

En lugar de eso, los capitalistas privados solicitaban los dólares preferenciales que luego desviaban al mercado negro (que se desarrolló como un efecto secundario inevitable del control de cambio) o directamente a sus cuentas bancarias en el extranjero. De esta manera hemos sido testigos de la increíble situación en la que las importaciones disminuyeron en volumen, mientras que el valor de las mismas en dólares aumentó de forma masiva. El economista marxista Manuel Sutherland [que fue despedido de su empleo en la Universidad Bolivariana por sus posturas críticas] ha elaborado las cifras en relación a la importación de productos farmacéuticos:


En 2003 Venezuela estaba importando productos farmacéuticos a 1,96$ por Kg. Para el 2014 el precio había alcanzado 86,80 $ por Kg. Las importaciones colapsaron un 87% en volumen, pero se incrementó 6 veces su precio. Cifras similares pueden obtenerse para casi cualquier otro sector de la economía en los que los capitalistas reciben dólares subsidiados para la importación de mercancías.

Una situación similar se desarrolló con los controles de precios. El sector privado, que todavía tiene un control casi monopólico en el procesamiento y distribución de alimentos en muchos artículos básicos, se negó a producir cualquier producto con precio regulado. Por lo tanto, con el fin de eludir los precios regulados para el arroz, por ejemplo, empezaron a producir variedades saborizadas o colorizadas, evitando así la regulación.

Esta huelga en la producción por parte de los capitalistas recargó todo el peso de la importación y distribución de productos alimenticios básicos en el estado. Los alimentos importados por el estado del mercados mundiales, pagados a precios de mercado mundial con los dólares de la renta petrolera, son vendidos a precios muy subsidiados en las cadenas de supermercados estatales (PDVAL, MERCAL, Bicentenario).

Durante un período, mientras que los precios del petróleo eran altos, esta situación funcionaba más o menos. Una vez que los precios del petróleo entraron en caída libre y la economía entró en una profunda recesión, todo esto se vino abajo como un castillo de naipes. En 2014 el petróleo venezolano estaba todavía en 88$ por barril. En 2015 se redujo a la mitad a 44$. En enero de 2016 había alcanzado su nivel más bajo desde hace más de 10 años, a $ 24 dólares.

Con el fin de seguir pagando los programas sociales (incluidos los productos alimenticios subsidiados), el estado comenzó a imprimir grandes cantidades de dinero que no estaban respaldados por nada. Entre 1999 y 2015, la masa monetaria circulante (en su medida M2) aumentó en más de 15.000%.

Sin lugar a dudas, la combinación de la fuga masiva de capitales, el desarrollo de un enorme mercado negro de dólares, la masiva expansión de la oferta monetaria en un momento de recesión económica (2014 -3,9; -5,7% 2015) causó inevitablemente hiperinflación. En 2014, la tasa de inflación anual alcanzó un récord de 68%, pero en 2015 fue incluso superior al 180%, según el Banco Central de Venezuela (http://www.ine.gov.ve/documentos/NotasdePrensa/pdf/aviso180216.pdf). Debemos señalar que la inflación en los alimentos y bebidas no alcohólicas fue incluso superior a la media.

La tasa de cambio del dólar en el mercado negro pasó de 187 bolívares por dólar en enero de 2015 a más de 1.000 bolívares por dólar ahora (después de haber alcanzado un pico de 1.200 en febrero de este mismo año). Este es el tipo de cambio sobre el que se calculan los precios de la mayoría de los productos.

Otro efecto de esta dislocación económica masiva es el rápido agotamiento de las reservas de divisas del país:

De 24.000 millones de dólares a principios de 2015, se han derrumbado a 12.700 millones de dólares actualmente, según las cifras oficiales del Banco Central de Venezuela.

Esta grave situación ha llevado a una fuerte disminución de las importaciones gubernamentales de alimentos y otros productos básicos. Las importaciones totales se redujeron en un 18,7% en 2015. Esto ha creado la escasez permanente de productos básicos en las cadenas de supermercados de propiedad estatal que los venden a precios regulados. A su vez esto crea un enorme mercado negro de estos productos. La causa principal del bachaqueo [mercado negro] es la escasez, que luego se agrava por la existencia del propio mercado negro. El enorme diferencial creado entre los precios regulados (cada vez más escasos) y el mercado negro, actúa como un enorme imán para los productos hacia este último.

Esta es una comparación de los precios de algunos productos básicos con relación a los precios vendidos por bachaqueros (mercado negro) en marzo en Petare, un barrio de clase trabajadora y sectores pobres en Caracas :

El gobierno ha decretado aumentos en el salario mínimo, varias veces, en los últimos dos años, pasando de alrededor de 10.000 Bs en noviembre de 2015 a 15.000 ahora (a lo que hay que añadir 18.000 Bs en Cesta Tickets). Sin embargo, si tienes que comprar la mayor parte de las cesta básica semanal en el mercado negro, esto no es suficiente. Y debido a que las importaciones estatales de alimentos ha sido disminuido, la escasez de productos regulados ha aumentado y la gente está obligada a comprar una mayor parte en su cesta básica en el mercado negro.

La escasez ha llevado a la corrupción generalizada en todos los niveles, el desvío de los productos de la cadena de distribución estatal hacia el mercado negro, desde la familia que está en cola durante horas y luego re-vende una parte de lo que han comprado, al gerente de un supermercado del estado que desvía gandolas enteras llenas de productos (en colaboración con los funcionarios de la Guardia Nacional que custodiaban el establecimiento), a las bandas criminales que contratan a la gente para hacer cola durante horas y compra cualquier producto subsidiado que esté disponibles (amenazando y pagandole a los trabajadores de supermercados, guardias nacionales, gerentes de supermercados, etc.), hasta el director nacional de la cadena de supermercados estatal Bicentenario, que desvía de cargamentos enteros de productos.

A esto hay que añadir las miles de formas diferentes en las que el sector privado burla el régimen de regulación de precios. Hay escasez permanente de harina de maíz, pero las areperas están siempre bien abastecidas. Los pollos son casi imposibles de comprar a precios regulados, pero a los establecimientos de pollo asado nunca les falta. La harina de trigo no se puede comprar al precio oficial, y las panaderías utilizan la falta de harina como un argumento para no producir el pan normal (cuyo precio está regulado), pero misteriosamente luego son capaces de producir cualquier otra variedad de pan, pasteles, bollos y galletas, que hemos de asumir, se hacen con harina. ¿Qué hay detrás de este misterio? El hecho de que los productores mayoristas privados abastecen a estos establecimientos, pero por supuesto no a precios regulados.

Cualquier intento para poner freno a esta situación mediante el uso de medidas represivas contra el mercado negro, aunque necesario, está condenada al fracaso. La causa de raíz del mercado negro no son los bachaqueros grandes o pequeños, sino la incapacidad real del gobierno para financiar el suministro necesario de productos para cubrir toda la demanda, sumado a la falta de voluntad del sector privado para producir y vender productos a los precios regulados fijado por el gobierno.

Una de las principales razones de este trastorno económico insostenible es por supuesto, la rebelión "natural" de los productores capitalistas contra cualquier intento de regular el funcionamiento normal del "libre mercado". Este es el verdadero significado de la "guerra económica" que el Gobierno Bolivariano ha denunciado desde hace muchos años. Sí, hay, sin duda, un elemento de sabotaje económico deliberado destinado a golpear a las masas trabajadoras con el fin de socavar su apoyo a la revolución. Pero, al mismo tiempo, es fácil entender que desde el punto de vista de los capitalistas, si pueden obtener un margen de beneficio del 100%, 1000% o incluso más en el mercado negro, no van a vender ni producir productos regulados con los que sólo pueden hacer una ganancia muy modesta o a veces una pérdida.

Lo que ha fracasado en Venezuela no es el "socialismo" como a los medios capitalistas le gusta afirmar en su campañas. Es precisamente lo contrario. Lo que claramente ha fracasado es el intento de introducir regulaciones con el fin de hacer que el capitalismo funcione, aunque sea parcialmente, en el interés de las masas trabajadoras. La conclusión es clara: el capitalismo no puede ser regulado. El intento ha dado lugar a la crisis económica en una escala masiva.

La respuesta del gobierno: apelaciones al sector privado

La mayoría de los venezolanos son conscientes, en un grado u otro, sobre el papel despreciable que desempeñan las empresas privadas, como el Grupo Polar, en la creación de esta situación de acaparamiento, crimen organizado, mercado negro, especulación, etc. En mi última visita a Venezuela fui testigo del siguiente argumento en una cola del supermercado:

“- Mujer A: “aquí tienen su patria bonita” (significa: esto es lo que el chavismo te ha dado, colas).

- Mujer B: “a ver si creen que es el gobierno que produce la Harina PAN” (de hecho es el Grupo Polar quien tiene un control monopólico sobre la producción de harina de maíz).

El problema no es que las personas no se den cuenta de que el sector privado está saboteando la economía. El problema es que ellos no ven que el gobierno sea capaz ni esté dispuesto a tomar las medidas necesarias para solucionar esta situación.

A los problemas de escasez de alimentos y la delincuencia hay que añadir la grave sequía que afecta a Venezuela como un subproducto de El Niño, que ha significado problemas en la generación de energía en la presa hidroeléctrica El Guri. Esto ha llevado a cortes de energía regulares en los últimos meses. En abril, el gobierno decretó una jornada de trabajo de 2 días semanales en las instituciones públicas como medida para reducir el consumo de electricidad.

Incluso en este asunto tenemos que tomar en cuenta la campaña deliberada de sabotaje a la red eléctrica del país. Ha habido por varios años ya, ataques explosivos regularmente contra las plantas de generación de energía, centrales eléctricas y subestaciones en diferentes partes del país. Por lo general, coincidiendo con las campañas electorales y momentos de tensión política, y tienen por objetivo provocar cortes de energía con el fin de difundir una sensación de colapso, caos, inestabilidad, etc.

¿Cuál ha sido la respuesta del gobierno a estos problemas extremos? Desde al menos el 2014 ha habido un reconocimiento abierto del fracaso del modelo anterior de regulación del capitalismo y el uso de los ingresos del petróleo para financiar programas sociales. Se podría decir que el punto de inflexión fue la salida del gobierno del ex-ministro de Finanzas Giordani en julio de 2014.

Desde entonces, la línea dominante en la política económica del gobierno ha sido uno de hacer incluso más concesiones a los capitalistas con la esperanza de ganar de nuevo su confianza para que puedan colaborar con el gobierno con el fin de revertir la situación. Esto se ha manifestado en toda una serie de medidas concretas que se han tomado: la liberación parcial de divisas, levantamiento parcial del subsidio en el precio del combustible, la creación de zonas económicas especiales para atraer la inversión extranjera directa y la repatriación de capitales depositados en el extranjero por los capitalistas venezolanos, la apertura del Arco Minero (111,000 kilómetros cuadrados de terreno) para la explotación minera, etc.

Nada de esto ha funcionado. El gobierno mantiene conversaciones regulares con los empresarios donde se acuerdan concesiones a sus intereses y se les hacen llamados para que inviertan. En la siguiente ronda de conversaciones, los empresarios demandan aún más concesiones, pero la economía permanece en un estado de profunda crisis.

A decir verdad, las concesiones del gobierno al sector privado son acompañadas de vez en cuando con amenazas de expropiación. Estas amenazas no son seguidas por acciones. El viernes 13 de mayo, cuando el presidente Maduro extendió la emergencia económica y decreta el Estado de excepción por 60 días, advirtió específicamente que "cualquier fábrica que cierre un capitalista, la tomaremos y la entregaremos al poder comunal".

Menos de 48 horas más tarde, en una entrevista con Reuters, el vicepresidente a cargo de toda el área económica del gobierno, Pérez Abad, para tranquilizar al capital internacional, aseguró "descartamos la toma de las plantas que están paralizados por falta de materias primas”. En la misma entrevista, subrayó la intención de Venezuela de continuar pagando sus obligaciones sobre la deuda externa, de forma religiosa, en su totalidad y a tiempo. Añadió que esto significaría una reducción adicional de las importaciones para el 2016.

De hecho, a pesar de que la advertencia de Maduro fue destacada por los medios de comunicación internacionales, para la gente en Venezuela no tuvo mayor impacto. Él ha hecho la misma amenaza de expropiación, dirigida específicamente a Grupo Polar, en tantas veces, que es como el cuento de pedro y el lobo. Siempre que los trabajadores actualmente se han apoderado de las fábricas que habían sido paralizadas por los patronos, se han encontrado ya sea con una cadena sin fin de obstáculos burocráticos o la represión directa por parte de la policía Bolivariana. En la mayoría de los casos, a pesar de que las leyes introducidas por Chávez están del lado de los trabajadores y permiten expropiaciones y el Control Obrero, en realidad, la mayor parte de los inspectores del trabajo están en comprados por los patronos. En lugar de acelerar la expropiación, de dan prórrogas permanentemente a los empresarios con el fin de que paguen los salarios caídos y reiniciar la producción, lo que lleva a la desmoralización de los trabajadores en lucha.

Pérez Abad es el principal representante de la política de concesiones a la clase capitalista. Él mismo es un empresario y ex-presidente de una de federación de empresas del país. Se convirtió en ministro a cargo del área económica del gobierno en febrero, cuando reemplazó a Luis Salas, quien era visto por los capitalistas como un "radical". Justo antes de que Maduro decretara una extensión de los poderes de emergencia económica, Pérez Abad ya había anunciado un nuevo aumento de los precios de los productos regulados, después de discusiones con los capitalistas.

Más recientemente, en un intento de hacer frente a la cuestión de la escasez, el gobierno intentó promover la formación de Comités Locales de Abastecimiento y Producción. La idea es que las propias comunidades organizadas tratarán directamente con la distribución de los productos alimenticios subsidiados directamente a las familias. Este es un paso en la dirección correcta, lo que podría reforzar el papel de las organizaciones de base. Sin embargo, la medida sólo ha tenido un impacto parcial, hasta el momento. Además, sólo se ocupa de la cuestión de la distribución final, pero no con la cuestión más importante de la producción y el procesamiento, que es donde está la raíz del problema.

El impacto en la consciencia

He dicho antes de que algo es diferente esta vez. ¿Qué ha cambiado desde los intentos anteriores de la contra-revolución de derrotar al movimiento bolivariano? El estrés constante y la tensión de tener que hacer cola durante horas para conseguir productos básicos, la incertidumbre creada por la escasez y la hiperinflación, el hecho de que esta situación ha estado sucediendo desde hace más de un año y en vez de mejorar empeora, la constatación de que mientras que las masas están sufriendo hay algunos que se hacen llamar "bolivarianos" y están en cargos de poder que se están beneficiando enormemente de la corrupción, el cansancio interpuesto por tener que luchar contra la burocracia dentro de su propio movimiento, etc. Todo esto ha tenido un impacto en la conciencia de una capa importante de las masas que antes apoyaban la revolución.

Esta es la razón clave para entender la derrota en las elecciones a la asamblea nacional del 6 de diciembre, que fueron ganadas por la oposición de derecha por primera vez en 18 años. En ese momento, la revolución bolivariana perdió alrededor de 2 millones de votos, lo que permitió a la oposición ganar una mayoría abrumadora en la Asamblea Nacional.

Esa derrota ha creado una situación de bloqueo institucional. La actual Asamblea Nacional dominada por la derecha ha tratado de aprobar algunas leyes reaccionarias (una escandalosa Ley de Amnistía, la privatización de la vivienda), pero estos han sido bloqueados ya sea por el presidente o por el Tribunal Supremo. Las iniciativas adoptadas por el presidente se declaran fuera de orden por la Asamblea.

Actualmente la oposición está tratando de activar un referéndum revocatorio presidencial (una garantía democrática introducida por la revolución bolivariana a través de Hugo Chávez). Necesitan obtener un determinado número de firmas para activar el proceso, y luego, en un proceso supervisado por Consejo Nacional Electoral, deben obtener la firma del 20% del censo electoral (3,9 millones). A continuación, se llama a un referéndum en el que la oposición tendría que obtener más votos de los que Maduro recibió cuando fue elegido, para lograr su remoción. Si el presidente es removido dentro del 2016, entonces el presidente derechista de la Asamblea Nacional se hace cargo mientras se hacen nuevas elecciones presidenciales. Pero Maduro intentará por todos los medios retrasar el referéndum hasta el año 2017, ya que si es removido en ese momento, el vicepresidente asume el control para el resto de su mandato (hasta 2019). Esto también muestra cómo la dirección del movimiento bolivariano parece ver la lucha desde un punto de vista puramente jurídico-institucional.

La oligarquía también se está sintiendo envalentonada por las derrotas electorales en Argentina, Bolivia y la remoción de Dilma en Brasil. Su lado está ganando y ahora quieren "derrocar al régimen" en Venezuela. La situación ha llegado a su límite desde el punto de vista de la paciencia de las masas. Hace una semana, un camarada de Catia, un bastión revolucionario en Caracas, describe así la situación: "Hasta hace un par de semanas tenías que hacer cola por 4, 6, 8 horas, pero podías comprar para dos o tres semanas. Ahora no hay nada. El lunes, mi mamá y yo hicimos cola y sólo pudimos conseguir arroz y pasta. El resto hay que comprarlo en el mercado negro a precios de Bachaqueros. Los salarios no alcanzan para sobrevivir. La guardia nacional con armas de asalto en mano está manejando las colas fuera del supermercado, y alejaron las colas hacia atrás unos cientos de metros para evitar que la gente intente saquearlo." Ya ha habido incidentes a pequeña escala de saqueos en Aragua y Guarenas.

En estas condiciones, existe el peligro de que los llamados a las masas a movilizarse contra la amenaza de la contra-revolución puede caer en oídos sordos. Las masas han demostrado una y otra vez su voluntad de luchar y empujar hacia adelante la revolución. Pero ellos no pueden ver de ninguna manera que sus líderes sepan a dónde ir, ni cómo llegar allí.

¿Un golpe militar?

La combinación del bloqueo institucional, una profunda crisis económica, y una situación de violencia en las calles que la oposición desea crear, también podría impulsar un sector del ejército a intervenir "con el fin de restaurar la ley y el orden". Durante las últimas semanas se han producido constantes rumores de un golpe en camino. El martes, 17 de mayo el líder de la oposición reaccionaria, Capriles, pidió al ejército rebelarse contra el presidente "con el fin de defender la Constitución". Capriles, por supuesto, no es ajeno a los golpes, después de haber jugado un papel en el golpe reaccionario de abril de 2002. El alto mando del ejército una vez y otra vez ha declarado públicamente su lealtad al bolivarianismo. Pero todo tiene sus límites. Este es un momento muy peligroso para la revolución bolivariana. Una intervención militar, cualquiera sea la forma que tomaría, sería el preludio de una "transición" para volver a tomar el control del poder del Estado por parte de la oligarquía. Una parte de los líderes bolivarianos, algunos de los elementos corruptos, burocráticos y reformistas ya se están preparando para abandonar el barco y estarían dispuesto a participar en algún tipo de gobierno de transición y unidad nacional, siempre y cuando se les garantice una cierta clase de inmunidad.

Al mismo tiempo que una capa de las masas está cansada y desgastada, también hay una capa de los activistas más avanzados que están muy enojados y se radicalizaron como resultado de la derrota en las elecciones de diciembre. Hubo un movimiento de abajo hacia arriba para exigir la radicalización de la revolución.

Si la dirección bolivariana tomara medidas radicales y decisivas para abordar el problema de la escasez, esto volvería a encender una ola de entusiasmo revolucionario. Tales medidas serían: monopolio del comercio exterior; expropiación de la producción de alimentos y la cadena de distribución bajo el control democrático de los trabajadores, las comunidades y los pequeños productores campesinos; impago de la deuda externa; expropiación de los bancos y las grandes empresas; un plan nacional y democrático de producción para satisfacer las necesidades de la mayoría. Este programa, en caso de aplicarse, provocaría inmediatamente un choque aún más grande contra la oligarquía venezolana y sus amos imperialistas, pero al menos tendría el beneficio de la consolidación y la ampliación del apoyo entre las masas, que verían que sus problemas finalmente se abordan de forma seria.

No nos hagamos ilusiones. Si la derecha llega a lograr sus objetivos de recuperar el control total del poder del Estado (por cualquier medio), Venezuela no volvería a la democracia capitalista "normal". No. El programa de la clase dominante en un país plagado por una crisis económica y social masiva sería una de guerra contra el pueblo trabajador. Irían a la ofensiva contra todas las conquistas sociales de la revolución. Ellos se enfrentarán a una fuerte resistencia por parte de las masas y, por tanto, que tratarían de aplastar el movimiento por la fuerza. En esas condiciones un nuevo Caracazo podría estar en puerta.

Toby Valderrama y Antonio Aponte lo ponen muy claramente en un artículo reciente: "El gobierno debe entender que guerra económica, invasión, ataques de los voceros extranjeros, que almagros, uribes, tienen un solo nombre, ¡capitalismo!, y tienen una sola manera de enfrentarlo, Socialismo. No es posible combatirlo desde el capitalismo, así no convence y no hay victoria. Son tiempos definitivos, se es revolucionario o se es capitalista, las oportunidades de la socialdemocracia, de discursos encendidos y prácticas de bomberos, se terminan.”

Esto es correcto. Como hemos explicado, el intento de regular el capitalismo ha fracasado. Sólo hay dos maneras de salir: ya sea para ir de regreso al capitalismo "normal" (es decir, para hacer que los trabajadores paguen el precio de la crisis), o para ir hacia el socialismo (que es hacer que la paguen los capitalistas).


Aún no es muy tarde. El momento es de peligro extremo. Esto sólo se puede superar mediante medidas extremas y con firmeza. No más vacilaciones. Hay que llevar a la revolución hasta el final!






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USA.

lunes, 13 de junio de 2016

La caída de precios del petróleo altera el tablero geopolítico

La caída de los precios del petróleo desmintió la teoría del «pico de Hubbert» y ahora parece que no debería producirse en este siglo la anunciada escasez en el sector de la energía. El derrumbe de los precios también inició probablemente el desmantelamiento de la teoría sobre el «origen humano del calentamiento climático» y ha convertido en no rentables las fuentes alternativas de energía y las inversiones en hidrocarburos de esquistos, así como las perforaciones en aguas profundas. Al alterar el panorama geopolítico, ese factor podría traducirse en un regreso de los militares estadounidenses al Medio Oriente y obligar el Pentágono a renunciar definitivamente a la teoría del «caos constructor».

LA CAÍDA DE PRECIOS DEL PETRÓLEO
ALTERA EL TABLERO GEOPOLÍTICO


Por Thierry Meyssan

El año pasado, los patrones de las compañías petroleras más importantes del mundo occidental aconsejaban reducir las emisiones de dióxido de carbono. Así esperaban obtener ayudas públicas para desarrollar fuentes de energía alternativas al petróleo. Ante los actuales precios del petróleo, esas inversiones han dejado de ser rentables.

En dos años, el mercado mundial de las fuentes de energía ha sido presa del desorden. En primer lugar, la oferta y la demanda cambiaron considerablemente. Cambiaron después los flujos comerciales y, finalmente, también cambiaron los precios, que se derrumbaron estrepitosamente.

El mito de la escasez

La pérdida de impulso de la economía de los países occidentales y de algunos países emergentes provocó una reducción de la demanda mientras que la continuación del crecimiento en Asia, por el contrario, la hizo aumentar. Resultado: la demanda global prosigue su lento desarrollo. En materia de oferta, no sólo ningún Estado productor ha visto derrumbarse sus capacidades de producción sino que algunos incluso las han visto aumentar, como China, que ahora reúne importantes reservas estratégicas. En definitiva, el mercado dispone de amplios excedentes.

Esta primera constatación contradice lo que fue la verdad supuestamente irrebatible de los medios científicos y profesionales de los años 2000. Según ellos, la producción mundial de hidrocarburos estaba a punto de alcanzar su punto más alto [el llamado «pico»] y el mundo se encaminaba hacia un periodo de escasez en el que algunos Estados se derrumbarían y estallarían guerras por los recursos naturales.

Al regresar a la Casa Blanca, en enero de 2001, el vicepresidente Dick Cheney formó inmediatamente un grupo de trabajo para el desarrollo de la política nacional en materia de energía (National Energy Policy Development o NEPD), grupo que el Washington Post calificó de «sociedad secreta» [1]. En medio de reglas de seguridad draconianas, los consejeros de la presidencia organizaron audiencias a las que citaron a los patrones de las grandes empresas del sector de la energía, a los científicos más reconocidos y los jefes de los servicios de inteligencia. Y llegaron a la conclusión de que no había tiempo que perder: el Pentágono tenía que garantizar la supervivencia de la economía estadounidense apoderándose sin demora de los recursos del «Medio Oriente ampliado». No se sabe con precisión ni quién participó en ese grupo de trabajo, cuáles fueron los datos utilizados, ni tampoco las etapas que siguió en su reflexión. Todos sus documentos internos fueron destruidos para que nadie conociera las estadísticas que había utilizado.

Fue ese grupo el que aconsejó iniciar las guerras contra Afganistán, Irán, Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia y Sudán –programa oficialmente adoptado por el presidente Bush Jr. en una reunión realizada en Camp David… el 15 de septiembre de 2001.

Recuerdo que vi en Lisboa, en un congreso de la AFPO [2], al secretario general de aquel grupo de trabajo de la Casa Blanca. El hombre había presentado un informe sobre el estudio de las reservas anunciadas, la inminencia del «pico de Hubbert» y las medidas que había que tomar para limitar el consumo de energía en Estados Unidos. En aquel momento, me convencieron su razonamiento y su seguridad al exponerlo.

Con el tiempo comprobamos que ese análisis es completamente falso y que las 5 primeras guerras (contra Afganistán, Irak, Irán, Líbano, Libia y Siria) fueron, por consiguiente, inútiles, a pesar de tratarse de un programa que aún se mantiene en marcha actualmente. Este enorme error en materia de previsión no debe resultarnos sorprendente. Es simplemente consecuencia del «pensamiento de grupo»: una idea se impone poco a poco dentro de un grupo sin que nadie se atreva a cuestionarla, ya que nadie quiere arriesgarse a verse excluido del «círculo de la razón». Es lo que se ha dado en llamar «el pensamiento único». En este caso, los consejeros de la Casa Blanca partieron de la teoría malthusiana que dominó la cultura anglicana del siglo XIX… y se mantuvieron dentro de esa teoría, según la cual la población aumenta a un ritmo exponencial mientras que los recursos sólo aumentan a un ritmo aritmético. A la larga, no puede haber suficientes recursos para todos.

Thomas Malthus pretendía oponerse a la teoría de Adam Smith, quien afirmaba que el mercado, cuando se mantiene libre de toda reglamentación, se regula por sí mismo. En realidad, el pastor Malthus encontraba en su teoría –no demostrada– la justificación de su propio rechazo a contribuir a resolver las necesidades de los innumerables pobres de su parroquia. ¿Para qué alimentar a aquella gente si los numerosos hijos de aquellos infelices ya estaban condenados a morir de hambre en el futuro? El gobierno de George W. Bush se componía entonces fundamentalmente de WASP e incluía a numerosas personalidades provenientes de la industria del petróleo, comenzando por el vicepresidente Cheney, ex patrón de Halliburton, compañía productora de equipamiento destinado a la explotación de hidrocarburos.

Si bien es cierto que el petróleo es un recurso no renovable, y por ende destinado a agotarse, nada permite creer actualmente que ya esté a punto de terminarse. En 2001 se razonaba en función del tipo de petróleo que se extrae en Arabia Saudita, el que se sabía refinar en aquel entonces. No se pensaba que podían explotarse, por ejemplo, las reservas de Venezuela, de las que hoy se sabe que bastarían para satisfacer el conjunto de las necesidades mundiales al menos durante un siglo.

Hay que observar que la teoría del «origen humano del calentamiento climático» probablemente no es mucho más seria que la del pico petrolero. Como mínimo también tiene el mismo origen malthusiano, además de tener también la ventaja de enriquecer a sus promotores a través de la Bolsa de derechos de emisión creada en Chicago [3] y popularizada para enseñar a los occidentales a reducir su consumo de energía proveniente de fuentes fósiles, o sea a prepararse para vivir en un mundo donde el petróleo sería escaso y caro.

El fin de los precios artificiales

El alza del precio del barril hasta 110 dólares pareció confirmar la teoría del equipo de Dick Cheney, pero su posterior caída a 35 dólares muestra que se trata de un razonamiento erróneo. Al igual que en 2008, la caída de los precios comenzó con las sanciones europeas contra Rusia, que desorganizaron los intercambios a nivel mundial, provocaron un desplazamiento de los capitales y, en definitiva, hicieron estallar la burbuja especulativa del petróleo. Esta vez la caída de los precios se vio estimulada por Estados Unidos, que vio en ella otro instrumento capaz de llevar al hundimiento de la economía rusa.

La caída se agravó cuando Arabia Saudita la creyó favorable a sus propios intereses. Al inundar el mercado con su petroleo, Riad mantenía el precio del barril de Arabian light entre 20 y 30 dólares. Con ello destruía la rentabilidad de las inversiones en las fuentes alternativas de energía y garantizaba a largo plazo su propio poder y sus propios ingresos. Incluso logró convencer a sus socios de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) para que apoyaran esa política. Los miembros de ese cártel decidieron preservar su autoridad a largo plazo aunque esos les costara ganar mucho menos dinero durante algunos años.

Así que los bajos precios del petróleo, inicialmente estimulados por Washington en el contexto de su ofensiva contra Moscú, acabaron por afectar también la economía de Estados Unidos. En dos años se perdieron en todo el mundo más de 250 000 empleos en el sector de la energía, pero cerca de la mitad de esos puestos de trabajo desaparecieron precisamente en Estados Unidos y el 78% de las plataformas petroleras estadounidenses han sido cerradas. Aunque el retroceso de la producción no ha sido tan espectacular, lo cierto es que Estados Unidos probablemente ha perdido su independencia energética, o está a punto de perderla.

Y no es Estados Unidos el único país en esa situación. Todo el sistema capitalista se ha visto afectado. En 2015, las pérdidas de Total ascendieron a 2 300 millones de dólares, las de ConocoPhillips alcanzaron los 4 400 millones, BP perdió 5 200 millones, Shell 13 000 millones, Exxon 16 200 millones y Chevron cerca de 23 000 millones.

Esta situación nos devuelve a los tiempos de la «Doctrina Carter», en 1980. En aquella época, Washington se atribuía el derecho a intervenir militarmente en el Medio Oriente para garantizar su propio acceso al petróleo. Posteriormente, el presidente Reagan creaba el CentCom, para aplicar aquella doctrina.

Hoy en día se extrae petróleo en casi todo el mundo, y en formas bastantes diferentes, y ha desaparecido el espectro del «pico de Hubbert». Esto permitió al presidente Obama ordenar el desplazamiento de las tropas del CentCom hacia la región del PaCom (teoría del «giro hacia Asia». Según puede observarse, ese plan se ha modificado con la acumulación de tropas en el este de Europa (EuCom). Y puede sufrir nuevas modificaciones si los precios del petróleo se estancan en 20 o 30 dólares por barril. En ese caso, cesará la explotación de nuevas fuentes de hidrocarburos y se producirá un regreso al petróleo del tipo Arabian light. Se plantea, por consiguiente, la cuestión del reposicionamiento de las fuerzas de Estados Unidos en el Medio Oriente.


Si Washington sigue ese camino, también tendrá probablemente que modificar los métodos del Pentágono. La teoría straussiana del «caos constructor», aunque permite gobernar inmensos territorios con muy pocos hombres en el terreno, exige mucho tiempo antes de permitir la explotación de grandes recursos, como ya puede verse en Afganistán, Irak y Libia. Quizás haya entonces que volver a una política más sensata, renunciar a la organización del terrorismo y aceptar la paz, para poder comerciar con los Estados… o con lo que aún quede de ellos.


[1] “Energy Task Force Works in Secret”, Dana Milbank y Eric Pianin, Washington Post, 16 de abril de 2001.

[2] La AFPO fue una asociación, ya desaparecida actualmente, creada por geólogos que estudiaban el tema del llamado «pico del petróleo».

[3] «1997-2010: La ecología financiera», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 28 de abril de 2010.




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USA.

viernes, 10 de junio de 2016

La disputa por el control de Siria se acelera

Aunque todavía se sigue especulando de la existencia de una especie de acuerdo secreto entre los Estados Unidos y Rusia para derrotar a los extremistas y dividirse el trabajo en la operación militar para la captura de Raqqa, los rusos han decido no correr riesgos y están acelerando sus operaciones militares, conjuntamente con el ejército sirio y las demás fuerzas de la resistencia, en Raqqa y Aleppo, dado que entienden que es un juego de grandes riesgos y donde el ganador se lleva todo, especialmente cuando se trata de conflictos como el sirio de grandes implicaciones geopolíticas regionales y globales.


LA DISPUTA POR EL CONTROL
DE SIRIA SE ACELERA



Los últimos sucesos alrededor de la guerra en Siria, sobre todo las ofensivas militares en curso, por un lado Estados Unidos y sus aliados kurdos y por el otro Rusia apoyando al ejército sirio y las fuerzas de la resistencia, contra la capital de facto del llamado Estado Islámico, Al-Raqa, más que el inicio del fin de la guerra en Siria, indican que las mayores potencias militares envueltas en el conflicto buscan posicionarse de acuerdo a la lógica de sus contrapuestos intereses geopolíticos sobre el destino de Siria y en sí de todo el Oriente Medio, considerando que el conflicto sirio se ha constituido en el evento que determinará el futuro de toda la región y más allá, en este complicado panorama bélico que enfrenta a a las dos mayores potencias militares del planeta.

En ese sentido las batallas por el control de Alepo y Raqqa representan la fase más importante por el control de Siria por parte de los EE.UU y Rusia.

Tras la sorpresiva retirada parcial de las fuerzas militares rusas de Siria se habló mucho sobre los motivos reales de esa decisión. Se dijo que obedecía a una decisión deliberada de Moscú tras haber cumplido con los principales objetivos de su intervención militar (golpear y debilitar a las fuerzas del terrorismo yihadista internacional, fortalecer la capacidad militar del ejército sirio y evitar atascarse en el pantano sirio), sin embargo, parece que todo se debía a la existencia de un acuerdo entre los EE.UU y Rusia para buscarle un solución diplomática al conflicto. De ahí se origina precisamente el cese de hostilidades, que no necesariamente implicaba un cese al fuego, como preludio para las ya fracasadas conversaciones de paz en Ginebra. Se dijo que como parte del acuerdo ruso-estadounidense tanto Rusia como Estados Unidos se encargarían de reinar sobre los impulsos bélicos de cada uno de sus aliados. Rusia aceptó, como parte del acuerdo, retirar parcialmente sus fuerzas militares de Siria, mientras que los EE.UU fracasaban o simplemente obviaban cumplir con la parte que le correspondía del acuerdo. En este sentido las reciente declaraciones del ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov resultan ser muy reveladoras.

De acuerdo a la  información que se ha divulgado (Indian Punchline), Lavrov ha indicado que Rusia está reanudando su ofensiva militar en Siria, la cual se encontraba en un estado de suspensión como consecuencia del acuerdo del cese al fuego pactado entre Washington y Moscú en febrero.  Lavrov mencionó de manera específica el apoyo aéreo que Rusia le brindará a las fuerzas gubernamentales que han estado bajo el ataque de la agrupación terrorista Frente al-Nusra en la parte suroccidental de Alepo en el norte de Siria. Entre los motivos que empujaron a Moscú para tomar la decisión de reanudar su apoyo aéreo al gobierno sirio, Lavrov  hizo mención de lo siguiente:

-Los EE.UU “no ha cumplido con su obligación” de separar del Frente al-Nusra a los grupos rebeldes que le son leales.

-Los EE.UU no podido cumplir con otra promesa, concretamente, “tomar las medidas para evitar las infiltraciones de militantes y armas desde Turquía”.

-Los estadounidenses han sido notificados que a Rusia no le queda otra opción que  “reanudar los ataques aéreos”.

De las declaraciones de Lavrov se deduce muy claramente la existencia de un acuerdo entre ambas partes para avanzar hacia el fin de las hostilidades en Siria, sin embargo, los EE.UU más interesado en la prolongación de la guerra y en el derrocamiento de Al Assad, no cumplió con lo pactado y en su lugar se ha dedicado a la práctica del doble juego, por un lado pretendiendo combatir al terrorismo yihadista mientras que por el otro colaborando con los supuestos “rebeldes moderados”, aliados de al Qaeda en Siria. Todo este engañoso accionar de los EE.UU ha tenido como objetivo sabotear los planes de Rusia en Siria, a la vez que forma parte de la estrategia para contrarrestar o eliminar la amenaza que Rusia representa para el diseño de dominación global que Washington busca mantener a toda costa.

Teniendo en cuenta la insinceridad de los EE.UU, Lavrov hizo una aguda observación advirtiendo a Washington contra cualquier intento de ganar tiempo haciendo promesas vacías mientras sigue adelante trabajando simultáneamente sobre un “Plan B” para moverle el tapete a los rusos. En este último punto, según algunos analistas, es donde radica el meollo del asunto. Tanto Irán como Siria han estado advirtiendo a Moscú que el cese al fuego ha estado siendo aprovechado por las fuerzas de la oposición apoyadas por los EE.UU, Turquía, Arabia Saudita y otros para recuperarse y lanzar nuevos ataques militares con el objetivo de modificar el balance de fuerzas en el teatro de guerra sirio, que actualmente favorece a las fuerzas gubernamentales.

Aunque todavía se sigue especulando de la existencia de una especie de acuerdo secreto entre los Estados Unidos y Rusia para derrotar a los extremistas y dividirse el trabajo en la operación militar para la captura de Raqqa, los rusos han decido no correr riesgos y están acelerando sus operaciones militares, conjuntamente con el ejército sirio y las demás fuerzas de la resistencia, en Raqqa y Aleppo, dado que entienden que es un juego de grandes riesgos y donde el ganador se lleva todo, especialmente cuando se trata de conflictos como el sirio de grandes implicaciones geopolíticas regionales y globales.

Según la publicación turca Al Manar, la paciencia de Rusia parece haberse agotado, y su próximo movimiento estaría enfocado en Raqqa así como también en Aleppo. Los EE.UU, por su parte, esperan evitar una situación en la que Raqqa sea liberada por el ejército sirio con la ayuda de las milicias chiitas de los países árabes y el apoyo de la aviación rusa. Rusia sabe que para Estados Unidos sería inaceptable que Damasco logre establecer su control sobre las áreas liberadas que están en poder del EIL. En otras palabras los estadounidenses prefieren a los kurdos (como también asirios, grupos árabes, armenios, turcomanos) en lugar del ejército sirio. Sin embargo, al parecer una parte del movimiento kurdo no estaría dispuesto a abandonar su objetivo de unificar los tres cantones kurdos por la captura de Raqqa.

Tomando en cuenta la actual situación, existe una posibilidad muy real de que Raqqa se convierta en el escenario de una confrontación mayor  que podría tener graves repercusiones internacionales. Por una parte está el ejército sirio, apoyado por la aviación y fuerzas especiales rusas dirigiéndose a Raqqa desde el este, mientras que por otro lado las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) apoyadas por la aviación y las fuerzas especiales estadounidenses se aproximan a Raqqa desde el oeste. Ambas partes se encuentran en una carrera o competencia para hacerse con el control de la capital de facto del llamado Estado Islámico, ganar territorio y declararse victoriosos ante todo el mundo. Sin embargo, podría suceder que ambos lleguen a Raqqa simultáneamente y entonces tendríamos una situación en la que la alianza sirio-rusa podría encontrarse cara a cara con la posibilidad de un conflicto militar con la alianza EE.UU-FDS. En ese momento, la interrogante seria ¿quién, si alguno, retrocederá? Si ambas fuerzas toman la decisión de seguir adelante, el resultado sería catastrófico no solo para Siria sino para el resto del mundo.


Independientemente de lo que suceda, es muy importante señalar que el ejército sirio está actuando legítimamente en defensa propia contra los terroristas que se hacen pasar por “rebeldes moderados” y los Estados Unidos. Rusia, Irán y Hizboláh están en Siria a petición del gobierno de Al Assad, actúan legalmente con el consentimiento del gobierno sirio, mientras los Estados Unidos y la coalición que comanda actúan completamente al margen de las leyes internacionales en un intento por apuntalar a sus fuerzas terroristas empeñadas en la destrucción de la República Árabe Siria.






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lunes, 6 de junio de 2016

Ecuador cae por el sendero de Argentina y Brasil

El "cambio de época" en América Latina, anunciado por Rafael Correa hace cinco años y caracterizado por el surgimiento de Gobiernos progresistas y populistas no llegó a la longevidad esperada por los partidarios de una "Patria Grande", lamentablemente sólo ha durado un ciclo dependiente del boom de la industria extractiva.


ECUADOR CAE POR EL
SENDERO DE ARGENTINA Y BRASIL


Por Vicky Peláez

Todo tiene su final, nada dura para siempre/Tenemos que recordar que no existe eternidad

(Héctor Lavoe, 'Todo tiene su final')

La crisis económica mundial con la caída de los precios del petróleo, del gas, los minerales y cereales dio un duro golpe a la "economía social con mercado" llamado también "capitalismo social" que resultó en el retorno del neoliberalismo en Argentina y Brasil, el fracaso del chavismo en las elecciones de la Asamblea Nacional en Venezuela y la derrota de Evo Morales en el reciente referendo en Bolivia.

Envalentonada la derecha ecuatoriana por los fracasos del modelo progresista en Argentina, Brasil y Venezuela, arremetió con toda sus fuerzas contra el presidente Rafael Correa y le declaró una guerra mediática con toda la prensa globalizada en coordinación con los medios de comunicación locales. A la vez, el pueblo, que hace nueve años le dio a Rafael Correa el 75% de su aprobación, cambió abruptamente de opinión.  En una encuesta reciente de la firma Cedatos, dos tercios de los ciudadanos encuestados expresaron su desaprobación a la "forma de ser, actuar y gobernar" del presidente. La credibilidad de su palabra bajó también del 68% en 2007 a un 28% en 2016. De acuerdo a Cedatos, "el 84% de los ecuatorianos consideran que el país necesita cambios".

Hace unos 300 años atrás el filósofo Voltaire había definido la volatilidad del carácter del pueblo declarando: "Yo conozco al pueblo: Cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor". Ecuador en este aspecto tiene su propia experiencia. El líder de la revolución liberal ecuatoriana, Eloy Alfaro, quien fue adorado por el pueblo y dos veces le fue confiado la conducción del país (1897-1901 y 1906-1911) fue linchado en 1912 junto con su familia y amigos por una turba enardecida. En un acto de barbarie que aún avergüenza al pueblo ecuatoriano, el cadáver de Alfaro fue arrastrado por las calles donde antes fuera vitoreado.

Ahora en tiempos modernos, los manipuladores globalizadores de la información convencieron a los pueblos del mundo que la cura para el descontento es su participación en el teatro de las elecciones donde al elegir a un nuevo presidente se producirán cambios que "harán mejorar" la vida de la población. Esto es lo que ha pasado con la mayoría de los ecuatorianos que mientras sus expectativas económicas estaban cumpliéndose, no dudaban en dar su apoyo a las gestiones del presidente y ni mencionaban la necesidad de cambio. Pero en el momento de las dificultades económicas, debido a la crisis mundial y al reciente terremoto que afectó la provincia de Manabí, el pueblo le mostró su otra cara a Rafael Correa clamando cambios, la consigna creada y diseminada por la oposición derechista, igual como sucedió en Argentina y Brasil. Todo esto ha reforzado la decisión del líder de la Revolución Ciudadana de no postularse para la reelección en 2017, lo que él confirmó en su último "Informe a la Nación, 2016" presentado el pasado 24 de mayo.

Resulta que los ecuatorianos, según "Latinobarómetro", tienen una percepción equivocada del rol del Gobierno. El 54% de la población cree fervientemente que el Estado es como un padre que tiene que darles todo, hacer lo mejor para sus hijos y en el caso de los ciudadanos ofrecerles subsidios, asegurar el control de precios y establecer medidas de protección. El otro estudio realizado por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo del Ecuador (Senplades) demostró que la mayoría de los ecuatorianos no quiere ni el socialismo, ni neoliberalismo. Lo que aspiran es vivir bien gozando del bienestar y haciendo el mínimo de esfuerzo, eliminar totalmente la corrupción, tener atención gratuita médica y el acceso a una excelente educación subsidiada por el estado y vivir en una democracia auténtica.

Al darse cuenta que el modelo del 'Buen Vivir' que trató de implantar la Revolución Ciudadana exigía también sacrificios en momentos de crisis económica, trabajo honesto colectivo, igualdad de derechos, obligaciones y posibilidades, la mayoría de los ecuatorianos, influidos por la desinformación diaria que propagaban los medios de comunicación globalizados y sus satélites locales en manos privadas, se desilusionaron rápidamente de su gobierno y decidieron aliarse con la derecha. Precisamente esto estaba buscando la oposición de las elites y la oligarquía con la que se identificó la "nueva oposición" en América Latina, también típica para Ecuador, que, de acuerdo al argentino Rafael Ton, sufre el  "Síndrome de Doña Florinda": vive en un barrio pobre pero se cree de la clase media, vota por la "gente de bien" y considera que las políticas sociales son para la "chusma" a pesar de recibir los subsidios sociales y su mayor admiración es por Barack Obama, en otras palabras "comen pollo y eructan faisán".

La desinformación y la manipulación de la opinión pública a la que está expuesta la mayoría de la población que constituye esta "nueva oposición" la hicieron olvidarse que la vida de los ecuatorianos ha mejorado durante los nueve años del gobierno de Rafael Correa. Los índices de la pobreza y la extrema pobreza que en 2006 estaban alrededor de 60 y 40% bajaron en 2015 al 23,3 y al 8,5%.  Nadie puede refutar el hecho de que ahora la población está mejor servida, con más agua potable, con más luz eléctrica y que su vivienda mejoró significativamente. El gobierno también le facilitó al pueblo el acceso a la salud, la educación y la hizo acercarse al bienestar social. Todo esto recalcó Rafael Correa en su último "Informe a la Nación" haciendo un diagnóstico técnico y político del país presentando las cifras de la verdadera situación económica y las dificultades para solucionarla. Refutó con sólidos datos las acusaciones de la oposición que hubo un despilfarro del gasto fiscal y que el tamaño del Estado era demasiado exagerado.

El presidente habló también del "renovado rostro de la patria" donde ya no existen bases militares norteamericanas y del respeto internacional que adquirió Ecuador en estos nueve años por promover una política independiente, soberana y solidaria. El gobierno ha posibilitado la construcción de gigantescas obras de infraestructura, puertos, aeropuertos, carreteras, hidroeléctricas, represas, ha dado becas a los estudiantes, ha construido viviendas de interés popular. También ha generado políticas inclusivas hacia los sectores más marginados otorgando la seguridad social a las amas de casa, ha beneficiado a los discapacitados.

Todo esto ha quedado en el olvido de la mayoría de la población ecuatoriana y hasta por ciertos sectores de la izquierda que también están clamando el Cambio sin poder definir exactamente cómo lograrlo, mientras que la economía está en crisis. Para la oposición, como lo expresó el periodista del diario Expreso Modesto, Apolo Terán, "la reciente década ha sido la del espectáculo político, de la ilusión económica, de la libertad reprimida, de la prensa agredida y de la transformación del pueblo en menesteroso por el gobierno represor". Marcelo Larrea, el presidente de la Federación Nacional de Periodistas (Fenape) y líder del movimiento Democracia SÍ, que se declara de izquierda, afirmó hace poco que "el proyecto del gobierno tiene una matriz fascista" refiriéndose a la Ley Orgánica de Comunicación promulgada en 2014.

Este opositor "progresista" olvidó que la Ley de Comunicación ha tratado de poner fin al hecho de que el 92% de los medios eran privados y que el “poder mediático", como lo recalcó Rafael Correa, "como todo poder necesita regulación social y eso se hace a través de las leyes. La crítica no se sanciona ni por la ley ni por el Gobierno. Se sancionan las mentiras, la infamia, calumnia". Sin embargo, para el 'izquierdista' Marcelo Larrea, esta regulación tiene carácter fascista, igual como los intentos del gobierno de hacer que las Organizaciones No Gubernamentales respeten las leyes ecuatorianas. De otro lado, las ideas progresistas de Larrea no le impiden tener una entrevista prolongada con el oficial político de la embajada norteamericana Timothy Peltier. Se sabe que los oficiales políticos están ligados a los servicios de inteligencia y los encuentros con ellos sirven para recibir las instrucciones o entregar la información.

En términos generales, la oposición ecuatoriana está dividida y no tiene un programa definido. El líder del movimiento Creando Oportunidades (CREO), Guillermo Lasso, supernumerario del Opus Dei y admirador de José María Aznar, es una copia del argentino Mauricio Macri. Es enemigo del Socialismo del Siglo XXI, el ALBA para él es el 'Imperio del Tercer Mundo' y el neoliberalismo es el camino para la prosperidad. Recientemente regresó del Fórum Concordia celebrado en Miami donde recibió instrucciones de Álvaro Uribe y Aznar para terminar con la Revolución Ciudadana en Ecuador.

El otro líder de la oposición de orientación socialcristiana y un candidato a la presidencia, Jaime Nebot, contrincante de Lasso, es partidario también del neoliberalismo y de la necesidad de desmontar todo lo que edificó Rafael Correa. La misma tendencia tienen los movimientos de oposición Avanza, Concertación y  Sociedad Patriótica (PSP). Están envueltos en peleas entre ellos y su única consigna que les une es la idea de la necesidad del cambio y deshacerse de la Revolución Ciudadana lo más pronto posible.


Actualmente los dos tercios de la población están de acuerdo con la oposición como ocurrió en Argentina, sin darse la molestia de revisar las consecuencias de los resultados nefastos de este cambio que se vienen produciendo en Argentina y Brasil. No hacen nada para salvar todo lo que lograron y marchan ciegos hacia el caos. Los españoles definen esta situación usando el refrán que dice "es como pedirle peras al olmo".






Publicado por La Cuna del Sol
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